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Channel: Infidelidad – PORNOGRAFO AFICIONADO
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Relato erótico: “La novia de mi mejor amigo” (POR MARQUESDUQUE)

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NUERA4– Así que aun sigues siendo virgen

Sin título– Pues sí

– Vergonzoso

Mi amigo José me reprochaba así mi falta de experiencia sexual. Claro, él es guapo, delgado y se tira a su prima. Menudo cabrón. Porque su prima está buenísima.

– Ya tienes 18 años, la mayoría de edad. No puedes seguir siendo virgen.

– Dímelo a mí.

Me llamo Manolo y estoy enamorado de la novia de mi mejor amigo, (su prima). Él lo sabe, pero no le importa. No soy rival para él. Tiene al bombonazo de Sandra coladita por sus huesos. De hecho, si no fuera por mi amistad con su chico, ni siquiera sabría que existo.

– Entonces no te fue bien con la tía esa de internet.

– Por lo visto acababa de tener un desengaño y quería ir despacio.

– Hasta que se reconcilio con su novio y paso de ti.

– Así son las cosas.

– Vergonzoso…

José intentaba ayudarme a ligar, pero las cosas siempre se torcían. Al final ni encontraba novia, ni podía pasar de unos morreos ocasionales con mis ligues.

-Habrá que hacer algo. No puedo dejar que me vean con un virgen. Estropea mi reputación.

-Eso, búrlate a gusto.

-Esta noche te vienes con Sandra y conmigo. Le diré que lleve una amiga.

-Recuerda lo que pasó la última vez…

-Esta vez insistiré en que no sea lesbiana.

Ya estaba mi amigo liando la perdiz. Me presentaba chicas a las que gustaba él y pasaban de mí en cuanto se iba, concertaba citas dobles con alguna amiga de su novia que resultaba ser lesbiana, drogadicta o bulímica, me exponía al mayor de los ridículos obligándome a pedirles salir a chicas increíbles que estaban fuera de mi alcance y que, lógicamente, me rechazaban… en fin, me volvía loco.

-Bueno, está bien.

¿Qué por qué accedía a sus deseos aunque estaba convencido de que la noche sería un fracaso? Porque allí estaría ella. Su novia, su prima, mi amor. Sandra era una preciosidad un año mayor que nosotros. Alta, castaña, delgada, arrebatadora… No sé que había hecho ese cabrón para ligársela, máxime siendo su propia prima. Claro que su familia siempre fue un poco rara. No sabe quién es su padre y su madre vive con otra mujer, una lesbiana que está buenísima. Ligarse bellezones debe venir de familia. El caso es que cualquier escusa para verla, para hablar con ella, para mirarla embelesado un rato era buena, aunque me tocase aguantar a alguna friki amiga suya.

-Entonces hablo con ella y quedamos.

-OK

Desde bien pequeñitos, tanto José como yo, admiramos y comentamos los encantos de su prima, pero era un año mayor y como una hermana para él, así que nunca pensamos que nuestras fantasías pudieran cumplirse. Cuando me contó que se había enrollado con ella, después de ver una película que los había puesto calientes, esperando a que el hermanito de ella, que estaba en la misma habitación, se durmiese, no me lo podía creer. Sin embargo, poco después ya podía vérseles besándose en el patio del instituto sin esconderse. Tuvieron un momento de crisis cuando se enteraron sus familias y no les hizo gracia, pero finalmente lo aceptaron y ellos pudieron seguir con su noviazgo adelante sin obstáculos. Era un placer y a la vez una tortura escuchar de labios de José los pormenores de sus encuentros sexuales con su prima, como perdieron juntos su virginidad y las demás cosas que hacían, como el sexo oral. Casi todas las noches terminaba masturbándome pensando en cómo sería poseer a esa diosa que era la novia de mi amigo. Porque no solo era preciosa, también era simpática y considerada. Disfrutaba estando con ella, aunque el papel que me tocaba desempeñar, de amigo infeliz de su guapo novio, fuera humillante en ocasiones.

Poco a poco, a fuerza de verme con José, Sandra había acabado reparando en mi existencia e, incluso, habíamos desarrollado cierta amistad. Nos unía una complicidad especial al estar ambos tan unidos a su primo y ahora novio. Ella se mostraba siempre amable y deferente conmigo, pero en los últimos meses habíamos adquirido más confianza, como si ella supiese que estaba al corriente de sus intimidades y no le importara. Cierto día salíamos José y yo de una clase especialmente aburrida y nos encontramos con ella. Charlamos un rato los tres hasta que a ella se le hizo la hora de entrar en la suya y se despidió de nosotros. Besó a su novio como solía, mientras a mí me carcomía la envidia, y luego, como si me leyera la mente, me dio un beso a mí, diciendo: toma, para que no te pongas celoso. Fue un beso breve en los labios, pero a mí me supo a gloria. Que, no te podrás quejar, me dijo él, dándome un puñetazo flojito en el hombro. No, no podía quejarme. Su falta de celos estaba basada en su seguridad. Yo no era rival para él y por tanto no le importaba que la adorase, contarme sus hazañas en el dormitorio con ella o, incluso, que me besase frente a él. Y mientras, seguía empeñado en que perdiese la virginidad.

Cuando esa noche llegué al pub esperaba cualquier cosa menos que la amiga de Sandra me callera bien, pero fue así. Era guapa, simpática y, por alguna razón, yo parecía gustarle. Aunque no pude evitar estar más pendiente de la pareja de mi amigo que de la mía, sobre todo al principio, poco a poco fui ilusionándome con la chica, hasta que acabamos enrollándonos en la calle. Al segundo morreo ella pidió disculpas y se puso a vomitar. Le sujeté el pelo mientras lo hacía resignado. Esa noche tampoco pasaría nada. Al cabo de un rato salieron Sandra y José y se encontraron con el panorama. Se me olvidó decirte que no aguanta muy bien la bebida, dijo ella entre apenada y divertida. Cuando la intoxicada se recompuso me dijo que era muy amable pero que lo nuestro no funcionaba y que era mejor que no nos viéramos más. Sandra se me acercó a consolarme y, a modo de explicación, me dijo: tiene una vida complicada. No pasa nada, dije yo y ella me sonrió con dulzura y me arrulló el pelo. Por ese momento valía la pena todo lo demás. Eres un buen chico y tras decir esto, me besó como aquel día en el instituto, pero esta vez el beso fue más largo, e incluso en un momento la punta de su lengua rozó con la mía. Creía que mi erección iba a romper el pantalón. Adiós, dijo como despedida y se fue con José, imagino que a follar. Yo me fui a casa a cascármela.

Aquella había sido la segunda vez que me había besado. Bien es cierto que delante de su novio y sin asomo de celos por su parte, pero me había besado. La noche había salido bien, al fin y al cabo. Cierto que sí se mostraba tan cariñosa es porque yo le inspiraba lástima. No podía resultar más patético, siendo rechazado por la beoda que acababa de echar hasta la primera papilla. Pero, a pesar de la humillación, sentir sus labios en los míos había sido fantástico. ¿Qué significaba todo aquello? ¿Era solo lástima? ¿De algún modo yo empezaba a gustarle? ¿Se trataba de algún rollo sexual raro que se traían entre los dos? Lo que ocurrió semanas más tarde no hizo sino aumentar mis dudas.

-Este fin de semana Lorena y mi madre están fuera. Quédate a dormir en mi casa. Beberemos cubatas y veremos alguna película.

-¿Y Sandra?

-Creo que ha quedado con sus amigas.

De este modo me planté el viernes noche en su casa, dispuesto a aprovechar la ausencia de sus madres para beber y divertirnos. En cierto momento a José le sonó el móvil.

-Hola cariño. ¿Se ha puesto enferma? Pobrecita. No puedo, está aquí Manolo, se va a quedar esta noche. Vente si quieres. Vale, hasta ahora.- Sandra vendrá ahora. Una de sus amigas se ha puesto enferma.

Tragué el sorbo de cubata despacio. Así que mi adorada Sandrita iba a obsequiarnos con su presencia. Solo de pensarlo se me empezó a poner dura. Un rato después llegó. Estaba guapísima. Era alta, tenía el pelo castaño claro, con una media melenita muy favorecedora, estaba delgada aunque no en exceso, tenía los ojos color avellana y una sonrisa mágica, absolutamente encantadora. Saludó a su novio con un morreo y a mí con dos besos en las mejillas. No obstante cuando se me abrazó pude notar sus tetas contra mi pecho. Charlamos animadamente un rato, vimos la película y llegó el momento de retirarnos a dormir. Ignoraba si la madre de José tenía que llegar durante la noche o a la mañana siguiente e imaginaba que mi amigo no querría que al llegar los pillara encamados a su novia y a él, así que le pregunté cómo íbamos a dormir. No te preocupes, mi madre está de acuerdo con que Sandra y yo durmamos juntos, me dijo restándole importancia. Entonces vi un brillo de atrevimiento en sus ojos, como si acabara de concebir una locura. ¿Te gustaría vernos?, murmuró. ¿Te gustaría mirar?

Simplemente no podía creerlo. Mi amigo me proponía que lo espiase haciendo el amor con su novia. Siempre había sido un tipo peculiar, muy abierto, muy liberal. Tenía dos madres en lugar de madre y padre. Ahora que está de moda el matrimonio homosexual y la adopción de niños por parejas gays y lésbicas eso parece menos importante, pero cuando éramos pequeños era algo completamente excepcional. Él siempre lo vivió con una normalidad pasmosa. Hablaba de ello con naturalidad y nunca se enfadaba si alguien se burlaba de él por ese motivo. Tal vez eso le influyera y le hiciera especialmente tolerante y abierto a experiencias de todo tipo. Estaba acostumbrado a sus ideas descabelladas, pero aquello no me lo esperaba. A penas si pude titubear una respuesta confusa. Ignorando mis dudas lo planeo todo. Cuando se le metía algo en la cabeza era imposible frenarlo. Ella no se enteraría, dejaría la puerta entreabierta y se la follaría ante mis ojos. Solo tenía que estar allí sin hacer ruido. Se le notaba excitado con la idea. En seguida agarró a Sandra y se la llevó al dormitorio entre arrumacos. Yo fingí desaparecer hacia la habitación de invitados, que ya conocía, y me deslicé silencioso hasta la puerta, en efecto, entreabierta, tras la que mi mejor amigo y la chica que me tenía loco se besaban. Después de un rato comiéndose las bocas se desnudaron. Desde mi posición podía ver perfectamente el cuerpo adorado de Sandra, sus pezones puntiagudos coronando sus pechos, su culo redondo, su entrepierna vibrante. Cuando comenzó a comerle la polla a José ya no pude aguantar más y me saqué la mía del pantalón para cascármela, imaginando que era a mí a quien se la chupaba. Parecía una experta en esas lides. No entendía como mi envidiado amigo no se corría al instante con semejante trabajo. Luego le tocó a él lamerla a ella. Primero las tetas, después bajó por su vientre y, finalmente, deslizó la lengua entre sus muslos, haciéndola estremecer. Cuando empezaron a cabalgarse yo ya había perdido el miedo a que me pillaran, de concentrados que los veía en lo suyo, y me la machacaba sin recato. Sandra se puso a gatas sobre la cama. Podía ver sus tetas meciéndose al son de las embestidas de mi amigo desde atrás. Luego él se tumbó boca arriba y ella lo montó como a un potro salvaje. Ver a mi amada Sandra a cuatro patas, penetrada sin compasión por mi amigo, o luego a ella sobre él, derrumbándose en sus brazos en el momento del orgasmo, mientras yo me corría en mi diestra, son imágenes que siempre recordaré.

Los días siguientes casi me daba vergüenza mirar a Sandra a la cara. Ella, en cambio, estaba especialmente cariñosa conmigo, cuando coincidíamos. José, por su parte, se sentía eufórico: Moló, eh… era lo que se limitaba a decir, dándome un codazo, cuando hablábamos de ello. Yo, realmente, no sabía que pensar. Había visto a mi amigo teniendo sexo con su novia con su colaboración y sin que aquello pareciera afectarle en absoluto. Que su relación no era la más normal del mundo estaba claro. Más lo estuvo aún, cuando José se me acercó un día sigilosamente en el instituto. Mira, me dijo enseñándome el móvil, como total ya la has visto desnuda te las puedo enseñar. Ante mi estupefacción, eran fotos de Sandra. Algunas sexis, otras directamente en cueros, incluso en las más atrevidas se la veía en actos sexuales con el autor de las fotos, obviamente mi amigo: haciéndole una paja, chupándole la polla, etc. Te gustan, eh… Te las enviaré por correo, me dijo divertido. Sí, me gustaban. Me gustaban mucho y a la vez no, porque no entendía nada. ¿Hacia esto para torturarme? ¿Para que tuviera material para cascármela, ya que no tenía novia? ¿Era su forma de compartirla? Las semanas siguientes esas fotos, que, en efecto, me había enviado por email, fueron la inspiración de todas mis masturbaciones. Era frustrante, porque allí estaba la imagen de ella, pero no era ella, más bien era algo que ofendía su intimidad. Sabía que aquello no estaba bien, que no debía mirar esas fotos, pero no podía evitarlo. No comprendía a que estaba jugando José, pero una y otra vez volvía al ordenador a consolarme con la imagen de mi diosa.

En esas estábamos cuando llegó la fecha de la cenita de clase del instituto. Sandra no era de nuestra clase, pero quedamos después en la discoteca. De modo que ahí estábamos los tres otra vez. En un momento dado, ella se puso a bailar con un tipo al que no conocíamos y que parecía mayor. Pronto intentó sobrepasarse. La verdad es que ella le había dado un poco de pie, frotándose con él en plan calentona, no sé si para poner celoso a José, pero ello no daba derecho al tío a meterle mano de esa forma, contra su evidente voluntad. Cuando vi que ella no podía controlarlo acudí en su socorro metiéndome en medio. El fulano me dio tal empujón que me tiró al suelo. En seguida llegó José, más robusto que yo, y se provocó una pequeña tangana hasta que los de seguridad de la discoteca llegaron a separarlos. Me levante pesadamente y acudí donde Sandra, a la que brillaban los ojos. De resultas del incidente nos echaron del local, así que de pronto nos vimos en la calle. Me sentía dolorido por la caída, mi amigo en cambio parecía tranquilo. Lejos de estar asustada, como yo había supuesto, su novia parecía excitada. ¡Mis héroes!, afirmó exaltada y se colgó de mi cuello dándome un morreo, con sabor a ron con cola, que me dejó sin sentido. Luego saltó sobre José y se estuvieron comiendo las bocas un rato. Mi amigo había cogido el coche de su madre, pero dado que yo era el único que no había bebido, decidimos que condujera yo. En cuanto salimos del aparcamiento y cogimos velocidad, en el asiento de al lado mis pasajeros empezaron a achucharse. Parecía que no podían estar un momento con las manos lejos del otro. La cosa se fue calentando hasta que Sandra se quitó la blusa. Al verlo de reojo, pegué un volantazo que me hizo temer por nuestra seguridad. Parecía obvio que pretendían echar un polvo allí mismo y en esos mismos momentos, así que paré el coche en cuanto vi un sitio discreto.

-Si sigo conduciendo nos mataremos. Voy a dar una vuelta mientras vosotros… termináis lo que estáis haciendo- les dije resignado.

-No- respondió Sandra- Quédate. Sé que te gusta mirar.

Me quedé petrificado. Mis amigos ya estaban haciendo el amor en el coche y ella me pedía que me quedara mirándolos. Me encontraba en el asiento de al lado. Podía extender la mano y tocarlos. ¿Qué quería decir eso de que me gustaba mirar? ¿Sabía lo del espionaje en casa de José o lo de las fotos? ¿Por eso había puesto cachondo al tío de la discoteca provocando el incidente, por una especie de vendetta?

Mientras yo me perdía en estas cavilaciones el objeto de mi deseo estaba sobre mi mejor amigo bamboleándose. Sus senos perfectos, recién librados de la ropa interior, rebotaban con el vaivén. Mi polla se endureció hasta el punto de dolerme en el pantalón. Me la saqué y comencé a meneármela. Sentí el impulso de tocarle una teta, la que tenía más cerca, que estaba al alcance de mi mano, pero lo contuve. Solo me sentía autorizado a mirar. Sandra se dio cuenta de que me estaba masturbando a su lado y mostrando menos reparos que yo, alargó su mano y me la cogió. Era la primera vez que mi pene erecto era sujetado por otra persona que no fuera yo, por una mano que no fuera mía. Casi me corro en el momento en que ella inició el movimiento de muñeca. En aquel momento ya no podía ni quería reprimirme y le agarré un pecho, cosa que ella aprovecho para girar la cabeza y besarme apasionadamente. Jugamos un rato con las lenguas, ya desinhibidos por completo, hasta que ella recompuso la postura. José mojo la entrepierna de su novia y yo su mano derecha prácticamente al mismo tiempo.

Después de eso estuve un tiempo sin ver a Sandra e incluso viendo menos a José. Marta, la chica que había conocido por internet y que me había dejado por su ex novio, me llamó para salir. Había cortado otra vez con él y se sentía sola. Tenía mis sospechas de que solo me utilizase para darle celos al otro, como la otra vez, pero necesitaba tanto estar con una chica sin que estuviera José por medio, que accedí. Después de un par de semanas haciendo de “pagafantas” pasó de mí y volvió con él. No puedo decir que no me lo esperase, pero me dolió de todas formas. Por supuesto no hubo sexo en ese periodo.

-Así que sigues siendo virgen- me dijo José cuando se lo conté.

-Pues sí.

-Vergonzoso.

Habíamos vuelto al mismo sitio, parecía ser.

-Mira, el otro día estaba hablando con Sandra, comentándole tu situación. Sabes que ella te aprecia mucho.

-Yo también a ella- contesté- pero ya está bien de amigas raras. No estoy para eso…

-Sí, lo sé. Tranquilo no es eso. Precisamente porque sé que la aprecias mucho, pensé en ti. Verás, ella nunca ha estado con otro hombre, a parte de mí. Por otra parte tú tienes un problema de confianza que se solucionaría, en mi opinión, si echases un polvo. Somos amigos y hay confianza. Sé que nunca se lo contarías a nadie.

-¿Contar el qué?

-Al fin y al cabo la has visto desnuda, nos has visto follar, e incluso participaste la noche de la pelea. Menuda paja te hizo.

-¿Dónde quieres ir a parar?

-Yo sé que tu ilusión sería perder la virginidad con Sandra. Sé que la quieres casi tanto como yo. También sé lo que es cumplir un sueño. No podría negarte este. Y ella está de acuerdo.

-¿De acuerdo con qué?- seguía sin creerme lo que estaba insinuando mi amigo.

-¿Quieres follarte a mi novia?

Aquello me descompuso por completo. ¿De verdad me había ofrecido a su novia para que perdiera la virginidad? O era el mejor amigo del mundo o el tío más raro. ¿Y había dicho que ella estaba de acuerdo? No terminaba de creerme lo que estaba pasando. De pronto lo que tantas veces había soñado estaba a mi alcance, y de un modo que nunca habría imaginado.

-¿Estas loco?- me limité a contestar. José sonrió.

Ese mismo fin de semana los padres de Sandra estaban fuera con la madre de José. Él se quedaba con Lorena, la amante lesbiana de su madre. En un santiamén lo arreglo todo. El sábado cenaría con su novia en casa de ella. Luego haríamos el amor. Él vendría el domingo a ver qué tal. Yo había pasado, desde que me dio la noticia, en una nube. Cuando el mismo sábado llamé a la puerta de Sandra no me llegaba la camisa al cuerpo. ¿Estaba pasando aquello de verdad? ¿Sería todo una broma y ella me cruzaría la cara por mi atrevimiento? En cuanto vi la sonrisa de mi diosa invitándome a pasar me sentí más tranquilo. Estaba deslumbrante, provocativa, pero no exagerada. Nos dimos dos besos en las mejillas, muy cerca de la boca. Pude sentir sus pezones en mi pecho al abrazarnos. Se me hacía raro estar con ella sin José delante, más aún sabiendo lo que iba a pasar. La conversación cenando fue distendida, al menos hasta que salió cierto tema:

-¿Te gustaron las fotos?

-¿Qué fotos?

-Vamos, hombre… ¿qué fotos van a ser?- preguntó poniendo una cara de circunstancias, y, ante mi negativa a entender lo evidente, añadió- esas en las que salgo chupándosela a José.

-Sí, er… estas muy guapa. ¿Sabías lo de las fotos?- no podía creer que mi amigo se lo hubiese contado.

-Pues claro. Las hicimos para ti. Fue idea mía, como una especie de regalo.

-Sandra, no entiendo nada.

-José me quiere y me respeta. Jamás violaría mi intimidad de esa forma sin mi permiso. También sé que nos espiaste en su casa. Lo supe todo el tiempo, incluso yo le propuse que dejáramos más luz, para que lo vieras mejor- ante mi cara de sorpresa soltó una carcajada- No te pongas rojo- añadió cogiéndome la mano- está todo bien. Manolo, quiero pedirte disculpas por lo que pasó la noche de la pelea. Yo misma la provoqué comportándome como una cría y a ti te tiraron al suelo por defenderme. Debiste hacerte daño y fue por mi culpa. Lo siento. Espero que por lo menos te compensara el pajote de luego- y aquí guiño el ojo, como buscando mi complicidad. No sabía que decir, estaba anonadado.

-Si José te quiere, ¿por qué deja que te acuestes con otro?- me atreví a balbucear como en un susurro. Aquella era la pregunta que rondaba en mi cabeza desde un principio y por fin había conseguido articularla. No es que quisiera mostrarme ingrato con mi amigo, que algo tan grande me había regalado, pero simplemente no lo comprendía. No comprendía que me dejara espiarles, que me enseñara las fotos, que permitiera que ella me hiciese una paja ni mucho menos lo que iba a pasar esa noche. Ya puestos, aún entendía menos que Sandra accediera a todo aquello. Si tanto quería a José, ¿por qué se acostaba conmigo?

-¿Qué crees que va a hacer él esta noche? Acostarse con otra- aquella revelación me pasmó aún más- No es que no nos queramos, pero para nosotros el amor no implica exclusividad sexual. Siempre estaremos juntos, pero podemos excitarnos y disfrutar con otras personas. Sé que es difícil de entender- añadió como adivinando mis pensamientos- pero mi familia es muy liberal, podría decirse que nos hemos educado así. Sé que te gusto mucho, que esta será tu primera vez y creo que puede ser muy bonito- aquí comenzó a acariciarme la cara- Siempre amaré a José, no importa lo que suceda, pero lo que pasará esta noche entre nosotros será muy intenso. Siempre lo recordaremos.

Y tras decir esto me besó. Ni que decir tiene que la cena se acabó en ese momento. Morreándonos apasionadamente y quitándonos la ropa fuimos hasta su cuarto. Había visualizado tantas veces una noche de amor con Sandra que me parecía irreal que estuviera sucediendo. La besé por el cuello mientras le quitaba el sujetador. Esos pechos tiesecitos y temblorosos que me encandilaban surgieron tras la prenda y me lancé a saborearlos como un bebe goloso. Ella tampoco permanecía pasiva y había cogido mi miembro, más enhiesto aún que la noche de la masturbación en el coche. Cuando me quise dar cuenta me la estaba chupando con esa boquita que tantas veces había adorado. Era la primera vez que me lo hacían, la primera chica que me la mamaba. Tuvo que parar al notar mis estremecimientos porque estaba a punto de correrme en su boca. Sonriendo, se bajó las bragas. Había llevado condones por si acaso, pero José ya me había explicado que tomaba precauciones para no quedarse embarazada y no creía que un virgen le fuera a contagiar nada. Se colocó sobre mí y mi pene acarició su vulva. Se la metí sin dificultad, se la notaba experimentada. La sensación fue increíble. Estaba tan nervioso, tan emocionado que creo que me faltaba la respiración. Se bamboleó despacio. Las paredes de su vagina me apretaban el miembro. Era maravilloso. La besé de nuevo. Podía sentir el sabor de su boca en la mía y el tacto de sus pezones sobre mi pecho. Al poco me corrí, estaba muy excitado. A ella no pareció importarle (tal vez ya se lo esperara) y siguió sobre mi besándome un rato, sorbiendo mi lengua con sus labios, jugueteando con nuestras bocas. Ni siquiera me había dado cuenta de que ya no era virgen.

No tardé mucho en estar otra vez empalmado. Nunca después me he vuelto a recuperar tan deprisa después de una eyaculación, pero entonces era un adolescente y estaba con la mujer de mis sueños. Ella lo notó y me preguntó si quería que lo hiciéramos otra vez. Claro que quería. Se irguió sobre mi otra vez y comenzó de nuevo. Esta vez duré más. Al cabo de un rato me erguí y quedamos ambos sentados sobre el colchón. Así la penetración era menos profunda pero a cambio podía prolongar más el polvo y acariciarla y besarla a mi antojo. Cambiamos de postura varias veces: sentados, a cuatro patas. Le mordí los labios, le acaricie el culo, le hice todo lo que había imaginado tantas veces. Al final acabé por segunda vez en la postura del clásico misionero mientras la besaba. Solo entonces tuvo ella su orgasmo. Todo su cuerpo se contorsionó y dejó escapar un suspiro ahogado por mi lengua que se enrollaba en la suya. Te quiero murmuré. No podía ser más sincero. Lo sé, respondió ella. Yo también te tengo mucho cariño. Eres fantástico. Más que la decepción por no ser adecuadamente correspondido, pues no me hacía ilusiones irreales al respecto, me inundó una ola de ternura hacia ella. La besé una vez más, mientras nos abrazábamos.

PARA CONTACTAR CON EL AUTOR

jomabou@alumni.uv.es

 

Relato erótico: “La boda de mi mejor amigo” (POR CARLOS LOPEZ)

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DE LOCA A LOCA PORTADA2Hola a todos. Lo primero es dar las gracias por los comentarios y sugerencias que me distéis después de mi primer relato. Me Sin títulohan animado mucho y ahí va el segundo: Espero que a las lectoras les guste un chico guapo y azorado en ropa interior. Sí, del tipo de ropa interior que gusta a las mujeres. Voy a apostar: ¿Unos boxer ajustaditos negros? Jaja, pues sí, la historia empezó conmigo desnudo de cintura para abajo, me encuentro en un salón de un hotel porque me he tenido que quitar el pantalón para coser el botón… Fuera se oye música.
No soy muy hábil cosiendo y ni siquiera lo tengo a medias.
¿Por qué estoy en esta situación? Pues es la boda de uno de mis mejores amigos y, después de la comida, rica y copiosa, los vinos buenos (sobre todo ese blanco que han puesto, fresquito y que se sube sólo), postre, cava, un licorcito… a mí se me ha descosido el botón del pantalón. Por suerte, he conseguido que me dejen un estuchito con aguja e hilo para ir a solucionarlo. Siempre hay una chica que lo lleva en el bolso, aunque sea un minibolso. Esos estuchitos que a veces se encuentran en las habitaciones de los hoteles son geniales para esto. También me han dejado pasar a este pequeño salón donde los novios dejan los regalos y pueden descansar un poco…
Sentadito en una silla, y con afán y atención estoy dedicado a mi tarea. Joder, qué poca maña tengo para esto… y hoy justo, que no llevo cinturón con estos pantalones necesito el botón. En ese pensamiento estaba cuando, de repente, suena la puerta y, torpemente trato de taparme… tengo que tener una imagen ridícula… con zapatos, calcetines, camisa y corbata, pero con mis piernas al aire en esta grotesca postura sentado en una silla, ahora encogido y avergonzado.
Entra una chica de unos 35 años. Preciosa, ya la tenía echado el ojo pero me dio la sensación de que venía acompañada de un chico, puede que su novio o su marido. No puede evitar reírse de mí y, en este momento pienso que es un bicho. Con la cara de buena chica que tenía y que me había despertado la curiosidad. De hecho, me había pasado todo el rato de la iglesia observándola unos bancos delante de mí. Una chica alta, esbelta, de pelo clarito recogido y bonita figura realzada por el precioso vestido que lleva hoy. Toda la misa mirando sus curvas, las marcas de su ropa, los rizos de su pelo… y ahora casi la odio.
A ella, que además de ser una super mujer, también es un encanto, le han pedido ir al cuarto a dejar una prenda de la novia y ha accedido. Sin esperarlo ella también se encuentra con un desconocido en esa rara actitud y ríe, un poco nerviosa, tratando de darse cuenta de lo que estoy haciendo. El vino también ha hecho sus efectos en ella. Es una prima de la novia y también me había visto ya entre los invitados, seguro que también se ha dado cuenta de cómo la observaba, pero no tiene muy claro a qué grupo pertenezco. Mi sonrisa es ridícula y ella, que no puede evitar reírse, empieza a sentirte un poco cruel con esa actitud.
No está muy claro si es ese remordimiento de reírse de mi desgracia, o porque también ha tomado un poco de vino, o bien porque me ve super torpe y lo de ser un sol le puede… pero, sin mucho control por parte del hemisferio racional de su cerebro, de sus labios salen las palabras mágicas “anda, déjame que yo te ayudo….”
“Noooooo, no hace falta”, digo yo, que lo que más deseo en este mundo es que desaparezca por la puerta por la que ha venido, o bien que se haga un agujero repentino en el suelo y me trague la tierra. En esa postura ridícula, con mis boxer negros apretaditos… con todo y con eso ella dice con una sonrisa maternal en la boca “traeeee”, mientras tira de mi pantalón, y yo me pincho con la aguja en un dedo, jeje no es nada pero me quejo mucho. “Aysssssssss”, soplo en mi dedo, lo que hace que ella, que ya va entrando en una fase claramente demonio, se ría con más libertad y diga…. “Perdona, jajajaja, perdona de verdad.”
Ggggrrrrrrrr, joder, ahora lo que pienso es que tengo delante a una de las chicas más atractivas de la boda (según la valoración conjunta de los amigos del novio jeje no sólo mía) descojonándose de mí. Qué mala suerte que me tiene que pillar en esta situación, y encima sin pantalones. Ggggrrrrr, sacando fuerzas de flaqueza (o también por el efecto del alcohol), la digo con mi mejor sonrisa inocente mientras coge el pantalón y la aguja… “ahora vas a ver te voy a poner nerviosa mientras lo coses a ver si te pinchas tú también, listilla”.
Obviamente me sigue la broma desafiante… “jajajajajaja no creo que puedas, si eres tan torpe que no sabes ni coser un botón”.
y yo digo… “¿que no?” y me pongo detrás de ella, con mi mano puesta castamente en su cintura…. bueno, castamente, jajajajaja, de casto no tiene nada porque la tela de su vestido es muy muy fina y siento el tacto y el calor de su piel…. Es curiosa la situación en la que estamos, somos dos desconocidos a los que una circunstancia de azar les ha llevado hasta aquí. Ella ya se ha fijado en mi camisa que es un poco (solo un poco) apretada y se notan mis músculos… de chico fuerte pero no de gimnasio… también en la mirada, y supongo que en cómo me queda el culo de los pantalones… mejor dicho, me quedaba, porque ahora mis pantalones están en sus manos.
Cuando nota mi mano en su cintura… siente un “chispazo”, una sensación agradable y nerviosa, no sé… el tacto piel con piel a través del vestido finito… incluso rozo la tira de su tanguita. Ufffff, me muero por saber cómo será su ropa interior, cómo el tacto de su piel, las curvas de su cuerpo…
Entonces, la música se pone de mi lado (de nuestro lado), y ponen una canción lenta, típica de las bodas para bailarla cogidos por la cintura. Me pongo a hacer un poco el tonto y a moverme con la música con las manos en su cintura mientras ella se sacude un poco “quita anda” y continúa intentando enhebrar la aguja… y yo digo “te vas a pinchar”. No conocemos nuestros nombres y, quizá por ello, la tensión sexual de la situación va en aumento. Hasta ahora lo ocurrido era algo casto, un poco de broma, pero ahora con mis manos en su vestido…. no me sobrepaso aunque algo en ella desea y se siente bien con el contacto.
Ella siente mis manos grandes y fuertes en la parte alta de los huesos de sus caderas, y el sonido de mi voz provocadora “a ver si enhebras así…”. Ella se ríe y dice “déjame anda, que al final vas a tener que salir en calzoncillos a la boda”.
Y yo sigo con el juego y con mi mejor sonrisa seductora argumento “es que esta canción hay que bailarla”. Sólo mis manos le tocan. Fuertes pero no lascivas. Ella insiste simulando algo de firmeza “deja anda!” (aunque internamente está deseando que siga) y hace un gesto con las caderas como de soltarse de mi contacto. El gesto es muy leve y su voz ya es aniñada, parece que la situación o el vino se está poniendo a mi favor. En sus manos tiene la aguja y el hilo y no lo ha soltado. Con su gesto, sin querer y mínimamente, roza mi paquete, que no está excitado pero tampoco relajado, está vertical pegadito a mi cuerpo y dentro de los boxer. Ambos disimulamos como que no ha pasado nada (es lo que se hace en estos casos ¿no?). Sin embargo la tensión aumenta.
Yo sigo diciendo con amabilidad, “anda, deja eso y vamos a bailar”, a pesar de que ambos sabemos que hay un poco de riesgo de que alguien entre en la habitación y eso le da cierto reparo, pues es una chica con pareja y arriesga más. Sin embargo, también la idea de poder ser cazados en esa actitud le hace sentirse algo excitada… ese morbillo del riesgo, de acabar la boda siendo el objeto de murmuración le produce una sensación extraña. Pero en realidad quiere bailar. Casi todas las chicas quieren bailar y más en la situación que se había creado. Pero, ¿y sí nos descubren? Mucha gente la conoce, es una prima de la novia y todos sus familiares están allí y, aunque es un baile inocente, el chico está medio desnudo. Y sí, está un poco excitada y divertida, yo sigo en su espalda y eso le provoca agitación. Puede percibir el olor de mi colonia y, este aroma es mágico.
Le digo “venga, uno sólo” y ella mira hacia atrás sin oponer resistencia y sonríe. Otro roce inocente entre nuestros cuerpos, mmmmm. Entonces, dice “vamos, pero un baile sólo” deja el pantalón en una silla y, tomando el mando de la situación para evitar riesgos, me coge de la mano hacia una puerta que no yo no sé donde lleva. Da a una habitación con una mesa y sillas, seguro que es donde luego se hará el pago del restaurante. Se pone frente a mí, y comenzamos a bailar…. de momento no muy pegados, con mis manos en sus caderas y las suyas en mi cuello estoy empezando a sentirme en el cielo. Soy un desconocido pero mis manos la electrizan, igual que a mí las suyas en mi nuca. Seguimos bailando y nuestros cuerpos cada vez se atraen más…. noto como ella me acaricia el cuello y yo siento ya su pecho rozando el mío…. uffffff es delicioso… su sujetador no lleva relleno y noto sus pezones completamente duros. Cada vez estamos más próximos. Nuestras caderas también están ya muy juntas, ella ya me siente en completa plenitud.
Casi espontáneamente, nos fundimos en un beso (y digo casi porque algo tuve que ver yo allí). Aunque se había convertido en super esperado, en inevitable, comienza tímido… suave, tranquilo… y segundo a segundo va evolucionando y se convierte en salvaje, ansioso, brutal.
Mis manos siguen en el mismo sitio, atrayéndola sin disimulo, y ella siente mi bulto, se recrea en sus movimientos sobre él. Se muere por acceder a mis calzoncillos, son los que le gustan a ella pero su marido se niega a usar. El vuelo de la camisa me tapa un poco de sus ojos, no de su piel. No sabemos ni como nos llamamos pero seguimos besándonos. Sus manos recorren mi nuca y ahora sí está desatada. El beso ya no tiene nada de inocente, es únicamente húmedo, morboso, sexual.
Y le digo con la mejor de mis sonrisas seductoras “cielo, te voy a pedir sólo una cosa y sería feliz si me la dieses”… continúo “la situación es muy injusta porque a mí me falta una prenda y a ti no”. “Dame una prenda… para tener un recuerdo tuyo cuando salgas por la puerta y desaparezcas de mi vida.” y ella, con un gesto coqueto y elegante, pero con un brillo especial en los ojos me dice “date la vuelta” y sin que yo le vea mete las manos dentro de su falda y se desprende de su precioso tanguita negro. Está mojadito por la parte de abajo, y piensa “estoy loca, a ver como justifico yo esto con mi marido cuando llegue a casa” pero de todas formas lo mete en el bolsillo de mi camisa y dice “ya” con su mejor sonrisa. “Voy a meter la mano a ver qué es”… y ella dice…. “nooooo, espera, tienes que dejar pasar un tiempo, cuando estemos en la pista de baile con todo el mundo. Nos miraremos y tú sabrás cuál es esa prenda”
En ese momento, en el punto álgido en el que estamos ensimismados con la atracción mutua que se ha desatado con el morbo de la situación, suena la puerta repentinamente… otra emoción más y me da un infarto. Ella ve unas cortinas muy espesas (en estas salas las hay) y tira de mi mano hasta meternos rápidamente detrás, tratando de contener nuestra risa nerviosa. En la sala entra la familia de los novios y el dueño del restaurante. Van a pagar el evento y nosotros escondidos en un rincón de la sala muy muy juntitos. Nos da miedo hasta respirar detrás de las gruesas cortinas y, a pesar de estar escuchando la voz de sus propios tíos (quizá precisamente por eso) su mano se dirige divertida a mi boxer. Siempre he pensado que las tías son mucho más retorcidas y, en este caso el morbo de estar escondidos y de las ganas de jugar le podían… si hasta podría jurar que había una sonrisa traviesa en sus labios mientras acariciaba mi polla que estaba a punto de estallar.
Siempre he pensado que estas ocasiones hay que aprovecharlas, y que si no lo haces te arrepientes toda la vida. Así que tardo un segundo en copiar su maldad desplazando mis manos también por todas las partes prohibidas de su cuerpo. Uffffffffff es precioso el vestido, las formas, mis manos llegan hasta sus piernas y entonces empiezan a subir mientras nos besamos con muuucho cuidado para no hacer ruido. Lo extraño es que no se oiga el latir de nuestros corazones.
Estoy en las nubes. Sus piernas son super suaves, son de seda, y su cuerpo tiembla. Yo también estoy muy excitado y lo sabe perfectamente porque lo está provocando y comprobando ella misma con sus manos en mi cuerpo. Llego a su pubis y ya puedo confirmar cuál es la prenda que está en mi bolsillo. Su sexo está caliente, hinchadito, empapado, completamente depilado. Mi mano sólo hace presión desde el exterior. No puede evitar un gemido y su respiración se hace más fuerte. Mi otra mano va a su boca, haciendo con mis labios un sonido imperceptible “ssshhhhhhhhhhhh” siento sus labios besando mis dedos. Estamos desatados, somos dos niños traviesos escondidos detrás de las cortinas y sabemos que no podemos hacer ningún ruido. Mientras mi otra mano sigue jugando con su sexo. ¿Quién me lo iba a decir a mí cuando la veía delante en la iglesia?. Ella no se queda atrás y su mano se mueve arriba y abajo sobre mi boxer. Estamos ambos excitadísimos. Introduzco mis dedos en su boca y me los moja mucho, con ansiedad, y los devuelvo a su entrepierna. Acaricio con sus labios, moviendo mis deditos hacia el entorno exterior de su sexo en un gesto distraído, como para despistarla, pero repentinamente introduzco dos deditos en ella, poco, unos centímetros, y lanza otro suspiro que creo que ha oído todo el restaurante. Pero yo sigo dentro de ella, explorando todos los lugares, con suavidad a veces, y más rápidamente otras.
Se da la vuelta y yo le ayudo a situarla contra la pared en la esquina, mis manos siguen en su cuerpo, sus pechos suaves y redondos, su piel, ummmmm, su sexo, húmedo y palpitante, su respiración, y le digo “cielo, te voy a echar un polvo que siempre recordarás”. “Síiiii” colabora subiendo un poco la faldita de su vestido y colocándose un poco pese a que sigue casi de pie inclinada contra la pared. Qué pena que esté oscuro y no la pueda ver, pero mi miembro es guiado por su mano, juega frotando un poquito con él la entrada de su coño que a mí me quema, de sus labios ummmmm. Le tapo la boca cuando su respiración se pone fuerte. Y cuando quita su mano de mi polla, ya dirigida, empiezo suavemente a meterla y sacarla dentro de ella. Uffffff qué situación…. Ahora no podemos ni hablar, no nos conocemos, pero algo nos ha unido y estamos en el paraíso. El morbo de poder ser pillados en cualquier momento, y la atracción que sentimos es brutal.
En todo caso lo hacemos con muuuucho cuidado por el miedo a que nos pillen. Tan despacio que en cada movimiento voy sintiendo como su sexo se adapta a mi polla según entra y sale. A este ritmo es incluso más placentero. Mis manos se recrean en sus tetas, que he sacado por arriba del vestido. Mis dedos mojaditos moldean sus duros pezones y deslizan en movimientos circulares sobre sus aureolas. Me muero por verlos, pero esa noche no tuve la fortuna de hacerlo. Voy susurrando barbaridades en su oído que ahora no voy a repetir. Para picar su orgullo digo “no esperaba que una chica bien esté aquí en esta situación, dejándose hacer esto por un extraño” y ella dice “nunca te fíes de una chica bien, ni de quién ha provocado la situación”. Me ha picado ella a mí, le digo “eres una chica mala, y te voy a dar tu premio por ser así”, “síiii, dámelo” y voy notando cómo cuando le hablo, subiendo el tono de mis palabras sucias, empieza a contraerse, una de mis manos pasa de sus pechos a su boca. Se la tapo e imprimo un ritmo más duro dentro del silencio… “esto es lo que quiere esta chica bien” llego a ser duro duro en mis gestos. Ella, con su vestido subido, sudando, sin hacer ruido, el corazón a mil por hora, tiene un orgasmo laaaaargo y profundo mientras mis manos se pasean por todo su cuerpo. Se contrae, se clava en mí, se frota, se convulsiona, noto sus uñas en mi espalda apretando mi cuerpo contra su espalda… es larguísimo. Larguísimo, profundo, morboso, silencioso.
Sólo unos segundos después, cuando su cuerpo se va relajando, nota los espasmos del mío… y los leves ruidos que emito y se siente contenta, culpable, excitada, enfadada, llena de amor, de sensaciones contradictorias… pero sobre todo viva.
Después de todo, aún tuvimos la suerte de que se quedó la sala libre de gente muy pronto… me dio un beso suave en los labios y me dijo “me ha encantado conocerte, pero ahora no puedo ayudarte con el pantalón, me están esperando” y arreglando informalmente su vestido salió ella también de la sala dejándome con cara de tonto.
No viene al caso cómo conseguí coser el pantalón después de este episodio. Tampoco fue el último encuentro que tuve con ella, pues al poco rato de volver a la pista de baile, la novia nos presentó como si fuésemos completamente desconocidos y, haciéndonos los despistados, conocimos nuestros nombres por primera vez. No sé si alguien notaría el brillo en nuestros ojos las veces que bailamos. Desde luego el imbécil de su marido no la hizo demasiado caso en toda la boda, lo que supone una prueba más de hasta dónde puede llegar la estupidez humana. Ganas me dieron de volver a nuestro escondite. En uno de los dos bailes que compartimos disimulando amistad, cuando se hizo la oscuridad le robé un beso en los labios y, cuando se le subieron los colores le dije al oído “tenemos que quedar un día para que te devuelva la prenda que llevo en el bolsillo, chica bien”. “Ven a verme cuando tú quieras, trabajo en Zara, en la tienda del centro comercial XXXXXXX”.
Esta es la primera vez que cuento lo que pasó. Ni siquiera lo saben mis amigos y me he cuidado de no poner nombres reales aquí. Después de esto, han pasado más cosas que contaré en próximos relatos.
Agradezco cualquier comentario o sugerencia diablocasional@hotmail.com.
Carlos López
 
 
 

Relato erótico: “La infiel Diana y sus cornudos (Antonio) parte 1 con prologo” (PUBLICADO POR BOSTMUTRU)

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TODO COMENZÓ POR UNA PARTIDA2—-Prologo

Sin títuloEsta es la historia mi ex y como nos hace unos completos cornudos lo que se contara a continuación gran parte es real otra la adorne un poco ustedes decidirán que creer, contaremos como detrás de esa apariencia de buena mujer dulce, recatada y hasta inocente hay una mujer que no se resiste a la tentación y al engaño de como una noche su actual pareja y sus antiguos novios y alguno que otro se enteran de las andanzas en diferentes etapas de la vida de Diana y como nos puso los cuernos y hasta logro humillarnos.

La historia comienza en Colombia no especificare en que región o ciudades, mi nombre es Antonio actualmente tengo 34 años iniciare este relato ya que conmigo comenzó todo lo que se narrara a continuación de la vida de mi ex Diana.

Diana ahora tiene 32 ella se fue a estudiar a Europa a realizar una maestría a los 29 años a España le fue bien pues ella siempre ha sido muy buena en los estudios, conoció a un ruso cuando termino la maestría y tuvo un noviazgo se fueron para suiza ya que él tenía su trabajo en ese país, aprovechando que estaba allá consiguió empezar un doctorado el cual está a punto de terminar, la relación con el no duro creo que al final no se entendían, estando en medio de su doctorado conoció a su actual pareja Steven(actualmente 32 años) originario de Suiza se fueron a vivir juntos las cosas marcharon bien y tuvieron un hijo que actualmente tiene 10 meses.
Aprovechando las vacaciones de diciembre decidieron venir a Colombia a para que Steven conociera a la familia de Diana y que los padres de ella y su familia conocieran a su hijo de paso reunirse con los amigos y actualizarnos de nuestras vidas.

Llego el momento de que Diana nos presentara a su bebe y a su pareja así que decidimos reunirnos en la casa de uno de nuestros amigos que se llama Fabián(31 años) que ya tiene esposa e hijo, fueron Leandro(34 años) que es el negro del grupo jejeje y tiene dos hijos y su esposa, Dana(31 años) con su esposo, Alejandra(32 años) y su esposo también un antiguo novio de Diana de nombre Adrián(31 años) que se volvió amigo nuestro y se encuentra soltero y yo que también fui novio de ella, solo falto José(33 años) que se alejó del círculo de amigos y solo aparece ocasionalmente tiene fama de conquistador él fue novio de Alejandra cuando todos empezamos a conocernos.

La reunión empezó se habló de nuestra vidas que hacíamos de recuerdos mientras tanto se bebió mucho licor se escuchó música y así se hizo tarde aprovechando que era fin de semana y que la casa donde estábamos era grande tenía varias habitaciones decidimos quedarnos a pasar la noche, las mujeres se llevaron a los niños el hijo de Diana y el de Fabián para que durmieran Diana en una habitación con su bebe y la esposa de Fabián con su bebe en la habitación principal ya a media noche Dana y Alejandra decidieron irse con sus esposos para sus casas en taxi, la esposa de Leandro tenia sueño y se fueron a dormir a una de las habitaciones de la casa Fabián también decidió irse a dormir nos dijo que estábamos como en su casa que el ya no daba más, solo quedamos en la sala Steven, Adrián y yo la actual pareja de Diana y sus Ex todos totalmente ebrios.

Steven hablaba bien el español para ser de suiza solo con un particular acento, nos pregunta aprovechando que no estaba Diana y que nos habíamos caído bien además de lo alcoholizados que como era ella cuando joven y de sus relaciones anteriores ya que él sabía que éramos sus ex, nosotros a manera de juego y entre risas le decíamos que como así que si no le había preguntado a ella de su vida él dijo que si pero que una cosa era que ella le contara y otra que lo escuchara de terceros, nosotros le respondimos que si es qué tenía dudas de ella, ya lo sabía yo por mi experiencia vivida con ella que no era un angelito como parece.
Él nos respondió que si le podíamos guardar un secreto le dijimos que sí, Steven nos dice es que la verdad Diana como pareja es increíble es una mujer muy linda con esa carita de inocencia es buena madre siempre está pendiente de mí del bebe la amo pero….
Ella me está engañando y a pesar de que lo descubrí me quedo callado por que no la quiero perder no podría vivir sin ella ustedes saben si ella era así con sus antiguas pareja?

La pregunta automáticamente me trajo recuerdos de lo vivido en el pasado con ella y esa sensación de miedo y excitación que recorre todo el cuerpo volvió a mí por mi mente recorrió el deseo de confesarle a Steven me vi reflejado en él y por lo vivido con ella sabía que era así, sabia como se originó todo ya que lo vi con mis propios ojos.
Observaba a Steven con miedo tristeza y esa sensación de incertidumbre en su rostro y decirle contarle lo que viví era lo mejor para que el supiera a qué atenerse y que decidir hacer con su vida.
Cuál fue mi sorpresa que al unísono Adrián y yo respondimos un rotundo SI.

Nuestras miradas se encontraron y quedamos sorprendidos le dije a ti te puso los cuernos, me respondió si y por lo que veo a ti también me respondió, le pregunte como te fue infiel, él me dijo que mejor empezara yo que había sido su novio antes.

Ante la mirada atónita de Steven empecé a narrar la historia que inicia 17 años antes y pude darme cuenta de que no solamente estábamos los tres escondido tras una esquina se encontraba Leandro espiando escuchando nuestras confesiones.

—— La infiel Diana y sus cornudos (Antonio) parte 1

Mi historia con Diana inicia cuando yo Antonio tenía 18 años y Diana recién cumplía los 16 nos conocimos por una amiga en común y de ahí con el resto de mis amigos Fabián, Leandro, José y por parte ella conocimos a Dana y Alejandra que son amigas del colegio cursaban 10 grado en un colegio solo de mujeres y vivían cerca, yo cursaba primer semestre en una universidad.

Diana era una niña de su casa inocente para su edad buena estudiante y responsable muy puesta en su lugar me encanto de ella su personalidad de gran corazón siempre ayudando en casa a su madre, su padrastro y sus dos hermanas siendo la hija modelo.

Físicamente es y era para esa edad una niña muy linda 1.
63 mts con carita inocente hermosa unos ojos cafés claros que a la luz se iluminan dándole un brillo especial que no podías dejar de observar de mirada inocente de piel suave toda una lolita con cabello crespo color castaño oscuro a la altura de los hombros pero siempre lo llevaba con dos transitas en forma de coleta en la parte de atrás de su cabeza y dos mechones de cabello al frente como una niña buena que en el fondo solo ínsita al deseo.
Su cuerpo para ser el de una adolecente estaba ya desarrollado y aun lo conserva igual una piernas tornada y gruesas suaves lisas que provocan acariciarlas con desenfreno, un culo redondo que dan ganas de amasarlo con unas caderas que dan a su cuerpo ese estilo de guitarra provocan meterle mano por entre sus piernas y por ultimo un buen par de tetas grandes 34c que provocan manoseárselas y chupárselas que van con ese cuerpo que solo provoca pecar.
Ella siempre fue muy recatada no le gustaba mostrar mucho a pesar de ser muy atractiva.

Empezamos a salir como amigos con todos los muchachos pero cada vez nuestra relación se fue haciendo más estrecha hasta que empezábamos a salir más solos que con los amigos no fuimos los únicos José y Alejandra también empezaron una relación, también me di cuenta que a Leandro le gustaba Diana por ser una adolecente tan linda pero ella solo lo veía como un amigo y no llego a darse cuenta de la atracción que sentía por ella.
Diana me invitaba a su casa y yo a la mía convivía con su familia, cuando hacían reuniones familiares, Diana me presentaba a su familia entre ellos había un tío político(Rodrigo, 41 años) el cual su madre le recomendaba que tuviera cuidado porque decían que él era un pervertido que siempre estaba de coqueto con las jovencitas se les insinuaba y siempre que había una niña linda cerca las miraba de forma perversa y no desaprovechaba oportunidad para estar abrazándolas y andar tocándolas también se cuidara de su hijo ósea su primo(David, 17años) que tenía una conducta muy parecida a la del papá.

En una de tantas reuniones con la familia de ella fue en unas vacaciones en una finca como a 2 horas de la ciudad de una de las tías de Diana se inició con un asado, a ella acudieron sus dos hermanas de 9 y 11años, tres tías una de ellas la dueña de la finca con sus respectivos maridos entre ellos el tío Rodrigo también fueron sus primas 3 en total que no pasan de los 12 años y el único primo varón David, notaba como el primo la miraba con deseo como desnudándola con la mirada ella se daba cuenta y se intimidaba y buscaba alejarse al igual su tío también la miraba de esa forma eso a ella la perturbaba y la ponía incomoda pero lograba disimularlo con el resto de la familia para mí no pasaba desapercibido.
Todos ayudábamos en el asado y colaborábamos con algo a mí me pidieron que ayudara con la carne en la parrilla que se encontraba en el jardín trasero de la finca que tenía una casa amplia de dos pisos con 4 habitaciones en el segundo piso un baño en la habitación principal y otro para las habitaciones toda la familia se encontraba en el jardín trasero, las niñas jugando algunos adultos hablando tomando cervezas, ahí de favor a Diana le pidieron que fuera a la casa y preparara una jarra de limonada yo me distraje con mis tareas ayudando pasaron como 5 minutos y perdí de vista al primo me empecé a preocupar y a buscarlo con la mirada no fuera que aprovechara para ir a molestar a Diana me volvió el alma al cuerpo cuando vi, se encontraba recostado en un árbol escuchando música con el celular seguí en lo mío cuando me acorde del tío a ese si no lo vi ahí volvió la preocupación en eso uno de los tíos de Diana me dice necesito más carne voy a ir por ella a la casa yo le dije tranquilo yo voy me dirigí a la casa veo al tío a un metro, ella se encontraba cortando unos limones dándole la espalda no se había dado cuenta de su presencia mientras este le morbosiaba ese culote que tiene y se agarraba la verga sobre el pantalón de repente le dijo.

Tío: hola como la estás pasando
Diana: ay hola tío me asusto no lo sentí
Tio: jajaja no te asustes no te voy hacer nada malo jejeje.
Como has crecido recuerdo cuando eras solo una niña ahora esta muy linda veo que te convertiste en toda una mujercita.

Ella toda apenada e incómoda le decía gracias tío.

Tío: y ese muchacho que vino contigo es tu novio.

Diana: Si Antonio es mi novio.

Tío: y cuanto llevan.

Diana: 6 meses.

Tío: y ya han estado juntos.

Diana: no y usted no tiene por qué preguntarme eso.

Tío: jajajaja no que tonto.

Diana: el me respeta y yo no tengo por qué contarle mis cosas.

Tío: respeto jajaja niña usted lo que necesita es un hombre de verdad no un niño, ese cuerpecito tuyo lo está pidiendo a gritos.

Diana se quedó como callada temerosa buscando que decirle mientras él la miraba como un lobo mira a un corderito acercándose y acariciándole el rostro y ella dejándose sin detener su avance en ese momento reaccione me aleje grite su nombré para anunciarme y hacerme como que apenas iba a entrar cundo llegue ella se encontraba con sus limones y el tío buscando en la nevera una cerveza al verme Diana me regalo una sonrisa y supo disimular lo que había ocurrido por otro lado su tío me miro con una sonrisa burlona.

Diana: amor y eso que haces por acá yo te hacia ayudando con el asado.

Antonio: no es que se está acabando la carne y me pidieron que llevara más, hay algún problema
Diana: no amor.

Antonio: y que hacen
Diana: aquí hablando con mi tio de cómo me iba en el colegio.

No podía creer me estaba mintiendo pero disimule creerle.

Tio: si es que la niña es muy inteligente es el orgullo de la casa tienes mucha suerte de estar con ella.

Me lo dijo con una actitud sobradora yo solo pensaba maldito degenerado.

Antonio: amor tú sabes dónde está la carne.

Diana: si ven te la paso.

Se dirigió a la nevera y saco unas piezas de carne que estaban en una bandeja me dio un besito en la mejilla y me dijo toma amor, mientras su tío miraba pícaramente.

Diana: mejor lleva esa carne que ya casi va a ser la hora para comer y deben estar esperando.

Prácticamente me saco de ahí, yo me quede desconcertado porque había visto lo que había ocurrido y ella no me dijo nada supuse que era porque no quería problemas armar un escándalo y dañar el paseo.

Decidí confiar en ella lleve la carne y seguí ayudando con el asado pero seguía inquieto así que decidí volver a la casa diciendo que iba al baño entre con cuidado y me acerque a la cocina y me escondí detrás de una pared la cual me permitía asomarme a la cocina y espiarlos.

Diana ya casi terminaba de preparar la limonada solo le faltaba el azúcar esta se encontraba en una alacena sobre el mesón algo alta para que ella se estiraba lo más que podía pero no alcanzaba a tomarla en eso el viejo tío Rodrigo se acerca por detrás y le restriega todo el bulto en ese rico culo metiéndolo entre sus bien redondas nalgas.

Tio: te ayudo jejeje
Diana: haaaaa, no.

Un suave gemido se escapa de esos dulces labios.

Tio: déjate ayudar para mi es todo un placer.

Diana: haaa, no yo puedo sola
Tio: tranquila mi putica se lo que necesitas y te lo voy a dar.

Y aprovecho para entregarle el recipiente con el azúcar poniendolo en sus manos e ir bajando sus manos y agarrarle esas tetas y estrujarlas a su gusto.

Yo me quede inmóvil en silencio inmóvil con un miedo que me recorría la espalda, frustrado con rabia me sentía impotente pero a la vez excitado la verga se me estaba poniendo dura, Diana no reaccionaba no ponía resistencia solo se dejaba hacer miraba ese acto grotesco una linda adolecente, una lolita con cara de inocencia y un cuerpo de pecado apoyada contra el mesón con un jean que le queda justo y le marca esas ricas nalgas, un tarro de azúcar en sus manos gimiendo suavemente y detrás de ella un viejo de 41 años barrigón, quedándose calvo blanco de piel grasosa de esas personas que siempre se ven sudorosas y sucias apoyándole la verga restregándosela haciendo movimientos de meter y saca agarrándole ese par de tetas que se ven voluminosas dentro de esa camiseta negra que usaba.

Diana: no aaahh aahh, pare que me hace
Tio: dándote lo que querías.

Diana: ya tengo el azúcar aahhaahaaa suélteme
Tio: zorrita eres una niña muy golosa tú lo que quieres es lo en este momento está entre tus ricas nalgas.

Diana: no déjeme que nos van a ver haahaahaa.

Y el viejo seguía y ella no hacía nada para páralo, el viejo la trae haca el empotrándola agarrándola de las tetas se acerca al oído de ella y le dice.

Tio: tienes razón te estas demorando mucho con esa limonada y a mí me va a empezar a buscar tu tia jejeje pero te aseguro algo de este paseo no te vas sin probar esta.

Acto seguido se despega de ella y le muestra el bulto que tiene en el pantalón que se ve enorme le agarra su tierna manita y hace que le apriete la verga con su mano.

Tio: mira como me tienes todo esto va a ser tuyo y te lo voy a dar por que te estoy viendo muy necesitada.

El viejo le soltó la mano pero ella no dejaba de agarrarle el bulto

Diana: No por favor yo todavía no he estado con nadie.

Tio: no puede ser, seré tu primer macho te voy a ser mi mujer es lo mejor que me ha pasado en la vida.

Justo al terminar de decir eso se acercó a ella y le pego un morreo de película con la mano izquierda le agarraba el culo se lo apretaba se la metía entre las nalgas y con la derecha le agarraba la teta izquierda mientras la besaba y le metía la lengua en la boca mientras tanto ella le seguía agarrando la verga y se dejaba hacer.

Al soltarla Diana le dijo por favor no.
El tío solo se burló y le dijo ya puedes soltarme la pija, ella reacciono como apenada y bajo la cabeza el solo se rio y la dejo ahí yo me escondí él se dirigió al baño me volví asomar a la cocina y Diana estaba agitada nunca la había visto así en ese momento me di cuenta que ella era una bomba de tiempo a punto de explotar que le gustaba que se aprovecharan de ella era sumisa y que yo no había conseguido nada porque creí que le gustaba que la respetaran ella me decía que eso le gustaba de mí que me portaba como un caballero.

Aproveche para volver a ayudar con el asado después salió Diana como si nada con la jarra de limonada se acercó a mí y estuvo conmigo mientras terminábamos con el asado nadie noto la demora por andar en sus cosas después de 10 minutos salió el tío creo que se hizo una paja porque ya no se le notaba el bulto que se gastaba.

Se sirvió la comida y notaba ciertas miradas entre el tío y Diana el de vez en cuando me miraba y se reía suavemente eso me enojaba y me ponía incomodo, la noche llego y la cosa quedo así a mí me dieron un pequeño cuarto con un camarote para cuando llegue la cama de abajo ya había sido ocupada por David así que para no incomodar tome la de arriba prácticamente no hablamos entre nosotros había tensión no le agradaba porque era el novio de su linda prima sentía celos el la deseaba.
Por otro lado Diana estaría en otro cuarto con sus hermanas y primas, en otra habitación dormía su mama el padrastro una tía y su esposo y en otra sus dos tías restantes con sus respectivos esposos entre ellos Rodrigo, esa noche no dormí bien en sueños venían imágenes de lo sucedido y la sentencia de Rodrigo diciendo que iba a ser su mujer desperté temprano con una erección tremenda me dirigí al baño a bañarme y hacerme una paja recordando lo que vi y como era sometida mi novia dejándose manosear al antojo de Rodrigo me vine como nunca bote una gran cantidad de leche termine arrodillado en el suelo del baño sintiéndome humillado y con temor de lo que iba a pasar.
Termine de bañarme y me vestí ya algunos habían despertado eran eso de las 8 a.
m.
decidieron que todos fuéramos a bañar al rio que está cerca al pueblo la finca se encontraba a 15 minutos en vehículo del pueblo así que apuraron a todos para salir a las 9am e ir al rio habían cuatro carros para llevar a toda la familia así que subimos a ellos con tan mala suerte para mí ya se darán cuenta por qué, que el carro del tío Rodrigo se averió al revisar el motor se observaba que una correa se había roto y se necesitaba un repuesto, en el pueblo había un pequeño taller y como quedaba de camino al rio se decidió ir todos en los tres carros restantes aprovechando que uno de los vehículos era una camioneta doble cabina con platón ahí podrían ir algunas personas ya que el trayecto era corto, en el pueblo Rodrigo compraría la correa para el carro iríamos al rio y al volver la instalaría pero con tan mala suerte que no había el repuesto ahí el mecánico le sugirió que fuera al siguiente pueblo que está a una hora de distancia en dirección a la finca pero que muy posiblemente no encontraría el repuesto ahí ya que esta algo difícil de conseguir que lo más seguro era ir a la ciudad que esta como a dos horas en la dirección al otro pueblo.

Tio: para no dañarles el pase voy a tomar un bus al siguiente pueblo si no encuentro el repuesto sigo hacia la ciudad mientras tanto ustedes vayan al rio y diviértanse.

Le dijeron que lo llevarían en uno de los carros él dijo que no que ya que éramos muchos era mejor que los carros se quedaran para poder movilizarnos que él estaría bien y que entre más rápido se fuera el en bus más rápido volvería.
Calculamos que se demoraría aproximadamente 4 horas en ir y volver y que el volvería para el almuerzo.
Yo me alegre porque iba a tener a ese viejo lejos de mi Diana así que fue a la estación del bus y en ese momento salía un bus con dirección a su destino que tomo rápidamente.

Los demás seguimos al rio, Diana siempre ha sido tímida así que para bañar utilizo una camiseta blanca algo grande para ella, un shorcito de algodón azul claro y debajo un bikini yo utilice una bermuda negra, todos estábamos muy contentos Diana se metió al rio y no sabía que era peor si solo hubiera entrado al rio en bikini o con toda esa ropa porque cuando se mojó se le pego al cuerpo mostrando esa tremenda figura que se gasta mostrando sus buenos pechos y su buen culo y a mí se me estaba parando la polla y no era el único cuando mire al primo la miraba con una cara de degenerado y se le veía un bulto casi tan grande como el del papá otros asistentes al rio también la miraban con deseo Diana inocente mente iba parando vergas por el lugar sin darse cuenta.
Así paso el tiempo estuvimos casi dos horas ahí luego decidieron ir hacer compras al supermercado por víveres y aprovechar ir a un restaurante y comer pero en el afán de salir de la finca diana olvido llevar ropa interior seca así que pidió si alguien la podía llevar a la finca para vestirse y volver le dijeron que bueno y que mejor se quedara que echará un ojito a la finca descansara iban a comprar la comida para llevar de ella y la del tio para cuando llegara de la ciudad así que la acompañe hasta la finca me prestaron un carro la deje ella entro a la casa y me devolví para el pueblo a unos 50 mts de la finca veo que viene la camioneta de uno de los tios con un tio y el padrastro de Diana venía con tres almuerzos y me dicen que si quería me devolviera y almorzara con Diana y le hiciera compañía mientras el resto se quedaba en el pueblo ellos se devolverían con el otro carro para poder traerlos a todos del pueblo yo me baje del carro se lo entregue al padrastro de Diana me dijeron que me acercaban yo les dije que no que estaba cerca y decidí caminar con los tres almuerzos ese corto trayecto devuelta a la finca.
al llegar entre tranquilo deje los almuerzos en la mesa y vi el repuesto nuevo para el carro del tio Rodrigo sobre ella cuando me disponía llamar a Diana para avisarle que estaba en casa escuche un grito en el segundo piso de la casa subí sin hacer ruido llegue a la puerta de su habitación que se encontraba abierta y cuál fue mi sorpresa cuando veo al tío Rodrigo sobre Diana que estaba tirada en la cama sobre la que duerme con la camiseta levantada mojada con las tetas fuera del sostén del bikini y el chupándoselas duro con desesperación apretándolas y amamantándose de ellas unas tetas espectaculares grandecitas con una aureola mediana perfectas para su tamaño rosaditas adornadas con unos pezones en punta mientras ella gritaba por el trato que estaban recibiendo ellos no me alcanzaron a ver así que rápidamente me oculte detrás del marco de la puerta no sé por qué lo hice en lugar de detener lo que sucedía.

Me quede callado sintiendo ese miedo recorrer mi cuerpo esa impotencia esa frustración ese enojo y también excitación la verga se me puso dura de ver a mi novia tirada en una cama dejando que ese viejo asqueroso y grotesco la tomara sin defenderse su única defensa era decirle.

Diana: tío por favor no aaaaaahhh para aaaahhh me haces doler aaaahhh

Parecía una puta con la mirada perdida gimiendo mientras el tío la manoseaba y le metía la mano en la entrepierna y la estimulaba.

Tio: estoy seguro que no quieres que pares estas toda mojadita mi pequeña putica y yo te lo prometí te voy a dar mi verga para que goces te voy a mandar a casa desvirgadita.
Tengo que aprovechar el momento, te vi llegar con el cornudito de tu novio y me escondí para que pensaran que no había llegado y tuve suerte porque no tuve que ir a la ciudad en el pueblo logre encontrar el repuesto, cuál fue mi sorpresa que te veo llegar a la finca y te dejan solita para que yo pueda disfrutarte.

Diana: no tío por favor no me desvirgue tengo novio y lo amo.

Su única resistencia eran solo palabras de las cuales su tío solo se burlaba pero de resto se dejaba besar acariciar el tío le estaba metiendo un morreo completo sobre la cama.

Le empezó a bajar el shorcito junto con la tanga del bikini se los saco por completo los tiro lejos y le abrió esas riquísimas piernas la imagen que se observaba era de lo más pornográfica que puede haber una hermosa lolita con carita de inocencia con sus dos trencitas y cuerpo de diabla su piel suave clara perfecta su camisa arremangada hasta el cuello ese par de tetas fuera del sostén del bikini con unos pezones completamente en puta rosaditos el viejo parado sudoroso con esa barriga prominente abriéndole ese par de piernas deliciosa con sus converse rojas aun puestas lográndose divisar un coñito una cuquita gorda apretada rosadita de labios carnocitos totalmente depilada solo pensaba el festín que se va a dar este viejo hijo de puta con mi novia y yo ahí sin hacer nada con los sentimientos encontrado a flor de piel no aguante más y me saque la polla y me empecé hacer una paja lentamente totalmente excitado perdiendo la cabeza viendo como mi novia me iba a poner los cuernos con el tío pervertido del cual su madre le advirtió que se cuidara y lo peor le iba a romper el coño antes que yo.

El viejo procedió a agacharse, acercarse olerla y empezar acariciarla diciéndole esta cuquita merece mucha verga y tu querido tío te la va a dar vas a ver cómo te encanta y al final tu solita vas a venir a buscarme para que te la clave terminado de decir eso empezó a pasarle la lengua por toda la rajita le habría esa chochita con los dedos le pasaba la lengua se la metía por toda su vagina le chupaba su clítoris ella solo gemía y se mordía los labios recibiendo esa placentera chupada de coño perdiendo su voluntad.

Tío: te gusta cómo te la chupa tu tio
Ella no respondía solo gemía e intenta conservar su dignidad mientras tanto el seguía chupando y ella gimiendo.

Tio: te gusta cómo te la chupa tu tio, respóndeme o acaso quieres que me detenga.
Al escuchar eso ella solo reacciono.

Diana: tio no por favor no te detengas, si me gusta lo que me haces aaahhh aaaahhh aaaahhh mmmm.

Yo observaba como mi novia ya empezaba a volverse la putica de su tio y si no hacía nada iba a terminar entregada a él como su macho y que creen seguí ahí haciéndome una paja observando como perdía a mi linda novia a manos de un pervertido que le iba a dar una clase intensiva y me la iba a pervertir.

Tio que rico me la chupas no pares siento que me vengo… si mi zorrita estas toda encharcadita….
Aaahhh ahhhh mmmm tio me vengo estoy toda mojada aaaaaaah aaaajaaaa aaaaaiiiiii.

Empezó a convulsionar todo su cuerpo vibraba y esas ricas tetas se movían descontroladamente se vino copiosamente en la boca de su tio le alcanzo a mojar la cara quedando tira despaturrada en la cama respirando con dificultad.

Que rico sabes mamacita pero ya es hora de que me des placer a mí y aprendas a chupar una buena polla.
Empezó a desabotonar su camisa mostrando esa prominente barriga llena de pelos se la quitó la dejo caer al suelo luego se quitó el pantalón dejando ver unos calzoncillos rojos desteñidos con el elástico gastado lleno de manchas amarillentas al frente y totalmente estirados por el bulto que se le hacía en la entrepierna que se veía descomunal era impresionante Diana miraba hipnotizada ese bulto no podía dejar de verlo la veía con cara de preocupación como asustada.
Te gusta lo que vez bebe en eso se bajó el calzoncillo dejándolo caer al suelo la cara de Diana era un poema no sabía que hacer estaba asustada y no podía dejar de ver tremenda verga me sorprendí el viejo hijo de puta se gastaba una verga descomunal la mía con la excitación estaba brotada gruesa de unos 16 cm pero la del querido tío era un monstro grueso lleno de venas cabezona le debía medir como 22cm con unas pelotas enormes y peludas, yo no solo pensé que le iban a romper el coño a mi novia sino que se lo iban a destrozar ella evidente mente asustada le dijo que por que no dejaban las cosas así él le respondió que después de darle placer a ella no era justo que lo dejara con tremendo garrote en ese estado.

Diana: tio eso es muy grande si me la metes me vas a destrozar si quiere se la chupo y lo dejo que se me venga encima pero no me meta eso por favor, le dijo en tono suplicante.

Tio: Déjame pensarlo mientras tanto ven siéntate en la cama y chúpame la verga que te mueres por tenerla en la boca.

Diana obedeció temerosa él viejo aprovecho para quitarle la camiseta y el sostén acercarle la verga a su dulce boquita y acariciando su linda carita de niña buena con una mano y con la otra en el cuello la verga empezó a abrirse paso por su tierna boquita lentamente mientras el viejo suspira y mandaba su cabeza medio calva hacia atrás le decía así mi niña suave usa tus labios para apretarme la verga chupa y usa tu lengua mientras me la chupas, yo solo veía el esfuerzo de la pobre Diana que apenas podía meterse semejante tranca en la boca el viejo empezaba a moverse hacia adelante y hacia atrás, ella solo intentaba resistir en una de esas le empieza a meter esa verga más y más ella empezó a desesperarse y a intentar sacarla pero la tenía bien sujeta pude ver como un par de lágrimas rodaban por sus mejillas mientras el viejo reía hasta que estuvo satisfecho y la soltó ella empezó a toser e intentar respirar.

No que le pasa que bruto eres casi me ahogo… el solo se reía y le respondió bebe tienes que aprender a tragártela toda… no ese pipi es muy grande todo eso no me cabe en la boca….
tranquila amor que con la practica vas aprender a chuparme la verga bien como a mí me gusta y vas a poder tragártela toda más bien ven y termínamela de chupar a tu gusto.
Diana se acercó a esa grotesca polla la tomo con sus manitas saco su lengüita y le empezó a lamer el glande pasado un rato le empezó a coger el gusto y empezó a meterse la cabeza en la boca siguió un rato más y ya degustaba esa verga con pasión casi se podía meter la mitad en la boca.

El viejo se sentó desnudo en la cama ella simplemente se arrodillo, Yo solo veía como empezaba a chupar esa verga con pasión ya lo estaba disfrutando ahí supe que le iba encantar mamar vergas chupaba esa verga como desesperada esperando su premio el tio solo le decía así bebe ves cómo te gusta la verga del tio ella solo respondía si tío está muy rica tu verga podría comérmela para siempre… así me gusta mi nenita me la estas chupando como una profesional me vas hacer venir… si tio nunca he probado semen pero si sabe tan rico como tu pipi quiero probar el tuyo.
Yo la veía Diana estaba muy caliente nunca la había visto así toda desesperada por verga era otra persona su cuerpo despedía lujuria y los peores pensamientos ya era más puta que la dulce jovencita de la que me enamore su cuerpo lleno de curvas solo incitaba a follar y el viejo no iba a desaprovechar la oportunidad, le pregunta sobrinita quieres la lechita de tu tio y ella dejando de chupar y suplicando le dice si por favor, entonces vas a tener que dejar que te la meta para poder deslecharme, mi novia esta vez no lo dudo le dijo está bien pero ten cuidado esa verga es muy grande para mí y me va a doler mucho…tranquila mi niña lo voy hacer con cuidado así que la tomo la acostó en la cama la pudo en el borde de la cama se acostó sobre ella la empezó a besar en la boca se daban lengua con pasión Diana estaba entregada le correspondía los besos, se besaban como enamorados apasionados yo sentía unos celos enormes de verla tan puta y tan receptiva con el tio seguía haciéndome la paja me dolía la verga de lo dura que la tenía estaba demasiado excitado viendo el show y la cornamenta que me montaba mi dulce novia y yo sintiéndome como un imbécil por tratarla con respeto y en el fondo lo que quería era que se aprovecharan de ella y la trataran como el objeto del placer que realmente mostraba su cuerpo mientras se besaban su querido tio le sobaba su enorme verga por su abdomen después se arrodillo en el suelo la abrió de piernas esa terrible tranca quedo justo a la altura de su jugoso coño.

El querido tiito cogió su enorme verga y empezó a restregarla en la entrada del jugoso coño de mi dulce novia esta comenzó a gemir, poco a poco empujo con fuerza para meter esa abominación en su tierno coño que estaba chorreante de sus jugos esto le ayudo a que empezara a entrarle lentamente Diana empezaba a quejarse yo solo veía desde mi escondite haciéndome una paja bestial como su pequeño coñito de iba abriendo a medida que esa vergota iba entrando y como sus paredes se iban estirando para dar cabida a tremendo invitado Diana se quejaba y daba muestras de dolor en su cara, la verga entraba sin detenerse la cara del tio era de éxtasis no podía creer que le estuviera partiendo el coño a su linda y bien educada sobrina alrededor del coño se mi novia empezaba a divisarse un poco de sangre ella le decía al tio que le dolía que parara pero él no tenía intenciones de detenerse ella le recordó que le había dicho que iba a tener cuidado, sus gritos ya empezaban a escucharse por toda la casa y eso más excitaba al viejo pervertido que ya le había metido más de la mitad totalmente enloquecido le empujo los 10cm faltantes de verga sin miramientos con todas sus fuerzas esto la destrozo le abrió el coño a todo lo que daba y un grito desgarrador se escuchó creería que hasta el pueblo y lágrimas brotaron de su rostro mientras le dejaban clavado toda la verga para que se acostumbrara sintiendo se victorioso por a ver desvirgado a Diana se le empezó a reír y a tratarla de puta y perra a burlarse de mi de lo cornudo que era y de lo fácil que había sido culiarcela mientras tanto Diana se quejaba le salían lagrimas no sabía cómo ponerse o qué hacer con tremenda tranca que atravesaba sus entrañas la estaban partiendo en dos y yo solo veía haciéndome una paja desesperada y pensando eso te pasa por puta.

Tio por favor sáquemela me está destrozando toda aaaaahhhh aaayyyyyy nooooo aaaaahhhhh pare por favor….
tranquila perra que dentro de un rato ya me vas a pedir que no te la saque nunca por ahora acostúmbrate a mi tamaño para que puedas gozar de una buena follada.

Rodrigo se inclinó sobre mi pobre novia y el mas mínimo movimiento era una agonía para ella que se quejaba este la empezó a besar sus labios dulcemente para para calmarla ella todavía se quejaba entonces decidió meter una mano entre ellos y estimular su clítoris consiguiendo que esta empezara a gemir entre dolor y placer así estuvieron un rato, sus besos continuaron pero ya empezaban hacerse más intensos se empezaban a comer sus bocas a jugar con sus lenguas veía como el viejo le metía su asquerosa lengua a mi hermosa novia ella simplemente la aceptaba con gusto y correspondía a sus caricias gimiendo ya más entregada, el tio se dio cuenta de eso y se empezó a mover lentamente metiendo y sacando sus 22cm casi hasta sacarla de su coño podía ver como se abría y cerraba su vagina como succionando esa verga, ella empezaba a gemir ya el dolor le estaba pasando solo había placer veía el rostro de mi novia como se le volteaban los ojos y como sus enormes tetas con sus pezones en punta se bamboleaban con el movimiento que le imprimía su tio que ya tomaban velocidad.

Aaaahhh siiii aaaaahh si tiiiiooo aaaa empiezo a sentir rico no pa.
res poo…or faaa.
vooorr….
sabía que te iba a gustar perrita se te notaba que por dentro llevas una puta tremenda sedienta de verga….
si tiiiooo cre.
ooo que siii soy bi…en putaaaaa aaaahhh sígueme clavando esa vergota aaaahhh…siiii putica aaaa que apretada estas me estas exprimiendo la polla como una buena puta aaaa lo que tú necesitas es un hombre de verdad un macho que te satisfaga aaaaa siiiiii no el niño cornudito que tienes por novio que es un tremendo imbécil que no supo cómo tratar una hembra como vos que le gusta que la traten como a una verdadera puta de seguro tiene una verga pequeña y por eso no te ha cogido aaaaa que rica estas puta.
Tenía razón mi verga era pequeña a comparación de la polla que se gastaba me sentí humillado pero me sentí peor cuando entre gemidos mi querida noviecita le decía si tienes razón y de ahora en adelante tú vas a ser mi macho y voy hacer lo que me pidas con tal de que me des pija siempre voy a ser tuya.
A mi Dulce Diana se le salió la puta sedienta de verga que llevaba dentro el tio logro lo que quería pervertir a su sobrina y tenerla a su disposición como su puta personal ahí entendí que de ahora en adelante iba a ser un cornudo incapaz de reclamarle algo por temor a perderla de que su tio iba a seguir beneficiándose de ella sin importarle la familia, al aceptar eso Diana también lo entendió sabía que engañaría a su familia y sobre todo a una de sus tias que también llevaría unos lindos cuernos y ella que siempre la había tratado como la hija que no tuvo eso la excitaba más y la ponía muy caliente mientras tanto su tio le chupaba sus jugosas tetas pasaba de una a otra y la seguía clavando con todas sus fuerza llevándola a un nuevo orgasmo que la hacía convulsionar y el cual le apretaba la verga a su amado tio como si se la estuviera succionando.

Aaaaa por dios putica como me exprimes la polla nunca había sentido nada así ni siquiera con tu tia he sentido tanto placer eres deliciosa me tienes loco….
Aaaahhh en serio tio te gusto….
si mi pequeña zorrita me facinas….
y lo hago mejor que mi tia….
claro que si amor eres mucho mejor que esa vieja cuarentona estas muchísimo más rica…aaiii tio gracias…claro que si guarrita ahora ven que no hemos terminado.

Su amado tio la levanto y la puso boca abajo sobre la cama dejando a la vista ese tremendo culo redondo que se gasta se subió encima de ella y le empezó a penetrar la vagina desde atrás Diana totalmente acostada empezó a recibir los pollasos de su macho que la empezó a clavar sin piedad ella solo gemía y le pedía más él se acostó sobre ella aplastándola empezando a besar su cuello después su mejilla izquierda has llegar a su boca donde empezó a meterle la lengua la cual recibía con gusto mientras gemía y recibía su verga con alegría, desde atrás podía ver como mi amada le metían tremendo mastodonte que atravesaba por entre sus nalgas hasta llegar a su vagina y como esta se abría al recibir los pollasos que le daba con desesperación parecía que quisiera matarla a punta de verga, pero ella solo pedía más y que le diera más duro su viejo amante la complacía y la clavaba a toda velocidad los gritos se escuchaban por toda la casa….
si grita todo lo que quieras aprovecha puta que no hay nadie en la casa y puedes gritar a gusto….
aaaahhh siiii aaaaahhh dame como a una puta aaaahh.

Pero yo si podía escuchar sus gritos que me taladraban la cabeza y el corazón empezaron a salirme algunas lágrimas pero no podía dejar hacerme una paja y mirar tremendo espectáculo estaba entregado al placer de ver a mi novia con la que pensé pasar bellos momentos siendo taladrada como una perra en celo por su ahora amado tio que la trataba como una verdadera puta y ella contenta de serlo, su tio la seguía clavando y sin sacarle la verga le puso ese culote en pompa quedando a cuatro patas como una verdadera perra la vista era espectacular ver esas nalgas perfectas paradas con ese pollon atravesándola y ella arqueándose para dejarle bien ese culo parado y la pueda seguir penetrando a su gusto el tio la agarro de ese par de nalgones y la empezó a clavar sacándole casi toda la verga dejándole solo la puntica para poder enterrársela de nuevo y así la cogió lo más rápido que pudo….
aaaaaa por favor no pares se escuchaban los gritos en toda la casa dame así la siento toda, siento como me entra tu vergota como me está abriendo por dentro no pares por favor…claro que no voy a parar tremenda puta me resultaste sobrinita te voy a dar toda la verga que te mereces que es mucha….
siiii aaaa siiii tiiiooo quieroooo muchaaa veeerrrgaaa.
Definitivamente mi amada novia ya era su puta y eso que solo le bastó un día y medio para hacerla su puta y faltaban 5 días más para que terminara el paseo solo pensaba que más podría pasar mientras tanto la faena seguía y de mi novia solo salían aullidos de placer y deseos de que se la sigan culiando en eso empieza a decir aaaaaa amoorrr me veeengo otra veeez ….
al escuchar eso Rodrigo aun teniéndola en cuatro agarrándola de sus trencitas como si estuviera cabalgando una yegua y que yegua la que cabalgaba en ese momento la suelta del cabello pone su barriga peluda y sudada sobre la espalda de mi amorcito dejándome una vista espectacular de como seberenda verga se le entierra en el coñito a Diana pasa sus manos por delante agarrando con cada mano ese par de tetones que además de ser grandecitas se le veían hinchadas por la excitación y se las empieza a apretar duro como si las quisiera ordeñar ahí empieza a tener un orgasmo brutal empezando a gritar aaayyyy aaaaayyyy mi cuquita, mi cuquita, me vengo con ese chimbo adentro casi la hace desmayarse y hacerla caer pero ya que su tio la tenía bien agarrada de las tetas no lo permitió el viejo empezó a decir a mierda me estas volviendo a exprimir la verga como me la aprietas siento que me estas ordeñando no aguanto más me voy a venir y como pudo le saco la verga del coño a mi novia ahí pude ver cómo le abrió todo el coño la volteo la sentó rápido ya casi se le salía la leche y a mí también ella toda perdida como desmadejada por orgasmo no coordinaba la tomo del cabello con su mano izquierda y con la derecha empezó a pajearse tremenda tranca que se veía descomunal al lado de su rostro y le dice no querías mi lechita bebe abre la boquita que te voy a dar tu ración ella como un autómata con la mirada perdida abrió su boquita y el empezó a pajearse rápido apenas se la jalo la primera ves soltó litros de leche sus huevotes que estaban bien cargados empezó a llenarle toda la carita el cabello y por supuesto su boquita se la lleno de leche parte de la leche que tenía en la cara le resbalaba y le caí en ese par de tetas que se gasta dejándoselas todas untadas cuando termino de eyacularla toda le dijo ahí tienes toda mi lechita ahora trágatela y ella aun sin voluntad empezó a tragar toda esa descarga que le tenía la boca a rebosar para después abrirla y mostrársela ahora vacía….
te gusto mi leche mamona…si está muy rica tio quiero más….
que puta insaciable eres sí que te gusta la verga ven te ayudo cogió su verga morcillona se la restregó por toda la cara recogiendo el semen que podía y le dijo toma cómetela que tiene leche, Dianita como una verdadera puta se la empezó a chupar quitándole todo el semen que traía tragándoselo y dejándole la verga limpita.

Yo por mi parte viendo como llenaba de semen a mi novia y se lo hacía tragar me vine con una buena cantidad de semen que se estrelló contra una pared la deje untada pero ni en comparación a la que recibió mi novia en su cara y en su boca la cual ahora guarda gustosa en sus entrañas, tome mi camisa por un costado y limpie el semen de la pared para no dejar evidencia de que había estado ahí.

Diana por su parte quedo tirada en la cama con cara de satisfacción agotada por el tratamiento que le dio su tio pero feliz en su cara se veía una sonrisa que nunca vi con algo de perversión que denotaba una felicidad que no le cabía en el cuerpo ahí estaba ella toda culiada y el viejo aun lado mirándola sentado con cara de triunfo por haberse follado a una buena hembra a pelo ni condón se puso y eso lo llenaba de orgullo a Diana tampoco le importo que no usaran protección ella simplemente gozo, el espectáculo y los cuernos bien puestos que me puso mi novia y su querido tio duro alrededor de una hora eran ya las 12 pm la familia estaba por llegar y tenía que hacer algo para disimular el hecho de que yo estaba ahí desde las 11am y que no los pillaran, así que baje al primer piso tome los almuerzos Salí de la casa y desde afuera grite Diana llegue con los almuerzos entre lentamente para darles tiempo y ponerlos sobre aviso llame a Diana nuevamente pero no respondía subí a su habitación y encontré la cama vacía algo desarreglada pero sin señales de Diana y de Rodrigo me asome por una venta y alca a ver a Rodrigo que iba con los pantalones en la mano y el repuesto del carro en calzoncillos con la camisa abierta saltando una barda a propiedad vecina que por suerte para él estaba vacía escabulléndose de repente escucho a Diana que me llama desde el baño diciéndome que se está bañando, baje y la espere mientras tanto intente comer el almuerzo pero no tenía muchas ganas después de ver todo lo que ocurrió a los 15 minutos baja Diana intentando disimular que nada pasaba pero bien sabía yo que si, ella con dudas empezó a cuestionarme que hace cuanto había llegado, porque estaba ahí, que por que no estaba con el resto de la familia, le respondí que hace poco había llegado que la llame desde afuera apenas llegue eso la tranquilizo un poco después le dije que me mandaron con los almuerzos para los dos y también el de su adorado tio para cuando llegara a eso de la 1pm por lo que venía desde la ciudad con el repuesto eso la tranquilizo pero se notaba extraña por lo ocurrido, le pregunte que si estaba bien me dijo que sí que solo era cansancio por estar nadando en el rio luego le ofrecí la comida que traía pero me dijo que mejor no que se sentía medio llena y no tenía hambre y como no después de que vi cómo se le comía la vergota se gastaba el tio y después se tragó una gran cantidad de leche este le surtió debía tener los intestinos llenos de semen del tio.
A eso de la 1pm llego el resto de la familia venían con las compras Diana disimulaba muy bien como si no hubiera hecho nada y con esa carita de niña buena y de inocencia que tiene a nadie se le pasaba por la cabeza que la niña se hubiera metido su buena fiesta en privado con su tio se portaba muy cariñosa conmigo afectuosa demostrándome el gran amor que decía sentir por mí, yo por mi parte trataba de disimular pero por dentro me sentía destrozado y humillado cada vez que miraba a Diana solo veía como se le entregaba al tio, las imágenes de como este la penetraba me causaban excitación y me ponía dura la polla la cual tenía que disimular para que no vieran mi erección cada rose que sentía de su piel sentía que me iba a venir a duras penas lograba resistir a eso de la 1:30pm apareció el tio la cara de Diana se ilumino se puso contenta de verlo y disimuladamente se miraban esta baja la cabeza cada vez que sus miradas se encontraban y le regalaba una tímida sonrisa yo por mi parte moría de celos y rabia, su tio cuando me miraba se burlaba de mi como si yo no me hubiera enterado de nada.

El resto del día paso se llegó la noche ya todos muy cansados se empezaron a retirar a sus habitaciones el tio Rodrigo se despidió de cada uno de los integrantes de la familia de penúltimo se despidió de Diana dándole un abrazo sintiendo todo ese delicioso cuerpo y mientras lo hacía me pareció que le murmuraba algo al oído por último se acercó a mi puso una mano a un costado de mi cara y con una sonrisa de desprecio y burlona me dijo que duermas bien Antonio hasta mañana, le respondí igualmente justo cuando se retiraba pude notar que en el pantalón se le estaba formando un bulto.

Todos se empezaron a retirar para ir a dormir Diana se despidió de mi me dio un suave beso en los labios diciéndome que me amaba yo le dije que igual que la amaba mucho y me hacía muy feliz el poder tenerla como novia.

Al llegar a la habitación e David ya estaba durmiendo en el camarote en la cama de abajo yo me subí a la de arriba e intente dormir, no podía dormir bien daba vueltas me despertaba estaba intranquilo me dieron ganas de ir al baño así que me levante con cuidado baje del camarote David se encontraba profundo me dirigí al baño descalzo luego de terminar baje a la cocina a tomar un poco de agua para tranquilizarme al bajar las escaleras la sala da al lado izquierdo y la cocina al lado derecho hacia el lado de la sala logre percibir una luz tenue así que me quede escondido tras las escalera escaleras me asome y pude ver una pequeña lámpara encendida sobre una mesita pequeña que está justo al lado del sofá y en el sofá o sorpresa estaba el tio Rodrigo desnudo y mi novia totalmente en pelota cabalgándolo como amazona podía ver como este le metía esa enorme polla mientras le agarraba esas nalgotas redondas que tiene con las dos manos y le dirigía el ritmo de la culiada mientras tanto mi novia con la cabeza hacia atrás gemía suavemente para que no la escucharan al ritmo de la follada que le estaban metiendo ofreciéndole ese par de tetas grandes a su tio para que se las chupara y se amamantara de ella en eso alcanzo a escuchar aaaaiiii tio me voy a venir otra vez que rico te siento aaaahh aaaaahhhh….
yo también me voy a venir putica exprímeme la verga como sabes aaaaa.
Ambos empezaron a venirse en un orgasmo que intentaban silenciar pude ver como escurría un líquido blanco por las enormes pelotas del tio y como estas se contraían en espasmos me di cuenta que está llenándole el coño a mi novia con litros de leche mientras esta se agitaba con cada surtida que le daba el tio.

Me llenaste toda siento toda tu leche dentro de mi aaaaa que sensación que rico como mi macho me llena….
a putica que rico es deslecharme dentro de ti nunca en mi vida había follado tan rico.

Aun con la verga adentro de ella toda morcillona se empezaron a besar el tio le metió la última manoseada a mi novia y le dijo pórtate como niña buena y límpiame la polla no quiero que tu tia se dé cuenta que estoy deslechado gracias a su sobrinita.
Diana descabalgo ese trozo de carne pude ver cómo le escurrían una gran cantidad de semen bajando por entre sus ricas piernas para luego arrodillarse y empezar a mamar esa morcilla que tiene el tio por verga la chupo con gran maestría tenía un talento natural para mamar vergas el tio solo gemía Diana se la dejo bien limpia pero no la soltaba hasta que le dijo ya putita golosa llevamos casi una hora follando y tú me sueltas la verga…perdón tio es que tu pipi está muy rico y tu leche sabe muy bien….
no te preocupes bebe que tu tio te va a seguir surtiendo tu lechita pero ya es hora de ir a dormir y pueden vernos ya encontraremos el momento para que te la pueda seguir metiendo….
bueno tio.

Diana se levantó con una sonrisa de niña inocente se puso su calzoncito así como estaba toda llena de leche luego un shorcito pequeño para dormir y después su camiseta amplia, yo mientras tanto subí las escaleras sin hacer ruido y me metí a mi habitación me subí al camarote me sentía traicionado, triste, con miedo totalmente confundido una lagrima salió de mi ojo y no aguante más baje mi pantaloneta y me empecé hacer una paja con desesperación estaba totalmente caliente no aguante mucho y me vine encima totalmente excitado y entregado a mis cuernos me guarde la polla me limpie la leche con mi ropa interior y lentamente me empecé a quedar dormido.

A todo esto Steven y Adrián me miran sorprendidos con una erección notable en sus pantalones mientras de reojo lograba ver a Leandro en su escondite agarrándose la polla.

Y eso que no les he terminado de contar como siguió el paseo.

Continuara….
?

  • : Esta es la historia mi ex y como nos hace unos completos cornudos lo que se contara a continuación gran parte es real otra la adorne un poco ustedes decidirán que creer, contaremos como detrás de esa apariencia de buena mujer dulce, recatada y hasta inocente hay una mujer que no se resiste a la tentación y al engaño de como una noche su actual pareja y sus antiguos novios y alguno que otro se enteran de las andanzas en diferentes etapas de la vida de Diana y como nos puso los cuernos y hasta logro humillarnos.
 

Relato erótico: “La infiel Diana y sus cornudos (Antonio) Parte 3” (PUBLICADO POR BOSTMUTRU)

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TODO COMENZÓ POR UNA PARTIDA2Les seguí contando ya al día siguiente sería el último día que estaríamos en la finca desperté a eso de las 9am Sin títulonuevamente sintiéndome como un miserable como poco hombre arrepentido de dejar que ahora el primo me le surtiera pija a mi novia y la dejara bien cogida me decía no lo voy a permitir no me la voy a dejar coger nuevamente.

Baje el camarote David seguía dormido con cara de satisfacción, me puse una camiseta unos zapatos y baje ya la mayoría estaban despiertos incluso el tío que pervirtió a mi novia por lo que no se trasnocho atendiendo a la sobrina los únicos que faltaban era Diana y David estaban algo trasnochados era obvio los salude a todos desayune mi suegra dijo que iba a despertar a los bellos durmientes que teníamos que aprovechar que era el último día para ir al rio y un rato al pueblo, fue los despertó se levantaron asperezados de mala gana desayunaron se alistaron y aseo le las 10 ya estábamos llegando al rio.

Organizamos donde nos iba a quedar empezamos a compartir y a meternos al rio a bañar Diana como siempre muy recatada entro con ropa encima de su bikini a bañar al rio llevaba una camisetica gris de manga corta pegada al cuerpo que apenas le cubría hasta la cintura y le dejaba ver su bonita figura y unos shorcitos de tela que apenas le cubría ese culo redondito y nalgón fue meterse al agua y empezar a parar vergas toda esa ropa se le pego y se le empezó a meter por sus deliciosos pliegues, el tío Roberto solo la miraba con cara de pervertido se saboreaba nada más con mirar tremenda hembra eso si teniendo cuidado de que su amada esposa no lo fuera a ver, David hacia lo mismo, Diana se percató de que sus dos machos la miraban y disimuladamente se coloca en poses mostrándose para provocarlos más eso sin que ellos se percataran que les estaba coqueteando a los dos, ya este par de degenerados padre e hijo estando en el agua tenían los bultos levantados se los tocaba y mostraban a Diana disimuladamente y luego se metían al agua para que no los vieran ninguno de los dos se enteraban que su sobrina y prima ya se había revolcado con los dos el único era yo que lo había visto todo en esas estábamos mientras Diana, mis cuñadas, su prima, su primo y yo jugábamos con una pelota David no desaprovechaba para en medio del juego manosear a Diana agarrarle las tetas el culo rastrillarla puntearla con la verga en medio de ese par de nalgotas y mi amorcito disimulando pero en la cara ya se le veía lo caliente que andaba, así estuvimos como una hora cuando la esposa de Rodrigo se acerca a él le da un abrazo de forma cariñosa cuando se percató de la tremenda erección que traía su esposo y sorprendida dice….

—hay amor que paso por que esta así….

—Es que estoy contento por ti amor (mintió era obvio por quien se gastaba esa erección) ….

—Amor eso no es sano hay que hacer algo.

Dirigiéndose a sus hermanas les dijo….

—tengo que volver a la finca que se me quedaron unas pastas y les pico el ojo….

La mama de Diana le respondió:

—eeehh pero si ya va a ser la hora del almuerzo falta una hora y tenían que ir a comprarlo al pueblo….

La esposa de Rodrigo dijo que a esa hora volvían.

Se llevó a rastras a Rodrigo sin que este pudiera opinar.

En mi interior reí me dije por lo menos la esposa lo va a mantener alejado de mi Diana solo falta que se fuera el primo para tener tranquilidad.

Mi suegra empezó a decir que por que no comprábamos la comida en el pueblo y la traíamos al rio para comer nos pareció buena idea a todos así que decidieron que mi suegra, su hermana y esposos fueran al pueblo a traer la comida como el trayecto era corto 15 minutos a pie decidieron caminar y así distraerse a Diana por ser tan responsable le encargaron que cuidara a sus hermanitas y primos, ya la cosa no se empezaba a ver bien para mi empecé a ver como que se avecinaba algo pero dije mientras este aquí y sobre todo con las niñas no puede pasar nada las niñas empezaron a decir que tenían sed de tanto jugar, mi suegra me dijo:

—hay una tienda como a 10 minutos por que no compras dos botellas de gaseosas para que tomen y para el almuerzo.

Diana me miro con cara de súplica y como de no le vas hacer el favor a mi mamá, no le podía decir no a mi suegra, le dije claro con mucho gusto y por dentro pensaba me voy arrepentir de esto.

Diana el primo y las niñas siguieron jugando en el rio mientras los demás salimos a cumplir con nuestras tareas yo solo di una última mirada y David tenía una sonrisa de oreja a oreja y Diana también no me quedo de otra salí caminando rápido y cuando los perdí de vista arranque a correr no quería dejar a Diana mucho tiempo sola con el primo y me la fuera a coger, llegue a la tienda en 5 minutos y volví en otros 5 cuando llegue o sorpresa solo estaban las dos hermanas y la prima jugando en el rio le pregunte a la hermana más pequeña (9 años) que era la que tenía más cerca y tu hermana, me dijo que se había ido con David a explorar el rio más arriba y que no se demorarían que nos quedáramos aquí….

El miedo y la incertidumbre me recorrieron todo el cuerpo le dije que se quedara ahí que los iba a buscar.

Salí rápidamente a buscarlos subí rio arriba no los veía estaba azarado al otro lado del rio vi un pequeño sendero casi oculto decidí ir por ahí pero nada solo vi una roca gigante solo miraría atrás de ella y me devolvería cuando fui a ver ahí estaban la tenía contra la roca la estaba besando se comían las bocas era espectacular se veía muy sensual y deliciosa con su ropa toda mojada toda pegada a ese cuerpo solo hecho para el placer.

La camisetica gris toda mojada a su cuerpo hacían ver esas tetas enormes más grandes y apetecibles David le apretaba una mientras no paraban de besarse el shorcito mojado se le pegaba a ese culo metiéndose en sus pliegues David con su mano libre le apretaba una nalgota los dos la estaban pasando bien yo de nuevo sintiéndome traicionado y con una excitación que no aguantaba me saque la verga y me empecé a pajear oculto sin hacer ruido mirando cómo me corneaba nuevamente.

David le subió la camisa hasta el cuello y le saco esas grades tetas del sostén del bikini se veía súper ricas y apetitosas se las empezó a chupar se amamantaba de una a otra Diana gemía muy feliz con la cara llena de lujuria, David paro le desabrocho el shorcito se lo quito la volteo contra la roca la acomodo le puso ese culaso en pompa con las piernas un poco abiertas dejándola indefensa se arrodillo ante tremendas nalgas le dio una nalgada Diana solo voltio su cabecita para verlo arrodillado detrás de su culo.

David le dijo….

—Que rico culaso, ese culo va hacer mío.

Acto seguido le abrió las nalgas y le enterró la lengua en el ano.

Diana no esperaba eso solo grito:

—aaaaahhhhhh mi culooooo mi culitooooo noooo aaaahhhh por ahí nooooooo.

David no paro le siguió metiendo su lengua y moviéndola en círculos le pasaba la lengua a gusto le lamia ese hoyito rosadito se lo chupaba y le pasaba la lengua como queriéndoselo arrancar a punta de lengüetazos ya Diana no ponía objeción tenía la mirada perdida y solo le paraba más el culo para facilitarle el trabajo, David le empezó a escupir en el ano y lo llenaba de babitas y se lo acomodaba con los dedos.

David le pregunta….

—Me vas a dejar, cierto puta.

Diana con su cabecita hacia atrás mirando lo que le hacia su primo con una expresión de puta completa le respondió….

—Si hace lo que tengas que hacer solo tené cuidado que soy virgen por ahí.

Apenas le dijo eso David le metió un dedo suavemente, yo me vine votando chorros de leche al piso, pero no se me bajaba la erección y seguía excitado.

David le metía el dedo y se lo sacaba lo movía en círculos le escupía el ano le seguía moviendo el dedo por dentro se lo metía y se lo sacaba, la cara de Diana era de puta no le molestaba estaba sintiendo mucho placer, David le metió dos dedos y le dio el mismo tratamiento Diana se acostumbraba solo gemía como una perra loca de placer, David le metió tres dedos ya Diana empezó a gemir más fuerte después de un rato le saco los dedos pude ver su anito rosadito algo abiertico.

David le dijo….

—Chúpamela y déjamela bien babeada o te va a doler.

Diana se arrodillo le empezó a chupar esa pollota mi pobre novia apenas le cabía toda esa vergota como podía la chupaba pero ella es muy decidida y se metía más de la mitad le acariciaba esas pelotas se sacaba el pene de la boca y se metía uno de esos huevotes que apenas le cabía en la boca y se lo chupaba le escupía la verga se la dejo toda llena de babas totalmente mojada y le dijo a su primo….

—Ya te la deje lista primito….

—Bueno puta ahora ponente en cuatro que te voy a desvirgar el ano.

Diana acato la orden del primo se puso a cuatro patas le paro bien ese culote arqueo la cintura dejándola bien parada.

David le dijo:

—mejor pone la cara en el suelo deja el culo así y con las manos abrite las nalgas.

La visión era pornografía pura no pude resistir ver a mi novia así toda ofrecida estaba bien puta me volví a venir bote más leche al suelo la polla no se me bajaba seguía erecto me dolían los huevos.

David se acomodó sobre el culo de su prima la verga de David descomunal para el anito se su prima a pesar de estar un poquito abierto por la dilatación parecía que no iba a entrar parecía que si se la metía la iba a matar lentamente fue bajando y empezó hacerle presión a ese anito rosadito con esa cabezota el culo de mi novia se empezó a estirar su carita se empezaba a desfigurar a medida que entraba cada centímetro era un rostro de dolor y sufrimiento empezó a gritar….

—Noooooo por favor para aaaaaaaa me estas matando noooooo….

—Tranquila preciosa solo va la mitad jejejeje….

—Noooo ya no más me estas abriendo toda aaaaaayyyy.

David no se detenía metía más y más a Diana se le salieron las lágrimas pero lo intrigante era que no dejaba de para el culo y abrirse esas nalgotas bellas hasta que David hizo tope con el culo de su prima se la metió hasta las pelotas, le metió esa barra de carne de 19 cm, solo veía como el primo había acabado de desvirgar analmente a mi novia.

Se quedaron quietos para que ese culo se adaptara a tremendo invasor David fue bajando sus manos por el abdomen hasta llegar a ese enorme par de tetas se agarró a cada una apretándolas duro la fue levantado de ellas hasta que quedo en cuatro mi pobre novia quedo en cuatro con la espalda arqueada poniéndole el culo parado con toda la verga enterrada en el ano, el sobre esa bella espalda, mi pobre amada solo sollozaba David le empezó a besar el cuello chuparle una oreja besarle una mejilla y a decirle lo linda que era que se veía preciosa con toda esa polla dentro del culo que se veía como una Diosa del sexo mi novia se fue relajando David le seguía apretando esas tetas que estaban a reventar estaban muy hinchadas los pezones estaban brotados como si se le fueran a reventar David bajo una mano y le empezó a tocar el clítoris Diana tenía el coño hecho una cascada le chorreaba toda ya Diana gemía y David se empezó a mover suave la empezaba a sacar casi toda y la metía lentamente Diana parecía una gatita ronroneando su querido primo empezó acelerar más Diana gemía más y más ya era puro placer David se aferró de sus tetas y le empezó a dar más duro y a besarla se pasaban sus lenguas y seguían cogiendo ya solo eran la imagen del placer Diana le dijo:

—aaaahhhh creo que aaahhh me voy aaaah veniiiirrr….

—Venite amor venite que tenemos que acabar rápido.

David se arrodillo atrás de mi novia sin sacarle ese pedazo de carne la agarro de las cadera y se la empezó a meter duro y rápido mi amorcito empezó a gritar de placer y a poner los ojos en blanco David empezó a gritar y eyacular dentro del culo de mi novia las pelotas se le movían con cada venida hasta que le dio una última clavada dura y profunda dejándole esa verga toda enterrada, mi amorcito cayo de cara toda desmadejada con la mira perdida, babeando por la boca con el culo todavía en pompa y su primo aferrado a ese buen par de nalgas con la polla adentro mientras se recuperaban yo me vine nuevamente tire más semen al piso ya el pene me dolía de lo tan duro que se me había puesto.

David le saco ese pedazo de morcilla gruesa, el culito de mi niña estaba todo abierto se lo había estirado todo, de él broto goterones de leche con un hilito de sangre que le pasaban sobre esa vagina chorreante y caían al suelo dejando un charco blanco en él, algunos goterones bajaban por sus piernas y quedaban ahí pegados.

David le dijo….

—Amor estas bien….

—Si un poquito adolorida pero bien….

—Te gusto mi zorrita….

—Al principio me dolió pero ya después le cogí el gusto al final me gustó mucho casi me partes en dos pero me encanto me gusta que me la metan por el culo quiero que me la sigan metiendo por el culo también….

—Diana eres una puta quien te ve primita con esa apariencia de niña buena y en realidad eres toda una puta ven más bien levántate que tu novio el cornudo ya debía haber llegado.

Habían pasado 20 minutos del acto sexual en total ya habían pasado 30 minutos desde que los adultos habían salido por la comida ya deberían estar llegando y no iban a encontrar a Diana a su primo y a mí, salí rápidamente de vuelta donde estaban las niñas al llegar los adultos no habían llegado la hermanita me pregunto por Diana le dije que no los encontré a los 5 minutos llego mi novia caminando con dificultad junto al primo, le pregunte que donde estaba y por qué se había ido con el primo, nerviosa me dijo no es que queríamos conocer un poco y explorar que no se habían demorado tan solo fue un momento también le pregunte por que caminaba así con dificultad y tenía los ojos llorosos tratando de guardar compostura y disimulando el nerviosismo me dijo que se había resbalado y que cayo sentada golpeándose fuerte por eso estaba así pero que ya se está sintiendo mejor, después me pregunto que si había llegado hace mucho yo le mentí y le dije que había acabado de llegar, 5 minutos después llego el resto de la familia con la comida y después el tío Rodrigo y su esposa que venía con una enorme sonrisa, se sirvió la comida, comimos junto al rio recogimos todo fuimos al pueblo pasamos la tarde hablan, caminando, conociendo, compartiendo en familia.

Veía como el Tío Rodrigo se acercaba le decía cosas pero no escuchaba así paso el resto del día hasta que se hizo de noche y volvimos a la finca estuvimos hablando un rato más Diana se portaba normal conmigo como una buena novia, dieron las 11pm todos empezamos a retirarnos para dormir ya al siguiente día volveríamos a la ciudad.

Me encontraba cansado así que apenas me subí a la cama caí dormido David también se durmió eran como la 1:10am cuando sentí que el camarote se movió entre dormido vi que David salía de la habitación pensé que iría al baño espere un rato note que se demoró en volver habían pasado como 15 minutos ya se me hizo raro tanta demora baje del camarote no había nadie en el baño iba a bajar por las escaleras cuando lo encontré escondido agachado ahí con la pantaloneta abajo el pene parado masturbándose y mirando hacia la sala, estuvo un rato ahí hasta que se levantó entro en la sala, yo me acerque y ocupe su lugar.

En la sala con la lámpara prendida se veía a mi novia abierta de piernas el tío la tenía agarrada de cada tobillo enterrándole la verga con muchas ganas mi novia gemía suavemente con los ojos cerrados sintiendo mucho placer, Rodrigo se detuvo de cuando vio a su hijo ahí parado con esa vergota hinchada a punto de reventar Diana al sentir que su tío se detuvo con toda esa pollota enterrada abrió los ojos vio ahí a su primo con la pantaloneta abajo y su pene parado.

David le dijo a su prima:

—que puta eres también te estas acostando con mi papá.

Rodrigo sorprendido al escuchar eso solo dijo:

—que te acostaste con mi hijo que puta saliste y eso que solo te desvirgue hace un par de días.

David: Tú fuiste el que le estrenaste ese coño que envidia papá bueno por lo menos le alcance a romper el culo antes que tú.

Rodrigo: sobrina me sorprendes que rápido te volviste una viciosita y tan buena niña que te veías todos en la familia te ven con orgullo y con tanto cariño, si tu mamá y tu papá supieran que la niñita de sus es tan putica se morirían de vergüenza jajajaja y pobre de tu novio si te viera jajajaja abierta de piernas y con mi verga hasta las entrañas jajajaja.

Diana: aaaahhh hmmmm tío esto es culpa suya yo me estaba portando bien hasta que usted se aprovechó de mi aaaaiii que rico es esto y mi primo también tiene la culpa él también me cogió estando yo tranquila más bien deje de hablar y sígase moviendo tío.

David: que pedazo de puta es mi prima no me culpe que usted empezó por andar de buscona ahí con ese par de tetas grandes, ese culazo y esas trencitas dejándose manosear y que le apoyaran la verga entre ese par de nalgas.

Mientras le decía eso Rodrigo había reiniciado el mete y saca como si nada y mi novia ya estaba gimiendo mirando a sus dos machos con cara de vicio, así estaban cuando David les dijo:

—no me van a dejar así —mostrándoles la verga toda tiesa.

El papá le dijo:

—claro que no hijo seria mal padre.

Y le cedió el turno David cogió a mi novia de los tobillos y la empezó a clavar duro como lo hacía su padre mientras este le colocaba la polla en la boca a su sobrina quien empezaba a chupar a gusto así estuvieron turnando se a mi novia por un tiempo, después la pusieron en cuatro sobre el sofá apoyando sus manos sobre el espaldar y parando ese espectacular culo, el tío Roberto le empezó a penetrar el coño aguado a mi novia agarrándose de las cadera y dándole como si no importara mi amorcito era feliz solo gemía contenta abriendo su dulce boquita de lolita pa cual no demoro en ser ocupada por su primo que le metió su pedazote de carne ahogándole los gemidos igual que antes padre e hijo se la turnaban cambiado de agujeros.

En uno de esos turnos que le toco a David clavarla por la concha decidió que era mejor idea volverle a romper el culo así que sin consultar le apretó la verga sobre su ano que todavía estaba un poco abierto por el tratamiento recibido en el rio y esta fue entrando lentamente al sentir esto mi novia empezó a desfigurarse le la cara ya iba a gritar cuando su tío vio eso y decidió silenciarla metiéndole lo más que pudo de esos 22cm de carne gruesa y empezarle a embestir la boca así estuvieron un rato mi novia estaba toda ida solo se dejaba la cogían como una muñequita de trapo, cambiaron de turno ahora el tío al ver ese culo abierto ya listico no lo dudo y le empezó a meter ese monstro por el culo mi novia lo resistió con orgullo ya sentía placer por el sexo anal que le estaban propinando solo gemía placenteramente David le puso la verga en la cara y ella empezó a chupar muy contenta así estuvieron mientras el tío la bombeaba duro aferrado a sus nalgotas.

Estuvieron un buen tiempo turnándose el culo de mi novia hasta que ya veían que no iban aguantar más estaban muy excitados así que el tío le dijo a mi novia….

—Ven sobrinita cabálgame que ya voy acabar y te quiero chupar ese par de grandes tetas lechera.

Se sentó en el sofá quedando un poco afuera su cabeza se apoyaba en el espaldar Diana se le monto encima y lo cabalgo como buena jinete estaba saltando sus grandes tetas se bamboleaban ella las cogió con sus manos se las ofreció al tío que de inmediato la trajo hacia él y se las empezó a chupar les pasaba la lengua las chupeteaba como queriendo sacar leche en esa posición quedo con el culo en pompa el tío cogió con sus dos manos y le agarro esas deliciosas redondas voluminosas y bien paradas nalgas y se las abrió diciendo “hijo te toca”.

David al ver como su papá le ofrecía las nalgas de mi novia no dudo y le enterró ese trozo de carne por ese culote se agarró de las deliciosas caderas de mi novia y la empezó a bombear duro, los tres gemían suave pero placenteramente, padre e hijo se coordinaron en las embestidas mientras uno se la enterraba toda en sus entrañas el otro casi se la sacaba y así estuvieron dándole un mete y saca a mi tierna novia que se dejaba sumisamente con una cara de puta perdida llena de placer en toda la habitación se escuchaban sus suaves gemidos estuvieron así hasta que después de 5 minutos empezaron a jadear más intensamente hasta que las grandes pelotas de tío empezó a contraerse y a moverse me le empezó a llenar de le che la concha casi al instante a su primo lo ocurría lo mismo y le empezó a eyacular en los intestinos se los estaban llenando era un espectáculo ver como se contraían y movían esas vergas y esos huevos surtiendo a mi novia de una cantidad impresiónate de leche que le empezaba a escurrir por sus orificios aun con esas vergas bien metidas la cara de ella tenía una expresión de placer intenso los ojos los tenía en blanco y estaba babeando, su tío solo decía dios mío me está ordeñando la verga siento como me la exprime y su primo también comentó:

—aaaahhh su culo también me está exprimiendo la verga siento como me la aprieta.

Así estuvieron hasta que dejaron de moverse quedaron ahí con mi novia en medio y con sus vergas metidas y chorreantes mientras había visto todo eso yo me masturbaba como loco y me venía con cantidades de leche que me tire encima.

Después de ver cómo le habían metido esa doble penetración a mi novia subí a la habitación a descansar los dejé ahí, ya más relajado un sentimiento de culpa que me empezaba a invadir caí dormido.

A la mañana siguiente desperté a eso de la 9:30am ya casi todos estaban despiertos solo faltaban David y Diana cuando baje del camarote David dormía placenteramente baje salude a todos vi al tío Roberto lucia cansado me saludo me miraba burlonamente con ironía en su cara, la familia ya alistaba maletas se organizaban yo desayune me vestí organice maleta, como a las 10:30am despertó David estaba contento me miraba y se sonreía me saludo como su padre con una doble intención sabía que también se burlaba de mi por lo cornudo que me habían hecho en el paseo, el desayuno se vistió, prepararon la comida sirvieron a eso de las 12:30pm despertó mi novia se veía ojerosa le preguntaron que si estaba bien dijo que no había podido dormir que dio muchas vueltas, yo solo pensaba lo mentirosa que era, no durmió bien por estar ensartada por el primo y el tío, me sentía cornudo, traicionado con ese arrepentimiento deje que desvirgaran a mi novia por todos sus agujeros ella iba a regresar a casa hecha una adicta al sexo, adicta a su tío y primo sabía que no se iba a detener ahí y cuando tuviera la oportunidad me seguiría poniendo unos lindos cuernos.

Todos estaban en el primer piso listos esperando ya casi todos tenían el equipaje listo faltaba mi novia quien comió rápido y disimuladamente le hizo un guiño al primo mientras comía termino dijo que se bañaba alistaba la maleta y bajaba así que tuvimos que esperarla 10 minutos después empezamos a montar las cosas en los vehículos y hablar fuera de la casa entre todos mientras esperábamos para irnos de un momento a otro perdí a David de vista ya no estaba afuera de la casa me escabullí en un momento que estaban todos distraídos solo pensaba no puede ser que vuelva a pasar con cuidado subí al segundo piso el baño estaba vacío todas las puertas de las habitaciones estaban cerradas abrí la que ocupaba con David lentamente pero no había nadie ahí me acerque a la que ocupaba Diana y escuche ruidos me quede escuchando pegado a ella y alcance a oír ….

—Primita toma tu lechita para que te vayas a la casa cargadita chúpamela rápido que nos van a empezar a buscar….

Solo se escuchaba las chupeteadas “glop glop glop que rica la tienes primo glop glop glop glop”.

No podía creer mi novia le estaba haciendo una mamada de despedida al primo así estuvieron un rato hasta que escuché ruidos en las escaleras rápidamente entre en la habitación que ocupaba y entreabrí la puerta y pude ver pasando al padrastro de mi novia se dirigió a la habitación de Diana y sin preguntar abrió la puerta mientras entraba y decía…

—Diana su mamá que se apure que nos va a coger la tarde.

Mientras su cara se empezaba a poner blanca y abría los ojos, me acerque por detrás escondido tras el marco de la puerta, la imagen era increíble David le sacaba la polla toda enorme y morcillona untada de babas y semen de la boca a mi novia, Diana había acabado de tragar una buena cantidad de semen se encontraba arrodillada con el cabello mojado toda húmeda envuelta en una minúscula toalla que apenas le cubría ese par de tetas grandes pero no ese delicioso culo ya que al estar arrodillada se le salía todo, mi novia con la cara pálida la boca abierta con algo de semen que le salía por la comisura de sus labios.

De sus ojos empezaban a brotar un par de lágrimas por cada una de sus mejillas.

Padrastro: Que está pasando aquí.

David: nada tío.

Padrastro: Como que nada, tienes la polla afuera untada de semen y babas y mi hija esta arrodillada con la boca untada de tu semen.

Diana: Papá no es lo que parece.

Padrastro: Que no es lo que parece entonces me estoy imaginando que le acabas de hacer una mamada a tu primo, a tu primo Diana que va a pensar tu mamá y toda la familia de esto.

Diana: Papá no les diga nada por favor.

David: Tío si no diga nada.

Padrastro: Cállese David que me da ganas de golpearlo más bien salga de aquí voy hablar con esta vagabunda.

Rápidamente me escondí en la habitación que ocupaba nuevamente vi pasar a David acomodándose la polla y subiéndose el pantalón iba asustado, me asome y vi la puerta que se cerraba, pero no quedo totalmente cerrada quedo entreabierta aproveche para mirar que sucedía.

El padrastro se acercó a su hija que seguía arrodillada mirándolo con lágrimas en los ojos con su cabeza a la altura de la entrepierna de su padrastro.

Padrastro: no lo puedo creer Diana su mamá todo lo que la ha cuidado y mire como se comporta como una puta.

Diana: No papá solo fue una vez, yo no lo vuelvo hacer por favor no le diga a mi mamá.

Padrastro: Si claro una vez, a ver y por qué lo estaba haciendo.

Diana: Tenia curiosidad y mi primo me convenció.

Padrastro: Curiosidad tremenda puta nos salió de seguro ya te has acostado con un resto de personas porque con esa carita de niña buena y ese cuerpazo que te gastas ya debes estar más usada que puta barata.

Diana: No papá no me diga eso yo no he estado con nadie.

Padrastro: Si como no cuando te vas a quedar en casa de tus amigas seguro aprovechas para acostarte con todos los que podas sos toda una puta pobre tú novio debe tener unos cuernos gigantescos.

Diana: No papá eso no es cierto.

Padrastro: Yo le decía a tu mamá que no te dejara ir a quedarte donde tus amigas por que de seguro te ibas a putear…. Ya que sos una puta te voy a enseñar.

Su padrastro es un hombre muy serio trabajador de 1.68mts.

De contextura algo delgada algo barrigón, calvo narizón de piel blanca una persona que siempre ha estado pendiente de su familia y la ha cuidado mucho que conoció a Diana cuando tan solo tenía 5 añitos, se empezó a desabrochar el pantalón se bajó un poco el calzoncillo y saco una verga de 20cm parada cabezona gruesita con un par de pelotas grandes toda peluda se la apunto a la boca y le dijo.

Padrastro: Chúpala rápido que nos están esperando.

Diana: no yo no se lo voy a chupar usted es mi papá es esposo de mi mamá no la voy a engañar a ella.

Padrastro: ahora te vas hacer la digna la niña buena si no quieres que le diga a nadie me vas a tener que sacar toda la leche puta.

Acto seguido la cogió de la nuca y le enterró la mitad de esa verga a mi dulce novia que le escurrían las grimas en la mejilla….

Padrastro: Haceme venir rápido que no tenemos tiempo.

Empezó a darle un mete y saca rápido Mi novia ponía sus tiernas manitas en su pelvis intentando que no le diera tan duro así estuvo un ratico hasta que con su manito derecha le agarro lo que le queda afuera de polla y con la izquierda le empezó a acariciar los huevotes a su padrastro ya cambio de actitud dejo de llorar miro a su papito querido con cara perdida de lujuria y empezó a chupar con devoción le pasaba la lengua por todo el tronco le chupaba los huevos se la metía lo más que podía degustaba la polla de su padre la estaba disfrutando toda su padre solo gemía mandaba su cabeza hacia atrás cerraba los ojos y le decía…

Padrastro: que puta eres, yo lo sabía con esa carita de niña y ese cuerpo tan rico, apretadito y delicioso ibas a terminar siendo toda una perra no ibas a aguantar toda esa calentura contenida en ese cuerpecito, vas hacer una perra….

Diana: Papá tu verga está muy rica no me pude contener….

Padrastro: Pobre tu novio y pobre tu mamá tuve que aprovechar la oportunidad es que tu estas muchísimo más rica que tu mamá y la mamas muchísimo mejor que ella….

Diana: Mi mamá te la chupa….

Padrastro: Si, pero no casi hay que rogarle….

Diana: Lo que se pierde mamá….

Padrastro: No te imaginas las manos de pajas que me he hecho en tu honor de verte con poquita ropa en casa me la pones dura pero de ahora en adelante vas hacer mi puta personal y no quiero que te acuestes con nadie ni con tu primo me oíste perra….

Diana: Si papi….

Padrastro: A putica me voy venir….

Diana: Si papi dame semen.

El padrastro le saco polla de la boca a mi novia le dijo que la dejara abierta y se le empezó a venir encima de la cara con los primeros cinco chorros que la dejaron toda untada eran de gran cantidad le cayó en la frente los ojos nariz mejillas le dejo la cara perdida en semen los últimos cuatro se los dio en la boca llenándosela de leche la cual trago y degusto pasándose los labios por la boca y sonriéndole….

Diana: Está muy rica papá quisiera tomarla todo el tiempo….

Padrastro: No te preocupes de ahora en adelante tu papá te va a dar la lechita.

Cogió la polla se la restregó por toda la cara se la unto de su seme y le dijo déjamela bien limpia, Diana la chupó le quito todo el semen y se la dejo limpia, después el padrastro se empezó a subir el pantalón y le dijo:

Padrastro: baja rápido que nos esperan.

Mi novia estuvo como 5 minutos chupándole la polla lo hizo con gran maestría porque lo hizo venir rápido.

Salí rápido baje las escaleras y entre al baño que hay en el primer piso tenía una tremenda erección no pude hacerme una paja y me dolían los huevos cuando Salí de la casa el padrastro se puso nervioso y me pregunto dónde estaba tocándome el estómago le dije es que me sentí muy mal del estómago y fui al baño del primer piso y estuve un buen rato ahí, eso a él lo tranquilizo y si tenía el estómago revuelto después de ver la mamada que le metió mi novia al papá era seguro que se la iba a empezar a coger y teniéndola bajo el mismo techo no iba a desaprovechar para llenarle el coño de leche, me sentía con inseguridad temeroso traicionado pero muy enamorado y fue más el amor que decidí hacerme como el que no había visto nada en esos días callar y no confesarle de que lo sabía todo y que también me excitaba verla siendo tan perra y engañándome que me causaba placer ser su cornudo, no quería perderla estaba ciego de amor.

Luego vi que el padrastro se acercó a David que lucía nervioso le hablo lo que le dijo parece que lo tranquilizo y ya se calmó un poco más, deduje que le dijo que no iba a decir nada porque la familia nunca se enteró de los deslices de Diana con su tío y su primo, 10 minutos después bajo Diana con sus trencitas una camiseta unos jeans y unos tenis sonriendo como si nada se acercó a mí me abrazo y me dijo gracias por venir al paseo conmigo y mi familia la pase muy bien, me dio un beso en la boca muy apasionado, me supo raro creo que era el sabor de la leche del papá, le dije gracias amor por invitarme te amo.

Volvimos a casa fue el fin del paseo, pero el inicio de mis cuernos.

Steven: no lo puedo creer también mi suegro.

Antonio: si, de él también tienes que cuidarte va a estar más difícil teniéndolo en la misma casa, pero no te asustes tal vez eso ya quedo en el pasado y no vuelva a pasar.

Steven: dios te oiga no me gustaría que mi suegro aprovechara las vacaciones para cogérmela toda a mi mujer.

Antonio: bueno y también de alguno que otro amigo de Diana.

Adrián: si lo sabré yo jajajaja.

Steven: cuales amigos.

Adrián: creo que Antonio no ha terminado de contar algo que termine y te cuento mi lo que me paso cuando era novio de Diana.

Antonio: ok les voy a terminar de contar.

Continuará….

Recibo críticas o comentarios.

  • : Me sigue poniendo los cuernos, las cosas se salieron de control y solamente guardo silencio sin que se dé cuenta que lo he visto todo.
 

Relato erótico: “La infiel Diana y sus cornudos (Antonio) Parte 2” (PUBLICADO POR BOSTMUTRU)

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TODO COMENZÓ POR UNA PARTIDA2Steven me miro sorprendido con inquietud preguntándome que más pudo haber pasado.

Sin título12El paseo no había terminado ahí le conteste lo que paso después me hizo entender que Diana no fue hecha para la fidelidad sino para el placer.

Volviendo a retomar la historia donde quedo, al día siguiente desperté no tenía ganas de levantarme de la cama me sentía deprimido sin voluntad tenía miedo de mirar a Diana a los ojos me sentía vulnerable ante ella tampoco quería ver al tío sentía rabia quería matarlo pero no podía me era extraño empecé a sentir como si me dominara y solo aceptaba que fuera el macho de mi novia además de el verlo como me lanza miradas burlonas de satisfacción por ser el primero en catar a mi deliciosa y rica novia.

Decidí levantarme eran la 8am ya algunos miembros de la familia se habían levantado desayune me di un baño eran las 9:30am ya casi todos se habían despertado los únicos que faltaban por despertar eran Diana y Rodrigo supongo porque estaban cansados por la trasnochada y todo el ejercicio físico del día anterior para confirmarme esto la esposa de Rodrigo comenta estando varias personas presentes en la sala.

—Rodrigo no quiere levantarse esta roncando intente despertarlo, pero me dice que se siente algo cansado que va a dormir otro rato para recargar energías.

Solo pensaba viejo hijo de puta me imagino que recargar energías para seguir cogiéndose a la sobrina, eso me hizo enojar salí un rato al jardín a despejarme un poco espere a que Diana se despertara lo hizo a eso del mediodía con la misma ropa sucia que se puso en la madrugada untada de semen seco en su entrepierna de cuando le lleno el coño Rodrigo, Diana saludo a la familia a mí me abrazo me dio un besito todo como si nunca hubiera pasado nada como si todo lo vivido el día anterior nunca paso sentí una falsa cama yo amaba esa mujer solo quería estar con ella, a los pocos minutos apareció el adorado tío con una gran sonrisa saludando a todos y por supuesto a mí me saludo con su típica risa burlona y con una mira que me decía me voy a seguir disfrutando a tu noviecita y hacerte un súper cornudo.

Ya estaban sirviendo el almuerzo todos nos empezamos sentar a la mesa cuando Rodrigo dijo que mejor se iba a dar un baño y bajaba a almorzar tomo rumbo al segundo piso para ir al baño, 5 minutos después Diana dijo también se iba a bañar y bajaba a almorzar y que después fuéramos al pueblo a dar una vuelta, la tía le dijo que usara el baño de la habitación principal ya que su tío estaría ocupando el otro a mí me dio una punzada en el estómago comí lo más rápido que pude a los 10 minutos termine inventando una excusa dije que iba por mi billetera que la deje en el cuarto cuando subí al segundo piso en silencio mire el cuarto de baño estaba vacío pero parecía como si alguien lo hubiera usado en el piso marcas de agua y el piso de la ducha estaba mojado observé el piso vi que las marcas de agua se dirigían a la habitación principal la puerta estaba cerrada pero sin seguro la abrí sin hacer ruido y empecé a escuchar jadeos casi imperceptibles el corazón se me empezó a arrugar me acerque a la puerta de baño que estaba entreabierta.

Lo que vi fue como si me clavaran una espina en el corazón mi dulce y rica novia estaba apoyada con sus manos sobre el lavamanos mirándose al espejo con una cara de puta perdida su cabello seco y trencitas de niña buena jadeando inclinada hacia adelante poniendo ese culote rico y apretado en pompa mientras detrás de ella su tío con el poco pelo que tiene en la cabeza mojado y la toalla en el suelo la penetraba a toda velocidad con ese pollon de 22cm que le habría ese coño que se encontraba todo baboso, chorreante agarrándola y apretándola de una de sus suaves y redondas nalgotas con una mano y con la otra se afianzaba y apretaba una de sus deliciosas, hinchadas, paradas y turgentes tetones, el ritmo que le imprimía al mete y saca era endiablado parecía que la quisiera acabar mientras Diana le decía:

—tío aaaahhh ya me aaayyy voy a venir aaaaaahhhh…

—no querías tu rapidin toma tu rapidin puta aaaaaa.

En eso Diana empezaba a tener un orgasmo brutal las ricas patas que se gasta le empezaban a temblar miré el reflejo del espejo y vi como sus ojos se empezaban a voltear dando sus últimos gemidos su tío solo le decía:

—aaaaa perrita que rico cuando te venís esa cuca me está apretando la verga en forma espasmódica que rico como le la exprimís.

Le fue sacando la verga y de ese coño empezaron a chorrear flujos que bajaban por sus suculentas piernas Diana se dio vuelta y cayo de rodillas frente a él.

—Sobrinita cuando te vienes te encharcas toda jejeje ven acá te doy tu premio.

Cogió su pollón y esta se lo empezó a chupar lo más rápido que pudo hasta que el lanzo un quejido ahogado y se empezó a venir dentro de la boca de mi chica ella no lo soltaba la mantenía dentro de su boca chupando y tragando semen yo solo veía como esos huevotes se contraían y movían en forma espasmódica cada vez que la surtía de un lechazo por el movimiento de sus huevas alcance a contar 8 lechazos que se tragó mi tierna novia, observo que apenas le sacan la polla de la boca se pasa la lengua por los labios saboreándose mirando fijamente a su macho en el acto tardaron como 10 minutos.

—Listo princesa ya te di tu ración con este rapidin ahora báñate rápido no vaya a subir alguien y nos vea además nos deben estar extrañando allá bajo sobre todo tu cornudo….

—Ay gracias tío por la rica lechita ya con esta cogidita me puedo aguantar las ganas de seguir cogiendo hasta la noche me bajaste la calentura que traía me voy a bañar rápido para ir con mi cornudin….

—No te preocupes mamacita rica que en la noche te doy tu otra tanda.

El viejo recogió la toalla del suelo mientras se la ponía en la cintura salí lo más rápido que pude cerrando la puerta con cuidado y apenas alcanzando a entrar a mi habitación y con la puerta entreabierta alcance a ver a ese viejo asqueroso entrar a su habitación para vestirse.

Yo en mi habitación detrás solo recordaba lo que acababa de ver y sobre todo la actitud de Diana que estaba toda hecha una puta que mantenía caliente tenia las hormonas a mil como si toda esa sexualidad reprimida que guardaba en su potente y delicioso cuerpo se hubiera desbordado y ya no la pudiera contener, no desaprovecha momento para bajarse la calentura con el tío y que además ya me empezaba a tratar de cornudin en ese momento tenía la polla tiesa me dolía de lo dura que estaba se me notaba el bulto pero ni modo no podía hacerme una paja para bajármela no me podía demorar así que tome mi billetera baje y decidí salir rápidamente hacia el jardín trasero para que no vieran la carpa que traía en mis pantalones, dirigiéndome a la salida que da al jardín trasero me encontré al primo de Diana, David que entraba a la casa vi que me miraba raro a los ojos y al bulto que me gastaba intente desviar la mirada salí rápido voltee y el seguía mirándome como extrañado pero siguió su rumbo hacia la sala yo me senté en unas sillas que habían afuera mirando hacia la casa y tenía una vista de su interior atreves de la puerta trasera y una ventanita, más tranquilo me arrepentí por permitir que el viejo se cogiera a mi novia me decía no voy a permitir que esto vuelva a ocurrir, 5 minutos después bajo el tío se sentó a comer pasado unos 10 minutos bajo Diana así que me acerque ya la erección se me había bajado cuando la vi se me empezó a parar la verga otra vez traía unos shorcitos blancos que le llega más arriba de medio muslo que le quedaba justico casi como una segunda piel que se le quiere meter entre las nalgas haciendo notar las formas de ese culote gordito y redondo que tiene de esos que si se ponen ropa interior negra seles nota como que se transparenta y claro que se notaba por que se le alcanzaba a ver que traía puesta una tanguita negra que se le perdía entre los cachetes también traía puesto una blusita negra de cuello en v que le quedaba ajustadita y le hacía ver las tetas gorditas hinchaditas bien puestecitas y le marcaba su figura de guitarra, en sus pies unas converse rojas con unas mediecitas tobilleras y para rematar todo esto sus tradicionales trencitas con sus dos mechoncitos al frente que adornan su carita de lolita de mirada inocente con una boquita de labios suaves que provocan comérsela y no fue el único que lo noto el viejo hijo de puta del tío no dejaba de mírale el chocho apretadito y el delicioso culo que se veía además de mirarle esas tetas hinchaditas que se le veían con esa blusita negra ajustadita que traía para el primo tampoco pasó desapercibida le miraba el chocho, el culo, las tetas con unas ganas de comérsela como lo hacía su padre.

Diana inocentemente como si nada con una actuación digna de un Oscar a la mejor actriz como si no se hubiera bajado la calentura en el baño con el tío haces solo unos minutos atrás se sienta en la mesa para empezar a comer y me dice:

—amorcito ven siéntate conmigo y me haces compañía mientras como…

—Claro amor.

Me senté a su lado en la mesa mientras el viejo triple hijo de puta me miraba burlonamente con una risita entre labios y movía la cabeza como negando, eso me lleno de rabia quería caerle a golpes pero seguía sintiendo esa impotencia, frustración el saber que ese viejo asqueroso, barrigón, grasoso y sudoroso se había convertido en el macho de mi novia y la había pervertido me excitaba me ponía súper caliente y me ponía la polla a mil debía reconocer que me ponía cachondo los cuernos que me estaba poniendo Diana ella a todo esto se dio cuenta de las expresiones de burla del viejo pero disimulo e hizo como si nada y empezó a comer, el viejo por su parte termino de comer levanto los platos y los llevo a la cocina después paso a la sala con la familia a ver televisión con los demás echándole una miradita esporádica a su rica sobrinita.

Diana solo comió la mitad de la comida dijo que no podía más y era obvio con la ración generosa de leche que le dio el tío, esas 8 descargas que le propino y que había acabado de tragarse la llenaron, Diana se levantó para llevar los platos y restos de comida y no tardaron ni un instante su tío y su primo en darle una mirada degenerada, perversa y sobarse disimuladamente la entrepierna, yo por mi parte también le di una miradita y me acomode la polla en el pantalón que se me estaba parando.

Diana volvió y pregunto a la familia que si nos íbamos al pueblo las tías le respondieron que sí que estaban esperando que la princesa está muy demorada se lo decían en forma de broma y se empezaron a reír ya el tío había reparado el carro el día anterior así que fuimos cómodamente.

Llegamos al pueblo al parque principal donde habían artesanías música se veía mucha gente que iba de paseo caminaba feliz de mano de mi novia entre la multitud lograba notar como varias personas no dejaban de ver lo rica que se veía Diana y me la morboseaban, caminamos toda la familia por entre los puestos de artesanías mirando curioseando las cosas que ofrecían ahí mientras el tío y su hijo aprovechaban para mirar y curiosear a mi novia como dos chacales asechando a su presa cuando parábamos en algún puesto donde había varias personas el tío aprovechaba para meterle mano disimuladamente a mi novia, ella se daba cuenta que la estaba manoseando y lo dejaba hacer disimulándolo muy bien en algunas ocasiones aprovechaba y le restregaba esa pollota morcillona que llevaba dentro del pantalón pasándosela por ese par de nalgas en algunas ocasiones apoyándosela y empujándosela por entre ellas de manera fugas para no despertar sospechas, yo también me daba cuenta de lo que le estaba haciendo el tío pero no era el único pude ver que David también se daba cuenta de que algo estaba pasando que su papito estaba aprovechando para manosear a conciencia a su prima y de que esta o parecía no enterarse o se estaba dejando tocar, la familia empezó a dispersarse por entre el parque yo aproveche para alejarla del tío disimuladamente veía desde lejos como la miraba ocasionalmente al igual que su primo.

Así pasamos la tarde caminado juntos de la mano besándonos diciendo cuanto nos queríamos me sentía feliz y enamorado y podía sentir lo mismo por parte de ella nos sentíamos muy cercanos en mi mente un pensamiento pasaba como me puede engañar y portarse como si nada yo sentía que me quería de verdad me pregunte y si intento algo con ella así que empecé a abrazarla a darle besos más apasionados ella me correspondía así que empecé acariciarla a intentar cogerle el culo y las tetas disimuladamente pero ella me detuvo me dijo que no, que no estaba lista me retiro las manos me dijo que le tuviera paciencia que ella me amaba y le gustaba cuando yo la trata como a una dama, me sentí desilusionado con rabia totalmente frustrado por que al tío si se le entregaba sin condiciones como una perra llena de lujuria era como dos persona conmigo era dulce amorosa por otro lado con el tío se comportaba de manera desatada lujuriosa deseosa sedienta de placer toda una puta, Diana vio mi desilusión y me dio un tierno apasionado y dulce beso en la boca pude sentir esa suave y delicada lengua que me hizo olvidar todo me dijo:

—amor vamos despacio no dudes de mi yo te amo solo dame tiempo sé que quieres estar conmigo, pero aun no estoy lista yo solo quiero construir una relación sólida y bonita contigo.

Solo la abrace le di un beso y le dije que esperaría lo que fuera necesaria que la amaba, sonreímos y seguimos caminando de la mano.

En un momento pasamos cerca de una farmacia me dijo que la esperara un momento afuera de ella que tenía dolor de cabeza que iba a comprar una pasta que ya volvía se demoró un poco alcance a ver que se guardaba una bolsita pequeña con lo que parecía unas pastas y las guardo en un bolsillito de su shorcito y salió le pregunte que si estaba bien me dijo que sí que ya se estaba sintiendo mejor y se le estaba pasando el dolor, le pregunte si había comprado unas pastas me dijo que sí que eran unas aspirinas por si volvía a sentirse mal ya iba a empezar anochecer así que nos reunimos con el resto de la familia y nos dirigimos de vuelta a la finca.

Ya en ella se empezó a preparar la comida las mujeres empezaron a preparar la comida Diana su madre y las tres tías entraron a la cocina que era algo pequeña apenas cabían se dividieron las tareas para terminar pronto por otro lado los demás nos quedamos en la sala viendo una película desde donde estaba podía verlas en la cocina.

En un momento Rodrigo dijo:

—que bien nos caería unas cervecitas mientras esta la comida —sus cuñados respondieron si claro buena idea a lo que Rodrigo respondió— no se preocupen voy por ellas a la nevera y las traigo todo con servicio completo jajaja eso sí solo para los mayores jejejeje —que en total éramos 5 los 4 tíos de Diana y yo.

Rodrigo se levantó me miro con una sonrisa se dirigió a la cocina cuando veo que pasa al lado de Diana observó que disimuladamente le empieza a pasar el bulto por las nalgas y a tocárselo rápidamente con una mano para seguir en dirección a la nevera para sacar tres cervezas y volver a pasar al lado de Diana quien disimuladamente pone el culo en pompa para que el tío la pase rastrillándole todo ese culo el tío al ver esto aprovecha le empieza a restregar el bulto y cuando lo tiene justo en medio de las nalgas le da una estocada disimulada y sigue su camino, las tías ni se dan cuenta por estar preparando la comida y estar todas hacia el mesón por otro lado en la sala todos estaban atentos a la televisión excepto David que disimuladamente alcanzo a ver toda la acción, al llegar a la sala tanto David como yo pudimos percatarnos del bulto morcillón que traía, los demás cuñados al verlo llegar recibieron las cervezas, le preguntaron la tuya y la de Antonio el en forma graciosa les dice:

—eee pero es que solo tengo dos manos ya voy por las dos que faltan.

Me miro con una sonrisa hipócrita y se dirigió de nuevo a la cocina pude ver que Diana al ver que su tiito adorado volvía de nuevo a la cocina se le dibujo una sonrisa en la cara y volvió aparar el culo en poma de manera disimulada, el tío aprovecho para meterle la mano en medio de esos dos cachetes rozarla nuevamente con su bulto y meterle otra estocada pasar a la nevera sacar las 2 cervezas y volver donde Diana que lo seguía esperando en la misma posición donde le rastrillo toda la polla y cuando la tenía nuevamente entre sus nalgas le metió su buena estocada todo esto nuevamente sin que nadie se enterara a excepción mía y nuevamente de David que disimuladamente vio todo y que empezaba a notársele un bulto en el pantalón cuando llego Rodrigo con las cervezas me entrego una con una pequeña risita pude notar que tenía ese bulto morcillón fue y se sentó sonriendo como si nada voltee a mirar a Diana y traía una sonrisa de oreja a oreja.

Las mujeres terminaron de cocinar, sirvieron comimos hablamos amenamente entre todos veíamos televisión y así paso el tiempo ya eran como las 10pm cuando la gente se empezó a despedir para ir a dormir así hasta las 11pm solo quedábamos Diana su mamá, el padrastro, Rodrigo su esposa y yo, Diana dijo que ya tenía sueño que se iba a dormir se despidió de todos se acercó me dio un beso en la mejilla y subió a su habitación unos instantes después los demás dijeron que tenían sueño y se retiraron a sus habitaciones igual que yo, llegue a ella me puse ropa más cómoda para dormir David ya estaba dormido así que subí al camarote no quería dormirme porque sabía que cuando todos durmieran habría función, por un lado quería estar equivocado y que nada pasara por otro solo quería ver a Diana como esa diosa del sexo en la que estaba convertida quería verla engañándome poniéndome los cuernos mientras me masturbara placenteramente así que espere dieron las 12, 12:30, 1am y no escuchaba nada anormal, me quede dormido un pequeño lapso y desperté a la 1:50am con ganas de orinar salí con cuidado de no despertar a David fui al baño al salir me fije que la puerta de la habitación de Diana entreabierta me asome y no la vi en su cama así que con cuidado baje por las escaleras y me quede escondido en ellas detrás de la pared que da a la sala.

La vi ahí sobre el sofá completa mente desnuda con sus manos apoyadas en el respaldo a cuatro patas arqueando la espalda hacia abajo sacando el culo mientras el tío la tenía agarrada fuertemente de la cintura con sus manos enterrándole esa pollota por esa vagina empapada que se estiraba y se abría con cada embestida que le daba a buen ritmo, ese par de tetas gorditas y jugosas con los pezones hinchadísimos que parecían que le fueran a estallar se movían armoniosamente con la clavada que le propinaban, gemían y hablaban suavemente para no ser descubiertos….

—Aaaahhh aaahhh tiiioo me tuviste caaalienteee todooo eeel diiiaa que manocedaaa mee meetiis te no aguaantabaa las gaanas dee volver haaa coogerr fue unaa tortura laa esperaaa nooo podiaa aguantaarr maaass tiempo aaaahh que riicoo….

—Yo tampoco podía aguantar princesa como te vestiste de rica hoy con ese shorcito y como se te veían las tetas sentía que se me iban a explotar los huevos aaaahh que rica estas sobrinitaaaa.

Por mi parte ya tenía la pija afuera totalmente parada haciéndome una deliciosa paja mirando lo rico que se cogían a mi novia, disfrutando del espectáculo.

—En laa tarde paasee por una farmaciaaa para tomaar me laa pildoraa del diia deespuees yyy compraarr antiiconceptivoos yaa mee lo tomee paraa que te me puedaaas veniirr a guustooo aaaahhh siiin riesgo de quee me puedaaas preñar aaaahhh me voy a venirrr aaahhh….

—Aaaa bebe que rico como te venís se siente muy rico como aprieta y me mojas la polla uuufff.

Rodrigo le saco la pija a su sobrina la volteó le abrió las piernas las puso en sus hombros y le dejo ir entero esos 22cm hasta que sus bolas chocaron con sus nalgas, pude ver como mi pobre Diana puso sus manos en su boca para ahogar el grito mientras el tío le metía ese miembro a toda velocidad con todas sus fuerzas y ella controlándose para no gritar empezaba a gemir suavemente….

—Aaaahh mi putica te voy a llenar toda ojalá te deje preñada mi amor las perras como tu deben estar preñadas aaahhh siiii.

Mientras el tío le seguía dando Diana esta tomo sus buenas tetas hinchadas con ambas manos como ofreciéndoselas este no perdió tiempo y se las empezó a chupar con mucha fuerza como queriéndole arrancar los pezones como si dieran leche y se quisiera amamantar de manera desesperada y empezó acelerar las embestidas hasta que le empezó a dar clavadas profundas y dejarle bien adentro los 22cm ese par de huevotes se empezaron a mover solos como con vida propia la vagina de Diana toda abierta empezar a tener espasmos el viejo solo ahogo un grito y entrecortado le dijo me vengo puta toma mi semen en tus entrañas….

—Me vine también tiioo siento tu leche en mis entrañas….

—Lo siento puta siento como se mueve tu vagina con mi verga adentro como la aprieta aaaa que puta más caliente.

Yo por mi parte estaba lanzando leche mientras veía como esos huevos se seguían moviendo con ese pene dentro de la vagina que estaba escurriendo toda, después de ese placer pensé ese viejo asqueroso me la está preñando uuff ojalá funcionen esas pastas y no me la vaya a dejar barrigona.

En el sofá Diana quedo desmadejada se veía agotada inerte como en trance con ese viejo encima que no le sacaba la verga mientras la besaba le pasaba la lengua por la mejilla se la metía en la boca le cogía las tetas se las chupaba se las estiraba hacía con ellas todo lo que le daba la gana hasta que se cansó de jugar con ellas después de un tiempo se las soltó y le saco la polla ya toda morcillona tomo sus calzoncillos y una pantaloneta que usaba para dormir y se los puso le dio una sonrisa le dijo puta y tomo camino hacia su habitación dejándola con esas deliciosas piernas abiertas chorreando semen que le brotaba de su coñito abierto y caía al, suelo las tetas todas hinchadas con marcas de chupetones colorados todas babeadas su cuerpo todo sudado y en su cara una mirada perdida con una sonrisa dibujada.

Rápidamente antes de que me viera el viejo me subí la pantaloneta todo untado de semen corrí y me metí en mi habitación con cuidado me asome Rodrigo entro al baño salió y entro después a su habitación yo salí nuevamente base y me asome con cuidado diana seguía en el sofá tirada con las patas abiertas recuperándose luego se arrodillo enfrente de los goterones de semen que había en el suelo se inclinó y los lamio con su lengüita como una perrita luego tomo su calzoncito limpio el untadito que quedaba después se paró y se lo puso toda untada y llena de leche luego el shorcito pequeño que usa para dormir y su blusita volví rápidamente a mi habitación la vi pasar caminando con pesadez desde la puerta entreabierta cerré la puerta y me subí al camarote no pude aguantar más y me masturbe nuevamente estaba tan caliente que no me demore nada después de eso perdí la conciencia y caí dormido.

Al día siguiente desperté totalmente arrepentido por no detener a ese viejo pervertido y dejar que me cogiera a mi novia me había dicho que no lo iba a volver a permitir pero sucedió me sentía muy mal me lo volví a repetir, no voy a dejar que me la vuelva a coger, David ya no estaba en la habitación, recordé como Dianita me puso los cuernos me sentía como un estúpido sobre todo por creerle el cuento del dolor de cabeza la muy perra solo fue a comprar sus anticonceptivos para poder seguir follando a gusto con el tío sin que este usara condón y para que le rellenara las entrañas como a ella le encantaba, mi noviecita y ese viejo se la estaban pasando muy bien en el pase yo por mi parte totalmente confundido me sentía mal temeroso herido pero la excitación era mucho mayor que todo eso y me gustaba sentirme así viéndola follar y adornándome la cabeza con unos cuernos que cada día crecían más me estaba volviendo adicto a eso.

Decidí salir de la cama eran como las 10 am naturalmente Diana y el tío seguían durmiendo supongo que se levantarían al medio día la nueva novedad era que temprano en la mañana el esposo de la tía de Diana dueña de la finca había recibido una llamada de que su padre se había enfermado y que estaba en el hospital tiempo después me entere que se recuperó y salió del hospital pero en ese momento decidieron salir de emergencia a la ciudad su tía, su esposo y la hija de ellos así que dejo encargadas a sus hermanas que cuidaran la casa para que se quedaran el tiempo que quisieran así que se despidieron y se fueron yo desayune me fui a bañar mientras lo hacía pensé en lo rica que esta Dianita me desleche me vestí conviví un rato con la familia con el suegro y la suegrita David como siempre indiferente creo que no la estaba pasando bien en el paseo, paso el tiempo la mamá y las tías de Diana se pusieron hacer el almuerzo las niñas en el jardín y los hombres en la sala viendo películas y hablando al medio día bajo Diana saludo a todos me saludo a mi cariñosamente con un beso, la mamá le dijo:

—hija sí que está durmiendo mucho está enferma o que.

Diana de lo más serena le responde:

—no es que el clima esta lo mas de rico para dormir no provoca salir de la cama…

—vea más bien vaya báñese que ya casi voy a servir…

—bueno mamá.

Y subió en eso bajaba Rodrigo se cruzaron en el camino, pero ella siguió derecho, saludo a todos por supuesto a mí de forma irónica en eso su esposa le dice:

—otro dormilón que le está pasando amor no será que no está durmiendo en las noches y se está acostando tarde voy a tener que ponerle cuidado a ver qué es lo que le está pasando….

—Jajajaja nada mi amor es que tengo que aprovechar las vacaciones para poder descansar todo lo que pueda….

—Hmm voy a tener que estar pendiente a ver en la noche para que se duerma tempranito…

—bueno amor más bien me voy a bañar…

—Diana acabo de subir a bañarse métase al baño de la habitación principal ya le llevo la ropa…

—bueno cariño.

El viejo se le vio desilusionado por que no iba a poder hacer lo mismo de ayer las cosas se complicaban y sobre todo su mujer iba a estar más pendiente en la noche así que fue a bañarse y la esposa fue detrás le preparo la ropa y se la entrego.

10 minutos después bajo Diana con unos jeans que le contorneaban su lindas y provocativas piernas, dejaban ver un par de nalga bonitas y redondas una camiseta blanca con un estampado de Mickey mouse que permitía divisar una hermosa figura unos tenis y sus tradicionales colitas 10 minutos después bajo Rodrigo justo cuando empezaron a servir el almuerzo mientras comíamos la mamá de Diana comentó:

—pienso que lo mejor sería acortar el paseo e irnos….

—No mamá yo todavía me quiero quedar un más tiempo, —lo decía intentado disimular la preocupación de no tener más tiempo de estar con el tío….

—Pero hija con eso de que el suegro de mi hermana está en el hospital no está como bien… —si respondieron las tías.

—Ha no sabía mamá…

—si hija pienso deberíamos quedarnos el hasta todo el día de mañana y al siguiente día después de almuerzo volver a la ciudad ustedes que piensan….

—Si nos parece bien —estuvimos todos de acuerdo.

Terminamos de comer decidimos salir a caminar para pasar aprovechar y conocer por un sendero muy bonito con toda la familia habían árboles se podía divisar un hermoso paisaje empezó anochecer decidimos volver al pueblo para comer fuera y vivir el ambiente nocturno, comimos y dimos vueltas por ahí había mucha gente bebiendo en el parque escuchando música el ambiente muy vivo y con tanta distracción y ruido el tío Rodrigo empezó hablarle a Diana casi no podía escucharlos por la algarabía y la música a alto volumen pero alcance a escuchar que esa noche no podían hacer nada porque su esposa lo iba a tener vigilado sospechaba que no estaba durmiendo, Diana como resignada acepto y pasamos el tiempo tomando cervecitas para los más grandes y refrescos o algún snack para los más jóvenes paso el tiempo eran como las 10pm y mientras todo ese tiempo pasaba y con toda la gente, el ambiente jovial Rodrigo su tío querido aprovechaba para apretarle las nalgas David vio lo que hacía su padre y en una de las ocasiones Diana se dio cuenta de que los había visto se puso colorada e intento disimular que no pasaba nada, David viendo la actitud de su padre y la de prima que se lo permitía se envalentono y cuando podía entre la multitud le empezaba a sobar el culo le metía la mano entre los glúteos y se los apretaba sin ningún pudor Diana solo callaba e intentaba disimular para que ni su tío que en ese momento estaba ocupado con su esposa, ni nadie más se diera cuenta de lo que le estaba haciendo el primo, yo por mi parte me hacia el que no me daba cuenta de nada y la abrazaba, ya la familia empezó decir que se estaba haciendo tarde que mejor nos fuéramos para la finca estuvimos de acuerdo pero en esas Diana dice que tenía que ir al baño que no creía aguantar le pregunte que si la acompañaba me dijo que no que tranquilo que iba a entrar a un bar que estaba al frente de donde estábamos y se podía ver a simple vista que la esperáramos que no se iba a demorar en esas el primo David dice que también quería ir veo que los dos cogen rumbo hacia el bar y entre la multitud justo antes de entrar al bar veo que David le manda una nalgada fuerte que sorprende a Diana y le hace dar un brinquito ella no alcanza a reaccionar cuando su primo la empuja al interior del establecimiento, yo me quede en shock con una punzada en el estómago y una sensación de inseguridad que me recorría el cuerpo.

Rápidamente dije que iba por un poco de agua y me encamine hacia el bar entre y a la persona que atiende le pedí un botella con agua y le pregunte donde estaban los baños me entre la botella y me señalo un pasillo al fondo al costado izquierdo del establecimiento le pague y me dirigí con el corazón en la mano hacia los baños al llegar a la mitad del pasillo habían dos puertas una al lado de la otra cada una con la identificación de hombres y mujeres, el pasillo seguía unos 2 m. y giraba hacia la derecha entre al de hombres y estaba vacío, me ya se me estaba saliendo el corazón decidí mirar en el de mujeres me asome con cuidado de que nadie me viera, mi sorpresa estaba vacío también me preguntaba dónde estaban si los vi entrar al bar, recordé que el pasillo daba un giro salí voltee por el pasillo seguía 5 m. a una habitación oscura con la puerta abierta en medio del pasillo habían cajas con mercancía para el bar seguí sin hacer ruido me asome con cuidado era un cuarto pequeño que usaban como almacén sin iluminación la única luz que había era la de la luna que entraba por una ventanita que daba sobre unas cajas y sobre ellas se encontraba mi novia inclinada hacia adelante totalmente apoyada en las tetas, el abdomen y la cara con las manos al lado de su cara, el primo la tenía sacando el culo de pie con el jean y el calzoncito a medio muslo y las piernas a todo lo que el jean le permitía abrirlas mostrando ese culote esas nalgotas bien paradas desde atrás se le podía ver como se le brotaba ese coño gordito y humedecido, David a diferencia de su padre tenía un cuerpo atlético su rostro no era tan desagradable como el de su padre cabello corto casi a ras estilo reguetonero aproximadamente 1.70mts este la sujetaba de la cara con su mano izquierda haciéndole presión contra las cajas no la dejaba levantar él se empezaba a desabrochar el cinturón desabotonarse el pantalón y bajárselo a medio muslo junto con su ropa interior al ver eso me escondí detrás de unas cajas que estaban al lado de la puerta.

Diana le decía:

—David primo no lo haga.

Mientras le apuntaba con su mano derecha una polla grande como de 19 cm. gruesa como la del papá llena de venas y con unos huevos casi igual de grandes que los de su progenitor lentamente se la fue hundiendo en la cuquita esta se empezó abrir a todo lo que le daba gracias a las cogidas que le metía el tío esta se adaptó rápidamente a su nuevo inquilino y se empezó a empapar toda, David al notar lo mojada que estaba esa jugosa y apretadita chochita y como lo recibió sin problemas la empezó a bombear rápidamente le cogió con su mano derecha su nalga derecha se la empezó apretar para después comenzar a repartirle nalgadas fuertes en todo ese culo mientras no paraba de bombearla y golpearla Diana solo gemía resistiendo el maltrato, las nalgas se le empezaron a poner coloradas Diana ya no protestaba solo gemía placenteramente.

—aaaaahhhh David me estás dando muy duro aaaahh me estas volviendo mierda aaahhh no pares aaaahh queee riiicooooo me vas haceeer orinaaaarr.

Así la tuvo 5 minutos y se la saco pude verle la vergota hinchada y dura como el acero toda mojada de los jugos de Diana y el coñito de mi novia chorreando, abierto y todo babeado, su culote todo rojo en esas nalgotas todas redonditas se le podía ver que le quedaron marcadas la palma de la mano yo tenía una erección tremenda me dolía la verga estaba a punto de reventar casi me vengo de ver el trato que le dio David a mi tierna novia esa sensación de miedo incertidumbre y excitación por ser cornudo nuevamente me tenía caliente.

Diana quedo tirada sobre las cajas ofreciendo el culo, David empezó a su subirse la ropa interior y el pantalón e intentarse acodar esa vergota adentro como podía Diana levanto la cabeza y le pregunto:

—por qué paras sígueme cogiendo.

David solo la miro y le dijo:

—jajaja puta nalgona esto solo fue una probadita de lo que te espera, cuando todos estén dormidos te voy a dar la cogida que te mereces eso por andar ahí de ofrecida y calienta pollas poniéndole el culo y dejándote manosear de mi papá….

—Tú me viste….

—Claro que si grandísima puta, vi cómo le parabas el culo en la cocina mientras nadie veía y él te metía mano y te restregaba toda esa polla, ahora arréglate que nos están esperando jejeje si supiera Antonio la zorra que tiene por novia….

—No le digas por favor….

—Claro que no porque a cambio te voy a seguir usando a mi gusto.

Volvió a pasar pensé estoy permitiendo que me la vuelvan a coger y peor aún ahora era su primo no puedo dejar que pase de nuevo me decía, pero no hacía nada no tenía las fuerzas para detenerlo tenía miedo de perderla y que pensara que era poco hombre por haberlo permitido.

En esas se dio vuelta para salir, yo corrí a toda velocidad con la verga parada y un dolor en los huevos de no poderme venir solo alcance a entrar al baño de mujeres que por suerte estaba vacío David paso cuando salió del pasillo salí lo más rápido que pude para que Diana no me alcanzara a ver aproveche mientras se acomodaba la ropa, David iba como a 6 m. delante de mi justo cuando llega a la entrada del bar un viejo como de 60 años con cara de pervertido le dice:

—que buena nalgada le metiste a esa zorra se la merece por tener esa carita de niña buena, estar tan rica y andar parando vergas por ahí.

David solo le sonrió perversamente y siguió adonde estaba el resto de la familia yo llegue un ínstate después con la botella de agua y Diana llego como a los 5 minutos diciendo que el baño estaba lleno, tremenda puta falsa que tengo por novia pensaba al mirarla con una sonrisa llena de amor.

Llegamos a la finca a eso de las 10:30pm cansados así que empezamos a despedirnos para ir a dormir todo muy normal, David se cambió de ropa solo uso una pantaloneta para dormir y se acostó en la cama para dormir yo también me cambie subí al camarote solo espere a ver qué ocurría disimulando dormir paso el tiempo ya tenía mucho sueño a eso de las 12:30am se abrió la puerta alcance a reconocer que era Diana que entraba a la habitación con su pequeño shorcito y una camisetica blanca se dirigió con cuidado hacia el camarote miro hacia mí para asegurase de que dormía, cerré los ojos y me hice el dormido después se sentó en la cama de abajo y empezó a susurrarle a David.

—Primo despierta ya estoy lista te estoy esperando….

—Hmm a hola putica ya estas listica eeh ven toma chúpame la polla.

Yo no podía ver, pero empecé a escuchar los sonidos de la boca de mi novia de chupadas que le propinaba al miembro de su primo quien gemía sin hacer mucho ruido….

—Uff que rico lo chupas como una profesional, quien iba a pensar que mi primita la niña de la casa tuviera tanto vicio….

—Que rico sabe tu pipi primo casi no me cabe en la boca….

—Degústala cerdita que es toda para ti….

—Hmmm hmmm gracias.

Así estuvieron un ratico hasta que Diana le susurro….

—Ven mejor vamos a otra parte que Antonio nos puede ver….

—Ok tiene razón no vaya a ser que el cornudo nos dañe la fiesta.

Se levantaron David iba con sus 19cm de barra gruesa, venosa junto con sus enormes pelotas afuera de la pantaloneta dirigiéndose hacia la salida mientras Diana le agarraba esa barra de carne con una mano halándola dirigiendo el camino, después de que salieron los seguí con cuidado al llegar abajo David le pregunto….

—En donde lo hacemos….

—Mejor vamos afuera por la puerta de atrás.

Diana lo arrastro agarrándolo de la polla y se lo llevo a la parte de atrás de la casa volteo por una esquina yo los seguí y me quede observando detrás de esa esquina, ahí Diana se arrodillo y le empezó a chupar la polla al primo este empezó a gemir de placer, la miraba con sus manos acariciaba su linda carita las empezó a llevar atrás de su cabeza tomo sus trencitas y empezó a mover su pelvis adelante y atrás fue cogiendo buen ritmo a mi pobre novia le estaban empezando a follar la boca violentamente la pobre solo aguantaba las embestía podía ver como se le empezaba a chorrear las babas de la boca y bajaban por su cuello….

—Siiii puta que buena eres que profesional te la tragas toda no sabía que fueras tan experimentada aaaahhh que rico aaaahhh mámamela toda puta uff ojalá estuviera tu novio aquí para que se llenara de orgullo viendo lo puta y lo buena mamona que eres aaaahhh me vas hacer venir jajajaja.

Mi dulce novia no podía hacer nada simplemente recibir verga.

Después de un rato David paro y le saco la verga toda babeada, Diana intentaba recuperar el aliento ahí arrodillada con el miembro del primo sobre la cara este le dijo:

—y que estás ahí termíname de bajar la pantaloneta y la ropa interior también quítate toda la ropa.

Diana sumisamente se la quitó y lo dejo desnudo después se levantó se quitó el shorcito con sus calzoncitos luego su blusita dejando ver ese par de tetas grandecitas todas hinchadas con esos pezones rosados delicioso.

Al ver eso David se las agarro y las apretó con ambas manos mientras Diana lanzaba suaves quejidos….

—Ahora si puta primita hora de probar a que sabes por qué te vez deliciosa.

La empujo contra la pared de la casa y le comenzó a chupar ese par de tetas como desesperado, las apretaba, las chupaba duro les pasaba la lengua por todo ese par de ubres les lamia esos pezones que estaban en punta todos brotado dándoles pequeños mordiscos y succionándolos como queriendo sacarles leche por ese par de teteros, se estaba amamantando a gusto.

Diana se quejaba gemía era doloroso y placentero para ella solo le decía….

—Aaaayyy aaayyy toomalaas sooon tuyaaass para aaahhh queee te alimeeentes biiiien aaaahh aaayyyy que ricooo primitooohh me vooyy a venir de solooohhh chuparme laaass tetaaas.

Acto seguido empezó a tener un espasmo y el chochito le empezó a escurrir por suerte la tenían contra la pared que le impidió caerse.

—Uufff primita que orgásmica eres mira cómo te viniste estas muy rica esas tetas saben deliciosas ojalá dieran leche ahora me pregunto a qué sabe ese coño mojado y apretadito que tienes.

David se agacho le abrió esas suculentas piernas y con hambre le metió la boca en el coño se lo empezó a comer le metía la lengua en esa vagina que estaba aguada se la pasaba por el clítoris, la recorría toda le chupaba el clítoris le succionaba los labios que ya los tenia colorados e inflamados, mi novia solo apretaba la cabeza de su primo contra su coño gemía se quejaba intentando contener los gritos que le provocaba estaba totalmente entregada solo sentía placer y quería más.

David la soltó y le ordeno….

—Voltéate puta apoya las manos contra la pared y parame ese culote que te mandas que te la voy a clavar.

Diana como buena niña que siempre ha sido obediente acato la orden al instante, David le metió una nalgada la reacomodo le arqueo la cintura poniendo ese rico culo en pompa le dirigió esos 19cm gruesos y sin compasión se los dejo ir todos hasta el fondo solo veía como esos huevotes chocaron contra ella de manera violenta fue lo único que le quedo a fuera, la cara de mi noviecita era un poema mirando al cielo sin poder respira con los ojos perdidos totalmente en blanco y la boca abierta a todo lo que da pero sin emitir ningún sonido.

David empezó a decirle….

—Aaaaahhh primita que apretadita estas como me masajeas la polla con ese coño.

Puso sus manos en las caderas de ese hermoso angelito que tenía clavado y la empezó a bombear a un ritmo prudencial disfrutando del rose que le daban las paredes apretadas de la vagina de la prima quien en ese momento recobro la conciencia comenzando a gemir….

—Aaaaahhh primito querido aaahhh que rico aaahhh se sienteee, siento como seee aaaahhh frotaaaa todaaaa esa vergotaaa dentro de miiiii aaaahhhh te quiero mucho primitooo aaahhh.

Siguieron en una sinfonía de gemidos entre los dos y disfrutando el uno del otro de esa magnífica cogida.

Yo ya tenía la polla afuera haciéndome una placentera paja estaba sudando súper caliente.

Estuvieron un buen rato en esa pose hasta que David se la saco la volteo puso esas apetecibles piernas de Diana alrededor de su cintura la cogió de ese espectacular par de nalgas la levanto se las apretó y dejo caer a su prima sobre esa polla parada que encontró camino a esa babosa y apretada vagina, Diana al sentir a ese enorme invasor se abrazó desesperada a su primo que la apoyo contra la pared y la empezó a bombear subiéndola de arriba a abajo con buen ritmo le estuvo dando un buen tiempo donde le empezó acelerar las embestidas ambos gemían se miraron se empezaron a besar con pasión jugaban con sus lenguas mientras cogían a un ritmo acelerado, yo me seguía masturbando como loco con las huevas a punto de reventar.

David desmonto a su prima se acostó en el suelo se cogió la polla con la mano dejándola vertical y le dijo a mi novia….

—Ven móntate y cabálgala a tu gusto.

Que obediente es paso una pierna por sobre David comenzó a bajar metiéndose centímetro a centímetro de verga hasta quedar arrodillada sobre su familiar y quedar clavada por 19cm de carne gorda y dura se arqueo toda hacia adelante dejándole ofrecidas ese par de tetas grandes hinchadas con los pezones rosaditos brotados y parados, David los cogió y los apretó con ambas manos mientras mi amorcito lo empezaba a cabalgar solo gemía y saltaba a gusto tenía una gran sonrisa en su cara era feliz como niña buena con juguete nuevo, ese hermoso par de tetas solo brincaban al ritmo que le ponía en la cabalgada que iba de fuerte a suave en ocasiones se dejaba caer y se restregaba con toda esa polla adentró haciendo movimientos circulares simplemente gozaba plenamente.

Nuevamente David la descabalgo y le ordeno acostarse en el suelo y abrirle esas piernas.

Que obediente es pensaba al instante ya estaba boca arriba con las piernas abiertas David cogió ese par de patas se las puso en los hombros y le metió toda la polla le empezó a dar muy duro sin descanso estuvo así 5 min Diana tenía los ojos al revés su mirada desorbitada con la boca abierta gimiendo sudada como sin voluntad cuando David dijo….

—Que me estás haciendo me estas apretando la polla con ese coñote que te mandas, me vas hacer venir me vas a sacar la leche siento como si me succionara la verga no aguanto más me vengo.

David empezó a gemir y a llenarle el coño a mi novia que tenía espasmos cada vez que su primo le descargaba un lechazo en el coño yo solo veía esa verga clavada en la cuquita hinchada de mi novia y como que no aguantaba tanta leche adentro que se le empezaba a salir por entre la vagina y el pene que tenía clavado y que el primo no le sacaba le estaba dando sus últimas surtidas, al ver eso no aguante más y descargue grandes chorros de leche contra la pared de la casa me vine brutalmente sentí demasiado placer.

David cayó encima de su prima y se quedó ahí con la polla adentro un rato todos sudados después se la saco Diana toda tirada y sin fuerzas le sonrió.

David le dijo….

—Primita párate que hay que volver a las habitaciones que nos pueden ver, ojalá tu novio estuviera aquí para ver lo buena que eres en la cama.

La tomo la ayudo a levantarse ahí desnudos los dos y viendo lo rica que estaba su prima la tomo y le empezó a meter un morreo e a besarla apasionadamente le sobaba el culo le apretaba las tetas le besaba el cuello mi novia lo complacía y se dejaba lo besaba y le acariciaba esa polla morcillona untada de semen y sus flujos se agacho se la limpio con la lengua, la chupo tragándose todo dejándola limpia, toda la faena en total duro como media hora.

Se empezaron a vestir yo me subí la pantaloneta y salí rápido a la habitación me hice el dormido un rato después llego David pensando que estaba dormido dijo suavemente….

—Si supieras la tremenda puta que te conseguiste de novia.

Y se acostó en la cama exhausto, al escuchar ese comentario se me empezó a parar la polla no resistí y en la oscuridad me la saque con cuidado de que no se diera cuenta David me empecé a pajear y a los 3 minutos ya me venía termine cansado de tanto placer a eso de la 1:10am simplemente me dormí.

Todos mis escuchas estaban sorprendidos por lo que les contaba Steven, Adrián y Leandro desde su escondite.

Steven: Uufff mi mujercita sí que le encanto el sexo desde un principio.

Antonio: si la pobre se volvió adicta desde que el tío la desvirgo ya no podía vivir sin sentir placer.

Steven: con razón están candente en la cama y no resistió el serme fiel tenía que calmar sus instintos.

Adrián: con razón me puso los cuernos a mí también.

Antonio: si el tío la hizo adicta.

Steven: no como me dice eso voy a tener que tener cuidado con el tío y el primo para que no me la vayan a coger otra vez.

Antonio: con el tío y con el primo hmm no solamente de ellos vas a tener que cuidarla el peligro está más cerca de lo que crees.

Steven: que quieres decir con eso.

Antonio: Déjame que te termine de contar si quieres, esto todavía no ha terminado.

Steven: no puede ser, si termíname de contar no me dejes con la inquietud.

Lo decía con preocupación en su mirada y un bulto en sus pantalones.

Continuará….

Recibo críticas y comentarios.

  • : Steven me miró sorprendido con inquietud preguntándome que más pudo haber pasado.
 

Relato erótico: “la mujer de mi amigo se hace muy puta 1” (PUBLICADO POR VALEROSO32)

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mi nombre es charles nunca me he casado ni tengo pareja ya que no soy hombre de una sola mujer, pero vamos a la historia iba yo paseando por la calle cuando me encontré una amiga mía llamada María la saludé, pero no estaba muy bien.
– que te pasa -la dije viéndola llorar.
– tengo problemas con mi marido.
– y eso- no me lo podía creer -si erais la pareja perfecta.
– si es verdad, pero de eso ya pasado historia. siempre está trabajando y viene cansado ni me mira muchas veces no tiene ni ganas ni de salir y otras veces me llama diciéndome que no podrá venir. yo creo que se está tirando alguna por ahí.
– no digas eso seguro que es por el trabajo. tu estas como un tren- dije yo -y cualquier hombre estaría deseando estar contigo.
– eso piensas.
– por supuesto -dije yo.
– yo no soy tan joven como antes.
– es verdad, pero los años han pasado para todos no solo para ti sola. aunque todavía estas de buen ver.
le invite a tomar una copa y seguimos hablando y hablando y recordando tiempos de joven en la discoteca cuando íbamos todas la pandilla entre copa y copa ella estaba un poco chispeada de pronto dijo:
– a ti te gusto.
yo trague saliva no sabía que responder.
– hombre estas casadas con un amigo mío, pero sino menudo polvo tienes todavía.
ella se rio.
– de verdad todavía lo crees.
– ya lo creo.
– pues mi marido ni me mira.
– vamos no bebas mas que ya has bebido demasiado.
se me pego a mi demasiado al quitarle la copa y no sé cómo me vi besándola y ella no se resistía el dije:
– escucha esto no puede ser tu esta casada y es uno de mis mejores amigos. no quiero ser un cabrón.
– y yo que. que te crees que no le quiero, pero ya ni me hace caso ni me toca y necesito un hombre. llevo tiempo sin sexo.
– porque no hablas con él.
– no me hace caso porque he intentado decírselo.
– tu todavía estas bien tienes 37 años.
y se echó a llorar. yo no sé como, pero intente consolarla, pero se me echo encima y me beso ya no pude resistirme ella me dijo:
– no quiero traicionar a mi marido, pero necesito un hombre compréndelo.
así que fuimos a un hotel y entramos como pareja entramos en la habitación y nos besamos o más bien ella me beso. la desnude como un loco y ella a mi también ella empezó a comerme la poya con ansia nunca lo hubiera imaginado y menos de ella.
– lo necesito- me dijo.
me di cuenta de que era una mujer necesitada de sexo si no se hubiera ido conmigo se hubiera ido con otro y empecé a comerla las tetas y a meterla los dedos en el chocho.
ella decía:
– así así no pares. no sabes cuánto lo necesito.
yo que estoy acostumbrado a tratar a las mujeres con la cama como putas la dije:
– toma zorra. mámame el rabo. perdona me ha salido así.
– no te preocupes me gusta siempre lo hecho con amor y mira como a resultado quiero hacerlo, así como a ti te gusta y probar. deja que te coma la poya y sea tu zorra. lo necesito por lo menos por esta vez- y empezó a mamarme el rabo.
yo ya no tenía miramientos con ella:
– toma hija puta mi poya en tu chocho -y empecé a follarla.
ella se volvía loca.
– si si soy una puta, tu puta pero que gusto. no pares de follarme. ahahahaha cuanto lo necesitaba deja que té coma la chorra otra vez. la quiero- dijo ella y empezó a mamarla.
estaba como una piedra.
– te voy a dar por culo.
– que dices y una mierda por ahí nadie me la ha metido.
– siempre hay una primera vez.
– me va a doler.
– no si yo lo preparo y te gustara. será una experiencia nueva para ti.
así que empecé a comerle el culo y me dijo:
– eres un guarro, pero sigue que gusto me das.
y luego los dedos bien lubricados.
– ahhhhhhhhhhhhh que gusto joder me corro. nunca lo había hecho esto nadie así.
y cuando el rector estuvo bien ensalivado y lubricado empecé a meterle la poya poco a poco pues era virgen.
– ah que daño sácala cabrón. me rompes el culo.
– tranquila zorra. te gustara. relájate tócate el chocho primero y mastúrbate ahora voy despacio. así que tranquila -y empecé a moverme despacio para que se acostumbrara con media poya en el culo- acostúmbrate a ella.
– ahajaba nunca me lo habían hecho. joder que gusto. como me das por culo. esto no lo había echo ni con mi marido.
– lo sé.
– qué rico mete más.
y empecé a meterla lo que quedaba y a follarla el culo si hasta los huevos.
– méteme joder como follas. me muero de gusto. ojalá mi marido fuera como tú de guarro. solo se la chupo y me folla y nada más y ahora ni eso.
– tranquila disfruta- y empecé a follármela y a follármela la hice correrse varias veces.
– ahahahahahahahahahah me corRoooooooooooo -dijo ellla cuando tenia mi poya en su culo y la tocaba el chocho mientras la daba a 4 patas y la lamia la oreja y el cuello.
– ahora zorra trágatela. estoy ha punto de correrme- dije yo.
– nunca me la he tragado. el escupo me da asco.
– conmigo no, trágatela- y cogi mi poya y se la meti en la boca toda- me corrrrrrro -dije yo- toma leche putaaaaaaaaaaa.
ella empezo a tragar y al final se relamía y me dijo:
– esto ha sido increíble. no he disfrutado tanto ni en muchos años incluso me has dado por el culo cosa que nunca habia echo y me ha encantado.
– ahora qu va a pasar -dije yo.
ella me dijo:
– yo seguire con mi marido. ya sabes que le quiero, pero si esto sigue igual me follaras siempre que lo necesite que seran muchas veces, ya que soy muy caliente y sere tu puta lo cual me encanta- me dijo ella.
CONTINUARA

  • : encuentro a una amiga mia en la calle llorando y me cuenta lo que la pasa la invito a tomar unass copas y poco a poco comienza a chisparse un poco con los cubatas y terminamos en la cama
 

Relato erótico: “La infiel Diana y sus cornudos (Antonio) Parte 4” (PUBLICADO POR BOSTMUTRU)

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UNA EMBARAZADA2Cuando volvimos pasado un tiempo la relación mejoro un poco ya Diana me permitía tocarla y meterle Sin títulomano me dejaba tocarle su coño y masturbarla tocarle esas ricas tetas ella me cogía la polla y me masturbaba hasta hacerme acabar igual yo todo eso lo hacíamos cuando estábamos solos yo le pedía que me hiciera sexo oral pero decía que no que le daba asco meterse un pipi en la boca, después de que la vi hacer de todo con sus familiares a mí me decía que no eso me enojaba y pues penetrarla menos decía que no estaba lista para tener relaciones, eso me frustraba me hacía sentir mal.

En esa época empezaba hacerse popular los teléfonos celulares en el país yo ahorrando logre conseguir uno y a mi novia sus padres le regalaron uno para estar más pendiente de ella.

Un día Diana me había dicho que iba estar sola su casa para que fuera ella salía del colegio a las 12pm y yo no tenía clases en la universidad sabía que ella llegaría a eso de las 12:30pm a su casa a así que la llame a esa hora me dijo que llegaría en 5 min que me llamaba apenas estuviera en su casa para que fuera eran como las 12:45pm y no recibí llamada alguna decidí ir a ver cómo vivimos cerca me fui caminando en 5 minutos llegue afuera de su casa estaba el carro que le asigna la empresa al padrastro de Diana, me quede extrañado pues me dijo mi novia que no habría nadie, me acerque a la casa que tiene una reja con unos muros bajos y dentro de ellos un pino pequeño que casi cubre una de las ventanas del frente de la casa con cuidado me observe por ella entre las cortinas pude ver la sala a mi suegro junto a el sofá no veía a mi novia, de repente mi suegro se empieza a desabrochar e pantalón a quitárselo junto con su camisa y ropa interior quedando desnudo en medio de la sala en ese momento veo bajar a mi novia por las escaleras de la casa llevaba su uniforme del colegio zapatos negros, medias blancas hasta las rodillas, una faldita azul oscuro amplia más arriba de sus rodillas que le llegaba hasta la mitad de esos carnosos y deliciosos muslos una camisa blanca manga corta con todos los botones abiertos a excepción del que le queda cerca de su cuello toda abierta dejando ver ese par de tetas grandes bien paradas suaves al tacto con sus pezones rozados perfectos en punta, con su carita de niña buena e inocente, su par de trencitas toda una lolita que la naturaleza doto con un cuerpo de escándalo.

Diana: papi ya me quité el sostén y me dejé el uniforme como te gusta.

Padrastro: si mi nenita que linda adolecente tengo en la casa, ven que tu papá te va dar lo que te gusta.

Mi novia se acercó a su padrastro este la tomo de culote con una mano se lo amaso a gusto con la otra le cogió una tetota se la apretó le estiraba el pezón mientras la besaba y le metía la lengua en su boquita carnosa, la cual recibía gustosa con sus ojitos cerrados, su padrastro le dijo:

—ven.

Se sentó en el sofá desnudo con las piernas abiertas mi novia se arrodillo entre ella con su manita tomo la polla de su padre la empezó acariciar esta empezó a cobrar vida se puso toda morcillona hasta alcanzar sus 20cm dejando ver esos huevos grandes y peludos los cuales empezó acariciar mientras le lamia todo el tronco desde las bolas hasta la punta la cual empezó a darle besitos hasta que se metió esa cabezota en la boca y empezó a chupar, mi suegro empezó a retorcerse de placer estuvo un rato haciéndole una mamada de campeonato. Su padrastro la detuvo y le dijo….

—Para putica me vas hacer venir, ven quiero que te sientes en mi verga.

Mi novia se paró le dio la espalda se levantó la falda dejando ver ese maravilloso culo redondo grande con ese par de nalgas gorditas perfectas y firmes por su juventud, tenía puesta una tanguita blanca muy pequeña que se le metía por el culo, apenas le cubría chochito apretado carnocito que ya estaba empapado su tanguita estaba toda mojada, mi novia se la corrió a un lado dejando ver su vulva y se empezó a sentar sobre el tronco de su padre solo veía como se le empezaba a estirar su vaginita a todo lo que da mientras gemía metiéndose toda esa vergota de golpe….

—Aahhh putica me vas a matar como aprendiste a coger así….

—Te gusta papi….

—Si puta síguete moviendo.

Diana cabalgaba a su padrastro mientras este se aferraba a su cintura y su culo se lo apretaba le daba nalgadas estuvieron un rato así cogiendo, ver como mi novia se comportaba como una puta me excitaba decidí tomar mi celular y llamarla a ver que me decía, su celular se encontraba en la mesa de la sala solo timbraba, pero ellos seguían como si nada, le insistí varias veces hasta que mi suegro le dijo….

—Contesta de una puta vez que me tiene loco ese timbre…

—no papi es Antonio….

—Contéstale a ese cornudo y decile que estas ocupada….

—Entonces voy a dejar de cabalgar papá para poder hablar con el….

—No puta vos no paras seguí moviéndote.

En esas veo que mi novia estira su manita recoge el teléfono y me responde con vos agitada y disimulando….

—Hola amor….

—Hola mi vida como estas….

—Bien amorcito….

—No me llamaste….

—Es que mi papá vino a la casa a almorzar pues estoy ocupada con él por eso no te llame….

—Te encuentras bien….

—Si porque me preguntas….

—Es que suenas extraña como agitada…

—es que estoy atendiendo a mi papá con la comida, le estoy dando de comer….

—A ok me avisas cuando se vaya para yo ir….

—Hay amor lo siento creo que no voy a poder tengo mucha tarea estoy muy ocupada te hablo en la noche….

—Pero bebe yo quería estar contigo….

—Lo siento amor estoy muy ocupada no puedo más.

Me colgó justo en ese momento soltó un alarido de placer y se vino toda, mi suegro le dijo….

—Aaahh puta como te venís me exprimes la verga aaahhh.

Yo solo pensaba lo puta que es mi novia diciéndome que le daba de comer al papá y que comida se estaba pegando mi suegrito con ese suculento pedazo de hembra que se estaba comiendo, me sentía poco hombre con miedo, con el pene duro totalmente excitado de ver como mi amada novia me ponía los cuernos con mi suegro.

Siguieron gimiendo de placer luego estiro sus manos la agarro de ese par de tetas que se le hincharon de la excitación tenia los pezones brotados y la cara de puta perdida la trajo hacia el así ella con la espalda sobre su pecho con las tetas apretadas se empezaron a besar con lujuria, luego su querido papi la volteo y la hizo cabalgar de frente mientras le manoseaba las tetas y se las chupaba estirándole los pezones, mi novia solo gemía como una puta perdida, ya estando los dos alcanzando el éxtasis del placer la hizo descabalgar la puso en cuatro apoyando sus manos en el respaldo del sofá subiéndole la falda hasta la cintura y bajándole la tanguita a medio muslo le reacomodo ese delicioso par de nalgas dejándolas paradas ofrecidas con facilidad mi niña solo sonreía pícaramente mirándolo entonces este agarro su enorme polla y se la clavo toda por el coños que le empezó a chorrear la cogió con todas sus fuerzas le dio durísimo mi pobre novia solo gemía de placer pidiendo más que le dieran más duro ya su padrastro no pudo más y en medo de un grito le empezó a llenar el coño a mi novia mientras esta tenía un brutal orgasmo que le puso los ojos en blanco con la mirada perdida del placer que recibía mientras los testículos de mi suegra se movían en espasmos llenándola de leche….

—Aaahhh puta como te corres mucho mejor que tu mamá me estas exprimiendo toda la vega aaaahhh.

Luego cayeron sobre el sofá mientras mi suegro le sacaba la polla morcillona de su abierto y babeante vagina que le escurría una gran cantidad de leche….

—Gracias papi me dejaste muerta voy a tener que descansar un rato….

—Ok bebe yo voy a ducharme y a ir al trabajo no me puedo demorar mucho acá.

Le dio un beso apasionado el cual ella correspondió, cogió su ropa y subió al segundo piso mi novia quedo tirada en el sofá un rato luego se subió su tanguita y fue al segundo piso solo vi que iba con una cara de placer y una gran sonrisa.

Me fui a mi casa totalmente caliente la verga me dolía entre a mi habitación cerré la puerta con seguro, solo recordé la cogida que le metió mi suegro a mi novia y me vine a chorros sintiéndome el más cornudo de todos.

Antonio: ahí confirme que el padrastro de Diana se la estaba cogiendo cada vez que podía y tenía el fetiche de cogérsela con su uniforme de colegio.

Steven: no mi suegro se dio un gran festín con mi mujer cuando estaba en el colegio y quien sabe cuánto tiempo más, espero que no me la vaya a seguir cogiendo ahora que está conmigo.

Antonio: esperemos que no jejejeje.

Bueno les sigo contando lo que paso en otra ocasión esta vez la vi con un amigo supuestamente un muy buen amigo que me la cogió toda y creo que por un buen tiempo fueron amantes.

Yo estaba cerca de cumplir los 19 años nos reuníamos con los amigos a pasar el tiempo ir a cine de paseo o a tomarnos unas cervezas en la casa de alguien por lo general era en la caza de Fabián ya que la mayor parte del tiempo permanecía solo.

En una de esas ocasiones nos reunimos todos en casa de Fabián a tomarnos unos tragos y escuchar música, estábamos Dana, Leandro, Fabián y las parejas Alejandra, José y Diana y yo, mucha cerveza y música la pasábamos bien llego la media noche ya todos estábamos perdidos por el alcohol yo notaba a mi novia muy alegre y coqueta especialmente con José debo decir que él es una persona alta bien parecida a las mujeres les gusta mucho siempre con una actitud sobradora y de ser el alma de la fiesta tenía un ego muy grande y con su apariencia eso le daba más alas era de esas personas con esa personalidad arrogante era mi amigo porque nos conocimos desde muy niños creo que solo por eso lo aguantaba.

Notaba esa coquetería y creo que José se daba cuenta y no perdía oportunidad para coquetearle el también y hacerse lucir frente a ella Alejandra no se daba cuenta de eso estaba muy borracha para rematar Fabián saco una botellita de ron y la repartió entre todos eso fue el acabose eso dejo fuera de combate a más de uno José y yo lo resistimos bien sobre todo el yo quede muy mareado las mujeres quedaron sin poder parase Leandro quedo dormido y Fabián se puso mal como con ganas de vomitar.

Estábamos mal en una de esas Fabián no aguanto y como pudo salió corriendo al baño del primer piso de su caza, Dana fue tras de el a ayudarlo como estaba tan borracha solo cayo al lado de el sin poder pararse, Alejandra al ver eso también se descompuso como pudo llego al mismo baño a vomitar Dana solo la sostenía del cabello, los demás sonreíamos divertidos sin poder pararnos yo ya empezaba a cabecear y a quedarme dormido entre sueño y despierto alcanzo a escuchar a mi novia decirme voy al baño de arriba y José dice yo la ayudo alcanzo a ver que el la ayuda a levantar y la lleva por las escaleras ahí pierdo el conocimiento por 5 minutos me despierto algo alterado al recordar esa última imagen miro en la sala no estaba mi novia y José, solo veía a Leandro dormido en una silla y a Dana, Alejandra y Fabián tirados en el piso del baño dormidos, como pude me pare y subí hacia el baño no los vi ahí mire la habitación de Fabián y tampoco estaban ahí de repente escuche un gemido que venía de la habitación de los padres de Fabián el pasillo que da a la habitación estaba totalmente oscuro por lo cual no me vieron llegar mi novia estaba sobre la cama boca abajo con su jean y su tanga en los tobillos y José atrás de ella abriéndole esas apetitosas nalgas con las manos y metiendo su cabeza entre ellas lamiéndole el coño y el culo a placer, ya estaba chorreándose mi novia.

No podía creer lo que veía mi novia poniéndome los cuernos otra vez y con mi amigo que supuestamente nos conocíamos desde niños y ahora me traicionaba se estaba empezando a coger a mi novia lo maldije en mi mente, pero me quede quieto escondido en la oscuridad dejando que se beneficie de mi adorada y rica novia.

—José que rico me comes el culo y el coño Joselito seguí así….

—Que rica estas putota no puedo creer que seas novia del imbécil de Antonio estas muy buena como para estar con el….

—No te pongas celoso mi Josecito que podemos compartir cada que quieras te puedo dar todo mi cuerpecito, pero mi corazón es de mi Antonio a él lo amo….

—Bueno perrita, pero entonces todo ese delicioso cuerpo será mío cuando quiera….

—Siiii papacito.

José le termino de quitar el pantalón con su tanga, le quito la camiseta le quito el sostén apenas vio ese enorme par de tetas perfectas con esos pezones rosas parados se relamió los labios y le dijo…

—que tetas tan rica tenés mamacita ni comparación a los de Alejandra que los tiene chiquitos vos estas más buena que ella mil veces….

—En serio te gusto más….

—Si puta te voy a coger por siempre.

Le cogió ese par de tetas con las manos y se las empezó a chupar como recién nacido queriéndoles sacar leche, luego se separó se empezó a sacar la ropa cuando quedo en bóxer se le veía un bulto impresionante, mi novia solo le miraba ese bulto con cara depravada de puta sedienta por verga José se quitó el bóxer dejando ver una polla parada descomunal de 23cm gruesa como brazo de bebe con unas pelotas grandes como pelotas de ping pong toda depilada blanca con una cabeza grade rosada surcada por unas venas gruesas, mi novia al ver eso se le hizo agua la boca le dijo:

—ven que me muero de ganas por chupártela.

Mi amigo se acercó Diana la levanto dejándole al descubierto ese par de pelotas empezó a pasarle la lengua y a chuparlas glotonería dejado caer esa barra de carne sobre su linda carita, se veía descomunal ese pedazo de verga sobre el rostro de mi novia empezó a lamerle todo el tronco hasta llegar a la cabeza la cual se metió y empezó a chupar con un mete y saca acelerado se deleitaba con ese pedazo de carne en su boca….

—Como la chupas, puta, eres una puta profesional si seguís así me vas hacer acabar….

—No todavía no hasta que me la metas quiero sentir todo eso dentro de mí.

José la acostó en la cama la abrió de piernas las puso en sus hombros se agarró ese monstro de verga y se lo empezó a estregar sobre ese coño chorreante solo gemía hasta que le puso la punta cabezona en la entrada y empezó hacerle fuerza su cuquita apretadita se empezó abrir recibiendo ese invitado sus paredes se estiraban de manera impresionante mi novia solo se quejaba y gemía de placer cuando le había metido la mita de la verga en la concha paro y le dijo….

—Alejandra solo me deja meterle la mitad dice que le duele mucho si le meto más, pero yo creo que tú eres una grandísima puta y puedes con más….

—Siiii meeteemelaaa todaaa hastaaa laaass pelotaaass….

—Que puta eres pobre Antonio.

Luego de decir esto le enterró toda la verga de un solo empujón mi pobre novia solo se quedó muda con los ojos y la boca abierta al máximo con una expresión de sorpresa de una muy grata sorpresa y le dijo….

—Siiii mi amoooor que grande eres empezate a mover por favor….

—Toma puta.

Le empezó a bombear el coño a mi novia gozaban a gusto solo gemían se besaban, le besaba el cuello, le chupaba las tetas le apretaba el culo estuvieron un rato así hasta que José se acostó y mi novia como una campeona lo monto y lo empezó a cabalgar mientras este le apretaba las tetas le cogía el culo y le daba nalgadas, mi dulce novia solo sentía placer tenía la mirada perdida empezaba a tener un orgasmo se dejaba hacer….

—Que rico como me aprietas la verga ni comparación a la de Alejandra esto si es una delicia sentirla toda adentro de una concha tan apretada y jugosa, mierda siento esos espasmos como me la aprieta puta aaaahhh.

Yo solo veía en la oscuridad del pasillo con la verga afuera dura haciéndome una paja extremadamente placentera disfrutaba viendo lo que me hacían, sintiéndome engañado con miedo a perderla con una calentura y una excitación que no me cabían en el cuerpo mientras mi novia como la más puta de todas montaba como la mejor a uno de mis mejores amigos poniéndome unos grandes cuernos.

La tuvo un rato así hasta que se la saco la puso en cuatro le abrió esas redondas nalgas le puso la verga en su vagina babeante al sentir eso mi novia arque la espalda parando ese hermoso culo grande y José solo se la dejo ir toda mi novia solo metió un grito José solo se agarró a sus caderas y la empezó a clavar la bombeo duro como desquitándose con ella mi amorcito solo gemía de placer con la cara perdida sus ojos se empezaron a ir para atrás empezó a venirse otra vez José al sentir como le empezó a exprimir la polla no aguanto….

—Puta me estas ordeñando te voy a llenar el coño de leche que es bastante….

—Si lléname toda la quiero toda adentro aaaahhh.

José le empezó a llenar el coño a mi novia esas enormes pelotas se movían en espasmos surtiéndole leche a mi amorcito quien paraba ese culo para recibirla toda, se la dejo toda adentro ya por sus piernas empezaba a chorrear semen.

Yo me vine a chorros en medio de la oscuridad en el suelo de aquel pasillo oscuro sintiendo mucho placer total mente arrepentido de dejar que se cogieran a mi novia, pero en silencio sin hacer nada, José le saco el pene a mi novia y la levanto rápido le dijo…

—ven no vayas a manchar la cama.

La levanto rápido de ella le dijo:

—vístete que no nos vayan a ver…

—si amor que rico te sentí esto lo vamos a repetir cierto…

—claro putica me aguantaste toda la verga y estas muy rica claro que esto lo vamos a repetir muchas veces vas a ser mi puta favorita.

Baje a la sala sin hacer ruido todos estaban dormidos me senté en una silla y me hice el dormido 5 minutos después bajaron José le decía en voz baja:

—ves todos están dormidos tu cornudito también nadie se enteró.

Después escuche a Diana llamándome tratando de despertarme…

—amor ya despierta llévame a casa que ya es muy tarde.

Solo desperté y le dije que si vamos te llevo salimos de la casa no sin antes ver una gran sonrisa en la cara de José.

Diana ya empezó a cambiar en ocasiones se desaparecía me decía que estaba ocupada o me sacaba alguna excusa para no verme también me enteraba por Alejandra que José también se le perdía en ocasiones de seguro estaba con mi novia cogiéndosela.

La relación duro un año más aguantándome sus engaños con su tío, primo, padrastro, quien sabe con quién más.

Todos en medio de la sala escuchaban el final de lo que les contaba Antonio con unos bultos en los pantalones llenos de excitación y morbo por saber más.

Steven: uff que fuerte eso, solo espero que no me pase.

Antonio: si, pero ya eso es pasado y si fue duro.

Adrián: con José, a mí también me engaño con el cuándo salía conmigo.

Steven: no espero que no se meta con el ahora.

Adrián: pues no hay que darle oportunidad a que se queden solos jajajaja y si eso les parece fuerte déjenme contarles mi experiencia con Diana, solo espero que guarden el secreto porque no quiero que se enteren lo que paso conmigo.

Intrigados Steven y Antonio se miraron y todos estuvieron de acuerdo de que lo que se hablara ahí era secreto eso si no sabían si Leandro quien espiaba también lo haría.

¿Continuará?

Recibo críticas y comentarios.

  • : Mi novia me sigue engañando.
 

Relato erótico: “la mujer de mi amigo se hace muy puta 2” (PUBLICADO POR VALEROSO32)

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María me llamo otra vez lo cual yo me enfade muchísimo, diciéndome que por favor que quería verme. yo accedí, aunque no quería. ya sabía para qué.
así que nos vimos después de dejar su hijo en el colegio ella me digo:
– mira quiero a mi marido, pero viene tan cansando que ni me toca. ya lo sabes tú y yo necesito sexo. si no tendré que buscar a un extraño y prefiero que seas tú, no una persona desconocida.
– sí, pero es mi mejor amigo.
– yo también le quiero, pero no puedo estar así. además, después de lo que me hiciste me gusto. nunca me lo había echo por ahí y me encanto. el viene y se queda dormido y he intentado hablar con él, pero nada.
-está bien, pero escucha esta será la última. te lo aseguro -dije yo.
así que fuimos a un hotel ella estaba muy caliente y con muchas ganas. enseguida la besé y empecé a desnudarla ella. enseguida me quito los pantalones y me bajo el calzoncillo y se metió mi poya en la boca como una mujer desesperada que no ha tenido sexo en muchos meses.
-que gusto que poya tienes como me gusta mamarla -me dijo- no puedo remediarlo. darme por el culo. todavía me acuerdo de la última vez y lo deseo.
así que se lo prepare se lo chupe y la metí los dedos ella ese Moria de gusto.
– que guarro eres. como me gusta. mi marido no es como tú.
y se la endiñe por el culo.
– así así rómpeme el culo. que cesación más rica. follaje bien me muero de gusto cuanto lo deseaba desde la última vez.
ella se corrió enseguida.
– ahahahaha me corooooooooo cabron como folla.
luego la di a mamar mi polla la cual se tragó sin miramiento alguna.
– que rica esta tu chorra- me dijo y me la puso duro.
la cual se la metí, pero esta vez por el chocho.
– aahahaha así cabron como me follas como una puta. me encanta- y se volvió a correr otra vez- aahhahha esto es increíble. me vengo otra vez. Ahahahahaha.
luego me la chupo y se tragó mi lefa.
– ahahaha que rica esta.
yo la dije:
– escúchame esta ha sido la última no quiero acostúmbrame a ti. te enteras. habla con él y di lo que te pasa y lo solucionáis, pero no cuentes más conmigo. te enteras.
después de unas semanas me llamo por teléfono. yo la dije:
– te he dicho que esto tiene que terminar.
cuando me dijo:
– escucha esto y se puso otra amiga mía. eres un cabron ella me ha contado todo lo que habéis echo se lo voy a decir a su marido y te romperá la cara. cómo has podido hacer esto después de tantos años siendo amigos.
-pero que dices si ha sido ella.
– vamos a vernos y vamos a hablar hablaremos, pero no va a convencerme. se lo diré a su marido ya verás.
así que me reuní con las dos con gema y María la dije:
– como se lo has dicho lo nuestro. es que te has vuelto loca.
María se echó a llorar:
– no pude contenerme tu no querías saber nada de mí y yo estaba desesperada. al final me desahogue contándoselo a ella.
– pues como sabrás yo no he tenido la culpa. fue ella la que me busco.
– sí, pero tú tampoco te negaste.
– no me vengas con esas ella se hubiese ido con otro si yo no lo he evito.
– claro menuda manera de evitarlo además me ha contado que la has roto el culo y que la encantado y que no puede vivir sin ello. no creo que sea para tanto -me dijo ella.
– tú lo has probado -dije yo.
– te Cres que soy una zorra como ella y tan guarra como tú.
– tú lo que pasa dije yo es que te mueres por probarlo y no te atreves. dime tu marido te da bien.
– él está trabajando y yo no soy capaz de ponerle los cuernos me aguanto hasta que podamos hacerlo de verdad.
yo la traje hasta mí y la metí mano.
– esta empapada zorra mentirosa.
ella me pego una bofetada por abrazarla y besarla yo seguí besándola y la dije a María:
-vamos a yódame a desnudarla.
– qué haces.
– evitar que se lo diga a tu marido y se arme la de dios.
entre los dos desnudamos a gema que estaba furiosa:
– se lo diré a tu marido zorra y a ti, mi marido y y suyo te romperán la cara.
sujetándola el dije:
-María cómela el chocho.
– que dices.
– haz lo que te digo. ella tiene que participar con nosotros sino se lo dirá a tu marido y se armara la de dios. eso quieres.
– no por supuesto.
– María empezó a comerla el chocho y gema empezó a resistirse:
– no no no- pero ya no se resistía tanto.
yo la comí la boca mientras Maréala comía las tetas ella empezó a disfrutar:
– lo ves y me dices que te aguantas cuando hasta que viene tu marido. puta mentirosa estas mojadas hasta mas no poder. cuanto haces que no follas tu también.
– dos meses ella- dijo llorando.
– chupa.
– no por favor.
pero yo no podía dejarla ir pues se lo diría a su marido y al de María y se almiararía la de dios. la metí la poya en la boca a gema. no quería, pero después la cogió el gusto.
-cabrón- y empezó a mamarla mientras María la comía el chocho ella se Moria de gusto.
– dala por el culo igual que a mí -dijo María- ya verás a ver quién es la zorra ahora.
así que la preparé el culo se lo lamí y la fui metiendo los dedos ella decía:
– por ahí no cabrán me haces daño.
pero yo no la hice caso cuando estuvo bien preparada le fui metiendo la poya despacio.
– ahí me haces daño cabrán. sácala me duele.
– tranquila zorra ya verás cómo te gusta.
poco a poco empezó a disfrutar y se volvía loca.
– así así follaje bien rómpeme el culo. que gusto. esto no lo había probado nunca ni con mi marido. tú tienes razón María, esto es divino. no pares de follarme hasta los huevos. méteme –mientras María la chupaba las tetas ella se estaba corriendo.
– joder que gusto.
luego la toco el turno a María las di por el culo y me la follé por el chocho. ella estaba en la gloria y se corrió sin pensárselo mucho:
– así así. que rico. cuanto necesitaba esto.
– follaos entre vosotras chocho contra choco.
estaban tan calientes que no pusieron reparos y lo hicieron y se corrieron las dos.
– ah esto es divino -dijeron- que placer.
– joder ahora quiero correrme zorras abrir vuestras bocas- y las solté la leche a las dos. la dos empezaron a pasarse la leche como buenas putas la una a la otra.
– y ahora que va a pasar -dije yo.
– nada seguiremos con nuestros maridos porque los queremos, pero cuando ellos estén de viaje o cansados tu serás su sustituto y nos follaras. no te quejes -dijo María- 0tendras a dos putas para ti solo.
-ya estoy deseando que nos des por culo otra vez y disfrutar- dijo ella.
– yo también- dijo gema- que rico solo pensarlo tenerla en mi culo me corro de gusto.
CONTINUARA

  • : la mujer de mi amigo me llama otra vez diciendo que me necesita que su marido lleva tiempo sin tocarla
 

Relato erótico: “la mujer de mi amiga se hace muy puta y las demas tambien FINAL” (PUBLICADO POR VALEROSO32)

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mi amiga María y yo quedamos en casa de gema que no había nadie para follar ya que sus maridos estaban currando fuera de Madrid. en baleares creo. se desnudaron las dos y empezaron a comerme la poya.
– joder que poya tienes- dijeron -y que guarro eres. nuestros maridos no son así como tú. darnos por culo como nos gusta.
así que preparé el culo de gema y se la metí hasta los cojones mientras María la comía las tetas. gema era rellenita, pero estaba bien de tipo. menudo par de tetas tenía ella. empezó a gozar:
– joder como me comes las tetas.
– zorra y como te gusta que te den por culo guarra.
– como tú me has enviciado joder que gusto.
– toma zorras poya.
– si si que gusto fóllame bien el culo cabrón. que gusto tener tu poya dentro.
mientras María la comía.
– ahora el chocho ahahahha -dijo gema- me corro.
– ahora me toca a mí- dijo María-
– déjame chuparte l el chorra hijo puta. quiero que se te ponga dura y me la metas hasta los cojones- y empezó a mamármela mientras gema se masturbaba y se tocaba el chocho y el culo. María me hacia una buena mamada a tope tenía la chorra.
-venir aquí zorras y mamármela las dos juntas.
y empezaron a chupar.
– que rica poya tienes cabrón ojalá nuestros maridos fueran igual que tú de guarro.
mientras estábamos follando entro sara la cuñada de gema y ni no enteramos.
– pero qué coño pasa aquí -dijo al vernos desnudos los tres y chupándome la poya mis dos amigas.
– tu qué haces aquí- dijo gema.
– tu hermano me ha dejado la llave para que no esté esperándolo en la calle y vosotras veo que sois unas zorras mi cuñadita y su amiga.
– no es lo que Crees.
– a no entonces explícamelo que haces con el pedazo poya que tiene este en la boca. se va a enterar tu hermano y tu marido el pedazo puto que eres.
pero con todo lo que decía no dejaba de mirarme la poya solo había una posibilidad y la dije:
– a que tu novio no tiene esta poya.
– desde luego que no cabrón. me haría daño.
– yo creo que no- y la cogí y la hice que me la tocara- te gusta.
– te la tocare, pero solo un poco joder. que plazo rabo tienes cabrón.
– venga sé que te mueres por chuparla.
– no yo no.
pero la puse de rodillas se la metí en la boca empecé a moverme.
– joder que rica esta.
– venir aquí chicas- dije a su cuñada gema y a María -comerla el coño.
ellas empezaron a comerla el coño y las tetas y se volvía loca.
– ah cabrón as putas que me estáis haciendo.
– te comemos el chocho cuñadita ya verás cómo te gusta cuando este cabrón te dé por culo.
desnudaron a sara que ya estaba como fuente corriéndose a chorros.
– vas a saber lo que es follar cabrón a no como mi hermano que no sabe.
sara tenía unos 22 años nunca había probado por el culo como mis amigas solo follaba con sus novias. lo normal una mamada y una follada y se corría y ya está así que la cogí y la metí la lengua en el ojete.
-qué haces cabrón eres un cerdo continúe déjame- pero no se apartaba y empezó a gozar- joder con me comes el culo que guarro eres.
– pero te gusta -dije yo.
– si si si joder méteme la lengua hasta el fondo.
mientras gema follaba a María y hacían la tijera y se corrían.
– ahajaba como tienes el chocho cabrón a pues anda que tú lo tienes encharcado.
yo le metí el rabo a sara y empecé a follármela como si la vida se me fuera en ella.
– ahahahahaha no pares de follarme cabrón. que gusto.
– te gusta cuñadita luego dices a las demas que somos zorras que me dices ahora -dijo gema a sara.
– que es una locura.
– jodela el culo charles.
– no por ahi tiene que doler no por ahí.
– no tranquila zorra ya verascomo te guste cuando te lo prepare -así que se lo chupe y la metí los deos en el ojete hasta que estuvo bien abierto luego le metí poco la poya hasta que esta que estuvo toda dentro.
ella decía:
– me muero que gusto cabrón rómpeme el culo.
emepece a moverme dentro de ella poco a pco hasta que se fue acostumbrando.
– ahahhh dame poya mas fuerte me muero de gusto cabrón. como me das por culo.
luego hice que gema follara con su cuñada chocho contra chocho lo cual se volvieron locas laas dos y se corrieron jutas mientras yo follaba a María y despues laa daba por culo hasta queme corrí en su ojetee.
– ahahahahaha hijo puta que gusto te mamaria la poya a todas las horas y me follarias hasta mas no poder.
termino la orgia y nos vestimos y hablamos y dije:
– esto no puede seguir vuosotras quereisa vuestros maridos y novios.
– si -dijeron ellas- pero ellos estan de viaje y nos echan un triste polvo al mes.
– y cuando lo hacen -dijo María
– además tu hermano no folla ni punto de comparacion como este cabrón -dijo sara.
– haber os propongo una cosa volveis con vuestros maridos y tu con tu novio vale cuando esten de viaje no siempre una vez x tiempo nos reuniremos para follar. serréis mis putas. las tres quereis a vuestros maridos y follareis con ellos, pero vuestros culos serán míos.
toda dijeron que, si todo volvio a la normalidad volvieron con sus maridos, pero una vez en x tiempo nos reuniamos para follar a tope cuando sus maridos estaban de viaje y no volvian en varias semanas ellas ya contaban los dias para estar follando conmigo FIN

  • : como sabe el lector mis amigas y yo follabamos sin para cuando los maridos estaban de viaje trabajando hasta que nos descubrio una cuñada de mi amiga la cual la cojimos y la unimos a nosostros
 

Relato erótico: Mi vecina de la lado 1 (POR CARLOS LOPEZ)

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Mi vecina de al lado es una guapa e impecable mujer casada. Por azar descubro una faceta de su vida que hace que se desate una tormentosa y apasionada relación entre nosotros.
Hace unos meses, hacia el mes de febrero, fui destinado por mi empresa a Valladolid. A pesar de no agradarme la idea de dejar Madrid no pude negarme y, tal como están las cosas, no me quedó más remedio que aceptar. Lo tomé por el lado positivo. Pensé que después de un par de turbulentas relaciones sentimentales, me vendría bien cambiar un poco de aires aunque me alejase de mi familia y amigos. Así que decidí ir a probar unos meses. Total, para dejar la empresa siempre tendría tiempo.
Así que, siguiendo la “ley del mínimo esfuerzo” y, como me parecía una buena opción, tomé en alquiler el piso que el compañero anterior dejaba. Era un poco grande para mí, pero los precios de allí son algo inferiores a los de Madrid, y el de éste me parecía razonable. Se trataba de un bloque de viviendas de ladrillo visto, de 7 alturas y unos 20 años de antigüedad. Con garaje, piscina, pádel, todas las viviendas exteriores y unas vistas razonablemente buenas. Estaba en las afueras, pero no excesivamente y dentro de la colonia los bloques estaban bastante distanciados unos de otros. Un sitio pijo, pero no excesivamente. El vecindario estaba formado principalmente por familias de clase media acomodada. Trabajadores cualificados, funcionarios, algún médico, o profesores. En general era gente agradable, pese a que yo no soy partidario de intimar mucho con el vecindario. No era partidario.
En la puerta de al lado vivía una familia típica de gente bien de provincias. Una pareja joven, que estaría ya rozando los 40, pijos, con 2 niños de unos 10 años, siempre amables y con aspecto de ser una familia ideal. Ella se ve que ha sido muy guapa en su juventud. Lo sigue siendo pero tiene un punto de tristeza y una sonrisa tímida que, si bien le resta chispa, para mí la hace bastante adorable. Con pelo moreno y ligeramente más alta que la media. De constitución sólida y fuerte, pero lejos de llegar a ser gruesa, y con unas curvas que no pasaron desapercibidas a mi mente sucia. Me dijo que era profesora en un colegio concertado de carácter religioso. Él siempre trajeado y sonriente, ligeramente engominado. Parece sacado de un anuncio de dentífrico, y era un directivo de una empresa multinacional radicada en la zona.
A pesar de que durante las presentaciones iniciales, bromeamos diciendo lo típico “si un día necesitas sal o azúcar, llámanos a la puerta y eso”, lo cierto es que nuestra relación era muy ligera. Prácticamente se limitaba a los habituales saludos de buenos días o buenas tardes cuando nos encontrábamos en el garaje o en el ascensor, aunque alguna vez me había llamado Juan (él) para completar un cuarteto y jugar una partida de pádel-tenis y yo había accedido. Nuestra relación era cordial, aunque no habíamos congeniado mucho. Yo lo prefiero así.
Como he contado, vivimos en la séptima y última planta. Hay 4 pisos en el rellano, pero nuestras puertas están juntas y compartimos una larga pared medianera. Procedente de su casa, nunca he oído una palabra más alta que otra, ni fiestas, ni música fuerte… ni episodios de sexo. La terraza o tendedero de mi cocina está pegada a la suya con una pared común de esas que están hechas con unos ladrillos grises de los que se puede ver y que dejan pasar hasta una botella. Creo que se llama celosía. No obstante, en mi casa, en la pared compartida con los vecinos, hay un armario grande que, salvo en la parte muy alta, no deja ver nada y mantiene, hasta un altura de unos 2 metros, la intimidad. Pero claro, nadie está muy interesado en lo que pasa en una terraza de cocina, un tendedero, para la lavadora y para dejar trastos de la casa.
Nunca lo hice, pero confieso que alguna vez he tenido la tentación de asomarme por encima del armario y mirar, en la ropa tendida, cuál es el tipo de ropa interior de mi vecina… porque siempre he sentido morbo por las chicas que van de buenas y he de reconocer que Ariadna, era el paradigma de chica de clase. Siempre cuidada, madre de familia joven, morena, con media melena perfecta, curvas, maquillada, y con los niños impecablemente vestidos cada mañana. Especialmente los domingos, por lo que sospechaba que irían a misa. Alguna vez me sorprendí pensando que en cuanto llegara el verano y se abriera la piscina de la finca, iba a tardar muy poco en tratar de coincidir y comprobar cómo le sentaba el bikini sobre sus curvas.
Mi vida en la ciudad era sencilla, agradable y, salvo alguna aventurilla con chicas de allí, algo aburrida. Todo cambió un día de diario del mes de mayo que no fui a trabajar por aquello que era festivo en la sede de Madrid, y me quedé tranquilamente en casa. Hacía calor y abrí puertas y ventanas. Me disponía a desayunar en la cocina cuando empecé a oír sonidos extraños, algo así como jadeos o gemidos. Por la hora que era y por lo increíble que me parecía que esos ruidos viniesen de la casa de al lado, pensé si sería real o si era mi mente enferma la que lo producía. Salí sigilosamente y despejé todas las dudas. Era real y venía de la terraza de la cocina. Los jadeos eran gemidos y venían del tendedero de los vecinos modelo. Uffffff, qué sensación, ya me estaba imaginando a ellos dos, tan perfectos, haciendo el amor en la terraza jajajajajaja, y me corroía la envidia a la vez que me sonreía. Pensé, al final todas las personas somos eso, personas, y tenemos nuestros momentos de “locura”… por más ultrareligiosos que parezcamos. No pude evitar subirme en una silla para mirar un poco entre la celosía, por la parte superior del armario y ahí, ya, mi sorpresa fue mayúscula.
No eran los vecinos. Al menos no los dos, era la vecina, Ariadna, la que se mordía el labio inferior apoyada sobre la lavadora, mientras a su espalda estaba un chico joven, alto, corpulento y vestido con ropa de trabajo, agarrando sus caderas con unas manos grandes y dándole una dosis de sexo bastante salvaje.
Me quedé petrificado contemplando la escena. Ella, tan mona, con la falda de un vestido veraniego pero recatado subida hasta su cintura, estaba recibiendo algo que realmente le hacía estremecer. Estaba sólo a unos tres metros de mí, de modo que si abría los ojos o levantaba su mirada me pillaría en esa posición de voyeur. Los gemidos fueron acelerándose y me volvió loco ver su cara mientras experimentaba un orgasmo. Estaba excitadísmo por la situación. Tanto que, sin querer, rocé un brik de leche, de los que almaceno por allí, y cayó al suelo haciendo un ruido suficiente para que abriese los ojos hacia mí y me viese enfrente de ella. Fueron dos segundos sólo, pero su cara pasó del éxtasis de un largo orgasmo a la más profunda sorpresa y vergüenza. Me impactó y bajé de la silla metiéndome a la cocina de nuevo con el corazón latiéndome a mil. En fin, es su vida, pensé con un sentimiento entre excitación y vergüenza por haber sido sorprendido espiando.
 

Los días siguientes traté de no coincidir con los vecinos. Con ninguno de los dos. Aunque esas imágenes pasaron a ser mi inspiración, me daba cierto apuro. Pero aproximadamente una semana después, nada más llegar a casa del trabajo sonó el timbre. Abrí y allí estaba ella, Ariadna, iba voluntariamente vestida poco provocativa, pero a mí me parecía preciosa, con unos vaqueros holgados y un jersey de cuello alto no muy entallado. Me dijo, “Carlos, quería hablar un minuto contigo ¿puedo pasar?”. Estaba un poco ruborizada. Supuse que había estado pensando mucho en este momento. Yo mismo lo estaba. Le ofrecí un café, que rechazó, pero pasó a mi salón. Nos sentamos alejados en el mismo sofá.

 

Y bien?
Carlos, sé que el otro día viste algo que… no tenía que haber pasado.
No te preocupes, Ariadna, por mí puedes estar tranquila, ya lo he olvidado (dije mintiendo porque las escenas estaban presentes -muy presentes- en mi mente).
Ya, pero no quiero que pienses que soy “ese tipo de mujer”… fue algo que yo nunca haría, no sé qué me pasó. No soy de esas…
(la corté) Ariadna, yo no soy quien para juzgar nada. Todos tenemos nuestros momentos. Mira, ese día me subí a una silla para ver. Yo tampoco estoy orgulloso de ello.
Ya, pero yo te lo quiero explicar, esa no era yo… (dijo suplicante). Jamás he hecho nada así. Sólo lo hice en ese momento, y … (una lágrima corría por su mejilla) no quiero que esto cueste mi matrimonio si se lo dices a mi marido.

 

 

Se notaba que debía llevar estos días torturándose… estaba sufriendo en lo que estaba contando.

 

Ariadna, no tienes que preocuparte por mí. Eres adulta, vivimos en un país libre y puedes hacer lo que quieras. Ya te digo que mi vida tampoco es un ejemplo.
Ya, pero tú eres amigo de Juan… y no quiero que lo sepa. Por favor, no le digas nada. No volverá a pasar. De hecho, hasta ese momento jamás en mi vida he sido infiel a nadie. No sabes lo que me arrepiento y lo difícil que es esto. He sufrido mucho con ello… yo no soy ese tipo de mujeres que hacen esto. A veces subes a casa con alguna de ellas y os oigo por la pared… y yo no soy de “esas”!

Las últimas palabras me parecieron algo despectivas. Como considerándose un tipo de persona mejor por llevar el tipo de vida que llevaba y ahí, reconozco que quise ser un poco duro con ella.

Bueno, no quiero meterme en tu vida, pero no me dio la sensación de que te estuviese disgustando… es más, la expresión de tu cara no me pareció de sufrimiento. Me pareció la cara de una mujer en éxtasis. Igual igual que la de “esas” chicas que van conmigo (dije cruelmente).
Comenzó a sollozar, y me arrepentí en el acto de lo que había dicho. No soporto ver llorar a nadie y menos por mi culpa, o por culpa de mis palabras.
Lo siento, Ari, de verdad. No quise hacerte daño, la verdad es que la imagen tuya en ese momento era sensual, excitante, pero también bonita. Eres una mujer bellísima, una supermujer que cualquiera desearía, y haber contemplado eso, ha sido lo más excitante que me ha pasado en años. 
No pudo evitar una sonrisa, y algo me dijo que era una mujer muy necesitada de cariño y palabras bonitas. Continué intentando animarla. 
De verdad, desde que os he conocido, siempre he pensado que Juan, tu marido, es un hombre muy muy afortunado por tenerte a su lado. Mira, yo no hago más que dar tumbos y envidio de alguna manera a Juan. De verdad. Sois afortunados juntos.

Creo que había metido la pata porque su sonrisa se transformó en un gesto amargo… tragó saliva y se puso a hablar. Se notaba que lo necesitaba. Estoy seguro de, para su desgracia, que no tenía amigas a quien contarles sus problemas y empezó a desahogarse conmigo.

“Mi marido, Juan era el chico más popular del instituto. Era guapo, deportista, de familia bien. Empecé a Salir con él a los 15 años. Nuestras familias se conocían. Mi vida fue un cuento de hadas. Nos casamos jóvenes, nada más terminar la carrera.”
“Al principio todo fue precioso, tardamos 4 años en buscar el primer embarazo… queríamos disfrutar de nosotros mismos. Viajamos a varios lugares. Íbamos con frecuencia al teatro, a conciertos, al cine todas las semanas… y en cuanto a la vida sexual… nunca fue demasiado buena, pero yo tampoco sabía cómo tenía que ser, y pensaba que con el tiempo mejoraría.”
“Luego vinieron los niños. Los ascensos en el trabajo. Llegábamos cansados a la hora de acostarnos y empezó a distanciar los días de sexo. Yo no me atrevía a pedírselo, no estoy “programada” para eso. Pero ahora, desde hace 3 años, prácticamente no me toca (una lágrima rodaba por su mejilla, y castamente la recogí con mi dedo sin que ella se opusiera). Dice que está cansado, que el trabajo es muy duro.”
Empezaba a sentirse cómoda hablando y se sinceraba, mientras yo la encontraba frágil, excitante y adorable. Sentía lástima por ella, pero al la vez me daban ganas de abalanzarme en el sofá. No se merecía su situación y yo, yo no me merecía tener a semejante mujer temblando a mi lado, diciéndome que necesita cariño, sexo, y yo mantenerme parado. Yo sí que no estaba “programado” para ello. Sin saber cómo, cada vez estábamos más cerca en el sofá. Continuó.
“Lo que ocurrió ese día fue que había olvidado que iba a venir el técnico a reparar la lavadora. Era una mañana más y yo estaba recogiendo la casa, ya arreglada. Y sí, una vez más estaba llorando cuando sonó el timbre. Últimamente lloro a menudo. Como pude sequé mis lágrimas, ya estoy acostumbrada, y le dejé pasar. El chico me preguntó por la lavadora y no sé ni lo que contesté. Con sorpresa, él, era un chico muy joven, me vio mi estado de nervios y tristeza y me preguntó. Me habló con cariño, con comprensión y no sé lo que pasó pero me vi en sus brazos y… y yo también le abracé. A partir de ahí todo se precipitó, y me arrepiento mucho de lo que pasó.”
Lloraba mientras hablaba. Supongo que la historia es relativamente frecuente pero quise desviar su drama. Le hablé de mi propia vida. De mis relaciones y de las de mis allegados. Comenté mi certeza de que en la gran mayoría de las parejas, la pasión en el sexo, y el sexo en sí mismo va decreciendo con el paso del tiempo. Pero claro, una cosa es decrecer y otra tener a una diosa en la cama cada noche y no caer nunca en la tentación. Ariadna necesitaba hablar, desahogarse, y encontró ternura en mí. Me llegó a confesar sus miedos, sus deseos, sus tentaciones, sus ratos en los que se dejaba llevar… y su arrepentimiento. A pesar de su estatus social, ahora se comportaba como una persona insegura, desvalida en estos campos de la vida.
No le acepté arrepentimientos. Me parecía injusto se mirase por donde se mirase. Hasta dentro de la moral cristiana, pecar es hacer mal a alguien y ella no hacía ningún mal con sus actos. Esto se lo dejé claro y se convenció. Al menos se dejó convencer y me escuchaba como si le hablara un sabio en la materia. Lo cierto es que conozco mucho mejor estos asuntos y verla tan débil y a la vez tan digna me producía una sensación difícil de explicar.

Le dije, yo te voy a ayudar a que tu vida esté equilibrada y sana. “Los vecinos están para ayudarse”, dije con ternura pero con una sonrisa maliciosa que no pude evitar. En ese momento, ya tenía su mano entre las mías y la acariciaba… apoyó su cabeza en mi hombro y comencé a pasar mi mano por su cabello. Tenía los ojos cerrados y se dejaba hacer. Se notaba que tenía una necesidad enorme de cuidados y atenciones. Ahora ya no hablábamos. Sólo pequeños susurros. El dorso de mi mano se deslizaba suavemente sobre su jersey, exploraba la orografía de su cuerpo, que era tal cual prometía. El tacto de su pecho sobre la ropa era firme y cálido. Pasé unos minutos rozando suavemente su cuerpo sobre la ropa mientras ella se recostaba en mí.

Sentía acelerarse su respiración. Sentía el latido de su corazón, la rotundidad de sus pechos y la dureza de sus pezones que presionaban la tela de su sujetador. Mis caricias eran suaves… mi mano abierta se introducía entre su cabello y notaba el efecto que hacían mis caricias en su cuerpo. Abrí la cremallera que tenía su jersey en el cuello de cisne y mis labios tomaron posesión de su yugular. Iba muy despacio, aunque mi pene hacía rato que había alcanzado la máxima expresión. Mis manos abiertas sopesaban su pecho, presionaban y liberaban con dulzura, tomando sus pezones entre mis dedos sobre la ropa. A veces suave suave, y otras con un poco más de presión. Se dejaba hacer, estaba entregada, jadeaba suavemente con el ritmo de mis manos y mis labios sobre su cuello.
La situación era alucinante. Me sentía alguien poderoso. Hasta pensaba que la estaba ayudando y tenía derecho a jugar y a todo. Ordené con cariño pero con firmeza “Ari, quítate el jersey”. Y sorprendentemente, algo la hizo reaccionar diciendo “¡¡¡No!!! ¿qué haces?”… hizo un gesto de contraer su cuerpo con una cierta brusquedad apartándose de mí. Todo cambió radicalmente. Yo siempre he sido pacífico y juguetón, pero en ese momento, detecté un cierto rechazo, pero una gran altivez por su parte. Y eso me cabreó profundamente en mi interior. No sé lo que se me pasó por la cabeza en ese momento ni qué resorte de mi cerebro se me disparó, pero sujeté sus muñecas con fuerza y la levanté bruscamente del sofá. De mi cuerpo salían actos y boca salían palabras que suscribiría el mismo demonio. La había arrastrado hacia la puerta de salida y ahora apoyaba su espalda en la pared. Le hablaba ahora con notable brusquedad, alto y claro, sin susurrar ya, con maldad “¿ah sí? ¿Has venido a mi casa para decirme que, aunque te gusta follarte al técnico de la lavadora, eres una señora? Vaya, yo creo que eres un puta, una puta –recalcaba estas palabras- caliente”. Sujetaba sus muñecas con una mano y con la otra la rudamente su cuerpo. Y seguía diciendo algo poseído “en cuanto reconozcas lo que eres, una puta, te echo de aquí. Vamos vecina, quiero oírtelo decir –soy una puta caliente, aunque voy de señora-” “vamos dilo y te vas. Dilo y a tu casa, yo no te delataré”.
Ella estaba asustada. Se notaba. Pero a la vez había ese brillo especial en su mirada. Creo que nunca la habían tratado así y su cara era una mezcla de susto, de odio hacia mí, de orgullo, pero también de deseo. Decía ahora dócilmente “Por favor, déjame!”, y mientras sujetaba con una de mis manos sus dos muñecas, con la otra recorría bruscamente su cuerpo sobre la ropa. O tiraba de todo su pelo para poner su cabeza mirando hacia arriba y pasar mis labios por su cuello mientras decía ya susurrando “Vamos vecina, sólo tienes que reconocer lo que eres y te abro la puerta y te vas. ¿No quieres irte? Te juro que en cuanto lo digas te vas… no quiero putas en esta casa”. Pero ella sólo acertaba a decir “por favor, por favor, déjame” y mi mano libre presionaba su entrepierna sobre la ropa guiando los movimientos que sus caderas empezaban a realizar. Su cuerpo la estaba traicionando y se estaba sometiendo a mí. Su mente… su mente tenía que ser un lío imposible de comprender para ella. Yo seguía. En poco tiempo sus caderas se movían frenéticas y mi mano sujetaba su coño caliente sobre el pantalón. Tenía los ojos cerrados y jadeaba. Se había entregado.
Mis sentimientos también eran encontrados. Ahora sentía lástima por ella, a la vez que excitación y deseo. Pero, aunque no había conseguido que de su boca salieran las palabras que pedía, sí había conseguido lo que quería. Había bajado sus humos, su estatus de chica pija por encima de mí y de todos los demás. Ya no quería más de ella. Me volvía loco esa mujer pero no quería problemas en el vecindario.
Así que me aparté suavemente y dije, “es verdad, lo siento, lo siento mucho por haber llegado hasta aquí. Anda, vete. Te juro que no lo voy a decir y que nunca más volverá a pasar algo parecido. Tú tampoco tendrías que estar aquí, no sé que haces en mi casa… por favor, sal de aquí, vuelve a tu vida” y añadí “y no tengas miedo, no diré nada al imbécil de tu marido. Es vuestra vida, es algo vuestro que a mí no me incumbe”. Me había apartado de ella y, en un gesto cortés, dejaba libre su camino hacia la puerta.
Pero en ese momento, una nueva sorpresa me tenía reservada en su interior. A pesar de que mis palabras eran reposadas y sinceras, ella se quedó totalmente paralizada. Dije una vez más, con algo más de firmeza indicando la puerta “¡venga, sal!”.
No sé lo que pasaría por su cabeza, pero seguro que se sintió asustada, rechazada. Una vez más en su vida. Me di cuenta de que su cuerpo había comenzado a temblar, y menos de quince segundos después a llorar. Vino hacia mí para abrazarme, pero yo sujetaba sus brazos. Me invadía un sentimiento mitad de enfado mitad de pena. Trataba de acercar su cuerpo hacia mí mientras lloraba nerviosa y desconsoladamente… con hipidos… era sobrecogedor ver a una mujer hecha y derecha, una chica educada y distinguida derrumbada de esa manera.
Hizo ademán de quitarse el jersey, pero yo ya no estaba con el ánimo morboso ni salido, y no la dejé. Sin embargo, no sé porque pero la acogí en mis brazos de nuevo, esta vez tiernamente… pasaba mi mano por su cabello y apoyaba su cara contra mi hombro de modo que a través de mi camisa notaba la humedad de sus lágrimas. No me importaba. Dejé que se fuera relajando y pasaron varios minutos… yo también me tranquilicé y poco a poco fui consciente otra vez de las curvas de su cuerpo. Ya no quería soltarla, y ella tampoco a mí, estaba aferrada. Sin embargo mi cuerpo estaba reaccionando de nuevo, y tenía la sensación de que ella también lo notaba. Cada vez estaba más apretada a mí, y su cuerpo presionaba específicamente esa parte de mi cuerpo, esa parte que ahora era dura y rotunda. Ahora yo hablaba sin demasiado convencimiento.

 

Ari, cielo, anda ve a tu casa… me encanta que estés aquí y me encanta que puedas considerarme mi amigo, pero no sé si lo que yo puedo ofrecerte va a trastocar tanto tu vida que la desequilibre.
No, quiero estar aquí, contigo… -decía con hipidos aún-
Ari, mi vida es desordenada y ni siquiera soy de aquí… cualquier día desapareceré y creo que no voy a hacerte ningún bien… te vas a comer la cabeza…
Quiero estar contigo –Hacía ademán de abrazarme de nuevo pero yo mantenía una pequeña distancia… era tal la falta de cariño que tenía que estaba dispuesta a todo y yo estaba loco por tenerla dentro de mi cama.
Bueno, pues si quieres estar conmigo, vamos a poner unas reglas. Si vienes a mi casa es para que yo disponga de ti a mi antojo. No te haré daño ni se lo diré a nadie. Sólo te voy a dar sexo y cariño así que no me pidas más… además, yo mando.
Me da igual, sólo quiero lo que tú me des… -ahora hablaba con una decisión impresionante, su preciosa carita emanaba tranquilidad, a pesar de los signos de haber llorado.
Me pareces una mujer preciosa, de bandera, la más atractiva que se ha cruzado en mi vida en mucho tiempo. Tienes clase y estilo y, quizá por eso, me excita pensar que voy a hacer contigo lo que quiera y cuando quiera…

y jugando con el momento añadí:

 Ariadna, esto es un favor que yo te hago y tú, tú la chica bien, vas a ser mi puta. Esas son las reglas, puedes irte ahora mismo, pero si te quedas es que las acatas.

 

Estas palabras ya las dije con firmeza, quería dejar las cosas claras. Incluso quería ser disuasorio. Tampoco niego que me gustaba la situación cada vez más. Ya había dejado a un lado las angustias personales que siempre me afectan y estaba jugando.

Ella sólo asintió bajando la cabeza y diciendo un “sí” casi imperceptible, pero yo juro que vi un cierto fulgor en sus ojos al escuchar mis palabras.
Dije “ven”… estábamos de pié, y la puse de espaldas a mí, y esta vez introduje suavemente y sin el menor pudor mi mano dentro de su pantalón y sus braguitas. Se había vestido expresamente con un pantalón ancho para no delatar sus formas, y ahora me estaba facilitando la labor metiendo su preciosa tripita. Una paradoja más de la vida.
Ya no sé si me sorprendió, pero Ariadna estaba completamente empapada. Completamente. Hasta su ropa interior. Lo ocurrido anteriormente la había puesto así. Su pubis, aquél que había visto accidentalmente el día del episodio del técnico de la lavadora, estaba ahora en mis manos. El vello era suave, extenso pero recortado, rezumaba cierta humedad. Puse mi mano abierta cubriendo exteriormente todo su sexo, presionando leve y uniformemente todo él. Mientras mi cuerpo estaba totalmente pegado a su espalda, y mi otra mano sujetaba su cadera contra mí.
No hacía nada más con mi mano, sólo la mantenía allí, pero ella había cerrado los ojos y respiraba acelerada. Se estaba acostumbrando a tener mi mano en su sexo, esta vez sin ropa. A continuación me dio otra sorpresa: Fue ella la que cogió mi otra mano y la puso sin decir nada sobre su pecho. Uffff ella estaba deseando que la tocase. Así que decidí forzar un poco más el juego y me resistí diciendo “¿qué haces vecina? ¿qué es lo que quieres llevando mi mano a tu cuerpo?”. Ella ruborizada dijo “jooooo”, pero yo estaba alucinado y divertido así que decidí seguir con el juego “¿qué quiere esta chica? ¿quiere que la toque su vecino? ¿eh? ¿eso quiere?… no dices nada” y apartaba mi mano de sus pechos, pero seguía sin decir nada. Así que empecé a hacer el amago de sacar también mi otra mano de su pantalón y ya reaccionó sujetándomela de la muñeca para que no la sacara. “joooo” decía. Y yo seguía con mi básico juego

 Vecina, ¿qué quieres que haga con mis manos? Dímelo y lo hago.

Quiero que me toques ahí.
¿Dónde? Eso tiene un nombre!!
En mi cuerpo
¿En qué parte? ¿Aquí? -Y agachándome le toqué con poca maña fingida un rodilla-

y se dio la vuelta de improviso poniéndose frente a mí y colocando mi mano en su redondo pecho

 ¡No, aquí!

Jajajajaja esto se llama teta… y las tuyas son geniales… -decía mientras la amasaba- cuántas veces lo habré pensado…

Ya no hacían falta más juegos, y nos fundimos en un beso cada vez más húmedo y apasionado. Nuestras lenguas se entremezclaban y manos recorrían nuestros cuerpos impúdicamente. Era el paraíso. Después de unos minutos en los que soltamos la emoción contenida anteriormente, me tumbé en la cama y le dije… “Ari, desnúdate despacio para mí”, me daba un vértigo tremendo el juego de darle órdenes. Creo que a ella también, porque mirándome y muy despacio empezó a despojarse de su jersey de cuello alto… su camiseta… sus zapatos… el pantalón… ufffff sus braguitas negras estaban húmedas y arrugadas en la zona de su sexo. Se notaban los relieves de su cuerpo a través de la tela. Yo estaba cardiaco y completamente empalmado. Se puso de espaldas para soltar su sujetador, y se dio la vuelta con sus pechos tapados con las manos y sonriendo. Lo habría visto en alguna película, pero le estaba saliendo bien (a juzgar por el estado de mi miembro)… bailaba sensualmente.

Yo estaba impaciente por que terminase. Quería tener de nuevo su cuerpo en mis manos. Sabía que sólo tenía que pedirlo y así lo hice “Ari, ven aquí”… y vino hacia mí a besarme, pero dije riéndome “¡aquí!” e indiqué mi sexo al cual fue sonriendo también. Yo estaba tumbado boca arriba, y la guié para que su sexo quedase sobre mi boca, quería examinarlo de cerca. Y quería volverla loca. De hecho me había pasado una amiga mía un email sobre la búsqueda del punto g y quería hacer unas pruebas en ella.
Ariadna, por su parte, se metió mi miembro en la boca y empezó a hacerme una curiosa felación. No lo hacía mal, ponía voluntad, pero se veía que no tenía mucha práctica. Quizá ninguna. Dije “bonita, me encanta cómo lo haces… mira, cógela con la mano en la parte de abajo y con la boca en la mitad de arriba. Mueve suavemente arriba y abajo… con mucha saliva…”. Y aprendía rápido, no me hizo falta decir nada más. Usaba los labios y la lengua con interés, y se había adaptado a mí en un minuto.
Me estaba poniendo supercachondo. Jugando con su coño frente a mi boca, ya tenía dos dedos explorando dentro de ella y estimulaba especialmente la zona delantera. A la vez que mi lengua recorría los labios de su vulva, centrándome sobre todo en su clítoris. Sus fuertes gemidos, casi gritos, me ponían aún más, y me daban la certeza de que estaba acertando con mi maniobra. De repente se empezó a contraer gritando… joder salía mucho flujo a mi boca, lo había encontrado!! Jajajaja. Le dejé tranquilamente gozar, frotando su sexo sobre mi boca. Estaba desatada completamente, frenética. Luego le di tres o cuatro fuertes azotes en su culo, por no haberme avisado de su orgasmo. A cada uno respondió con un gemido que no era precisamente de dolor.
Había tenido un orgasmo largo e intenso. A mí mismo me gustó sobremanera, estos momentos me hacen sentir poderoso. Estar dotado para provocarlo algo así es un don. Le dije “ven anda, ahora quiero que te claves en mí”. Obedientemente se colocó a horcajadas sobre mí. Me encantó el gesto de cómo se abría los labios para colocarme dentro. Ufffffffffff que sensación fue sentir el calor del interior de su cuerpo en mi polla… era bestial, combinado con su carita de chica bien, ahora viciosa, y sus redondas tetas delante de mí.
Y seguí con mis instrucciones “Ari, ahora quiero que seas tú la que te folles en mí… muévete sobre mi polla, vale?”. Una vez más asintió mientras se mordía el labio. Me entraron ganas de decirle mil palabras soeces, pero no dije nada. Esta primera vez no iba a portarme muy mal. Sólo la observaba. Nos mirábamos a los ojos con cara de vicio. Sus tetas se bamboleaban suavemente llamando a mis manos sobre ellas. Combinaba poner mis manos abiertas sobre ellas dejando que sus pezones se rozasen y clavasen en mí, con caricias amasándolas. Estaban durísimas y los pezones tremendos. Me entusiasmaba la idea de pensar lo que iba a hacer con ellas en los próximos meses.
Ella, a su vez, restregaba su sexo sobre en el mío… notaba como buscaba friccionar su clítoris. No tenía ningún complejo ahora y dejaba actuar a sus instintos naturales. Dije “Ari!”, y me miró con adoración. Ahora esperaba ansiosa mis órdenes. Sólo quería decirle que me avisase antes de su orgasmo y otra vez asintió. Me fascinaba ver a mi educada vecina moviendo sus caderas circularmente clavadita en mí. Se puso a pellizcarse ella un pezón y eso ya me sacó de mis casillas… así que dije “déjame” y le sujete ambos pezones con mis dedos de modo que sus propios movimientos los comprimían y estiraban. Estaba a punto de correrme cuando ella dijo con un hilo de voz “ya”, “ya”, “me voy, ya” y nos dejamos ir a la vez… fue tranquilo, pero profundo. Tuve la sensación de haberle llenado el cuerpo de semen, y tuve la sensación de que los espasmos de ella extraían con sincronía y precisión el fluido de mi cuerpo.
Al final se derrumbó sobre mí quedando enroscada y abrazada… Fue el primer episodio que tuve con ella, pero a partir de este tuve muchos más que contaré.
 
Carlos – diablocasional@hotmail.es

Si quieres ver un reportaje fotográfico más amplio sobre las modelos que inspiran este relato búscalo en mi otro Blog:     http://fotosgolfas.blogspot.com.es/

¡SEGURO QUE TE GUSTARÁ!
 
 
 

Relato erótico: “OJOS” (PUBLICADO POR XAVIA)

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TODO COMENZÓ POR UNA PARTIDA2

 

sin-tituloNo era la primera vez que lo hacía pero sí es cierto que había pasado mucho tiempo desde la última ocasión. Muchos meses, por no decir algún año. Pero allí estaba yo, a las 6 en punto aparcado frente al edificio que albergaba las imponentes oficinas de una de las empresas más importantes del país.

Le mandé un whatsapp: “¿Hoy saldrás puntual?”

Pasaron varios minutos sin recibir respuesta. Era lógico, pues desde que hacía dos años la habían ascendido a adjunta de la responsable del departamento pocos días podía cumplir su horario. Ésta, además, era una amargada que solamente contaba con el trabajo como consuelo por lo que tenía la mala costumbre de reunirse con su equipo a última hora, con lo que posponía la llegada a casa de las mujeres y hombres de su equipo que sí tenían vida familiar o de pareja.

“Qué va, estoy con Carmen. Tengo para rato”.

Mi sorpresa fue mayúscula cuando levanté la vista de la pantalla del Smartphone y la vi aparecer acompañada de un chico que creo que se llamaba Cristian o algo así. Salían juntos del edificio charlando animadamente y se dirigían hacia la derecha, en dirección opuesta a la mía.

Le mandé otro mensaje: “¿A qué hora esperas salir?”

Se detuvo, sin duda al oír el aviso del teléfono, leyó el mensaje mientras le hacía un comentario al compañero y tecleó: “No creo que antes de las 7. Estoy reunida”.

Aluciné. Pero mi ángel bueno salió al rescate aconsejándome no dejarme llevar por falsas apariencias pues la reunión podía no ser en el despacho. Tal vez debía reunirse con algún proveedor y el acompañante no era el Cristian que yo pensaba. O sí lo era, pero ambos debían ir a la reunión. O… Me quedé sin Oes.

“¿Con Carmen?”.

“Sii”.

No sé si la segunda i se le coló o la puso adrede. Pero Carmen no llevaba traje oscuro con corbata rallada, ni se afeitaba cada mañana ni era medio atractiva. La jefa de mi mujer rondaba los 50 años, se teñía el pelo de rubio y, sin estar gorda, ya no presumía del cuerpo que seguramente tuvo.

Repasé la conversación, a ver si me había perdido algo y lo estaba malinterpretando, pero su primera respuesta había sido estoy con Carmen, así que la última había sido reiterativa.

Un sudor frío como pocas veces había sentido me recorrió la espalda. Dudé de todo. De mi vista, del teléfono. Pero la mujer que había visto salir era Cossima, con la que me casé por la iglesia hace 8 años y con la que tengo dos hijas mellizas.

Arranqué, salí del aparcamiento y me dirigí hacia donde habían ido caminando. Tal vez solamente necesitaban un café para continuar la reunión con Carmen, me dije. O habían salido a comprar algo. Pero Cos, que es como sólo la llamo yo, llevaba su bolso al completo y el compañero un bolso-maletín que me extrañaba que necesitara para salir cinco minutos del trabajo.

No iban a por un café. En la segunda travesía a la derecha, calle por la que pude subir, se montaban en un BMW serie 1 blanco. Reduje la marcha para darles tiempo a salir y seguí sus pasos.

Cruzaron la zona alta y tomaron la carretera que lleva a Vallvidrera, antiguo pueblo de veraneo, hoy barrio de la ciudad en lo alto de la cordillera que aísla Barcelona del Vallès, donde vivimos en una casa adosada. Así que la lleva a casa, pensé para mí. ¿Y por qué no me lo podía decir? No teníamos secretos entre nosotros, cada día charlábamos un buen rato sobre el trabajo o los amigos si habíamos salido con ellos, por lo que no comprendía por qué Cos no podía decirme que un compañero la llevaría a casa.

Kilómetro y medio más adelante obtuve la respuesta. Nos separaban dos coches, una camioneta pequeña de reparto y un Ford Focus, que tuvieron que reducir la marcha cuando el BMW blanco indicó que giraba a la derecha para entrar en lo que parecía una propiedad privada. Tuve que pasar de largo para que no me descubrieran, así que busqué un lugar donde dar la vuelta. Dificilísimo en esta carretera, así que tuve que llegar hasta el cruce con el Tibidabo, casi tres kilómetros más arriba, y volver a bajar. También fue una temeridad entrar en el camino de tierra desde el carril contrario, pero la sangre no llegó al río.

Seguí la pista varios cientos de metros, pasé una casa semiderruida y a la izquierda vi el coche que había entrado en un pequeño claro del bosque muy bien resguardado por los árboles. Si no lo estuviera buscando, seguramente no lo hubiera visto. Avancé unos metros minorando aún más la velocidad y aproveché una curva del camino con un pequeño saliente de tierra para detener el Passat. Desde donde estaba no podía verlos, así que ellos tampoco me podían ver a mí. Si estaban en el coche, claro. Si se habían bajado, podíamos cruzarnos en cualquier punto y ninguno sabría qué explicarle al otro.

Caminé los escasos cien metros que me separaban del BMW y me acerqué con sigilo, sobre todo cuando confirmé que estaban en él. Sobra decir que en ese momento tenía el corazón en un puño, un nudo en el estómago, la respiración acelerada y aquel frío dorsal que no me había abandonado desde hacía demasiados minutos.

La mejor manera de ver sin ser visto era acercándome por el lado del copiloto, pues había más matorrales que al otro lado. Cuando estuve a menos de diez metros, se me heló la sangre. Cristian estaba sentado en su asiento, mientras una cabeza de corta cabellera rubia se movía arriba y abajo entre su cintura y el volante. ¡Dios! Sé que nunca olvidaré esa estampa. El cuerpo rígido del tío, sus ojos cerrados, su boca medio abierta, su brazo izquierdo apoyado contra el cristal mientras la mano derecha bajaba a sostener la cabeza de la felatriz.

Estuve un rato que no os puedo cuantificar paralizado. Viendo sin ver. Embelesado, estado del que salí cuando Cos levantó la cabeza. Reaccioné automáticamente, agachándome, pero no quise ver más. Ya había tenido suficiente.

No recuerdo mi trayecto al coche. Solamente sé que me senté en él temblando. Tampoco sé por cuánto tiempo. Aún estaba allí bloqueado cuando me llegó el whatsapp de mi mujer avisándome que ya había llegado a casa.

Yo también tenía que volver, pero ¿qué le decía, cómo actuaba, cuál debía ser mi reacción? En definitiva, ¿qué hacía? Qué debía hacer con mi pareja, con mi familia, con nuestro futuro.

Conducir me serenó. La verdad es que suele relajarme y, para alguien como yo, que me dedico a la venta y tengo visitas cada día a cierta distancia de casa, el coche me supone un buen lugar de reflexión. Normalmente del trabajo, pues planeo estrategias o busco argumentos para atacar a mis clientes. Pero en este caso era muy distinto.

Llegué a casa cuando las niñas ya estaban cenando en la mesa de la cocina, Cos a su lado escuchando lo que habían hecho en el cole. Me miró y con la sonrisa de siempre les dijo mirad quién ha llegado a lo que las mellizas se giraron contentas gritando papiiii. La misma familia feliz de cada tarde noche.

Subí a darme una ducha, pues necesitaba desintoxicarme, pero fui incapaz de diseñar un plan de acción. Estar bajo el agua, lejos de relajarme, incrementaba la sensación de rabia que hervía en mi estómago. Salí de la bañera con ganas de liarla, de decirle a mi amantísima esposa lo que había visto, que me había traicionado a mí y a las niñas y que ya podía ir haciendo las maletas. Sí, eso iba  a hacer.

Pero no lo hice. Bastó cruzármelas en el pasillo cuando salía del baño envuelto en una toalla, las pequeñas para lavarse los dientes y Cos tan guapa como siempre preguntándome qué tal el día y dándome un ligero beso, para que me lo replanteara. En su habitación, con el pijama ya puesto, les leí el cuento del día antes de ir a dormir mientras mi mujer bajaba a la cocina a servir nuestra cena y supe que no la liaría parda, que no quería entablar una guerra sin cuartel que acabaría por dañar, sobre todo a las más débiles.

La cena fue relativamente corta. Cos me contó su día en el trabajo, obviando un pequeño detalle, claro, y yo apenas probé bocado pues me encontraba mal, me excusé.

Realmente aquella tarde-noche de martes no fue distinta del día anterior ni de los martes de los últimos meses. Incluso, me acompañó a la cama para acostarnos pronto en vez de quedarse viendo la tele o navegando por internet como hacía otras veces. O había hecho yo. Para más Inri, estando ambos sentados en la cama leyendo, me abrazó suavemente por el abdomen interesándose por mi estado, y muy melosa ella, me preguntó si quería que lo arreglara de otro modo, bajando la mano y agarrándome el pene por encima del pantalón del pijama.

La miré sorprendido, no porque el gesto no fuera habitual, pues nuestra vida sexual era activa y variada, sino porque la supuse saciada. Pero ella lo entendió en otra dirección.

-Tendrás que conformarte con una mamada, que ya te dije ayer que me había venido la regla.

Aluciné. Era cierto que me lo había dicho el día anterior, entonces ¿qué había ido a hacer a la carretera de Vallvidrera? ¡Coño, a chupársela a su amante! Vaya pregunta más idiota. Por tanto, ¿qué era ahora yo para ella? ¿El segundo plato? ¡Ni de coña!

-Quita, quita –le dije cuando su mano ya había entrado en mi bóxer.

-Pues sí que tienes que estar mal para rechazar una de mis super-mamadas. –respondió coqueta jugando a hacerse la enfadada, me dio un pico y siguió leyendo.

Sobra decir que no pegué ojo en toda la noche. Ella sí, como un tronco, algo bastante habitual. No podía quietarme de la cabeza la escena. Constantemente me preguntaba por qué, desde cuando, cuantas veces, con cuantos tíos. Podía haber sido algo puntual, me decía a mí mismo para tranquilizarme.

Buscaba indicios, gestos, razones para que mi mujer tuviera un amante. Nuestra vida sexual siempre había sido muy buena. Desde que nos conocimos, hacía ya doce años, nos habíamos compenetrado muy bien, habíamos establecido un nivel de confianza tan profundo que a los pocos meses ya sabíamos que pasaríamos juntos el resto de nuestra vida. Una conexión que nunca sentí con ninguna de las cuatro novias anteriores a Cos y que ella siempre me había confesado en la misma dirección.

Ahora, en cambio, tumbado en la cama con los ojos abiertos como naranjas no dejaba de ver la cabeza de mi mujer moviéndose rítmicamente en el asiento delantero de un coche ajeno.

Los siguientes días fueron durísimos. En casa aparentaba normalidad, sobre todo de cara a las niñas pero Cos no tardó ni dos días en percibir que algo andaba mal. Me excusé con el trabajo, inventándome un ERE que podía afectarme, lo que provocó que me llenara de cursos, ofertas de la competencia, ideas de negocio que solamente lograban agobiarme más. Mantuvo, además, sus acercamientos a mí. Tan cariñosa como siempre, me abrazaba constantemente y las dos noches siguientes quiso relajarme de la mejor manera posible. Volví a rechazarla un día, no se me levantó al otro, cuando no pude evitar que se metiera mi polla en la boca y se dedicara a una de sus especialidades amatorias. Menos de cinco minutos después se la sacaba derrotada, preguntándome con la mirada qué coño pasaba mientras ella misma me disculpaba aludiendo a la tensión en el trabajo y a lo mal que lo debía estar pasando.

La semana siguiente no tuvimos ningún tipo de contacto físico. Más allá de la abstinencia sexual, apenas nos besamos o abrazamos, pues mi frialdad era manifiesta. Llegó a preguntarme si la culpaba de algo o si me había hecho algo. Pero lo negué. Me costó, no creáis que no, pero pesaba más en mi ánimo el bienestar de las niñas.

Cos es una mujer con mucho carácter, acostumbrada a controlar las situaciones y a solucionarlas cuando se tuercen. Siempre ha sido valiente y decidida, algo que yo también soy, por lo que no entendía por qué yo no tomaba las riendas del trance y, sobre todo, por qué no lo compartía con ella. Pero la respuesta a preguntas que no me hizo pero que sé perfectamente que bullían en su cabeza era tan simple como que yo no estaba dispuesto a desatar un conflicto o a prender una mecha si no podía controlar el alcance de los daños.

Aunque siempre he pensado que el camino más corto entre dos puntos es la línea recta, decidí tomar el camino más largo, pues pensé que así tendría más tiempo para reflexionar y me daría mayor margen de maniobra ante los acontecimientos que se fueran produciendo.

Después de darle muchas vueltas, mi prioridad era mi matrimonio y mi familia. Conocer a Cos era lo mejor que me había pasado en la vida y la familia que habíamos formado me parecía simplemente perfecta. Por tanto, decidí que no quería perderla. Pero para ello, debía saber. El camino más corto era preguntarle directamente a mi mujer, evidentemente, pero el instinto me pedía ser maquiavélico. Me estaba engañando, así que también podía mentirme y mi prioridad era saber exactamente qué estaba pasando, por qué había pasado y cómo solucionarlo.

Durante el siguiente mes tracé el plan. Siempre he sido un buen estratega por lo que tardé pocos días en dibujarlo en mi cabeza. La puesta en marcha era lo complejo y, aunque intenté dejar pocos cabos sueltos, no lo tenía controlado al cien por cien.

Puesto en marcha, lo más difícil fue la convivencia en casa. Nuestra relación de pareja siempre había sido muy próxima, muy cariñosa, cómplice creo que es la palabra que mejor la definiría, lo que suscitaba una vida sexual muy activa. Os podéis imaginar que tener a mi mujer a dos velas durante un mes y pico, sí, a mí también, era difícil de llevar, lo que provocaba que ella estuviera súper irritable y saltara a la mínima. Puedo afirmar que ella no estuvo todo el mes desatendida, claro, pero esto no sólo es harina de otro costal sino que creo que aún la ponía de peor humor.

Los primeros días, mientras acababa de dar forma al plan, los dediqué a conocer mejor los hábitos del individuo. Eran bastante tópicos, la verdad, pero pronto encontré un escenario en el que podría ponerlo en práctica.

Al tener un trabajo en el que me muevo bastante y tengo absoluta autonomía para gestionar mi agenda, pasé varios días esperándolo al llegar a la oficina, viendo cómo salía a comer con algún compañero o compañera, Cos incluida, iba al gimnasio antes de volver a casa, a menudo salía de éste con alguna chica, con la que tomaba algo o se la llevaba a su casa. Este patrón era más o menos estable aunque desigual, pero cada día de los que estuve allí y no se fue acompañado de mi mujer, se tomó una pinta en un pub galés situado en la calle posterior a sus oficinas.

No os he dicho que otra de las razones que aumentaron la irritación de Cos conmigo fue que me dejé barba. De novios, la había llevado alguna vez, más por pereza para afeitarme que por estética, pero desde que nos habíamos casado no había vuelto a dejármela crecer. En dos semanas se me puso cara de leñador, según el veredicto de mi amantísima esposa, y sin llegar a pedirme en ninguna ocasión que me la afeitara, podía ver claramente en su mirada que no le gustaba nada y que aumentaba su desconcierto respecto a mi comportamiento. Además, como estaba pasando menos horas trabajando, tenía menos que contarle del laboro así que nuestras charlas eran aún más cortas.

Tardé dos días en lograr entablar conversación con Cristian en el bar. El primero había pecado de desconocimiento, pues cuando entraba se dirigía directamente a un lateral de la barra asignado a los camareros y en un inglés muy extraño, cuando hablé con él supe que usaba acento de Gales y que saludaba al dueño en galés, se dirigía a éste como auténticos camaradas. El segundo día, también entré antes que él y, aunque había poca gente, se postró muy cerca de mí pues yo me había colocado expresamente para que así fuera.

Utilicé la excusa del inglés extraño que utilizó para comenzar una charla supuestamente casual con él en la que me explicó que había estudiado la carrera en Cardiff y que desde entonces se consideraba un galés más, razón por la que solía pasarse por allí siempre que podía saliendo del trabajo para tomarse la pinta a la que se había aficionado en Gales. Mis dotes de comercial charlatán hicieron el resto y lo que otros días eran quince minutos de su tiempo se convirtieron en una hora larga en la que me estuvo explicando, ayudado por Ian, el dueño del garito, las bondades del país del dragón rojo.

Cuando el tema folclórico-patriótico se fue gastando, derivamos hacia el deportivo, pues Gales es una potencia en rugby, pero ahí Ian me estaba pisando el terreno así que en cuanto pude derivé la conversación a temas laborales. Era en ese punto donde había decidido ganarme el pan.

La empresa en la que trabajaban se dedicaba a dar servicios de consultoría a empresas, principalmente médicas y farmacéuticas. Pues bien, Cos siempre se había quejado de la imposibilidad de encontrar un partner externo que solucionara una incompatibilidad de datos en el sistema de CRM que utilizaba la compañía. Las veces que me lo había explicado me decía que el coste de reparación de la disfunción era casi tan alto como el programa en sí, por lo que no valía la pena hacerlo, pero a ellos en el día a día les dificultaba el trabajo bastante.

Así que le expliqué a Cristian que trabajaba en una empresa de software a medida para empresas y que últimamente lo que más nos pedían, teniendo en cuenta que la mayoría de empresas ya estaban informatizadas, era soluciones y parches para mejorar o adaptar sistemas de gestión. Picó el anzuelo más rápido de lo que esperaba, así que decidí estudiar el problema que me contaba. Intercambiamos teléfonos, entregándole una tarjeta mía hecha adrede para la ocasión en la que me presentaba como un desarrollador de software para grandes cuentas con mi nombre de pila pero un apellido distinto.

Le llamé al día siguiente, sólo para mantener vivo el interés pero sin haber podido mirar mucho su caso. Tardé dos días más en volver a contactar con él y esta vez sí le di esperanzas, pero tampoco fui especialmente efusivo. Decidí que la semana siguiente sería la Semana.

Su principal interés, según descubrí la siguiente vez que hablamos en el pub, era cargarse a su jefa. Era lunes y me había llamado él para que nos viéramos. Según me contó, era una arpía medio incompetente que puteaba al equipo tanto como podía, apropiándose de los éxitos de éste y desviando las responsabilidades de sus errores hacia cualquier miembro del grupo que pudiera acarrear con la culpa. Vamos, nada que no supiera por Cos y que no pasara en un sinfín de compañías. Pero su jugada era saltársela y proponer la mejora directamente al consejero delegado demostrando que la bruja se había quedado desfasada en los avances del mercado.

Conociendo lo que sabía de ella por mi mujer, me sorprendió que pudiera ser tan fácil descabalgar a la directora del departamento pero no se lo dije. Mi meta era otra, así que me importaba bien poco si Cristian ganaba o perdía la batalla. Más bien pensé que si la perdía ya podía desempolvar sus estudios de galés pues no volvería a trabajar en el sector en su vida.

Fue el jueves. La elección no fue casual. Era el día en que Cristian y Cos se habían ido juntos la semana anterior. Lo cité a las 5 en el pub para obligarlo a salir sólo de la oficina, pero no llegué hasta media hora más tarde, para obligarlo a empezar a beber. Nos sentamos en una mesa del fondo del local para estar tranquilos y le expliqué muy resumidamente lo que podía hacer por su empresa, enfatizando que lo haría a través de él pero como free lance, pues mi empresa me obligaría a trabajar directamente con la suya con lo que su jefa se apropiaría del mérito.

En menos de media hora, tenía al tío eufórico. Le había puesto sobre la mesa las herramientas suficientes para clavar la daga tan hondo como pretendía. Entonces sonó su móvil. No me lo dijo, pero supe que era Cos. Sin duda le preguntaba dónde estaba lo que me confirmó que esperaban repetir la excursión de semanas anteriores. Se disculpó por tener que atender la llamada, pero no se levantó. Respondió delante de mí.

-Lo siento pero aún no he acabado. –Al otro lado de la línea supongo que le preguntaron por el tiempo que le quedaba conmigo con lo que Cristian respondió que aún tenía para rato a lo que añadió: -¿Por qué no vienes? Esto también te interesa y creo que deberías venir.

Cuando colgó supe que mi plan se aceleraba, pero no podía imaginar lo bien que irían las cosas cuando me anunció que una compañera se nos uniría pues ella también participaba de las mismas intenciones.

Diez minutos después, me anunció que ya estaba aquí señalando a una rubia de media melena vestida con un traje ejecutivo de falda y chaqueta gris con blusa rosa pálido que se nos acercaba cruzando la sala. Me giré levemente, pero no me reconoció pues ni me esperaba ni las gafas de pasta negras que me compré a modo de disfraz y que había llevado puestas las tres veces que había quedado con su amante lo dificultaron. Pero al llegar a nuestra mesa y tenderme la mano para saludarme se quedó tan petrificada como yo me había quedado hacía exactamente seis semanas y dos días.

Antes de que ella pudiera emitir sonido alguno, pues ya tenía la boca abierta, me presenté con mi nombre verdadero y mi apellido falso. Cossima Belli fue lo único que se atrevió a decir, mientras Cristian le hacía sitio a su lado moviéndose a la izquierda en el mullido sofá de sky granate. Me taladró con la mirada, pero en vez de sentarse balbuceó una excusa que provocó que Cristian se levantara a detenerla, pero más allá de cruzar un par de frases por lo bajo que apenas oí no pudo evitar que se fuera.

-Lo siento, dice que le ha salido un imprevisto y no puede quedarse –se disculpó el pardillo. A lo que a continuación agregó, dándome pie a acelerar mi estrategia: -No pasa nada, hablar conmigo es como hablar con ella.

Aproveché para pedir dos pintas mientras iba al baño, pues necesitaba serenarme y medir bien mis siguientes pasos. Salía del excusado cuando me entró un whatsapp: “Qué coño estás haciendo?” Al sentarme en la mesa, respondí: “Dímelo tú”

La siguiente cerveza fue la tercera, cuarta para Cristian, y marcó el pistoletazo de salida. Habíamos seguido hablando del proyecto del que el muy idiota no se dio cuenta que sabía demasiado, más de lo que él me había explicado, aunque creo que lo atribuyó al considerarme un excelente profesional que se había informado muy bien. Lo que no sabía él es que soy un excelente profesional en el excitante mundo de la manipulación.

-¿Esta compañera… Corina… -Cossima, corrigió él -…quién es?

-Una buena compañera, de las mejores que hay. Súper eficiente y de absoluta confianza.

-Pero me refiero, ¿ella también está por la labor de… cambiar las cosas en el departamento?

-Sí. Y tanto. Ella es la subdirectora del departamento así que está por encima de mí pero es la primera a la que le caen las hostias cuando la vaca muge.

-Comprendo, pero si os la cargáis, será ella la que tome el mando, ¿no?

-Podría ser, pero lo tengo bien pensado y procuraré ser yo el que dé el salto.

-¿Cómo? ¿Te la vas a cepillar? –Utilicé el verbo adrede, jugando con el doble sentido. El brillo de sus ojos me confirmó que había dado en el blanco. Además de una media sonrisa triunfal que se dibujó en su rostro.

-Bueno, la verdad… -por primera vez empezó a medir sus palabras, así que como no arrancaba, le ayudé.

-¿Es tu novia? ¿O sois pareja o algo?

-Algo –soltó con aparente pudor. –Dejémoslo en algo.

Sin que él se diera cuenta, había desbloqueado el teléfono hacía unos minutos jugando con él en las manos como si de un acto nervioso se tratara, así que lo solté sobre la mesa centrándolo entre ambos y accioné el icono de grabación de voz.

-¡Te la estás tirando! –afirmé con una amplia sonrisa mientras mis ojos lo felicitaban y mis labios añadían un qué cabrón, con lo buena que está. -¿Qué pasa, es un secreto o es de aquellas que no quieren tener rollos en la oficina?

-Está casada –soltó eufórico. Mi respuesta fue un joder acompañado de un par de risas y otro qué cabrón mientras el tío se iba hinchando cada vez más.

Lo tenía dónde quería y me había sido mucho más fácil de lo esperado así que no me conformé con una simple confirmación de lo que ya sabía. Pegué un buen trago a mi cerveza hasta casi acabármela y pedí otras dos pintas mientras le animaba:

-Espera, espera. Esto me lo tienes que contar bien.

-No hay mucho que contar –le quitaba hierro al asunto aunque vi claramente que era falsa modestia. –Uno que sabe tratar a las mujeres –fanfarroneó.

-Eso no lo niego –seguí hinchándolo. -¿Qué pasa, que el marido no le da caña, o qué?

-No, no va por ahí el tema, –le pegó un buen trago a la cerveza que nos acababan de servir –aunque últimamente no sé qué mierda tiene en su trabajo que el tío no la toca. Y a una tía como Cossi no puedes tenerla necesitada.

-O sea que es una fiera.

-Ya te digo.

-Pues mira que tiene cara de mojigata –pinché.

-¡Qué va! Es un auténtico zorrón. Es de esas que siempre quieren más.

-¡Joder con la señora directora! –Subdirectora me corrigió. –No hay nada que me dé más morbo que me la chupe mi jefa. –Sonrió con auténtica suficiencia- ¡Qué hijo puta! Si es tan zorra como dices la tiene que chupar de vicio.

-Ya te digo. –Era una coletilla que utilizaba bastante, además de verbalizarlo en un acento un tanto vulgar.

-Te imagino llamándola a tu despacho y venga jefa, de rodillas.

-No, no, qué va. No tengo despacho propio ni ella tampoco, pero me has dado una idea. Mañana haré que me la chupe en la oficina –dijo soltando una carcajada. Ya no dije nada más. Se fue embalando y apenas tenía que hacer leves comentarios o reírle las gracias, cual viejo verde, para que mantuviera la velocidad de crucero. –Donde más me la ha chupado es en el coche. Ahora debería estar haciéndolo, para eso habíamos quedado. –Puse cara de disculpa. –Una pasada tío. Te juro que es una auténtica aspiradora. Es de aquellas tías a las que les gusta más una polla que un caramelo. Vaya manera de chupar, tío. Y se lo traga todo, tío, todo. No deja ni una gota. Es tan puta que te deja los huevos secos y la polla completamente limpia, reluciente. Eso cuando tenemos prisa. Cuando hemos ido a un hotel y hemos tenido tiempo, buf. Es insaciable. La puedes poner como quieras y darle como quieras. Encima, debajo, a cuatro patas. Una pasada tío. Y puedes decirle lo que quieras. Zorra, perra, puta. No te lo puedes imaginar.

Sí, era cierto. Estaba describiendo a la Cossima que yo conocía, a mi Cos. Una mujer muy activa en la cama, que le gustaba el sexo y se entregaba a él al máximo, realmente como solía hacer con cualquier actividad de su vida. Cos no contemplaba hacer ninguna labor sin dar el máximo de sus capacidades. Eso era algo que me enamoró de ella, aunque ahora me estaba apuñalando.

No quise continuar por allí. Sabía que si quería sacarle información tendría que soportar la etapa bravucón pero me interesaba más el cómo y desde cuándo.

-¿Llevas mucho Tirándotela?

-Unos tres meses, un par de veces por semana. Desde que la conocí me dije que a esa tía me la pasaba por la piedra como que me llamo Cristian. La verdad, me va bien con las tías y no suelen resistírseme mucho, pero con esta me costó. Aunque estaba convencido que caería, pues algo me decía que bajo esa fachada de esposa y madre ejemplar había una zorra de campeonato. Tonteé un poco con ella y me la acabé tirando en la cena de Navidad. En el coche de su maridito –especificó soltando una risa burlona. Recordaba que aquel día se había llevado mi coche pues habíamos dejado el suyo en el taller. –No fue el mejor polvo que hemos echado pero ya la puse a cuatro patas en el asiento trasero. Al principio quería que me conformara con una mamada, pero es tan guarra que cuanto más me la chupaba más caliente se ponía, así que me acabó pidiendo que me la follara. –Hizo una pausa, le pegó un buen trago a la cerveza con lo que se la acabó y pidió otra. Yo aún tenía la mía a la mitad pero Ian nos trajo dos más. Mientras nos servían aproveché para mirar mi móvil y vi que la grabación ya iba por el undécimo minuto. –Yo pensaba que la cosa no pasaría de aquí. Además, yo ya había conseguido lo que buscaba, pero después de meses de remordimientos y mierdas, hizo lo que hacen todas las casadas. Mucho lloriqueo, mucho arrepentimiento, pero siempre vuelven pidiendo más. Y ésta, es insaciable tío. Una mina tío. Siempre está dispuesta.  Es más, mira lo que te digo, si quisiera me la tiraría a diario, pero tengo otras zorras en la agenda y no me gusta atarme a una sola. –Otro trago largo. A mí ya no me cabía más. –Pero esta… esta es especial. Me la seguiré tirando mientras dure. En el coche, en mi piso, en un hotel. Y más ahora que el pringado del marido la tiene desatendida.

Iba a apagar el móvil, acabar con la farsa y largarme cuando lanzó la bomba.

– Tienes razón tío, me falta la oficina. Mañana lo hago. Me la estoy tirando dos días por semana y tocaba hoy, así que para compensar mañana haré que se quede a las 3 y me la cepillaré en su mesa. –Ya no lo escuchaba cuando añadió: -Mañana en la oficina no me conformaré con follármela. Le daré por el culo, ahora que se lo he roto.

-¿También se deja por…? –no acabé la frase. Su sonrisa de suficiencia ahora era de auténtico orgullo mientras asentía con la cabeza. Sin duda era el macho alfa de la manada.

-Ya te digo. –Seguía asintiendo en el tono más perdonavidas que he visto nunca. –Una pasada tío. ¿Y sabes lo mejor? Lo hice en su casa. –Abrí los ojos como platos. Eso sí que no me lo esperaba. –Como te digo, el marido no la toca desde hace más de un mes y va más caliente que un microondas. Pues le dije que me la quería tirar en su casa. ¿Crees que puso reparos? ¡Qué va! Ni cuando le dije que quería hacerlo en su habitación, en su cama. Al contrario, es la vez que ha estado más caliente. Tanto que le dije hoy voy a darte por el culo, por puta, así se lo dije. Me dijo que no un par de veces, no creas, pero estaba a cuatro patas y no se resistió. Una pasada tío. Le reventé el culo en su casa. Y delante de mí, la foto familiar con el pringado y sus dos hijas.

-¿La foto de cuerpo entero que está en la mesita de la izquierda o la de estudio que está en la de la derecha? –escupí quitándome las gafas.

El vaso no llegó a sus labios. Estaba recorriendo el camino cuando se detuvo de golpe. Me miró a los ojos fijamente un par de segundos. Parece que las dos neuronas de su cerebro acababan de realizar la conexión y se daban cuenta de la trampa en que había caído. Dejó la bebida sobre la mesa y levantándose con cierta dificultad por la cantidad de alcohol que había bebido logró balbucear un lo siento tío.

Cuando llegué a casa las niñas ya estaban acostadas. No estaba borracho, pero sí muy cargado y sabía que ahora vendría la batalla de verdad. Me esperaba en la cama, sentada, apoyada en el cabecero con las piernas dentro de las sábanas. Llevaba el pijama azul cielo con cenefas violetas. Estaba preciosa, como siempre, pero obviamente estaba muy tensa.

No dijo nada mientras me desvestí. Esperaba que yo atacara pero estaba muy cansado y no me veía con fuerzas. Le anuncié que me iba a dar una ducha y me acostaría. Entonces preguntó:

-¿Me vas a dejar?

-No.

Su cara se iluminó, incluso llegó a dibujarse una sonrisa en su rostro. Se incorporó ligeramente, y se acercó a los pies de la cama casi gateando, para quedar sentada a la japonesa, con el culo sobre los tobillos.

-Lo siento. Ha sido una tontería pero te juro que no ha sido nada. Sólo sexo.

No la dejé continuar. Accioné la reproducción del audio y le tendí el móvil. Me di la vuelta para entrar en el baño y me sumergí en la ducha, al menos durante los 18 minutos que duraba la grabación.

Cuando volví a la habitación Cos tenía la mirada perdida, con los ojos muy abiertos y acuosos, pero no lloraba. La verdad es que nunca la había visto llorar. Al final, el llanto no deja de ser un recurso más de los que utiliza el sistema nervioso para liberar tensión. Ella reía mucho y a menudo, sonoramente pero sin ser vulgar; gritaba si la sacabas de sus casillas, pero solía ser paciente; insultaba y maldecía cuando alguien o algo le disgustaba, en eso sí era una deportista experimentada; pero su principal desestresante era el sexo, de orgasmos largos e intensos. Esta era la primera vez que veía lágrimas en sus ojos, aunque no vi bajar ninguna por sus mejillas.

No sabía si había escuchado todo el audio. Tal vez lo había apagado en los primeros minutos pero conociéndola me hubiera sorprendido. Pero preferí no preguntar nada. Sentía un cansancio infinito, como si hubiera escalado una montaña, y solamente pensaba en acostarme y dormir. Me puse el pijama, entré en la cama, apagué la luz, quedando encendida únicamente la de su mesita, y cerré los ojos.

Cuando desperté mi mujer estaba vistiendo a las niñas. Miré la hora. 8.24. Normalmente ella salía de casa antes de las 8 y era yo el encargado de dejarlas en la puerta del cole a las 9 menos cuarto. Me incorporé medio aturdido, después de haber dormido como un bebé diez horas seguidas. Era obvio que mi cuerpo lo necesitaba después de un mes y medio sin pegar ojo. Lo curioso es que mi mente también, pues había desconectado completamente y ahora me levantaba liviano, sin la presión en hombros y espalda que me había estado machacando las últimas semanas.

Las niñas entraron en la habitación, deseándome los buenos días entre abrazos de felicidad pues no me habían visto la noche anterior y simpáticas recriminaciones por haberme dormido y no poder llevarlas al cole.

-Hoy os llevo yo que papa está cansado del viaje de ayer. –Las echó de la habitación y girándose me pidió: -Hoy no iré a trabajar y me gustaría que tú fueras un poco más tarde. Quiero que hablemos. ¿Puedes hacerlo?

Le aguanté la mirada unos segundos. Estaba recién duchada y se había puesto un poco más de maquillaje del habitual, supongo que para disimular las marcas de una noche que debía haber sido muy dura para ella. Asentí ligeramente. No tenía nada ineludible a primera hora, aunque llamaría a la oficina para confirmarlo, pues últimamente Bego, la administrativa que daba soporte a mi departamento, ya había tenido que avisarme un par de veces pues se me había pasado alguna cita.

Ya estaba en casa antes de las 9. Yo salía del baño envuelto en una toalla pues me había vuelto a duchar. Sentía una morriña descomunal, una bajada de tensión exagerada como si mi mente y mi cuerpo hubieran entrado en algún tipo de letargo.

Se sentó a los pies de la cama, sin duda para poder charlar mientras me vestía. Pero no lo hice. Sin desprenderme de la prenda de algodón que debía secarme, me senté a su lado y la miré a los ojos, invitándola a arrancar.

-Llevo toda la noche dándole vueltas a… esto y no sé por dónde empezar, la verdad. –Mostró una leve sonrisa, forzada, sin duda. –Lo mejor sería hacerlo por el principio, pero prefiero empezar por el final. O sea, por el futuro. Eres el hombre más importante de mi vida. Eres el hombre de mi vida. Y no quiero perderte. Te quiero. Te quiero más de lo que se puede querer a nadie, de lo que nunca he querido a nadie y si hay una conclusión a la que he llegado esta noche, algo que por otro lado hace doce años que sé y que tengo clarísimo, es que no quiero perderte, quiero envejecer a tu lado, quiero morir a tu lado y ser enterrada o incinerada a tu lado. –Hizo la primera pausa, sin dejar de mirarme fijamente a los ojos tratando de calibrar mi reacción. Pero no mostré ninguna. –Fue un desliz. Te juro que nunca lo había hecho, nunca te había engañado con nadie y nunca había querido hacerlo. Egoístamente, no lo necesitaba. Pero es cierto que el otoño pasado me dejé llevar por la adulación de Cristian, le permití cruzar líneas que no le he dejado cruzar nunca a nadie y él, que es un conquistador nato lo aprovechó. Empezó como un tonteo entre amigos, pues eso era para mí, que no supe o no pude parar. –Dejó de mirarme por unos segundos, y se acomodó el pelo por detrás de la oreja en un gesto muy característico suyo. Volviendo a clavar sus preciosos ojos almendrados en mí, continuó: -Sabía perfectamente que la cena de Navidad era de alto riesgo. Lo confirmé cuando cenamos y te prometo que un par de veces estuve a punto de venir a casa pues sabía que podía ocurrir algo. Bebimos, aunque eso no es excusa porque sabes que no suelo perder el control y la verdad es que no lo perdí en ningún momento. Tampoco te negaré que me apetecía. Por eso, cuando la cosa se descontroló, cuando había habido algún beso y había logrado sacarme del local al que habíamos ido a bailar para que nadie nos viera pensé que se conformaría con un magreo o como máximo con una paja. Pero no pude pararlo. De la paja pasé a la mamada y de allí al coito. –Creo que era la primera vez en mi vida que oía a Cos pronunciar esa palabra. Cuando hablábamos de sexo, que solía ser antes, durante y después del acto, su lenguaje y el mío era completamente soez, pues a ambos nos excitaba. Ahora parecía querer bajar la intensidad de sus palabras utilizando un término que bien podía aplicarse para describir el apareamiento entre dos llamas o profundizar en la explicación infantil de las abejas y el polen. –Aunque visto en perspectiva pueda parecerte increíble, no sabes cómo me arrepentí. Por ti, en primer lugar porque no te lo merecías. Por mí, también pues me parecía una soberana estupidez lo que había hecho. Cristian era un compañero de oficina, un tío con el que tenía que compartir muchas horas y al que a menudo tenía que dar órdenes. Había sido un error. Garrafal. Pero ya estaba hecho así que hice lo único que podía hacer. Poner distancia y dejarle claro que había sido una sola vez. Un desliz. Él pareció comprenderlo y digamos que olvidé el tema, o traté de olvidarlo. –Ahora bajó la vista hacia sus manos que habían empezado a jugar con la alianza de oro blanco que decoraba su dedo corazón, mientras tomaba aire. –Me planteé contártelo, -volvió a mirarme, -pero preferí olvidarlo. Temí el daño que pudiera hacerte y quería pasar página lo antes posible. Había sido una equivocación y no volvería a repetirse.

Me pesaba un montón la cabeza. No era resaca, pero parecía que me hubieran administrado una droga para adormecerme, así que me dejé caer en el colchón y cerré los ojos. ¿Quieres que pare? Preguntó. No, continúa, le pedí sin levantar los párpados.

-Cristian cumplió su parte y yo cumplí la mía. Volvimos a ser amigos y compañeros como si nada hubiera ocurrido, comportándonos con absoluta normalidad. Y ese fue mi error. Mi segundo error. No poner distancia entre nosotros. A los pocos meses volvíamos a tontear y una parte de mí me avisaba de que debía ir con cuidado. Pero como él tampoco daba ningún paso, no era tan agresivo como había sido antes de navidades, no quise darle importancia, no quise ver la gravedad de lo que estaba haciendo, el riesgo que estaba asumiendo. –Hizo una pausa larga. Ella también se dejó caer hacia atrás en la cama, cerró los ojos y respiró profundamente varias veces. Ambos sabíamos que no había acabado, que aún estaríamos en la cama bastante rato, por lo que esperé pacientemente que tomara fuerzas, que buscara las palabras más adecuadas para continuar con su relato. La miré, esperando acontecimientos, y reparé en que tenía a la mujer más increíblemente atractiva del mundo. Seguía jugando con el anillo con las manos a la altura de la cintura. Su profunda respiración acentuaba la curva de sus pechos, poderosos. Su aún juvenil cuello se estiraba cual muñeca de porcelana. Su perfil, de labios finos pero bien dibujados y nariz pequeña ligeramente respingona, tenía que haber sido delineado sin duda por algún artista neoclásico. La admiré entendiendo porqué aquel chulo-piscinas había puesto la diana sobre mi esposa. Un pinchazo de excitación prendió en mi pene, pero el recuerdo de las manos de aquel puto cerdo en su cuerpo lo convirtió en rabia mal contenida. Afortunadamente, las palabras de Cos saltaron al rescate. –Fue una travesura. Así lo sentí y así me auto justifiqué. Sólo es una travesura, me dije. Habíamos ido a una reunión con una firma japonesa que nos estaba dando por culo una barbaridad. Íbamos preparados para salir de allí bien calentitos, y en cambio la reunión fue tan bien que se iba a convertir en una de las mejores cuentas del año. No sólo capeamos el temporal, es que les dimos la vuelta y logramos aumentar el fee hasta doblárselo. Estábamos eufóricos. Tanto, que al entrar en su coche empezamos a besarnos como posesos. Te prometo que fue él el que dio el primer beso, aunque no puedo negarte que yo también lo deseaba. Fue un polvo muy rápido pero muy intenso, en el mismo parking subterráneo donde habíamos aparcado el coche. Este fue el primero. Hará unos tres meses de esto. El último fue este martes.

Detuvo la historia volviendo a mirarme. Esperaba alguna reacción por mi parte que no se produjo. Sus ojos se ensancharon y la humedad los anegó, dotándolos de un brillo intenso que los hacía más bonitos si cabe. Fue ella la que retiró la mirada, incorporándose para volver a sentarse al borde de la cama fijando la vista en la pared frontal, aunque era obvio que su mirada había ido mucho más allá de la pared antracita suave.

-Todo lo que escuchaste ayer de Cristian es cierto. No creo que sea exacto lo de habernos visto dos veces por semana, pero no va desencaminado. La mayoría de las veces lo hacíamos en su coche, pero un mediodía me llevó a su apartamento aprovechando que habíamos tenido una reunión cerca. Tres veces fuimos a un hotel, que pagó él… -como si eso la disculpara -…y el jueves pasado vinimos aquí, a casa.

Volvió a detenerse. Mi falta de reacción la estaba atenazando, lo notaba perfectamente, pero aún no tenía clara cuál debía ser, ni tampoco la intensidad de la misma. Me mantenía anormalmente calmado por más que el estómago me ardía como nunca lo había hecho. Si algo tenía claro era que no me dejaría llevar por mis impulsos. No quería mostrarme irascible, por más que ella lo mereciera, y sobre todo, no quería hacer o decir nada que pudiera agravar más una situación de por sí gravísima.

-Lo del jueves, en casa, en esta cama, -enfatizó señalándola –fue imperdonable. Pero tiene razón cuando dice que después de más de un mes sin que me hicieras caso yo estaba totalmente descontrolada. Hacía semanas que había dejado de ser una travesura y se había convertido en… no sé cómo llamarlo. Una aventura.

Giró la cabeza hacia mí, abandonando la visión de la pared que habíamos pintado en el color del que se encaprichó hacía un par de años, y sus ojos se clavaron en los míos de nuevo. Por primera vez en mi vida, vi lágrimas brotando de ellas. Un fino reguero se deslizaba por sus dos mejillas, pero no hizo sonido alguno ni convulsión. Estaba destrozada, pero mantenía la pose orgullosa y segura de sí misma que la caracterizaba.

-Cristian es un cerdo. Lo sabía hace un año y lo sabía hace tres meses. Y si había alguna duda, la grabación lo demuestra con creces. Un cerdo y un hijo de puta. Pero eso no me disculpa. Me dejé llevar y me acabé convirtiendo en la zorra que describe. –Se secó las lágrimas con los dedos de la mano, en un gesto coqueto y continuó: -Ahora, viéndolo todo en perspectiva, comprendo por qué has estado así estas seis semanas. Me viniste a buscar, ¿verdad?, el día aquel que me preguntaste si saldría puntual. –Sonrío con amargura. –Nos viste salir juntos y te diste cuenta de que te estaba engañando. ¿Por qué no me dijiste nada? Lo hubieras parado. Yo hubiera parado, de golpe. Habría despertado del sueño en el que me había metido.

¿Me estaba culpando de algo? Supongo que la expresión de mis ojos le permitió ver la pregunta que cruzaba mi mente y retrocedió.

-Yo soy la única culpable de lo que estaba sucediendo. No quiero echar en tus hombros responsabilidad alguna. Pero me engañaste como una idiota con lo de tu empresa y llegué a preocuparme mucho. Y sí, me comporté como una egoísta pensando sólo en mí. En mi disfrute personal cuando tú estabas hecho polvo. Traté de mimarte en casa mientras fuera te traicionaba, como si eso aplacara el daño pero sólo mitigaba mis remordimientos. –Las lágrimas seguían recorriendo sus mejillas pero no se detuvo hasta que soltó todo lo que tenía que decir. –Te quiero y no quiero perderte. -Estiró las manos y agarró las mías lo que me obligó a incorporarme. –He roto nuestra relación en pedacitos muy pequeños, pero haré lo imposible para volver a juntarlos todos y volver a pegarlos. Te quiero. Te quiero. Te quiero y te pido que me perdones. Me he portado como una cría inmadura y te he hecho un daño atroz, lo sé, pero me aterra perderte…

Tuvo que detenerse porque las compuertas de la presa que sostenían sus lagrimales se resquebrajaron. El hilo de lágrimas que habían humedecido su cara se convirtieron en un auténtico torrente mientras un crujido sonaba en lo más hondo de su ser y estallaba en todo su cuerpo. No pude hacer otra cosa que abrazarla. Con fuerza, sosteniendo un cuerpo que se rompía cual muñeca de porcelana. Lloró como creo que no había llorado nunca, como queriendo extraer todo el líquido que no había sacado en los últimos veinte años. Me asió con fuerza, clavándome dedos y uñas en la espalda, pero no la aparté. Tenía claro que la quería, por más herido que estuviera, y sentí que debía mostrárselo.

Llegué al despacho pasadas las 11. Aunque había avisado a Bego de que un tema personal me tenía retenido en casa, para qué mentir, mi jefe me esperaba con mala cara pues los viernes nos reunimos los 6 comerciales de la empresa para pasar cuentas de la semana y planificar la siguiente.

Había dejado a Cos más tranquila, sobre todo en lo referente a nuestra relación, pues no tenía ninguna intención de dejarla, pero más allá de obligarla a dejar de dirigirle la palabra al chulapo, algo difícil de cumplir compartiendo equipo de trabajo, tan sólo le pedí que fuera a una tienda de colchones a cambiar el de nuestra habitación, pues tenía clarísimo que esta había sido la última noche que había dormido sobre él.

Puedo asegurar, lo sé con certeza, que no volvió a haber el más mínimo roce entre mi mujer y Cristian. Es más, su relación se volvió tan tensa que incluso tuve que pedirle que se moderara pues el tío podía darle a la lengua y ponerla en un aprieto. No lo hizo. Afortunadamente él aceptó una oferta de trabajo de un competidor y cambió de aires a las pocas semanas.

En casa, la reconciliación fue lenta pero firme. Volvimos a hacer el amor a los dos meses. No se pareció en nada a los centenares de veces que nos habíamos acostado, que habíamos follado. No hubo preliminares, ni juegos, ni palabras soeces. Ni siquiera palabras de amor. Ya hacía unos días en que me había ido aproximando a ella. La rabia había ido dando paso a la necesidad de abrazarla, de besarla, de volver a sentirla mía.

Estábamos en la cama listos para ponernos a dormir. Ella había leído un poco mientras yo acababa de asearme. Me metí bajo las sábanas y me dejé llevar por mis impulsos más primarios. Quería notarla, sentirla. La abracé, suavemente al principio, con vigor a los pocos segundos. Ella me correspondió con la misma intensidad. Sus pechos se pegaron a los míos, mis piernas se colaron entre las suyas. Bajé las manos y la aferré por las nalgas. No llevaba pantalón, así que me bastó con apartar el tanga a un lado para que mi erección entrara en ella. No estaba lubricada, pero su cueva me acogió cual hijo pródigo mientras un suspiro emergía de las profundidades de su ser. Me moví con suavidad, degustando su intimidad, mientras nuestros cuerpos se fundían como si quisiéramos traspasarnos. No aguanté demasiado. Tres meses sin sexo no son en balde pero sé que la hice feliz. Aumenté la velocidad lo justo para llegar al orgasmo y me derramé.

-No salgas, por favor –fue su única petición cuando acabé. –Déjame sentirte más rato. Lo necesito.

Se lo concedí. Durante más de media hora estuvimos conectados, moviéndome sutilmente mientras sus piernas me rodeaban y sus brazos me estrechaban, convirtiéndolo en uno de los actos de amor más íntimos que nunca he tenido con ninguna mujer.

Si os dijera que olvidé os mentiría. Creo que nunca podré hacerlo, pero nuestra relación ha evolucionado hacia una mejor compenetración, e incluso me atrevo a afirmar, por contradictorio que pueda parecer, hacia un mayor grado de confianza. En el sexo, además, hemos vuelto a ser los amantes fogosos, sucios y obscenos que siempre habíamos sido.

***

Ya ha pasado medio año de nuestra segunda primera vez y hemos escrito un nuevo episodio.

La relación poco a poco fue volviendo a su cauce. Opté por tratar de olvidar, pues me pareció el mejor antídoto. Tuve dudas, muchas dudas. La prueba de fuego se produjo la primera vez que salió de cena con su grupo de amigas, algo que solía ocurrir al menos una vez al mes pero que no había hecho hasta que percibió que yo estaba preparado. Superé el trago con cierta comodidad, ayudado por el hecho que llegara a casa más pronto de lo que solía, pues había declinado la invitación a tomar una copa y bailar un poco después de cenar.

La espina clavada en lo más profundo de mi ser seguía allí, percutiendo, pero de un modo inesperado. Yo había decidido pasar página, estaba convencido de que Cos no volvería a engañarme nunca, como cuando ha habido un accidente y sabes que aquella compañía o medio de transporte se convertirá en el más seguro del mundo, pues difícilmente van a volver a cometer el mismo error. Así me sentía en referencia a mi mujer.

La diferencia estribaba en cómo me sentía en referencia a mí.

Paulatinamente empecé a fijarme en otras mujeres. Pocas tenían un atractivo parecido al de la mía, muchas no le llegaban ni a la suela de los zapatos. Pero las miraba, con cierto deseo. Pero cuando analizaba fríamente por qué las anhelaba me daba cuenta que solamente buscaba devolverle la moneda a mi infiel esposa.

No eran más guapas, no eran más atractivas, dudaba que fueran mejores en la cama y, sobre todo, no esperaba que me dieran más placer ni que me hicieran sentir mejor. Pero las ansiaba.

Acabé decidiéndome. Afirmativa y concretamente. Iba a hacerlo y había decidido con quien.

-Quiero acostarme con Chiara. –Estábamos sentados en la cama, como otras noches antes de ir a dormir. Ella tenía la regla pero como la noche anterior, y otras muchas noches en que estaba con el período, había comenzado acariciándome por encima del bóxer para colar la mano a continuación y sacarme la polla dura para tragársela y dejarla seca. Se la acababa de meter en la boca cuando lo dije. Se detuvo de golpe. Levantó la cabeza mirándome fijamente y preguntó ¿Qué has dicho? –Me has oído perfectamente.

El cabreo fue monumental. Ni paja, ni mamada ni limpieza de bajos. Chiara Lombardo era su mejor amiga, íntimas desde que estudiaron juntas la primaria y secundaria en el Liceo Italiano de Barcelona. La única persona de nuestro entorno que conocía la historia de Cristian. La que le había dicho que estaba loca y le había pegado una bronca monumental por poner en riesgo una relación maravillosa. Una mujer atractiva e inteligente con la que yo también me llevaba bastante bien. No eran hermanas, pero se llamaban sorella entre ellas.

-Me lo debes.

-No puedes hacerme esto. –Pero mi mirada, inquisitiva, la detuvo. –Por favor, te lo ruego, no me pidas algo así.

-Además me ayudarás a hacerlo. –Un tenue por favor salió de su garganta, pero ni lo oí ni quise escucharlo. No me iba a echar atrás y ella lo sabía.

Mi plan era muy sencillo y, tal vez por ello, daba por hecho que se podría llevar a cabo con éxito. Cos operaría de alcahueta y le pediría a su mejor amiga que se acostara conmigo pues era un pago que me debía. La duda, mi duda, era si debía presentarme como el inductor o solamente como el actor. En el primer caso yo aparecería ante los ojos de Chiara como un cerdo vengativo, en cambio en el segundo, una mujer desesperada por recuperar a su esposo necesitaba equilibrar la balanza, para lo que le pedía ayuda a su hermana del alma.

Definitivamente la segunda opción era mejor, pues yo aparecería como víctima aunque realmente fuera el actor principal.

A diferencia de Cos en que solamente su padre era italiano, Chiara Lombardo era hija de un matrimonio de empresarios textiles turineses que se habían afincado en Barcelona siendo ella pequeña. Había heredado de sus padres el gusto por la moda, razón por la que solía ser la mujer más elegante de cualquier fiesta o reunión en que apareciera. Su figura, alta y esbelta, pero claramente mediterránea en cuanto a las formas, la colmaba de miradas lascivas entre los hombres, envidiosas entre las mujeres.

Solamente Cos tenía el porte, la belleza y el atractivo suficiente para rivalizar con ella. Juntas eran dos caras de la misma moneda. De media melena rubia y ojos marrones mi mujer, de largo pelo negro y ojos azules su hermana.

Cos intentó convencerme por todos los medios para que desistiera. Dando por sentado que necesitaba devolverle la jugada acostándome con otra mujer y que no lograría convencerme de lo contrario, me propuso alternativas con tal de que no fuera Chiara la interfecta. Llegó a proponerme, incluso, un trío con otra mujer, una desconocida, en la que ella haría todo lo que yo quisiera y se comportaría como la mayor de las putas, palabras literales.

Me negué en redondo. Así que a las tres semanas de haber soltado la bomba, no solamente había desistido en sus intentos para hacerme cambiar de opinión, si no que ya se había puesto manos a la obra. Con un solo aviso por su parte:

-Sé que no estoy en disposición de exigir mucho, pero como esto afecte mínimamente la relación con mi sorella no sé si podré perdonártelo.

El día de autos habíamos quedado con un grupo de amigos para cenar y tomar una copa, Chiara entre ellos claro. En aquella época, la amiga de mi mujer no tenía pareja, algo habitual pues viajaba mucho debido a que era la responsable internacional de una firma de complementos y no era una chica a la que le gustara atarse demasiado en relaciones largas. Alguna vez nos había presentado a algún novio, pero a las pocas semanas Cos solía avisarme de que ya le había dado puerta.

La cena transcurrió como era de esperar, entre charlas, risas, bromas más o menos divertidas y muy buen ambiente. Éramos once personas si no recuerdo mal que nos habíamos visto otras veces así que el nivel de confianza era alto y podías soltar las tonterías que te apeteciera pues jugabas en casa.

Cos bebió bastante. Porque formaba parte del plan, pero creo que también de mutu propio, supongo que tratando de mitigar el mal trago. Chiara, sentada a su lado, le seguía las bromas pero yo la notaba especialmente tensa.

Tomamos la copa en un local cercano al restaurante, en el que además se podía bailar, ocasión que aprovechamos en mayor o menor medida los miembros del grupo. Como era de esperar, nuestra amiga y Rosa, que también había venido desaparejada, sufrieron las acometidas de varios varones en edad de merecer, pero rechazaron todas las aproximaciones con elegancia. Marcos también había venido solo pero no tuvo que defenderse de nadie.

Sobre las 2 empezamos a desfilar, pues tres de las cuatro parejas convocadas teníamos hijos a los que deberíamos atender al día siguiente, aunque esta noche los hubiéramos aparcado con abuelos o canguros. Noté en seguida que Cos iba más perjudicada de lo que esperaba. También podría estar actuando, pero os aseguro que no es tan buena actriz. Así que Chiara se ofreció para ayudarme a llevarla a casa.

En aquel momento no sabía si el plan era ese, creo que sí, o si lo habían implementado sobre la marcha, pero por más amiga que fuera de mi mujer, yo no necesitaba ayuda para meterla en el coche o en la cama.

Las dos amigas subieron al asiento de atrás, para que Cos apoyara la cabeza sobre el hombro de Chiara. Cuchichearon algo que no oí, aunque mi amada esposa balbuceaba más que hablaba.

Le pregunté a Chiara si la dejaba en su casa a lo que me respondió que no, que nos acompañaba para ayudarme y que si no me importaba se quedaba a dormir en la nuestra. No dije nada a pesar de ser un argumento pobre de narices. Preferí centrarme en lo que se avecinaba y la verdad es que me empalmé como un burro.

Vivimos en una casa adosada de tres plantas, así que entramos por el parking y subimos hasta la segunda planta, prácticamente arrastrando a Cos que caminaba medio dormida. Entramos en el dormitorio, la tumbamos en la cama y entre los dos le quitamos zapatos y el ceñido vestido morado con el que estaba tan atractiva.

La dejamos arropada durmiendo la mona mientras yo le ofrecía la habitación de invitados, en la que había dormido alguna vez cuando aún no se había comprado el piso en que vivía desde hacía tres años en nuestro mismo barrio.

Yo seguí con el paripé, como si no esperara nada, dándole un pijama de Cos y deseándole buenas noches en la puerta de la habitación, mientras me dirigía al baño a asearme antes de meterme en la cama junto a mi bella durmiente. En vez de utilizar el baño de nuestra habitación como solía hacer cada noche, utilicé el de la planta, a medio pasillo, con la aparente intención de no molestar a mi mujer.

La idea era otra, claro, toparme casualmente con mi invitada al salir. Cosa que obviamente ocurrió, con dos especificidades. La primera, que Chiara ya se había puesto el pijama, que no era tal sino un camisón beige marfil que le sentaba como un guante. Mi empalme seguía sin bajar ni un milímetro. La segunda, que además de repetirnos el buenas noches, descansa, me preguntó si me apetecía tomar una copa pues se había desvelado un poco.

Supongo que no hace falta que diga que acepté.

-¿Te preparo una grappa? –Asintió, con un bajo en seguida.

La grappa es un licor típicamente italiano de altísima graduación, ríete de los tequilas y mezcales, que las dos amigas adoran aunque a mí nunca me ha seducido. Es como meterse un lanzallamas en la garganta.

Cuando bajó al salón su bebida estaba lista y yo estaba acabando de servirme un bourbon, mucho más agradable al paladar y menos agresivo para la faringe.

Le tendí su bebida y le di un buen trago a la mía mientras repasaba las formas de mi invitada sutilmente. Ella se dio cuenta, siempre se dan cuenta, pero no dijo nada. Inicié una conversación banal sobre la cena aliñada con cuatro anécdotas divertidas de la noche buscando destensar la situación, pues creo que nunca había visto a Chiara tan agarrotada.

Sorbí el último trago y jugué unos segundos con los hielos, empapándolos del resto de licor que pudiera quedar en el fondo, una costumbre que tengo desde que empecé a beber, hasta que volví a apurar el vaso y lo dejé en la bandeja del mueble bar.

-Yo por hoy ya he cumplido el cupo de alcohol. Me voy a la cama. Si quieres más grappa aquí la tienes –le dije señalando la botella transparente, pues ella también había apurado su brebaje.

Solamente pude dar un paso. Me detuvo parándose delante de mí, espera, dijo a escasos centímetros de mí poniendo ambas manos sobre mi torso. La miré haciéndome el sorprendido, ella me sostuvo la mirada fijamente, estiró los brazos para rodearme el cuello y su boca vino hacia la mía. Noté sus labios, pero me aparté suavemente.

-Chiara, ¿qué haces? -Por más que lo deseara, tenía que aparentar ser el marido fiel pues se suponía que yo era la víctima.

-Hace tiempo que lo deseo… -susurró –y a Cossi le debes una.

Sus labios contactaron de nuevo con los míos, su lengua buscó mi lengua. Me besó con ganas, impostadas o no, sentí avidez. No rechacé el morreo pero aún mantuve las manos muertas un rato, hasta que apartándose ligeramente me preguntó si no me gustaba. Antes de que pudiera responder, los tirantes del camisón habían descendido por sus brazos y un cuerpo espectacular se me mostraba orgulloso solamente cubierto por un tanga blanco semitransparente.

Sus manos tomaron mis manos para llevarlas a sus caderas, rotundamente delineadas y volviendo a tomarme del cuello para seguir besándome me anunció: esta noche soy tuya.

Cejé en mi actuación. ¿Para qué seguir desempeñando el papel de maridísimo? La besé con ganas mientras mis manos tomaban el control de su cuerpo. Lo recorrí varias veces mientras ella mantenía sus labios pegados a los míos y las manos en mi cuello. Abandoné sus labios para degustar su cuello, lo que provocó que suspirara ligeramente. Aunque me entretuve, acabé en sus pechos, duros, redondos, de pezón marrón, de una talla superior a los de Cos. Cambié al derecho. Me puse morado, pero bajé una mano para colarla entre sus piernas. No estaba demasiado húmeda, lo que me demostraba que era mejor actriz de lo que aparentaba. La masturbé con suavidad lo que provocó que aumentara el volumen de sus suspiros.

Se dejaba hacer pero aparte de haber iniciado el juego, ya no mostraba iniciativa alguna. Decidí cambiar dedos por lengua, así que la tumbé en el sofá y le quité el tanga. No iba completamente depilada como Cos, un hilo negro recorría su pubis como si de la continuación de su vagina se tratara. Le abrí los labios con los dedos y me sumergí en su feminidad. Los suspiros no aumentaron, pero pronto cambiaron de cadencia y ritmo. Ahora sí brotaba flujo.

En cuanto aceleró el ritmo de sus caderas decidí detenerme. Estaba surgiendo un diablo en lo más profundo de mi ser del que desconocía su existencia. Por primera vez en mi vida sentí que no me importaba lo más mínimo el disfrute de mi amante. Aunque se suponía que ella me estaba seduciendo, realmente era yo el que manejaba los hilos.

Me miró sorprendida cuando me puse de pié para desnudarme. Ella no dijo nada ni se movió, tumbada cual larga era con las piernas impúdicamente abiertas, esperándome. Me acerqué desnudo pero aunque ella esperaba recibirme entre las piernas pasé de largo y me arrodillé sobre el sofá a la altura de su pecho. Por su cara entendí que esperaba ventilarse el trago con un polvo rápido y que mi movimiento le acababa de revelar que ni sería tan corto ni tan apresurado.

Le sobé las tetas con saña mientras mantenía mi polla dura cerca de su cara. No tuve que pedírselo. Bastó con que mi mano derecha volviera a perderse entre sus piernas, que el goce reanudara sus movimientos pélvicos y que me detuviera de nuevo impidiéndole llegar al orgasmo, para que su mano me agarrara de la nalga primero para a continuación levantara la cabeza y la engullera. Tenía claro que no iba a desaprovechar la ocasión de ver como mi hombría desaparecía entre sus labios.

Cuanto más la torturaba deteniendo mis dedos, reanudando, ralentizando, acelerando, con más ganas chupaba. No tenía las habilidades de Cos ni por asomo, pero el morbo me podía. Tener a Chiara Lombardo tragándose mi polla o lamiendo mis huevos es algo por lo que pagarían una fortuna todos los hombres que alguna vez la habían visto y allí la tenía yo en una imagen que no se me borrará en la vida.

Decidí pasar pantalla. Ahora sí me acomodé entre sus piernas. No tengo condones pues no uso con Cos, no pregunté y ella tampoco dijo nada. Su única preocupación en aquel momento era correrse. La penetré con cuidado, como si fuera virgen, pero sus caderas se movieron agresivas para alojarme violentamente, mientras sus manos se aferraban a mis posaderas para dirigir la profundidad de la penetración. Pero me mantuve en mis trece. Te correrás cuando yo quiera.

Le babeé las tetas, le mordí el cuello, le sorbí los morros. Me sentía cerdo y así me comportaba, mientras mis embestidas alternaban dureza con sensibilidad. Sus jadeos, ya no suspiraba, me alertaron que volvía a acercarse al orgasmo. Volví a detenerme y salí. Un lastimero suspiro surgió de su garganta. Le di la vuelta, clavando sus rodillas al filo del sofá. Se la clavé desde detrás agarrándome a sus perfectas caderas mientras percutía con ganas. La agarré del cabello, obligándola a ponerse realmente a cuatro patas. Volvieron sus gemidos, que intentaba silenciar para que su hermana del alma no los oyera. Tiré de su pelo obligándola acercárseme más, quedando en vertical. Le agarré la teta izquierda con fuerza y le pellizqué el pezón. Emitió un leve grito, pero no me apartó. Relajé la presión en su cabellera y volvió a quedar a cuatro patas.

El diablo volvió a pensar por mí. Otra mala idea apareció en mi mente. Primero evitando por enésima vez que se corriera, lo que provocó que gimiera quejumbrosamente, para a continuación reanudar la penetración con suavidad mientras el dedo gordo de mi mano izquierda buscaba el orifico anal. Lo encontré y lubricado con los flujos de su propia vagina, intenté insertarlo. Un no desvalido salió de su garganta, pero no aparté el dedo. Volví a obligarla a levantarse tirando de su melena y, sin quitar el dedo del anillo anal pero sin lograr traspasarlo, le pregunté al oído:

-¿No te gusta por el culo?

-No.

-Yo creo que no te la han metido nunca por ahí.

-No.

-¿Quieres correrte?

-Sí.

-¿Seguro?

-Sí, lo necesito. No puedo más.

-Pues tendrá que ser por el culo.

No la dejé responder. La solté de golpe provocando que cayera boca-abajo sobre el sofá, tiré de sus caderas hacia atrás para que sus rodillas bajaran del catre y su culo quedara expuesto.

Si había algo que diferenciaba claramente a las dos amigas era el sexo. Sabía por Cos que su amiga no era lo activa, indecente y mucho menos obscena que era ella. Sus relaciones eran mucho más clásicas, aburridas en palabras de mi esposa. Supongo que simplemente no le gustaba tanto el sexo.

Cos me retrató en su día la cara escandalizada que puso Chiara cuando le explicó que habíamos probado el sexo anal. No era el plato principal de los ágapes ni lo practicábamos a diario, pero cuando el mierda de Cristian me dijo que le había roto el culo a mi esposa no se imaginaba que era un conducto que llevaba años abierto.

Así que poseído por el diablo que se había adueñado de mis actos no hice el menor caso a los lamentos del monumento que me ofrecía sus orificios cual ofrenda maya. Primero reanudé la masturbación vaginal, para mantenerla en su punto, para a continuación penetrarla. Mis dedos volvieron a su ano, se cambiaron por mi pene en su coño, y decidí abrirle ambos agujeros a la vez. Chiara estaba tan caliente que tardó poco en relajar el esfínter. Dos falanges se perdían en su vagina mientras mi dedo corazón superaba cómodamente su anillo anal.

Cuando noté que su orgasmo se acercaba, introduje un segundo dedo en el agujero posterior sacando los que habían percutido el anterior. Sus caderas se dejaban llevar al ritmo de mi movimiento. Cambié dedos por mi lengua, recorriendo sexo y culo, pero a los veinte segundos me incorporé. Volví a penetrarla vaginalmente provocando que sus gemidos se aceleraran, pero solamente buscaba lubricación. La saqué, apunté a la puerta trasera y la encajé. No fue automático, pero curiosamente me costó menos penetrar el culo de Chiara que el de Cos la primera vez que lo hice. Sus gemidos se detuvieron de golpe, daba bocanadas buscando aire, pero ni trató de cambiar de posición ni se quejó. Dejé caer mi peso sobre ella y entré. Lentamente pero sin pausa. Hasta el fondo. Comencé el vaivén, despacio para ir incrementándolo a medida que ambos cuerpos nos adaptábamos uno al otro. Volvió a gemir intercalándolos con suspiros y leves quejidos hasta que alargué la mano y logré colarla entre sus piernas hasta llegar a sus labios mayores, menores y sobre todo a su clítoris. Dejó de quejarse para suspirar, gemir y cuando un orgasmo brutal la recorrió de arriba abajo, gritar.

Su clímax propició el mío, anegando su recto y manchando sus nalgas. No salí. Quise degustar el momento pero no me lo permitió. En cuanto su respiración se acompasó, me exigió que se la sacara.

Estuvimos un rato juntos en el sofá pero lejos en la estancia. Ella tumbada boca abajo, yo sentado en el suelo apoyado en él. Se levantó despacio, tomó el tanga y el camisón del suelo y se perdió escaleras arriba hacia el baño. Yo no recogí mi ropa del suelo. Me levanté desnudo y me serví otro bourbon con hielo. Me lo clavé de un trago y luego enjuagué los cubitos en mi acostumbrado ritual. La oí salir del baño para entrar en la habitación de invitados, momento que aproveché para subir yo. Antes de que yo entrara en él, nos cruzamos en el pasillo pues se había vestido y se iba. No nos dijimos nada. Ni siquiera nos miramos a los ojos.

Cos estaba despierta cuando entré en la cama. Noté su cuerpo tenso y su respiración ligeramente acelerada. La besé desde atrás y la abracé. Esperaba que me rechazara pero no lo hizo. Al contrario, me agarró con fuerza. Sus únicas palabras fueron:

-Mañana quiero que tires ese sofá.

 

Aquí os dejo el link del primer libro que he autopublicado en Amazon.es por si sentís curiosidad. Son 12 relatos inéditos con un personaje común.

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  • : Ojo por ojo
 

Relato erótico: Un desconocido sacó lo peor de mí 1 (POR CARLOS LOPEZ)

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NUERA4 

Hola, mi nombre es Victoria y por fin me he decidido a contar lo que me pasó en las fallas de este año. A decir verdad, Sin-t-C3-ADtulo23Victoria es un nombre falso, pero no puedo permitirme que nadie me identifique con lo que voy a contar. Fue algo muy fuerte que aún viene con frecuencia a mi mente, y que no puede evitar. Hasta ahora no lo ha sabido nadie porque no se lo he contado ni a mi mejor amiga. Ni yo misma me explico cómo me pude ver atrapada en una situación que voy a relatar en este momento. A veces dicen que contar las cosas ayuda psicológicamente…

Antes de nada, voy a hablar un poco de mí. Soy abogada de una empresa mercantil, tengo 33 años, morena, pelo largo y ojos oscuros y grandes, ni alta ni baja, más bien delgada, pero con bastantes curvas. En concreto mi pecho es bastante grande lo cual me ha tenido siempre algo acomplejada, si bien mi pareja siempre me dice que “está loco por mis tetas” y reconozco que eso me halaga. Me gusta llevar ropa de marca y vestir bien, ya que por mi profesión estoy obligada a hacerlo. Por ello, aprovecho las salidas de fines de semana para ponerme vaqueros ajustados o vestidos más atrevidos. Soy bastante coqueta en ese sentido a pesar de que mi chico es mucho más soso y no quiere que me ponga muy provocativa. Si por él fuera iría siempre como una monja.
Bueno, volvamos a la historia que me sucedió hace unos meses en las fallas de Valencia. La pasada navidad, Marta, una de mis mejores amigas de siempre anunció su futura boda para finales del mes de abril. Después de muchos años saliendo con su chico (desde los 17), al fin había conseguido que aceptase pasar por vicaría. Así que todas sus amigas habíamos pensado que el fin de semana del 19 de marzo, en las fallas, era el mejor momento para hacer una despedida de soltera divertida.
Nos juntamos en un café un par de tardes para prepararlo en unas reuniones tipo “Sexo en Nueva York”, pese a que ninguna de nosotras se destaca por ser especialmente atrevida, representábamos ese papel y decíamos que preparar a Marta “algo especial”. Al final, después de que alguna amiga se echase atrás a última hora, nos decidimos a viajar 8 chicas. Conseguimos alquilar una casa rural súper bonita a unos 30 km de Valencia y, llegado el día, montamos a Marta en uno de los coches sin decirle a donde nos dirigíamos. Durante todo el viaje fuimos bromeando con ella sobre lo que iríamos a hacer… “Que se fuera preparando…” “que si habíamos quedado ya con un chico para ella…”, “que si en realidad eran dos chicos…” y muchas cosas de ese tipo.
Pensamos que, esa misma noche, nos acercaríamos a la ciudad a las fiestas accediendo al centro en el metro o en el tren. Así pasamos la tarde en nuestra casita rural, tomando copas y bromeando acerca de la noche que le esperaba a Marta, en la que la amenazábamos con que tenía que “probar al menos otro varón” pues en su vida sólo había estado con su chico. En realidad todas sabíamos que eran más bien fantasías que realidades, pues todas nosotras somos chicas bien, de colegio religioso y barrio bueno.
Afortunadamente, y precisamente porque ninguna nos veíamos haciendo el ridículo como en tantas despedidas de soltera se ve, llegamos al acuerdo de no usar disfraces horteras. Pero eso sí, decidimos salir todas en plan atrevido, con vestiditos cortos, escotes, medias, ropa interior sexy, etc. Mi prudencia habitual me hizo no beber exageradamente antes de salir de casa, como casi todas mis amigas hicieron, pero un par de copas sí llevaba en el cuerpo cuando salimos. También mi prudencia habitual me hizo salir sólo con el DNI y dinero, pues tenía miedo de perder el bolso o mi móvil iphone 4 regalo de mi chico, que acababa de estrenar el mes anterior. Total, íbamos a estar juntas toda la noche.
Llegamos a Valencia alrededor de las 11 de la noche, dispuestas a arrasar la ciudad. Al final, habíamos tomado el tren de cercanías que nos dejó en la estación del norte, y entre la gente nos fuimos acercando al centro. Imaginaos un grupo de 8 chicas sexys y vestidas para “matar”, encima un poco alegres. Llamábamos la atención e íbamos bromeando con unos y con otros.
Primero estuvimos viendo los ninots en distintas plazas y tomando cañas por distintos bares. La nit del foc sería al día siguiente y entonces los quemarían. Nunca había estado en las fallas. La ciudad estaba hasta los topes de gente, tanto por las calles y plazas, como por los bares. Continuamente sonaba el estallido de petardos, lo cual era un poco desagradable. Después de deambular de bar en bar y comer algún bocadillo de los puestos de la calle para acompañar la bebida, nos recomendaron una de las discotecas de moda de la ciudad, creo que se llamaba “La Indiana”. Aproximadamente a la una, cuando ya empezaba a hacer frío en la calle nos dirigimos a ella. Nada más llegar, mis amigas entraron en bloque porque querían ir todas al aseo. Pero yo me quedé con Marta un rato más en la calle ya que, al haberla hecho beber tanto estaba un poco perjudicada y era una buena idea estar afuera con ella tomando el aire. A mí también me venía bien que tampoco estoy acostumbrada a beber.
Marta y yo pasamos un rato hablando de mil cosas. De los preparativos de la boda, de nuestros respectivos novios, de nuestras aventuras de jovencitas, etc. Hasta que al cabo de unos 20 minutos me comentó que se sentía mejor y que ya podíamos pasar adentro y eso hicimos. El sitio era precioso y muy bien decorado, quizá algo oscuro. La música un poco tipo máquina, pero combinada con versiones de temas españoles del momento. El local tenía al menos 3 barras ubicadas en distintos lugares y encontramos al resto del grupo al final de una de ellas, bailando algunas y otras hablando y bebiendo. Poco a poco iba entrando más gente a la discoteca. Después de bailar unos minutos les comenté que si venía alguna al aseo, pero estaban ocupadas bromeando con un grupo de chicos, así que les dije a dos de ellas, Natalia y Ana, que me iba al aseo y que me esperasen donde estaban, a lo que asintieron.
 
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La cola en los baños era horrible, pero no me quedó otra que esperar pues no había otros. Cuando llegué a entrar en uno de los cubículos no puede evitar oír como en el de al lado se había metido un chico y una chica y debían estar “ocupados” haciendo el amor, lo cual me indignó bastante por la cola que había. A mí nunca en mi vida se me había ocurrido hacer el amor en unos aseos sucios de discoteca, pero he de admitir que los gemidos que provenían del aseo contiguo eran realmente sugerentes. En fin, terminé de hacer pis y cuando salí me dirigí al lugar donde estaban mis amigas y donde me tenían que esperar. Entre la cola del WC y la aglomeración de gente que había en la discoteca, se puede decir que había tardado casi media hora desde que me fui.

Estaba contenta pues la noche estaba siendo genial. Hacía años que no salíamos de marcha todas las amigas en una noche tan divertida y estaba muy contenta. Incluso, el ambiente de la ciudad y de la discoteca abarrotada que normalmente me suele disgustar, hoy me parecía muy agradable. Tanto que no me pareció tan irritante volver del aseo a nuestro sitio rozando cuerpos. Después de lo que había escuchado hacer en el aseo, hasta tuve alguna idea morbosa al hacerlo, y yo misma iba sonriendo de mi travesura. Seguro que también tenía que ver el efecto de las copas que llevaba bebidas. Según llegaba al lugar dónde me esperaban mis amigas no conseguía verlas me empezó a venir a la cabeza la idea de que no estuviesen. No me puse muy nerviosa porque no me imaginaba que pudiesen no estar.
Pero bueno! ¿Dónde se han metido? Al final de la barra, en el lugar de mis amigas había un grupo de chicos de unos veinte años, y vestidos un poco macarras. Con cortes de pelo extraños, tatuajes y algunos piercings y pendientes. Uno de ellos tenía una barba en forma de perilla formando una línea recortada. Me puse a su lado intentando localizar con la mirada alrededor a mis amigas. Les noté que hablaban entre ellos y se reían. Había uno más alto, delgado pero con una camiseta ajustada que hacía el gesto de coger del brazo a otro más bajito para que viniese a mí. No vino y yo, por supuesto, no hice ningún caso.
Me quedé esperando y mirando alrededor. Pensé “éstas han ido ahora al baño y nos hemos cruzado”. Joder, con la cola que hay. No sabía muy bien si intentar buscarlas o esperarlas aquí, que era donde habíamos quedado. Ahora pensaba que tenía que haber traído el teléfono móvil. Joder, me daba cuenta lo dependiente que somos del teléfono en estos casos, no sabía de memoria ninguno de sus números teléfonos móviles. Pero estaba claro que habíamos quedado que me esperarían en la barra. Veía que los chicos de mi lado hablaban entre ellos y reían, pero me miraban de reojo o directamente continuamente. Justo eso me hacía cierta gracia, que unos chicos tan jovencitos me quisiesen ligar con una chica mucho más mayor que ellos y claramente de otra forma de ser. Incluso pensaba pedirles prestado su móvil para hacer una llamada a algún sitio, pero no se me ocurría como resolver el problema.
De todas formas los comentarios que hacían los chicos de mi lado entre ellos (quizá para que yo los oyese) empezaban a sonarme fuertes “qué buena está…” “qué tetas tiene, las cogería y…”. Parecía que alguno de ellos ya se iba a acercar hacia mí para decirme algo al verme allí solita y envalentonado por los comentarios de sus amigos. Yo ya me estaba poniendo nerviosa, más por lo disgustada que estaba por lo de mis amigas, que por los comentarios de los chicos. Por supuesto no se me pasaba por la cabeza entrar en ningún tipo de juego. Mientras me ponía de puntillas y seguía buscando con la vista a mis amigas.
Uno de los chicos, el más bajito que tenía cuerpo de gimnasio, había empezado a hablarme con su lenguaje macarra “¿qué haces aquí tan sola?” también decía “guapa, pero qué guapa estás”… pero yo le ignoraba. El seguía “¿A quién buscas guapa? ¿no te valgo yo?” e insistía ante mi indiferencia “Ven, que te invito a una copa…”. Lo curioso es que no tenía cara de mal chico y hasta dudaba de si hablar un poco con él mientras volvían. Pero el disgusto que tenía con mis amigas me había bajado un poco el estado de euforia y dije “no, gracias”. Entonces decidí salir a recorrer las zonas próximas del lugar de la barra donde nos habíamos quedado, o acercarme a los aseos. Al hacerlo no podía evitar pasar pegada a los chicos y rozarles con mi cuerpo. Ellos distraídamente reducían en hueco por el que yo tenía que pasar y mi cuerpo les rozaba. Joder, eso me producía coraje. Uno dijo “pero no te vayas…”, y no pude evitar sonreír, lo que tomaron como un juego.
Tardé unos diez minutos en volver. No veía a mis amigas por ningún sitio y no me quedaba otra opción que esperarlas ahí. Encima ahora el sitio estaba completamente abarrotado de gente. Casi empujándome con la gente llegué a mi lugar en la barra y me puse de espaldas a los chicos de antes. Sólo quedaban dos, el más alto y el más bajito que antes me había hablado. Por supuesto yo les ignoraba, y me dispuse a pedir una cocacola. El más alto estaba de espaldas a mí y ocasionalmente su cuerpo me rozaba. La chica de la barra, una adolescente rubia con escote generoso y un piercing en el labio no me hacía caso.
Sin mirar sentí que el más alto le decía a su amigo algo parecido a “nano, vas a ver cómo se hace”, y se volteó hacia mí y puso su mano en mi cintura. Dijo en plan chico duro de película”¿qué quieres guapa? Yo te invito… ” y llamó por su nombre a la chica de la barra que le atendió al momento mirándole como si fuera un dios. Mientras yo le apartaba su mano tratando de no ser muy borde, ya que estaba convencida de que iba tener que esperar en ese punto de la discoteca a mis amigas un rato grande y no quería malos rollos. Él me seguía hablando al oído cosas del tipo qué buena estoy, que si le encantan las morenas como yo…
 
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Jo, prometo que siempre he odiado estas situaciones con chicos hablándote en una discoteca, claro, cuando me pasaban. Pero en ese momento no sé porque… pese a que mi mente no quería, no podía evitar sentirme algo estimulada con la situación. El chico era muy guapo y volvía a poner su mano en mi espalda ignorando mis intentos por librarme de él, seguía insistiendo. Nuestros cuerpos estaban juntos brazo con brazo mirando a la barra, pero esto también era por la aglomeración… distraídamente deslizaba su mano hacia mi cadera mientras me decía más cosas al oído… y yo le apartaba su mano, nerviosa, esperando que la camarera me trajese mi cocacola de una vez.

Entonces él cambiaba unas palabras con su amigo, se hacía el gallito, miraba hacia otro lado o pedía otra copa, pero al cabo de dos minutos ya estaba otra vez diciéndome cosas en mi oído. Cosas incluso soeces “Qué polvazo tienes, si quieres te lo doy yo” y sonreía contento de su propio atrevimiento. Y otra vez ponía su mano en mi cintura. Yo tenía una mezcla entre sensación de enfado y de picardía. En realidad me divertía que fuera un chico de no más de 20 años y yo tengo 33. Pero ya, cuando deslizó el tacto de su mano hacia mis costillas y posó sus labios fríos por el hielo de su copa en mi cuello, mi cuerpo me traicionó completamente con un escalofrío y mis pezones se marcaron claramente sobre la tela del vestido. Joder, me había puesto un sujetador atrevido y sin relleno y ahora me arrepentía. Le quitaba su mano, apartaba mi cuello, trataba de poner cara de enfado, pero él se reía y seguía hablándome de las chicas como yo, de lo cachondas que son, de que estaba seguro de que estaba excitada, de que él lo sabía, lo notaba en mi cuerpo… joder, y yo que encima me había vestido provocativa para esa noche. Llevaba un vestido negro de talle y pecho entallado, algo de escote, un tejido como de lycra con bordados, y una falda de vuelo hasta las rodillas con un tacto de tipo gasa. Incluso mi ropa interior… era sexy ese día.
Lo peor de todo es que tenía razón. Estaba excitada en contra de mi voluntad, y mis pezones se notaban claramente. Incluso puede que mi estado de nervios me delatase. O mi respiración. Hacía muchos años que no me veía en una situación así y no sabía manejarla bien. Diría que nunca anteriormente me había visto en algo así. Mi chico además no es de ir a discotecas y nunca salimos… Si no fuese porque no sabía qué hacer ni dónde ir… uffffff de verdad me estaba poniendo caliente con sus comentarios y el roce de los cuerpos. Era una sensación muy extraña porque estaba enfadada conmigo misma, y a la vez excitada y halagada por su dedicación hacia mí. Ahora combinaba palabras dulces como “no te enfades… que te pones muy fea y eres una princesa” con cosas del estilo de que en cuanto me bebiese mi cocacola me iba a llevar a la pista de baile porque quería que le rozase con “eso que se notaba en mi vestido”… y se atrevía a decirme que “a mí también me iba a gustar… que yo estaba loca por hacérselo… que se notaba”. Aunque me odiaba a mí misma por ello, era verdad… estaba excitada y le decía con un hilo de voz “déjame por favor”, pero en mi cabeza me veía bailando algo sensual con él. No lo podía evitar.
Joder, estaba claro que tenía que escapar de allí, porque si no iba a acabar pasando algo de lo que me arrepintiese. Reuní las fuerzas que me quedaban y, con un gesto de carácter, quité bruscamente su mano de mi cuerpo diciendo bruscamente “¡ya está!”, e hice ademán de irme, aún arriesgándome a no encontrar a mis amigas que aún tenía la esperanza de que volviesen a la discoteca. Al final me veía cogiendo un taxi los 40 km a la casa rural y esperando en la puerta. Pero no hizo falta, él no me dejó marchar y me sujetó de la parte superior de mi brazo con fuerza, como sintiéndose ofendido de mi gesto despectivo. Me dijo otra vez en mi oído con firmeza “ssssshhhhh quieta! tú te quedas aquí”.
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Nunca habría admitido algo así. Ni siquiera a mi chico. Pero no sé lo que pasaba por mi cabeza en ese momento. No lo puedo explicar. No sé si fue el alcohol o la situación. El saberme sola en una ciudad extraña donde nadie me conocía o el tipo de chico que me dirigía con sus palabras como si fuera un muñeco. Parecía que el que tenía 33 años era él y yo era una niña a su lado. Lo cierto es que me quedé quieta, de espaldas a él que seguía agarrando fuerte mi brazo con una mano mientras deslizaba la otra por encima de mi vestido, recorriendo la curva de mi culo y deteniéndose sobre las costuras de mis braguitas… y bajando. Uffffff me hablaba dulce pero firmemente y estaba bastante excitada. Mucho. Encima ahora, él notaba mi dejadez y ya empezaba a decirme cosas más soeces, rozando sus labios sobre mi oído que es mi punto débil. Desde su posición detrás de mí y más alto que yo veía la parte de mi pecho y decía “Pero qué tetas tienes tía… y mira cómo tienes los pezones… ¿te gusta lo que te hago?” rozaba mi pecho lateralmente con el exterior de su mano que aún sujetaba mi brazo pese a que ya no hacía falta pues estaba paralizada. No me podía resistir. Él seguía “¡te gusta! eres una zorrita, te gusta ¿eh? pero qué polvazo tienes” y metía la lengua dentro de mi oído lo cual siempre me excita sobremanera. Sabía lo que hacía.

Tiró de mí y prácticamente me arrastró otra vez hacia la barra sin ninguna resistencia por mi parte, pero esta vez entre su amigo y él. Entonces me besó los labios con rudeza, metiendo su lengua y recorriendo todos los rincones de mi boca. Y yo… yo le correspondía… casi me da vergüenza contarlo, me odiaba a mí misma por hacerlo. Nunca en mi vida me habría creído que en una situación de estas yo hubiese actuado así. No era yo. Ahora dudaba, en realidad no estaba tan bebida como para no saber lo que hacía. Lo sabía perfectamente y… me dejaba hacer. Su cuerpo me aprisionaba contra la barra. Una de sus manos presionaba mi nuca contra él que me estaba dando un morreo descomunal, y la otra mano había ascendido sobre el frente de mi vestido y envolvía presionando uno de mis pechos. Yo estaba desatada también… a veces hacía gestos de escapar como para hacerme sentir mejor, hacerme creer a mí misma que no quería la situación, pero él sin demasiado esfuerzo me fijaba en mi sitio y seguía con su boca sobre la mía o sobre mi cuello. Y yo, yo tenía los ojos cerrados y me dejaba hacer correspondiendo a su beso… incluso a veces salvajemente.
Me había atrapado entre la pared y el extremo de la barra, y su cuerpo me cubría en un rincón que era realmente oscuro… lo cual agradecí pues me había pasado por la mente la posibilidad de que mis amigas volviesen y me encontrasen así. No sé si me daba más miedo la vergüenza que iba a pasar si eso ocurriese, o lo que me habría disgustado más sería perderme la sesión de morbo y sexo que me estaba proporcionando este chico de quien ni siquiera sabía su nombre. Joder. Incluso eso me hacía sentir sucia y, a la vez, cachondísima. El ambiente estaba súper cargado de humo y la música vibraba altísima metiéndose en mi cuerpo. Ahora sus manos recorrían todo mi cuerpo sin ningún impedimento por mi parte. Se habían colado dentro de mi falda y habían subido por mis medias hasta mi culo. Al notar el encaje que mis medias tenían en la zona de mi muslo donde acababan soltó una carcajada y dijo en mi oído “si ya lo sabía yo… eres una putita caliente, mi putita de hoy… ¿verdad? ¡dime que lo eres!”. No sé que extraño mecanismo se había desatado en mi cerebro, pero para mi mayor sorpresa pude oírme a mí misma contestar “síii soy tu puta… síiiii” y pasar mi lengua por su cuello.
 

Entonces él puso su mano directamente sobre mi sexo. Abierta. Y empezó a presionar, a friccionar muy despacio pero con algo de presión sobre mi conejito, que por entonces estaba absolutamente hinchado y mojadísimo bajo el tanga negro de encaje que había elegido para esa noche. Ufffffff notaba sus dedos longitudinalmente sobre mis labios. Se deslizaban adelante y atrás muy despacio, sobre la tela, lubricados por mis propios jugos que tenían empapada mi braguita. Continuaba con sus comentarios bruscos sobre mi oído, y yo no podía evitar mover levemente mis caderas. Ya había asumido que esta sería mi noche de locura y que iba a dejarme hacer todo lo que él quisiese. Incluso me moría por sentirle dentro de mí, a pesar de que sólo con lo que hacía estaba al borde del orgasmo. Dios mío, si ni siquiera había tocado mi sexo dentro de la ropa, pero la situación me desbordaba. Jamás en mi vida habría pensado verme en ella, pese a que alguna vez en mis sueños me ha pasado algo parecido. Pero eran sueños.

Ahora me sujetaba la nuca presionando mi boca contra la suya, lo cual me parecía supermorboso, y había interpuesto sus dedos entre nuestras bocas. Era extremadamente excitante, sabía a mis propios flujos y me sentía muy sucia y a la vez muy caliente. Pasábamos nuestras lenguas sobre los dedos saboreándolos. Eran dedos largos y cuidados. No parecían del chico rudo que estaba presionándome contra la pared, mientras mis manos recorrían su espalda. Yo me aplicaba en pasar mi lengua frenéticamente sobre ellos y él decía “muy bien… así muy bien, zorrita”. Era como me sentía. Como una auténtica zorra manoseada en una discoteca. Ahora sentía sus dedos entrando dentro de mi tanguita y explorando entre mis labios vaginales… ufffff cómo me estaba poniendo… me estaban entrando las convulsiones que justo me vienen antes del orgasmo… pero de repente algo se disparó en mi mente ¡no podía ser! ¡no podía ser! si tenía una mano en mi nuca y otra entre nuestras bocas… ¿quién me estaba penetrando mi sexo con su dedo? ¡también tenía una mano en mi pecho!…
Ahora sí que me sacudí con fuerza. Esto ya era demasiado. Abrí los ojos y me vi ante los dos amigos, el más alto y el más bajo. Ambos estaban accediendo libremente a mi cuerpo y yo no me había dado cuenta… no sólo no me había dado cuenta, sino que estaba disfrutando sus caricias y toqueteos ¿pero cuánto llevaban así? ¡los dos! Pensé qué pasaría si llegasen mis amigas y me sacudí más… un poco desesperada ¡dejadme! Pero el chico más alto me sujetaba con fuerza y decía “¡quieta, putita! Ahora no empieces con esto… ¿qué te pasa?”… entre lágrimas dije “mis amigas… si me ven… por favor… vámonos”.
No me lo podía creer. No me había preocupado en absoluto que fuesen los dos… sólo me preocupaba que me pudiesen ver así. De mi boca salían palabras con un tono infantil “por favor, por favor, vámonos”. Entonces él, el chico alto dijo “venga, que nos vamos…”, vi como guiñaba el ojo a la chica de la barra a la que no pagó las copas, y cogió de nuevo mi brazo de la parte superior con firmeza, guiándome hacia la salida de la discoteca como si yo fuese una detenida o algo así. Yo actuaba como una autómata. Estaba completamente sojuzgada y me dejaba llevar. Cuando salimos de la discoteca, el frío de la noche me hizo reaccionar, pero sin oponerme a su comportamiento. Dije “¿pero dónde vamos?”, y él contestó “a casa de éste, que está aquí al lado”. Con lenguaje suplicante le decía “pero no me hagáis nada…”, y él “tranquila, no te vamos a hacer nada…” y añadió mirando hacia atrás a su amigo con una sonrisa infantil “nada que tú no quieras”.
No sé lo que pensaría la gente con la que nos cruzábamos. Lo cierto es que la noche de fiesta estaba ya avanzada y nadie se preocupaba por nadie. Además, para ser sincera he de reconocer que yo no me oponía a sus actos. Caminaba dirigida por él y una parte de mí estaba totalmente a su merced. Una gran parte de mí. Incluso la forma en que me dirigía agarrada por el brazo me ponía caliente. Nunca me había sentido así, me sentía lo peor del mundo.
Enseguida llegamos a un portal de un edificio de de viviendas antiguas. El chico bajito se adelantó, sacó las llaves y abrió la puerta del portal. Las escaleras eran de madera, y los techos altos. Parecía sucio, con olores añejos a otros tiempos. El chico alto dijo “no enciendas la luz” y yo me estremecí. Lo cierto es que con lo que se filtraba por el cristal del portal, y un par de focos de esos de emergencia era suficientes para vernos con cierta nitidez entre la semioscuridad. Entonces él me dirige a la pared, pone mi espalda en ella y sigue con el beso salvaje que me estaba dando en la discoteca diciendo “lo habíamos dejado aquí ¿no putita?” y llama a su amigo, “ven, vamos a seguir”… y yo, cuando iba a abrir la boca para protestar me la tapaba con un beso brusco, o poniendo su mano en mi boca, sus labios y lengua sobre mi oído y susurrándome “tú has venido a esto así que quiero verte como antes”… uffffffff no podía evitarlo, notando su lengua en mi oído hacía de mí lo que quería. Incluso su amigo ya me estaba tocando otra vez sobre el vestido. Y yo me odiaba a mí misma, pero me dejaba hacer. Estaba fuera de mí.
Estuvimos unos minutos los tres besándonos y tocándonos. Incluso yo me atrevía a tocar su cuerpo, su pecho, incluso sus bultos que se notaban bajo sus pantalones. Él lo dirigía todo y decía “así, muy bien, zorrita, venga vamos a casa” añadiendo “putita, sube delante de mí las escaleras que quiero verte bien el culo que tienes”, y yo me prestaba a hacerlo pero él me paraba “espera, primero quítate las bragas que yo te vea”. Joder, qué situación. Cada vez que pienso en ello me vuelvo a excitar. Incluso ahora, sólo de escribirlo me estoy excitando otra vez, no puedo quitármelo de la cabeza. Me da vergüenza reconocerlo, pero la verdad es que me las quité con la cara más roja que un tomate. La verdad es que subí la falda de mi vestido cuando él me lo pidió porque quería “ver mi coño de pija caliente”. La verdad es que subí las escaleras contoneándome para ellos. La verdad es que me dejé tocar mi sexo desde atrás mientras subía por parte del chico bajito. La verdad es que me excité más si cabe mientras lo hacía, y mientras decía a su amigo “nano, como me gustan las medias de puta que lleva”. No me forzaron. Era algo que había en mí, una fantasía oculta, lo que hacía que me comportase como una auténtica puta.
 
 
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Mientras subíamos a la tercera planta, notaba que iban hablando de mis tetas… entonces el chico más alto q caminaba detrás de mí me las aprisionó desde atrás, dijo “espera un momento, que tienes que entrar triunfante a la casa aunque no habrá nadie”, y con un gesto abrió el escote de mi vestido y sacó mis pechos por encima de la tela del sujetador. Apoyó su espalda en la pared y me arrastró quedando mi espalda sobre su pecho, de modo que quedé completamente expuesta para que su amiguito pudiera comérmelas hasta q se cansara… delante de él. Mientras, sus manos se adentraban en mi coño sin piedad. Sólo recuerdo q empecé  a gemir como una auténtica zorra, y dijo “jajajaja, vas a despertar a los vecinos”, lo cual me puso más caliente al ser consciente de que cualquiera podía salir y verme así. Aún no había llegado al límite de mí misma, al límite de mi degradación…

Abrieron la puerta y entramos en una casa que era lo más parecido a una leonera. La luz estaba encendida aunque no parecía haber nadie. Había botellas y vasos sucios por todas partes, un olor fortísimo a tabaco e incluso a hachís. Las paredes algo sucias y con pintadas. Era como lo que una se imagina que sería una casa de ocupas…. un piso compartido por chicos hecho un desastre. Nada más llegar me inclinaron sobre la mesa y me subieron la falda, pasando el chico alto a darle una lección de anatomía a su amigo sobre mi cuerpo. Dijo, mira a esta puta… me tiene empalmado desde la discoteca… mira como está de mojada, decía mientras con sus dedos separaba mis labios vaginales… incluso me dio un azote en las nalgas diciendo, “¡abre más las piernas joder!”, a lo que yo respondí con un gemido y haciendo lo que me decían.
Llevó sus dedos a mi boca y yo entendí lo que quería y mojé sus dedos con mi propia saliva. Como si yo no estuviese presente, el chico alto le aleccionaba a su amigo “ves nano, te lo he dicho mil veces, sólo hay que sacar a la zorra que todas llevan dentro. Esta tía mañana nos despreciará, pero mira hoy…” y pasaba su mano grande y mojada sobre mi sexo tocando justo donde sabía que tenía que tocar, “mira cómo se pone” y mis caderas se movían solas sobre su mano “menos mal que no quería la zorrita… jajajaja si llega a querer…”. Y todas esas frases se me han quedado grabadas en mi mente, las he dado muchas vueltas y creo que tienen un punto de verdad. Incluso pueden valer para toda persona, hombre o mujer.
Combinaba su filosofía y su lección sobre mi cuerpo, con caricias cariñosas, azotes rudos, tocamientos expertos… era como quien mira a un caballo antes de comprarlo. Y yo dejándome hacer… la situación me tenía completamente subyugada, gemía, suplicaba, mi sexo ardía, incluso me había corrido ya sobre sus manos y me moría por que me follasen o me usasen como quisieran… Me daba igual todo. Incluso gemía con ansiedad cuando el chico bajito se puso a acariciarme el ano, siguiendo las indicaciones de su “maestro” y escupiendo primero sobre él… jo, quién me habría visto en ese momento, yo que nunca había dejado a mi chico que me hiciese nada ahí, no sé si por vergüenza o por miedo al dolor, ahora siendo manipulada por dos chavalines como si tuviesen derecho a todo sobre mí. Me sentía sucia, puta, desatada… y la verdad es que ese era mi estado.
En esta misma posición uno dice “nano, no aguanto más… vamos a follárnosla” y el otro le dice empieza tú… que aguantas más… y me puso la polla en la entrada de mi sexo desde atrás, mientras en mi boca me la había metido el chico alto que se había puesto de pié ante mí y con su mano guiaba mi cabeza para follarme literalmente sobre la boca. Joder, qué sensación con los dos disfrutando de mí y yo lamiendo su polla lo mejor que sabía y sin ningún reparo, como si me fuera la vida en ello. No tardó mucho en correrse en mi boca y me obligó a tragar el semen por primera vez en mi vida. A veces, recordándolo pienso que no era yo… que fue un sueño, o que me habrían puesto algo en la bebida… pero lo cierto es que era plenamente consciente de todo lo que me hacían, que era deseo puro lo que habían conseguido despertar en mí… no sé si fue el anonimato, el ser desconocidos, que fuesen dos o que fuesen unos macarrillas… quizá el que me dictasen sin ningún escrúpulo lo que tenía que hacer, a mí que siempre he sido una mujer de carácter… o puede que quizá tenía realmente oculto en mi ser tenía un deseo de vivir al menos una noche loca en mi vida… le doy vueltas y supongo que fue un poco todo, incluso el enfado que tenía con mis amigas.
 

Me retorcía de placer siendo penetrada desde atrás por el chico bajito… allí tuve otro orgasmo brutal, aunque tampoco duró tanto ese momento porque enseguida dijo el chico alto “vamos a la cama a follárnosla” y me guiaron a una cama grande, completamente desecha y con ropa alrededor. El chico alto se había erigido en nuestro jefe y seguía dirigiendo la operación. Mientras se sentó en un sillón a prepararse un porro, mandó a su compañero que se tumbase boca arriba y a mí que le limpiase de nuevo la polla a su amigo, que quería verme como “me iba a clavar bien clavada yo solita”, y yo obedecía sus órdenes y me ensartaba en él, llenando mi cuerpo con su miembro joven, grande y durísimo. Era la primera vez en muchísimos años que tenía sexo con alguien distinto a mi pareja… y encima con dos… como una auténtica prostituta, cabalgando sobre uno de ellos, mientras miraba a los ojos al otro, a nuestro “jefe” que se fumaba tranquilamente el porro en un sillón mientras se tocaba la polla. Cuánto deseaba aquella polla que ya veía dura de nuevo.

El chico se acercó a nosotros y, sujetándome el pelo, me daba caladas del porro mientras hacía un gesto de complicidad a su amigo que empezó a ensalivarme el ano con uno de sus dedos. Sabía lo que me iba a hacer y, aunque me daba un poco de miedo que me hiciesen daño, estaba tan sometida que no me importaba. Esa noche iba a vivir más cosas por primera vez, no sólo probar el semen o el hachís. Cada vez que era consciente de lo que estaba haciendo, en lugar de sentirme avergonzada o arrepentida, una oleada de placer me inundaba hasta el orgasmo. Había perdido la cuenta de los que llevaba. Joder, yo, que últimamente me costaba llegar al primero con mi novio y ahora…
Ya tenía al menos dos dedos dentro de mi culito y el chico alto me seguía dando a fumar lo que quedaba de porro mientras apretaba fuertemente mis pezones y tiraba de ellos hacia adelante tensando mis tetitas. Uffffffffffffff. No me dolía en absoluto. De hecho, mis manos masajeaban su polla y buscaba meterla de nuevo en mi boca… pero él decía “tranquila zorrita, ahora te doy lo tuyo y no es el la boca” y añadió “anda, ensalívala bien”, y yo obediente lo hice.
Me inclinaron hacia adelante, aún clavada en la polla de su amigo que de verdad llevaba todo el rato dándome placer sin correrse él mismo… mis tetas quedaron aplastadas sobre su pecho y mi culito expuesto al chico alto que le estaba dando unos mimos y ensalivándolo aún más. Me hablaba cariñosamente ahora “preciosa, cuando pruebes esto ya no vas a querer otra cosa”, y yo gemía y gemía, “vas a ver el cielo”, “este es tu premio por ser nuestra putita esta noche… el sueño de toda niña pija… ser penetrada por dos a la vez…”, “casi ninguna llega a realizarlo y se queda sólo en sueño, pero tú… tú lo vas a probar esta noche, ¿quieres?”… sólo acerté a decir “síiiiiiii” pero el ya tenía la cabeza de su polla dentro de mi culito… mientras me distraía hablándome, ya me había desvirgado mi agujerito. Él sabía perfectamente que su voz me fascinaba.
1349286429-www.xuk_.ru-13Estaba desatada, yo misma me clavaba en las dos pollas, sudando, con el pelo suelto sobre la cara, loca de lujuria y de vicio… oleadas de placer me invadían repetidamente y ya me dolía la musculatura de mi abdomen de tanto contraerse… Aquella noche me hicieron de todo… todas las posturas y todos los orificios de mi cuerpo quedaron saciados con su leche. Gracias a ellos he perdido muchos prejuicios en materia sexual y he tratado de practicarlos con mi pareja. Por supuesto de forma dosificada porque no quiero que piense que hubo un antes y un después de ese viaje. A veces mi chico no quiere hacer ciertas cosas, y echo de menos en ese momento a alguien más dominante sobre mi cama, o a alguien más imaginativo… cierro los ojos y veo al chico alto y entonces me pongo como una moto… Joder, ese día no podía dejar de escucharle… había algo que me lo impedía, algo en él. No sé el qué, pero no podía dejar de escucharle y ahora no puedo quitármelo de la cabeza.
Cuando la luz del día entraba por las persianas me levanté como pude y, superando todos los reparos sobre el estado de su cuarto de baño, conseguí darme una ducha y recomponer mi ropa. Un taxi me llevó a la casa rural donde, gracias a Dios, ya estaban mis amigas. En la media hora de taxi, sentada en el asiento de atrás, ponía una pose digna, erguida y con las piernas cruzadas… como hago habitualmente en mi trabajo. Yo misma iba sonriendo por dentro viendo cómo me mostraba así ahora, como una chica completamente digna y respetable, pese a que aún resbalaba líquido de dentro de mi cuerpo sobre mi vestido y la tapicería del taxi. No llevaba puestas mis braguitas pues se las había dado en las escaleras al principio y no me las quisieron devolver… era una paradoja, la paradoja de mi vida, digna por fuera y puta por dentro. Ahora pienso que realmente yo soy cualquiera de las dos personas, un ángel y un demonio. Sólo hay que cogerme en el momento preciso.
Cada vez que oigo la palabra Valencia, aunque sea en el telediario, siento un pinchazo de placer en mi vientre. No lo puedo evitar. Pero lo que me ha hecho contarlo es que la semana pasada recibí un correo electrónico de mis “amiguitos” valencianos donde me han mandado un mensaje parecido al siguiente “Ola guapa, te echamos de menos. tu seguro que tb quieres verte de nuevo entre nosotros no? como en la foto. Vamos a ir a Madrid y ya t diremos dnde y cndo pero solo si kieres q no somos unos cerdos (kerras)”, acompañado de una foto en la que aparezco inclinada siendo follada desde detrás por el más alto y con el sexo del bajito dentro de mi boca. ¡Dios mío! No sabía que me habían fotografiado con su móvil, además ¿cómo han localizado mi correo electrónico?… si sólo llevaba el carnet de identidad… ¡lo han leído! ¡lo han anotado! Joder, y la foto… aunque no se me ve completamente la cara, está claro que soy yo… así que me ha quedado un desasosiego tremendo, y sí, lo confieso, lo que es peor es que también siento una emoción en mi mente y un cosquilleo entre mis piernas…
 
Carlos – diablocasional@hotmail.es1349286430-www.xuk_.ru-15
 

Relato erótico: Dulce cuñadita mía (POR VIERI32)

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PORTADA ALUMNA2

Amo a Sandra, o al menos eso creía cuando comenzó todo.

Sin-t-C3-ADtulo19A ella la había conocido en unas clases de refuerzo para el ingreso en la universidad en la que nos postulamos. Desde que la vi, abandoné al par de amigos con el que habíamos acordado ingresar para sentarme junto a ella y sus amigas. Una bella muchacha de tez blanca y un look conservador, sin maquillajes pero a la vez sin dejar de perder su encanto. Parecía como si ella no quisiera sobresalir de las mil y unas putas que pululan en la universidad. Supongo que eso fue lo que me llamó la atención de ella.
Cuando me la había acercado, Sandra pensaba que yo no tenía ningún conocido en el lugar y, tras ver mis apuntes de las clases de Lengua Castellana, se apiadó de mí y con una sonrisa aceptó que me sentara en su grupo. Mis amigos me perdonaron, por cierto.
Nunca insistí tanto con una muchacha y, válgame, literalmente la seguí a todas partes; la cafetería de la uni, centros comerciales e incluso íbamos en el mismo bus pese a que el que ella tomaba no me dejaba ni cerca de mi hogar. Hasta que por fin el destino se compadeció de mí; Sandra entendió todas mis indirectas y en una tarde de verano en el patio de su casa, a tan sólo dos días de los exámenes, dejamos a un lado el montón de apuntes apilados en la mesa y nos besamos como unos malditos posesos… si la madre de ella estuviera allí, seguramente habría corrido a separarnos. La mujer era de las celosas y desconfiadas, nunca la soporté de todos modos. Y creo que tampoco la soportó el marido, que vivía separado de ella y en la ciudad lindante.
La cosa siguió de parabienes cuando, cuatro días después de haber rendido los exámenes, supimos que habíamos ingresado. Tres años después de aquel victorioso momento, aún seguíamos juntos. Sí, algunas peleíllas hubieron, algunos momentos en que uno no quería ver al otro, nuevas amigas o amigos que nos encelaban… supongo que todo ello era normal.
Pero nada de esos problemas se compararon con lo que iba a venir. Estábamos en la sala de su casa al mediodía, viendo el televisor con un par de horas antes de las clases pues yo tenía como costumbre visitarla antes de salir ambos para la uni. Sandra estaba reposando su cabeza contra mi hombro y viendo plácidamente la película. Su hermana Dulce había entrado a la sala y como siempre nos saludó tímidamente, con sus cuadernos pegados contra sus pechos aún niños y su cabeza gacha como si aún tuviera vergüenza de mí. La nena de dieciséis vivía con el padre, pero como éste tuvo un imprevisto viaje al exterior, no le quedó otra que venir a la casa de la odiosa madre. La saludé con una risa, es que la timidez de la chiquilla me parecía muy graciosa.
Minutos más tarde se había vuelto a aparecer por la sala y venía con unos pantaloncillos bastante pequeños y una remerilla rosada y ajustada, pasó frente a nosotros pues había dejado un par de cuadernos sobre el televisor. Cuando la tuve frente a mí, caí en la cuenta; no pensé que la nena pudiera haber crecido tanto en tan poco tiempo, las piernas largas y la cintura asomándose tras el pantaloncillo… los senos aún niños y el rostro casi angelical… ¿para qué mentir? Me excitó… yo estaba enfermo por mirar a la hermanita de esa manera, lo sé.
No podía creer cuánto había crecido de un momento para otro, tenía fija mi vista en su generoso trasero hasta que ella giró su vista hacia nosotros y se percató que yo la estaba comiendo con los ojos. Se puso roja, bajó la cabeza con una fina sonrisa y volvió a su cuarto. Tragué saliva, menos mal Sandra no se percató de lo acontecido. Pero yo aún tenía varios problemas metidos en la cabeza como para andar calentándome por una chiquilla como ella. Esa misma tarde volví a entrar en mi mundillo de deudas y exámenes pendientes…
Ese momento de “pensamientos impuros” quedó en el olvido hasta que Sandra me había invitado nuevamente a su casa pues se le antojaba ver un devedé romántico. Nunca me gustaron de ese tipo… pero bueno, como que ya me estaba acostumbrando a Julia Roberts y sus sopocientas películas sensibleras. Compramos un par de cervezas y nos sentamos en el sofá. Al rato Sandra empezó a sentirse fatal, fue al baño y tras regresar me contó que el alcohol le había caído bastante mal. La acompañé hasta su habitación y le dije que yo me volvería para mi casa pero que la llamaría enseguida para saber cómo seguía. Cuando bajé hacia la sala, me di cuenta que la nena estaba sentada en el sofá, observando el televisor y con la latilla de cerveza en una mano, no la estaba bebiendo, sólo estaba observando. Y los malditos “pensamientos impuros” volvieron a mí al verla con tan poca ropa. Fue allí cuando comenzó todo;
– Mira nada más – dije en plan bromista – ¿que no eres aún menor de edad como para andar bebiendo?
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– No, no… no estaba bebiendo… – dijo ella mientras rápidamente devolvía la lata en la mesa.

– ¿Qué estás haciendo tan tarde por la sala, nena?
– Nada, nada… es que no puedo dormir. La bicha de mi compañera me envió un mensaje al celular sobre algo…
– ¿Algo?
– Nada que te interese. – dijo cruzando sus brazos.
– Anda, cuéntame. Puedes confiar en mí.- respondí dibujando una sonrisa mientras me sentaba a su lado en el sofá. Rápidamente puse ambos pies sobre la mesa frente a mí y descansé mis manos tras mi nuca; – Anda, nena, que seguro no es para tanto.
– ¿Cómo? No voy a confiarte nada.
– Ah, bueno, ¿y a quién le vas a contar lo que te sucede? ¿A la rabiosa de tu hermana, a la monja de tu madre, o al encantador de tu cuñado?
– ¿Encantador? – rió despacio.
– ¡Va!, que yo soy muy encantador.- y ella volvió a regalarme su risa tan encantadora. Luego de contarme el problema por el cual no podía dormir – nada de otro mundo- nos pusimos a ver el devedé que había alquilado. La nena resultó ser divertida durante todo el transcurrir del filme, pero en un momento erótico de la película – un beso con lengua al más estilo Hollywood entre la Robert y un no sé quién – la noté como curiosa, así que decidí codearle;
– Oye… ¿y tú ya te pusiste a besar a algún chico? – Su inmediata respuesta fue un tremendo golpe a mi brazo, ella volvió a sonreír, respondiéndome que “eso no se pregunta”.
– Va, nena, pero qué mojigata te pones… cuenta, cuenta. – le volví a codear a expensas de un nuevo golpe.
– Ya me han besado. – susurró sentándose más recta y con aire de orgullosa.
– Ah, menos mal, nena.
– Dulce, soy Dulce y no una nena.
– Está bien, Dulce. Pero cuando me refiero a un beso, me refiero al chapoteo que se está dando la Julia ahí en la tele… ¿ves? Un beso con lengua… no hablo de piquitos con chiquilines.
– Con lengua aún no me han besado… ¿por? ¿Acaso tú me vas a mostrar cómo? – y Dulce rió tanto que mi ego cayó al suelo.
– ¡Qué va!, si tu hermana nunca se ha quejado.
– ¿Mi hermana? Ah, la que ahora está vomitando…
– Está vomitando porque le cayó mal la bebida, ¿eh? Que no soy tan malo besando, nena… digo, Dulce.
– ¿Y vas a demostrarme? – dijo bromeando, yo simplemente le seguí el juego y me acerqué para besarla. Pensé que ella retrocedería su cabeza y volvería a pegarme entre risas, pero la muchacha unió violentamente sus labios a los míos. Fue más un golpe de bocas que un beso. Al instante retiré mi rostro del suyo y la miré atónito:
– Esto… ¿He? Digo…
 
21

– ¿Así besas? Pues esos “chiquilines” con quienes estuve, besaron mucho mejor. – rió nuevamente ella. Y otra vez mi ego quedó maltrecho, así que sin mediar palabras tomé su mentón, levanté su rostro y pegué mis labios a los de ella para enterrar mi lengua en lo más profundo de su húmeda boquita. ¿Para qué mentir? Me excité a lo bestia y mis manos rápidamente bajaron por las curvas de su cuerpo. Coincidentemente Julia Robert pasaba por la misma situación en la televisión. Pero al rato fue Dulce quien se apartó de nuestro breve morreo.

– Uh… nena, lo siento… es que las bebidas. Lo siento, Dulce. – dije con el corazón a mil por hora y mi sexo creciendo y demandando las generosas carnes de mi cuñadita. Lastimosamente para mi sexo, la nena quedó muy confundida y sin decirme nada más, ni dedicarme una mirada al menos, subió corriendo a su habitación. Pensé que mi mundo se caía. Me retiré del hogar de ellas y esa noche no pude dormir, pensando que al día siguiente Sandra y su madre me demandarían por haber tocado a la nena o algo por el estilo. Muy para mi suerte, Dulce no contó absolutamente nada ya que cuando fui al mediodía para recoger a Sandra en el coche, la misma salió de su hogar para saludarme.
– Hola. – dijo ella parándose en la vereda, frente a mi puerta, mirándome aunque ya sin su acostumbrada timidez.
– ¿Te he dicho cuánto lo siento, nena? De veras, creo que anoche…
– Lo de anoche me gustó – dijo con su cara levemente roja y cabizbaja.
– ¿Te gustó? ¿Y no se lo vas a contar a alguien?
– No, no pienso decirle ni a la rabiosa de mi hermana ni a la monja de mi madre. – respondió guiñándome el ojo.
– Ahí viene tu hermana, mejor vuelves para tu casa.
– ¿Vendrás hoy?
– Yo… este, sí, sí… vendré hoy.
– ¡Ah, pero mírense ustedes, parece que ya se llevan muy bien! – chilló Sandra ni bien nos vio. – Ya pensaba que tú no lo soportabas, Mari. ¿Y de qué estaban hablando?
– De la película que vimos ayer – respondió Dulce mientras yo estaba blanco y hecho un saco de mierda -… ya sabes, con la Julia Roberts.
– ¿Te gustó? Bueno, hoy veremos otra por si quieres acompañarnos…
– ¡Sí, no hay problema! – sonrió la jovencita.

Genial, mi puto mundo se estaba convirtiendo en el nudo de una película hollywodense. Esa tarde en la uni fue peor, mis amigos preguntaron qué diablos me pasaba pues me veían como si estuviera dopado, es que yo aún no estaba como para confesar que me había echado un morreo ardiente con mi cuñada de dieciséis. Terminada las clases fui con Sandra al Club de Devedé para buscar algo que ver. Ella se decidió nuevamente por uno romántico y cargado de escenas de sensualidad… yo, a sabiendas de lo que podría suceder si su hermanita nos acompañaba, le rogué alquilar alguna película de terror y sin erotismo. Sandra terminó pensando que yo estaba bromeando…

Pero al llegar a su hogar nos percatamos que Dulce no estaba. La madre tampoco, aunque ésta porque siempre trabajaba hasta tarde. Al rato sonó el teléfono de la sala. Sandra atendió y volvió junto a mí para decirme;
– Era Dulce, está en la casa de su amiga Sofía y no tiene cómo volver.
– Entiendo, ¿quieres que la busque?
– ¿No te enojarás? Según Mari, los padres de Sofía no están y por eso no tiene cómo regresar. Yo debo quedarme, si mamá se entera de que dejamos la casa abandonada nos mata.
– No hay problema, corazón… dame la dirección de la casa y ya vuelvo.
Tras darme un croquis, salí afuera para tomar el coche. Al avanzar una mísera cuadra vi a Dulce levantándome la mano en la calle. Perplejo y aturdido, estacioné en la vereda hacia ella, estaba vestida con una faldita que mostraba sus piernas de campeonato así como una remerilla del que apenas se insinuaban sus senos. “Diosa” pensé al verla;
– ¿Nena? ¿No estabas en la casa de tu compañerita?
– No – dijo mordiéndose los labios – llamé a casa por el celular. ¿Puedo subir?
– Claro que sí… retrocederemos una cuadra y ya estarás en casa.
– No vamos a volver a casa – respondió ni bien se subió en el asiento del acompañante. – Sandra sabe que la casa de Sofía queda a quince minutos de aquí… con la ida y vuelta, eso nos da media hora para nosotros, ¿no?
 
61

Madre Santa de todos los Cielos que la parió; la nena era lista y sabía lo que quería. Y ni qué decir, media hora era para mí más que suficiente. A lo sumo necesitaría sólo unos quince para terminar de hacerle las guarradas que me imaginaba… No más, ¿para qué mentir? Ni siquiera lo pensé dos veces, cuando los “pensamientos impuros” empezaron a joder, simplemente aceleré el coche y lo estacioné en la vereda de una plaza.

La invité cortésmente al asiento trasero y una vez allí la vi muy nerviosa, así que decidí tomarle del mentón y levantar su rostro;
– A ver, Dulce, te veo miedosa… ¿no eras tú la que planeo todo?
– Sí… ¿pero estacionarse en una plaza? ¿Y si viene alguna patrullera?
– ¿Patrullera? Ostras… tienes razón, podemos ser descubiertos…
– Eso da morbo, ¿verdad? – sonrió ella- Nos pueden descubrir.
– Hmm… está prohibido hacerlo aquí, niña… es un “tabú”… – si esa palabra no agregaba morbo, pues no sé qué más podría hacerlo. La besé con lengua incluida por un buen momento hasta que mi mano más rebelde se dirigió hacia su entrepierna, recogió su faldita por su torso y apartó la braga para manosear sus carnosos labios.
– Esto… ¿eres virgen, princesa?
– ¡No! ¡No lo soy!
– Ah, uno de los “chiquilines”, ¿verdad?
– Pues sí. – se volvió a reír.
– Bien, bien, una culpa menos que cargar.
– ¿Qué dijiste?
– Nada, nada… ven. – volví a besarla mientras mis dedos apartaban su fina mata de vellos para recorrer su rajita en búsqueda de su agujero. Mi dedo corazón empezó a ingresar y salir lentamente, la nena empezó a profesar unas cuantas groserías para luego aumentar la violencia de nuestro beso. Al introducir un segundo dedo en tan estrecho agujerito, ella empezó a mover su cintura adelante y atrás de manera endemoniada… ni qué decir cuando el tercer dedo entraba y se mojaba de sus jugos, la chiquilla empezó a arañar mi espalda mientras me rogaba entre gritos que siga y siga.
Ya no daba más, me retiré el jean y me puse el condón que tenía guardado en la guantera. A la muchacha la tomé por su cintura; “Siéntate sobre mí” – le susurré antes de clavar otro beso. Ella se posicionó torpemente encima de mí pero al fin y al cabo el glande logró reposar entre sus labios, a puerta de su húmeda entrada. Lentamente ella fue bajando y engullendo mi sexo, inclinó su rostro y mordió mi cuello para acallarse el dolor que le ocasionó la penetración.
Yo por mi parte luchaba por chuparme ese par de pezones pequeños y rosados que tenía, ladeaba mi cabeza para alcanzarlos y lamerlos mientras su cuerpo saltaba sobre mi sexo a un ritmo lento. Dulce gemía despacio pero empezó a chillar lastimeramente conforme yo aumentaba la velocidad de mi sexo.
– ¡Me haces daño! – sollozó mientras sus manitos reposaban sobre mis hombros.
– ¡Lo siento, princesa! – la tomé de su cintura y la ayudé a salirse. Su capullo estaba rojizo e hinchado, la nena lloraba en mis hombros, le pregunté varias veces por qué gimoteaba mientras la acicalaba el pelo, pero no me respondía. Y fue cuando me percaté de que sus ojos estaban clavados en mi sexo;
– ¿Tú… tú te llegaste? – me preguntó mientras se secaba las lágrimas.
– No, ¿quieres ayudarme? – le sonreí mientras mis manos tomaron de su rostro, lentamente bajé su cara hasta lo mío.
Sentir su boquita intentando acaparar el glande, las finas punzadas de su lengua y su mano subiendo y bajando por el largor de mi sexo fue una explosión de éxtasis… la nena chupaba como las diosas.
Con mis manos guié su rostro para que saboree mejor… tras esa felación caída del cielo, no tardé en depositar todo lo mío en su boca. Irónicamente Dulce salió del auto para escupir todo…
Tras vestirnos no tardamos en volver a su hogar. Sandra nos recibió alegre y sin levantar la más mínima sospecha. Aquella noche terminamos viendo la película, con mi novia durmiendo en mi hombro derecho y la nena en el otro. Qué lejos estaba Sandra de saber que la boca de su hermanita olía a mi semen y que su tierno sexo había quedado algo irritado “gracias” a mí.
Tras casi un mes de lo acontecido, sólo pude estar una vez más con la nena. Fue cuando Sandra comenzó una pasantía en un banco y yo fui a “visitar” a Dulce en su hogar. Comí sus carnosos labios vaginales y busqué su agujerito con mi lengua en su propia habitación, la niña se corrió en mi boca. Me encantó… ¿para qué mentir?
Unos días después Dulce tuvo que volver a la ciudad lindante para vivir con su padre nuevamente, pues ya había vuelto del exterior. Nunca más me topé con ella, a no ser alguna que otra fiesta familiar a las que me invitaban. Cuando el padre cumplió años, fuimos a su ciudad para visitarlo y allí la volví a ver; seguía igual de nena y prometí visitarla con su hermana el día de su cumpleaños diecinueve. Desde luego a ella le gustó la idea y quedó emocionada.
Pero aún hoy, cuando yo y Sandra nos ponemos a ver algún devedé romántico con la Julia Roberts como protagonista y teniendo algún beso, no puedo evitar recordarla. Pienso en ella y la breve pero caliente aventura que tuvimos, cercana al más estilo hollywodense. Y simplemente espero que ella también esté pensando en “su encantador cuñado”… ¿para qué mentir?
Si quieres hacer un comentario directamente al autor: chvieri85@gmail.com81
 
 

Relato erótico: “Infiel a mi mujer con la hermana de mi amigo” (POR GOLFO)

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no son dos sino tres2Sé que si se entera mi esposa, me deja. Pero si el que algún día llega a saber de mi desliz es Manuel, él seguro me mata. Lo que os voy a contar ocurrió el pasado verano y aunque no estoy muy orgulloso de ello, no pude evitarlo.
¡Me follé a la hermana pequeña de un amigo!
No lo busqué, me lo encontré sin más y me consta que gran parte de la culpa la tuvo esa zorrita con cara de ángel de Luisa. Todo comenzó durante una comida en casa de Manuel. Mi amigo nos invitó a mi mujer y a mí a una barbacoa en su jardín y allí mientras alternábamos con los amigotes, se presentó esa criatura. No la reconocí cuando entró porque llevaba más de diez años sin verla. La última vez que la vi fue cuando tenía catorce años y la niña mona se había convertido en una diosa. Reconozco que me la quedé mirando pero sin otra intención que disfrutar de la maravillosa castaña de uno setenta que hablaba con el dueño de la casa.
-Javier, ¡Ven! ¿Recuerdas a mi hermana?- me soltó Manuel al ver que los estaba observando.
-¡Coño! ¡Cómo has cambiado!- respondí acercándome y dando un beso en la mejilla a esa monada.
La chavala sonrió al verme y dándose una vuelta completa para que la observara bien, me contestó:
-¿He cambiado para bien?
Estuve a punto de soltar una burrada pero al ser la hermana de mi amigo me corté y respondí:
-¡Por supuesto! ¡Estas guapísima!
La puñetera cría puso cara de satisfacción y prosiguiendo con un flirteo  del que yo no me había dado cuenta, dijo:
-Eso, ¡Se lo dirás a todas!
-¡Ni de coña!- contesté: -Si Carmen me oye, me corta los huevos.
Soltó una carcajada y despidiéndose momentáneamente, fue a saludar a otros amigos. Mientras se iba me quedé extasiado con su culo. Siendo muy delgada, la chavala tenía un pandero cojonudo y solo su parentesco con Manuel, evitó que hiciera el oportuno comentario soez que se merecía. Lo estrecho de sus caderas, dotaba a su trasero de una espectacularidad que me hizo seguirlo con la mirada.
“¡Qué buena está!” exclamé mentalmente al no poder exteriorizar mi opinión en público.
Otro amigo me distrajo al preguntarme algo y por eso me olvidé de ella durante unos minutos. Cuando la volví a ver, estaba con mi esposa charlando amigablemente por lo que me junté con ellas sin levantar suspicacias a mi alrededor.
Al llegar, mi esposa le estaba dando nuestro teléfono y extrañado por que lo hiciera pregunté el motivo:
-Luisa acaba de llegar a Madrid y está buscando un piso. Le he explicado que tenemos uno vacío en espera de ser alquilado.
Os tengo que confesar que me pareció estupendo porque nos vendría estupendamente el dinero si llegábamos a rentarlo y por eso me declaré dispuesto a enseñárselo en cualquier momento. En ese momento no le dí importancia a que dicho apartamento estuviera puerta con puerta con el nuestro.
-Si te gusta, hablaríamos de precio- oí que mi mujer le decía a modo de confidencia.
La cría se mostró entusiasmada porque le gustaba la zona y el tenernos de vecinos, por eso quedó con Carmen en irlo a ver al día siguiente. El resto de la comida transcurrió sin nada digno de mencionar a excepción de que Luisa no se separó de nosotros, riéndole las gracias a mi mujer y demostrando que además de estar buena, era una joven con la cabeza bien amueblada.

 

Cuando nos íbamos y ya en el coche, mi querida esposa, sin saber en qué lio nos estábamos metiendo, me dijo:
-Me apetece la idea de alquilárselo y no solo por la pasta. Me parece encantadora, aunque después de tantos años fuera, un poco sola.
No pude estar más de acuerdo con ella porque obviando nuestras dificultades de llegar a fin de mes, Manuel me había contado que su hermana había retornado a España porque su novio alemán la había dejado y que estaba bien jodida. Al contárselo, eso afianzó la determinación de Carmen que como buena samaritana decidió ayudarla.
 A la mañana siguiente, Luisa llegó puntualmente y tras ver el apartamento, decidió quedárselo sin pensar en otras opciones.  De forma que me convertí sin saberlo en el casero de la que causante de mi primera infidelidad. La verdad es que ese día y mientras tomábamos el aperitivo con ella, yo también estaba encantado con la idea.
La chavala tardó una semana en mudarse y todavía recuerdo esa tarde como  si fuera ayer porque estábamos ayudando a acomodar sus cosas, cuando me pidió que le llevara una caja a su habitación. Estaba cargándola cuando al tropezarme, la caja se abrió dejando desparramado por el suelo su contenido. Al irlo a recoger, me quedé acojonado al comprobar que consistía en su ropa interior. Más excitado de lo que me gustaría reconocer, fui metiéndola otra vez en su caja pero con tan mala suerte que justo al terminar y cuando solo faltaba por meter un coqueto tanga de encaje, me pilló con él en la mano. Avergonzado le expliqué lo ocurrido y ella soltando una carcajada, quitó importancia al incidente. El problema fue que al enterarme que esa mujer usaba unas prendas tan sugerentes por debajo de la ropa, no pude seguirla viendo como la hermana pequeña de mi amigo sino como el pedazo de hembra que era.
Para terminarla de joder, a partir de ese día su presencia en mi casa fue algo habitual porque habiéndose hecho amiga íntima de mi esposa, raro era el día que no se quedaba a cenar. El continuo trato lejos de aminorar su atractivo lo incrementó, llegándose a convertir en una obsesión. Esa melena larga, esos pequeños pechos y sobre todo ese culo con forma de corazón se erigieron en parte esenciales de mis sueños.  En cuanto Carmen se dormía, no podía dejar de imaginarme como sería poseer a esa niña y en un vano intento por quitármela de la cabeza, me recriminaba por tener tan oscuros pensamientos sobre ella. Desgraciadamente, noche tras noche, su figura aparecía en mi mente y solo liberando mi excitación con una paja, conseguía dormir.
Mi mujer nunca se enteró de la atracción que su nueva amiga producía en mí y por eso una noche a mediados de Julio, le contó que se iba de vacaciones en agosto y que como yo no podía tomármelas en verano, le pidió que me cuidara. Entre risas, le contestó que no se preocupara y que velaría porque no me comportara como el clásico Rodríguez y dirigiéndose a mí, dijo:
-No te voy a dejar que te desmadres y para cerciorarme, vendrás a casa a cenar mientras Carmen esté fuera.
La aludida se mostró encantada porque así se aseguraba que estaría acompañado. Por mi parte, no vi mayor problema porque aunque me sentía atraído por Luisa, no pensé nunca en la clase de marcaje que me sometería aprovechando la ausencia de mi esposa. Por eso esa conversación pasó a segundo plano hasta el viernes en que Carmen se fue. Estaba en el trabajo cuando recibí su llamada recordándome que esa noche tenía cena en su casa:
-Allí estaré- contesté sin darle mayor importancia.
Tras lo cual me sumergí en el día a día. Al salir del trabajo, decidí comprar una botella de vino para no llegar con las manos vacías. Una vez en casa, me cambié de ropa y directamente, toqué a su puerta. Mi inquilina no tardó en abrirla y cuando lo hizo, me quedé  anonadado al ver que se había vestido como para salir de copas. Con un escotado traje rojo, se veía a simple vista que se había pasado toda la tarde arreglándose.
-¿Y eso?- pregunté – ¿No íbamos a cenar aquí?
-Sí- contestó medio confundida- ¿Por qué lo dices?
Sin poder dejar de observarla con detenimiento, le respondí que era una pena que solo yo pudiera disfrutar de tanta belleza. Luisa al oír mi piropo me soltó:
-Tú te mereces esto y más.
Os juro que no caí en la cuenta de que estaba flirteando conmigo. Absorto mirando el cuerpo que lucía esa muchacha, no me fijé en su cara de deseo ni en que involuntariamente había juntado sus rodillas al sentir mi mirada acariciando sus pechos. Rompiendo en silencio que se había instalado entre nosotros, me llevó al comedor. Mientras la seguía por el pasillo, me quedé extasiado al comprobar el meneo que esa mujer daba a su trasero al caminar.
“¡Menudo culo!”, exclamé mentalmente dudando si bajo el vestido llevaba o no ropa interior. Las nalgas duras y bien puestas que se adivinaban al contraluz, me hicieron rememorar el día de la mudanza y las sensuales braguitas que descubrí en esa caja. Luisa, ajena al examen que estaba siendo objeto su anatomía, se entretuvo abriendo una botella de vino mientras yo no cejaba en la contemplación de sus piernas.
La raja a medio muslo de su falda me dejó entrever que la cría tenía una piernas de ensueño y ya bastante excitado, me acomodé el pantalón para que no notara que tenía mi pene medio empalmado. Desgraciadamente, se le dificultó el descorche y poniendo cara de circunstancias, me pidió que le ayudara. Al levantarme, la erección de mi miembro fue patente a sus ojos y relamiéndose los labios, insistió en que la auxiliara. Desconociendo de antemano que iba a aprovechar ese momento, me acerqué a ella. Al ir a coger la botella, pasé mis brazos por detrás de Luisa. Fue entonces cuando echándose para atrás pegó su pandero a mi sexo y ante mi mirada atónita, lo colocó entre sus cachetes y se empezó a restregar.
Olvidando que esa mujer además de ser amiga de mi esposa, era la hermana pequeña de Manuel, dejé que continuara durante unos segundos profundizando esa caricia. Mi polla a punto de estallar, me imploraba que cogiera a esa cría entre mis manos y allí mismo la tomara pero tras unos instantes de confusión, me separé de ella y haciendo como si no hubiese ocurrido nada, quité el jodido corcho. La cría al ver mi estado, muerta de risa, me soltó:
-Poco has tardado en comportarte como un clásico Rodríguez.
-No sé a qué te refieres- contesté confundido por su actitud.
-A mí no me engañas- respondió:-Como todos los hombres, no puedes negar tu género. En cuanto veis una oportunidad os dejáis llevar por vuestro pene.
Cabreado por su insulto y sobretodo porque aunque me jodiera tenía razón, le solté:
-No serás acaso tú, la que aprovechando la ausencia de Carmen, deseas probar lo que es suyo.
-Quizás- respondió y dejando deslizar los tirantes de su vestido, me preguntó: -¿No te parezco atractiva?
Alucinado por su descaro, vi cómo se abría el escote y tapándose su pecho con las manos, insistía:
-¿Te gustaría verme las tetas?- y poniendo cara de putón verbenero, se empezó a acariciar los pezones mientras decía: -Sé que llevas deseando comerme entera desde que me viste en casa de mi hermano.
Involuntariamente y siguiendo los dictados de mis hormonas, me acerqué a ella y agachando mi cara, me puse a mamar  de sus pechos. Descojonada por mi rápida claudicación, me retiró de un empujón y subiéndose el vestido, me soltó:
-¡No te he dado permiso!
Que se comportara como una estrecha cuando me había provocado, me terminó de enervar y cogiéndola entre mis brazos, la llevé hasta su cuarto. En el pasillo y mientras la llevaba en los hombros, no paró de insultar y de gritarme que le iba a contar tanto a su hermano como a mi esposa, lo ocurrido. Dominado por la lujuria, no pensé en las consecuencias y tirándola sobre la cama, me puse a desnudar.

 

Desde el colchón, Luisa seguía actuando y mientras no perdía ojo de mi striptease, me amenazaba con ir a la policía si la violaba. Cabreado y excitado por igual, me acerqué a ella y desgarrando su vestido con las manos, la dejé desnuda sobre las sábanas.
-¿Qué vas a hacer?
-Lo que llevas deseando desde que aparecí en tu puerta. ¡Voy a follarte! ¡Puta!- respondí separando sus rodillas.
Al hacerlo, descubrí que llevaba el pubis depilado e incapaz de contenerme, bajé mi cabeza entre sus piernas y sacando mi lengua, probé por vez primera el sabor agridulce de su sexo.
-¡Por favor! ¡No lo hagas!- me imploró intentando repeler mi ataque dando manotadas.
Su violenta reacción no hizo más que incrementar el morbo que sentía y dándole un sonoro bofetón, le ordené quedarse callada. La humedad que encontré en su sexo, me informó que esa mujer estaba cachonda y sabiendo que todo era un paripé y que yo era el hombre que había elegido para calmar su calentura, me puse a recorrer con mi lengua los bordes rosados de su vulva.
-¡Eres un cerdo!- gritó al sentir que me apoderaba del botón escondido entre sus labios.
Satisfecho por su silencio, cogí su clítoris entre mis dientes. Ni siquiera llevaba unos segundos mordisqueándolo cuando esa zorra empezó a gemir como una guarra. Azuzado por sus gemidos, seguí comiendo esa maravilla e incrementando el volumen de mis caricias, metí un dedo en su vulva.
– ¡Maldito!
Violentando mi acoso, incrementé la dureza de mi mordisco mientras unía otro dedo en el interior de su sexo. Tras unos minutos, follandola con mis manos y lengua, percibí que esa bruja ya mostraba indicios de que se iba a correr por lo que acelerando la velocidad de mi ataque, empecé a sacar y a meter mis yemas con rapidez. Tal como había previsto, la hermana de mi amigo llegó al orgasmo y berreando de placer, su cuerpo empezó a convulsionar sobre la cama mientras de su sexo brotaba un manantial. Al beber del flujo que salía de su cueva, profundicé y alargué su clímax, de manera que uniendo un orgasmo con otro fui demoliendo sus supuestas reticencias.
-¡Cabrón!- aulló al experimentar la rebelión de sus neuronas y presionando con sus manos mi cabeza, chilló con voz entrecortada: -Ya me has demostrado quién manda pero ¡No me folles!
Aunque de sus palabras se podía deducir que rechazaba la idea, su tono me informó que estaba ya dispuesta y por eso, me incorporé sobre el colchón y cogiendo mi pene entre mis manos, lo acerqué a su vulva.
-Te lo ruego, ¡No me violes!- gritó al sentir mi glande jugueteando con su entrada.
Incapaz de contenerme de un solo empujón, hundí mi extensión en su interior. La calidez que me encontré, me reafirmó su disposición y por eso, sin darle tiempo a acostumbrarse inicié su asalto. El olor a hembra excitada llenó las papilas de mi nariz mientras Luisa no dejaba de chillar que no siguiera follándola.
-¡Soy la hermana de tu amigo!- aullaba mientras sus caderas convertidas en un torbellino, buscaban mi contacto con mayor énfasis.
Con bruscas arremetidas y  golpeando la pared de su vagina con mi glande, busqué mi liberación mientras la cría seguía gritando. Sus lamentos lejos de conseguir su objetivo, me llevaron a un nivel de excitación brutal y por eso, a base de fieras cuchilladas con mi estoque, seguí machacando su sexo. Los sollozos que salían de su garganta no tenían nada que ver con lo que ocurría entre sus piernas. Totalmente anegado, su coño recibía mi pene con autentico gozo ya los pocos momentos, volví a sentir su orgasmo.
-¡Estás disfrutando puta!- grité mientras mis dedos pellizcaban los rosados pezones de la cría: ¡Deseabas ser mía!
-¡No!- chilló descompuesta.
Su mentira espoleó mis movimientos y poniendo sus piernas en mis hombros, seguí tomando lo que sabía que era mío con mayor ardor. La nueva posición hizo que su cuerpo empezara a temblar y pegando enormes gritos, se volvió a correr. Esté enésimo orgasmo, me contagió y uniéndome a ella, mi pene explotó regando su sexo de blanca simiente. La muchacha al sentirlo, lloró de placer y pegando alaridos se dejó caer sobre el colchón.
Agotado, me tumbé en la cama liberándola, momento que Luisa aprovechó para huir de mi lado y levantándose, me dejó solo en el cuarto. Su huida apresurada me hizo temer lo peor y abrumado por los remordimientos, llegué a pensar que había malinterpretado a la cría. Asustado y cabreado por mi actuación, estaba a punto de ir a buscarla para pedirle que me perdonara, cuando la vi entrar con una bandeja.
Ella al ver mi cara de asombro y luciendo una sonrisa, dijo:
-Tenía hambre-
Aliviado por sus palabras, solté una carcajada y ayudándola cogí la comida de sus manos. Luisa, sin esperar a acomodarse en la cama, empezó a comer mientras me decía:
-Me ha encantado que me violaras- y recalcando su respuesta, me soltó: -Después de cenar, quiero que me rompas el culo. ¿Podrás hacerlo?
Solté una carcajada al comprobar su descaro y por medio de un sonoro azote en sus nalgas, le informé de mi disposición. Entonces la chavala me volvió a sorprender y haciendo a un lado la bandeja, se acercó a mí cogiendo mi sexo entre sus manos, se lo llevó a su boca y sensualmente, lo empezó a besar mientras acariciaba mis testículos.
De pie sobre la alfombra, sentí sus labios abrirse y cómo con una tranquilidad pasmosa, esa chavala lo iba introduciendo en su interior. Devorando cada uno de los centímetros de mi piel, la hermanita de mi amigo fue absorbiendo mi extensión hasta que consiguió besar la base. Con él completamente embutido en su garganta, empezó a sacárselo lentamente para acto seguido volvérselo a meter.
-¡Eres una mamadora de lujo!- le espeté al comprobar que estaba utilizando su boca como si de su sexo se tratara y cada vez más rápido me estaba haciendo el amor sin usar ninguna otra parte de su cuerpo.
Me cuesta horrores describir su maestría. Luisa usó su lengua para presionar mi pene, conseguiendo que su boca se convirtiera por arte de magia en  un estrecho coño. Forzando el placer que sentía, llevé mis manos a su cabeza y comencé un brutal mete-saca en su garganta. Satisfecha y estimulando mi reacción, clavó sus uñas en mi culo. El dolor mezclado con la excitación que asolaba mi cuerpo, me dio alas y salvajemente seguí penetrando su garganta. Mi orgasmo no tardó en llegar y conseguí descargar en su boca la tensión acumulada, momento que aprovechó la chavala para recriminarme el modo en que la había usado. 
-Perdona- le dije al comprender que me había pasado.
Luisa soltó una carcajada y con un brillo en sus ojos, sonrió mientras me pedía que quería que cumpliera con su otra fantasía:
-¿Cuál?- pregunté.
-Quiero que me tomes por el trasero- contestó poniéndose a cuatro patas sobre la cama.
Al verla separándose los glúteos con sus manos mientras me exigía que tomara posesión de su ano, fue demasiado la gota que reactivó mi lujuria y agachándome entre sus piernas, me acerqué y recorrí con la lengua los bordes de su ano. La cría pegando un gemido, se puso a acariciar su clítoris con su mano.  Temiendo dejarme llevar demasiado pronto por el deseo y tratando de no desgarrarla, le pregunté si no tenía crema: 
-Tengo algo mejor- contestó sacando del cajón de la mesilla un bote de lubricante anal.
Al ver la enorme sonrisa que iluminó su cara, comprendí que esa mujer había más que fantaseado y que al seducirme, tenía previsto entregarme su culo. Su entrega  me permitió no tener que convencerla de algo que deseaba desde que había visto su culo desnudo y por eso abriendo el bote, cogí un poco de gel entre mis dedos. Sin más prolegómenos, unté su ano y con la tranquilidad que da la experiencia, empecé a relajar su esfínter. 
-¡Cómo me gusta!- aulló descompuesta al sentir uno de mis dedos abriéndose camino en su interior paso. Disfrutando del momento, cerró los ojos y apoyó su cabeza en la almohada mientras levantaba su trasero. 
La nueva posición me permitió observar que sus piernas  temblaban al sentir mi yema en su interior y seguro de lo que estaba haciendo, decidí incrementar el rumbo de mis caricias. Dándole un azote a una de sus nalgas, metí las yemas de dos dedos dentro de su orificio.
-Ahhhh- gritó al notar  un azote en una de sus nalgas mientras metía dos dedos dentro de su orificio.
Su gemido me alertó de que tenía que tener cuidado y por eso volví a lubricar su ano mientras esperaba a que se relajase. Luisa, pegando un gemido, me informó que estaba dispuesta. Con cuidado de no romper el encanto, moví mis falanges alrededor de su cerrado ano, dilatándolo mientras que con la otra mano, la empezaba a masturbar. 
-¡No puede ser!- aulló al sentir sus dos entradas siendo objeto de mi caricias.
Dominada por una lujuria insana, la hermana de Manuel se llevó las manos a sus pechos y pellizcando sus pezones, buscó agrandar su excitación. Increíblemente no esperó a que terminara de meter los dos dedos y pegando un alarido, se corrió sonoramente mientras su cuerpo se estremecía sobre las sábanas. Sin dejarla recuperarse, embadurné mi pene con el lubricante y poniéndome detrás de ella, llevé mi glande ante su entrada: 
-¡Tienes un culo estupendo!- le solté mientras  jugueteaba con su esfínter. 
-Lo sé- respondió y sin esperar a terminar de hablar, llevó su cuerpo hacia atrás.
Lentamente fue empalándose con mi verga, permitiéndome sentir cómo las  rugosidades de su ano se abrían ante el avance de mi miembro. Sin gritar pero con unas lágrimas cayendo por sus mejillas, continuó metiéndoselo hasta que sintió mi cuerpo chocando con su culo y entonces y solo entonces, se permitió quejarse del sufrimiento que había experimentado.
-¡Lo tienes enorme!- exclamó mientras se dejaba caer sobre el colchón.
Aunque no os tengo que contar las ganas que tenía de empezar a disfrutar de semejante culo, esperé que fuera ella quien decidiera cuando comenzar. Mientras lo hacía, aceleré mis caricias sobre su clítoris, de manera que, en medio minuto, la muchacha no solo se había relajado sino que ya estaba claramente excitada. Entonces levantando su cara de la almohada, me ordenó que comenzara mi ataque. 
La expresión de deseo reflejada en su rostro, me  convenció de empezar  y dotando a mi cuerpo de un ritmo pausado, fui extrayendo mi sexo de su interior. Al sentir que casi había terminado de sacarlo, Luisa con un movimiento de sus caderas se lo volvió a introducir. Repitiendo la operación cada vez más rápido, el compás con el que la cabalgaba se fue acelerando, convirtiendo nuestro trote en galope, mientras ella no dejaba de gritar.
-¡No pares!- ordenó a voz en grito al sentir que disminuía el ritmo de mis acometidas.
-¡No lo haré!- contesté tomando aire.
Fue entonces cuando cogiendo su melena, le di un fuerte azote y usando su pelo como riendas, reinicié mi loco cabalgar.
-¡Me encantan tus azotes!- gritó al sentir mi mano y meneando su trasero, me pidió más.
 Convencido por su respuesta que le gustaba el sexo duro, alternando de un cachete a otro, marqué el ritmo de mis incursiones con sonoras cachetadas. Sus nalgas recibieron una caricia cada vez que sacaba mi pene de su interior,  de manera que su cuarto se llenó del sonido  de gemidos, azotes y suspiros mientras yo seguía machacando con gozo su trasero. Con el culo completamente rojo Luisa empezó a estremecerse al sentir los síntomas de un orgasmo brutal y no contenta con ello, me chilló que siguiera.
Si de por si era impresionante ver a esa cría, temblando de placer entre mis piernas, lo fue aún más cuando convertida en un torrente de deseo me gritó:
-¡Llevo años soñando con esto! ¡Maldito!- y mientras el placer desgarraba su interior, prosiguió diciendo. –Desde niña he estado colada por ti y ahora que te tengo, ¡No voy a dejarte escapar!. 
Su confesión fue el aguijón que necesitaba y reanudando mis maniobras, pellizqué sus pezones con dureza mientras usaba su culo para desahogarme.  Luisa al sentir la rudeza de mis dedos, perdió el control y agitando sus caderas,  se corrió. Olvidándome de ella, empecé a usar mi miembro como si de un cuchillo de se tratara y rebanando su cuerpo, seguí violando su esfínter mientras mi víctima no dejaba de aullar desesperada.
El cúmulo de sensaciones y sus gritos me llevaron al borde de la histeria y derramándome en su interior, llegué a un brutal orgasmo mientras disfrutaba de su entrega. Agotado y exhausto, me tumbé al lado de Luisa, la cual me recibió con las brazos abiertos.
-Siempre te he amado- dijo mientras me besaba.
Asustado por la fuerza de sus sentimientos, le recordé que era un hombre casado y que quería a mi esposa. Entonces la puñetera cría, me contestó con una sonrisa en sus labios:
-Carmen me pidió que te cuidara y pienso hacerlo. Voy a ser tu mujer durante este mes y luego ya decidiremos qué hacer cuando vuelva.
La tranquilidad con la que me habló, me dejó helado y temiendo que esa chavala fuera la causante de que mi matrimonio se rompiera, me levanté y terminándome de vestir, salí huyendo de su piso. No había entrado en mi casa cuando escuché el sonido del teléfono.
Al contestar, descubrí con horror que era ella.
-¿Qué quieres?- pregunté mosqueado.
La cría soltó una carcajada y me dijo:
-¡Mira el mail que te acabo de enviar! Cuando lo hayas visto, vuelve. ¡Te espero en la cama!
Sin saber a qué se refería abrí mi correo. Temblando como un niño pillado haciendo pellas, visualicé el video que me había mandado. Aterrorizado comprobé que me había grabado y que ante otros ojos, no cabría ninguna duda  que la había violado. Sabiéndome en sus manos, volví a su piso y llamando a su puerta, esperé oír las condiciones de su chantaje.
-Amor mío, ¡Se está enfriando la cena!- respondió totalmente desnuda y sin hacer mención a lo ocurrido, me llevó de vuelta a su cuarto.

 

Mientras la seguía, fui consciente de que tenía un mes para convencerla que me dejara en paz o de lo contrario me podía dar por jodido.


 

Relato erótico: Un desconocido sacó lo peor de mí 2 (POR CARLOS LÓPEZ)

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SOMETIENDO 5 

Hola, mi nombre es Victoria (como ya dije, es un nombre falso, ya que no puedo permitirme que nadie me identifique) y, después de lo que me pasó en las fallas de este año y que he narrado en mi relato anterior, mi vida ha tomado una nueva dimensión. Mejor dicho, mis vidas, porque ahora tengo dos vidas y no sé realmente cuál de ellas representa mejor a cómo yo soy en realidad. Ni yo misma me explico cómo me he podido ver atrapada en esto que voy a tratar de contar, más como terapia que como otra cosa. He entablado una relación perversa con un chico retorcido que sabe los que quiere, mientras que yo, insegura, me he visto arrastrada a renunciar a mi orgullo y dignidad, movida por una irrefrenable avidez de conocer los bajos fondos del mundo del sexo… la pareja perfecta.

Como podéis leer en el relato anterior, las pasadas fiestas de las fallas en Valencia celebrábamos la despedida de soltera de una de mis mejores amigas. En ese viaje, por circunstancias que no voy a repetir, me quedé sola en la ciudad buscando a mis amigas y, aún no sé porque, permití a unos chicos desconocidos que me usasen a su antojo. Me hicieron todas las fantasías y aberraciones sexuales y yo me presté a ello. Al principio quise resistirme, pero luego caí en su juego, me dejé llevar sin poder evitarlo, y me hicieron gozar del sexo como jamás pensé que haría en la vida. Joder, me trataron como una auténtica puta. Con lo lista que siempre me he creído, con mi brillante carrera de Derecho y mi puesto ejecutivo… no me imaginaga que esto podía ser así.
Lo más grave de todo es que durante estos meses no he podido dejar de pensar en ello. Y no con rechazo. Cada vez que lo recordaba o que oía la palabra Valencia, aunque sea en el telediario, sentía un pinchazo de placer en mi vientre. No lo puedo evitar. Por más rabia que me dé, aún me excito pensándolo. No sé en qué me he convertido. Yo, que siempre he sido una chica bien, responsable, fiel a mi pareja… habían abierto una faceta desconocida en mí y, pese a todo, durante estos meses tenía la firme convicción de olvidarla. Tenía la firme convicción de considerarla una locura que nunca repetiría, y mandarlo a rincón de las fantasías que no se realizan nunca. Tenía la firme convicción de volver a mi vida con mi pareja y mi trabajo, con mis rutinarias sesiones de sexo y mi existencia acomodada.
Pero claro, dicen que toda situación es susceptible de empeorar. En mi caso, hace unas semanas recibí un correo electrónico de mis “amiguitos” valencianos con un mensaje parecido al siguiente “Ola guapa, te echamos de menos. tu seguro que tb quieres verte de nuevo entre nosotros no? como en la foto. Vamos a ir a Madrid y ya t diremos dnde y cndo pero solo si kieres q no somos unos cerdos (kerras)”, acompañado de una foto en la que aparezco inclinada siendo penetrada desde detrás por el más alto y con el sexo del bajito dentro de mi boca. ¡Dios mío! Inmediatamente me he puesto a llorar. No sabía que me habían fotografiado con su móvil, además ¿cómo han localizado mi correo electrónico?… si sólo llevaba el carnet de identidad… ¡lo han leído! ¡lo han anotado! Joder, y la foto… aunque no se me ve completamente la cara, está claro que soy yo… así que me ha quedado un desasosiego tremendo, y sí, lo confieso, lo que es peor es que también siento una emoción en mi mente y un cosquilleo entre mis piernas… aunque mi mente quiera, no lo puedo evitar.
Dudé mucho sobre como contestar. Una vez más, mis dos personalidades luchaban entre sí. Por una parte, había conseguido ocultar lo que me pasó en Valencia, nadie lo sabía y mi vida transcurría igual en mi trabajo y con mi pareja. Me daba mucho miedo arriesgar mi modo de vida, cómodo y agradable. Me gustaba mi vida. Me gustaba mi chico aunque muchas noches de sexo acababan en nada. Y yo era (¡soy, joder!) una chica respetable. Pero por otra parte, en mil sueños mi cuerpo deseaba ser tratada como sólo esa noche en mi vida había sido. Me levantaba empapada. Deseaba experimentar de nuevo todas las sensaciones. Creo que una parte de mi mente también lo necesitaba.
Al final me bloqueé, me pudo mi miedo, y les contesté por email diciendo que no estaba preparada para esta situación. Que reconozco que lo pasé bien con ellos, pero que soy una mujer casada (mentira, porque en realidad mi chico y yo no estamos casados), y no podía permitirme entrar en su juego. Por favor, que no me hagan entrar en ello.
A los pocos días llegó su respuesta “No seas tonta, Victoria. Lo estás deseando y lo sabes. Tenemos que hablar, prefieres darme tu móvil o quieres que vayamos a verte cuando vayamos a Madrid”. Sin duda lo había escrito el chico alto, que pese a su imagen de macarra, se le notaba una cultura mayor que la de sus compañeros. Tenía algo que le hacía especial.
Ahora sí que me asusté terriblemente… y se lo di. Les di mi teléfono y empecé a dormir mal por la noche de lo angustiada y excitada que estaba. Odiaba el momento en que me tuviese que enfrentar a la situación. No quería verlos. Pese a ello cada vez que salía de casa miraba a un lado y a otro deseando ocultamente encontrarlos. Aunque me duela reconocerlo, desde ese día empecé a ir especialmente guapa. Engañándome a mí misma pretendía no ir sexy y no llevaba faldas o vestidos, pero algo me hacía ponerme mis vaqueros más bonitos o algún suéter entallado. Así iba vestida para ir al trabajo el día en que ocurrió y aparecieron sin llamar.
 
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Habían pasado unos días de su última comunicación y ya estaba relajándome, cuando al salir de casa para el trabajo un día de diario un coche paró a mi lado. Se abrió la ventanilla y me dijeron imperativamente “sube”… dudé 2 o 3 segundos, pero mi excitación y las fotos mías que tenían hablaron por mí y subí. Subí temblando. Sabía que eran ellos. El coche era mediano, parecía de esos preparados por los chicos jóvenes para lucirse, pero sin exagerar.

Me senté en el asiento del copiloto y cerré la puerta. Vi que iba él solo. Ni me miró. Tengo que reconocer que era guapísimo. Se había afeitado la barba aunque no iba completamente apurado. Llevaba unos vaqueros desgastados y una camiseta. Me preguntaba a qué demonios podía dedicarse profesionalmente un chico así. Tenía el pelo revuelto, sus ojos oscuros que nada más verlos me acordé del poder que tenían sobre mí. De hecho, nada más ponerse en marcha y, sin mediar un saludo o un beso, dijo “abre las piernas, Victoria” y os imagináis mi reacción: Sí, las abrí inmediatamente. Dios mío, si sólo con esas palabras ya sentía que se me empezaba a humedecer. Por no hablar de que en cada semáforo y continuamente ponía su mano inocentemente entre mis piernas, sobre mi pantalón vaquero y mi cuerpo reaccionaba pese al rechazo de mi mente y mi nerviosismo. Incluso experimentaba un escalofrío cuando rozaba mi pecho con su antebrazo. Estaba acojonada pero excitadísima.
No sabía adonde nos dirigíamos y, aunque lo pregunté, ni me contestó. Temblando saqué fuerzas de flaqueza para intentar evitar lo inevitable y empecé a contarle que no estaba preparada para esto, que era una chica buena y que estaba casada, que lo pasé muy bien con ellos pero que no quería hacerlo más veces. Que por favor no me hicieran nada y que me dejase tranquila. Casi lloraba cuando se lo decía. Él parecía no hacerme ni caso mientras conducía. Eso sí, con una mano en el volante y la otra ocasionalmente apoyada sobre mi entrepierna sobre el pantalón, que temía que estaba empezando a mojarse y él lo notaba. No nos alejamos demasiado. Aparcó en el parking subterráneo de un centro comercial al que yo iba a veces, en una esquina apartada.

Cuando me temía lo peor, dijo “Victoria, dame un beso y luego, si quieres, sal del coche, no te voy a hacer nada”… “paso de estar con nadie que no quiera estar conmigo”… “no me hace falta”… yo no reaccionaba, no me lo esperaba, pero él seguía “anda, dame un beso y vete, que esto no es para ti”. Y yo me relajé, en ese momento me sentía agradecida porque llevaba semanas temiendo que me chantajearían o que me usarían. Ahora me daba cuenta de que yo le daba exactamente igual, que sólo me quería si era capaz de proporcionarle distracción y me tranquilicé. Con todo, no podía evitar estar un poco contrariada. Rechazada como mujer. Joder, qué complejas somos.

En ese momento, no sé por que pero confiaba en él. Acerqué mis labios a los suyos darle un último beso y él abrió su boca comenzando lo que yo pensaba que era un beso tierno de despedida… ¡qué equivocada estaba! Me besaba de tal manera que no podía despegarme de él, suave y tiernamente… no lo sé explicar, pero poco a poco incrementaba la pasión del momento. Con sus manos agarró mi cara, acariciándome, descubriendo con sus fríos dedos la piel bajo el cuello del suéter cisne que llevaba. Me empezaba a estremecer, me había colocado enfrentada a él y sus antebrazos rozaban mi pecho produciéndome escalofríos. Agarró mi pelo recogido desde detrás y manejaba mi cabeza a su antojo. Su lengua era como una serpiente que me tenía hechizada. Dentro de mi boca o sobre mi cuello… combinándose con sus labios, cerca de mi oído. Uffffff ya estaba enfrentada a él y jadeaba como una auténtica zorra. No quería irme. Puso su mano sobre el botón de mis vaqueros y hasta yo metí tripa deseando que los desabrochase y no me echase del coche… estaba dominada por la misma sensación que tuve en Valencia en las fallas, pero esta vez no podía poner la excusa de que había alcohol de por medio… no había nada. Sólo deseo.
Obedecía sus órdenes como una autómata. Me hizo desnudarme de cintura para abajo. Mis braguitas estaban empapadas. Se las quedó. Combinaba frases tiernas con otras del tipo “¿has echado de menos a mi polla?, a la que yo respondía disciplinadamente con lo que él quería oír “sí, todos los días”, y él continuaba con “seguro que llevas días preparándote, depilando tu coño y matándote a pajas pensando en el momento justo en que te la meta”. Creo que a ésa no contesté, pero recuerdo que pensé con cierto remordimiento que era la pura verdad.
Notaba cómo tenía un dominio absoluto de mí y de la situación, y eso me ponía mucho. Siempre me han gustado los chicos que aparentan control. Pese a todo, jugaba conmigo, cariñoso y cruel mientras me acariciaba “que piernas más suaves tienes puta” “porque eres una puta, ¿lo sabes?” o “rózame con las tetas, que sé que te mueres por hacerlo” o directamente “ven aquí” creo que es su autoridad lo que me vuelve loca. Su autoridad. Su habilidad. Su control. Su olor. Su cuerpo. Su piel. Me comportaba como una adolescente cachonda y desatada. Estuvo un rato besándome la boca, sujetando mi pelo con una mano mientras sólo rozando exteriormente mi sexo con la otra me tenía al borde del éxtasis. Cuando introdujo dos dedos en mi cuerpo me moría de ganas, y comencé a mover yo sola mis caderas clavándome sobre su mano. Buscando que llegase a todos mis rincones. Él decía susurrando “tranquila Victoria” o “tranquila putita”. Mi nombre en sus labios me ponía aún más. En cuanto introdujo el tercer dedo, esta vez en mi ano, me vino a la mente el episodio de Valencia empalada por los dos amigos y tuve mi primer orgasmo a gritos entre espasmos.
 
 
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Él sabía manejarme perfectamente, sabía lo que hacía. Yo, que no recuerdo haber gritado en un orgasmo con mi pareja, ahora lo hacía con un desconocido sólo acariciándome. Estaba en sus manos y no me importaba en absoluto lo que me hiciese, lo que me degradase, ni estar faltando a mi trabajo, ni estar siendo infiel a mi pareja… nada. Hasta deseaba que continuase con su lenguaje sucio conmigo.

Quería mucho más de él. Subirme encima, que me follase como quisiera, por donde quisiera. Quería corresponderle. Estaba loca por acceder a su paquete, pasaba su mano por encima y lo notaba durísimo. Estaba desatada, ansiosa, jadeando, pero él, sólo con decirme “quédate ahí quieta”, me situó en mi asiento. A pesar de que no pasaba demasiado de los 20 años, me manejaba como a un muñeco. Después, pensándolo, creo que él buscó a propósito ese momento en el que no había sido capaz de proporcionarle placer a él. Algo así como para jugar con mis sensaciones y mis sentimientos. Como podéis imaginar, obedecí y me senté clavadita en mi butaca. Permanecía mirándole con una especie de admiración, como una niña pequeña. Juntando mis piernas entre sí y con mis manos unidas entre ellas, intentando apurar las últimas sensaciones de mi orgasmo anterior. Ahora no tenía ninguna duda, me sentía suya, no me acordaba de mi trabajo ni de mi pareja ni de mi vida, me sentía sólo suya, y estaba dispuesta a hacer lo que él me pidiese. Y él iba a hablar.
Me dijo “Victoria, eres una chica preciosa y está claro que quien sea tu marido no te sabe tratar. Te voy a proponer una cosa, si quieres aceptas y si no te vas”. Yo estaba nerviosísima, completamente excitada y ávida de conocer su proposición. Pero él hablaba pausadamente: “Mira, de vez en cuando vengo a Madrid. Cada dos o 3 meses. Y cuando vengo a veces me apetece tener a una chica para mis juegos. Que te quede claro que sólo te quiero para follarte, para usarte o para llevarte a alguna fiesta. A veces vengo sólo y a veces no. Quiero una puta, y tú eres una puta, bajo un barniz de chica encantadora, pero una puta. No quiero rollos ni cosas románticas. Me tienes loco con tu cuerpo, con tu clase, con esa inexperiencia que no aparentas… me gusta que seas una chica bien. Por eso me apetecía volver a verte, pero que te quede clara una cosa, que quiero una puta”.
Me dejó un poco descolocada. No sé describir lo que pasaba por mi mente en ese momento. Evidentemente tenía razón “soy una puta bajo una imagen de chica encantadora”… yo misma sabía que estaba dispuesta a hacer todo lo que él me dijese. Pero que lo plantease así, tan directa y abiertamente, que me dijese con todo el descaro que me quería sólo como “su puta” hería profundamente mi dignidad. Otra vez mi mente se debatía entre la abogada triunfadora y esposa respetable, y la mujer llena de fuego que necesitaba la manera de calmarlo. La primera estaba a punto de escapar del coche indignada y abofeteando al individuo por su impertinencia, mientras que la segunda… la segunda estaba loca por que el mismo individuo infame dispusiese de mi cuerpo a su antojo, me usase, me follase o me humillase.
El resultado fue que no era capaz de articular palabra, debatiéndome entre ambas ideas. Sé que mi orgullo pugnaba por encontrar una fórmula en la que fuese yo quien pusiese algunas condiciones, pero no me atrevía a prever las consecuencias. Él me miraba fijamente, y yo me ponía más nerviosa, más excitada, y más ansiosa. Temblaba.
Después de dejar transcurrir así aproximadamente un minuto que se me hizo eterno sin atreverme a contestar, él dijo “anda, vete, no me vales…” y en ese momento me puse a llorar. A intentar abrazarme a él. “quita, Victoria, no me vales, vístete y vuelve a tu vida”. Joder, no sé por que pero el mundo se me había caído encima en ese momento.
 

La realidad es que estaba llorando desesperada, medio desnuda, intentando abrazarme a un chico más de 10 años menor que yo. No sabía su nombre, ni a qué se dedicaba… me moría por saberlo, por que me hiciese caso. Estaba abrazada a él, rozándole torpe e impúdicamente con mi cuerpo y diciendo cosas inconexas acerca de lo “puta” que era para él. Era la culminación a unos días de emociones diversas, y sentimientos encontrados. Pero ya lo tenía claro. Quería ser su puta, me moría por serlo. Luego, pensándolo con más calma, reconozco que lo que me ha ofrecido es lo mejor que podía pasarme, algunas sesiones de puro sexo al cabo del año, sin interferir en modo alguno con mi vida. Mi vida que tanto me gustaba y no quería cambiar, pese a que le faltaba esa emoción y ese sexo al que ahora se me hacía durísimo renunciar.

Lo que empezó a partir de entonces es demencial. Algo que no sé si alguna vez seré capaz de contar siquiera a mi mejor amiga. De película porno dura. Él dijo “¿entonces quieres ser una puta? Bueno, pues vamos a probarte”, y sacó su teléfono e hizo una llamada… dijo básicamente “Tío, estoy en el parking… en la planta -2, zona D, plaza 184. Anda baja, que tengo una sorpresa para ti”… “Síii, de las que a ti te gustan, jajajajaja”. Yo estaba alucinada, había llamado a alguien para que bajase al parking diciéndole que tenía una “sorpresa”… ¡y la sorpresa era yo! No me lo podía creer, pero estaba dispuesta a demostrarle que podía usarme para lo que quisiera. Él sacó un pañuelo negro de la guantera y se me puso a vendarme los ojos… suavemente, como preparándome para algo. Dio dos vueltas vendando mis ojos y, después de unos segundos creo que observando su obra, dijo “perfecta”.
No pasó más de un minuto cuando se abrió la puerta del coche y entró al asiento de atrás una persona saludando a mi… a mí chico… joder, no sé ni como llamarle. En ese momento podría decir que a mi “dueño”. Después de unos saludos cordiales entre ellos, como si yo no existiese, el extraño dijo “a ver qué has traído de Valencia”… y él, sin aclararle que soy de Madrid dijo “lo que a ti te gusta, jajajaja una chica bien que se aburre con su marido”… “anda, pruébala, que la estoy enseñando”. Pero la persona que entró quería verme y tocarme. Me movieron al asiento trasero con el desconocido. Tenía un olor peculiar, no era del todo a sudor, pero sí era una mezcla entre eso y algún desodorante barato. Él me abrió las piernas porque “quería ver el coñito de esta putita”… se reía porque no estaba completamente depilada. Me tocaba, me metía sus dedos en mi sexo, y se reía más “está completamente encharcada la muy puta”.
Joder, qué extraño mecanismo es la mente humana. Nunca en mi vida habría pensado que admitiría una situación así. Si me lo describen de alguien jamás lo hubiera creído, y de mí mucho menos. Pero lo cierto es que estaba completamente excitada. Dos desconocidos hablando de mí y tratándome de puta para arriba como si yo no estuviese presente. Me había dejado tapar los ojos, estaba desnuda de cintura para abajo, en el asiento de atrás de un coche en un parking me estaba dejando tocar con brusquedad por alguien que ni siquiera sabía quién era, y con todo ello, cada vez que usaban palabras más sucias acerca de mí, más cachonda me ponía. Había perdido completamente los papeles, la identidad…
Me cogió del pelo y me dirigió la cabeza hasta que su miembro tocó mi cara. A pesar de que tenía un olor fuerte y no muy agradable, no tuvo que decirme nada y yo sólita abrí la boca para metérmela dentro y esmerarme para hacerle la mejor mamada de la que era capaz. Mientras ellos seguían con sus comentarios humillantes “aún tiene que aprender esta zorrita, pero no lo hace mal del todo”, decía el extraño mientras me introducía su polla hasta la garganta provocándome arcadas. “No te quejes… que te lo tienes que tragar todo”. Estaba arrodillada en el asiento, con la cabeza metida en su regazo y había puesto mi mano en la base de su polla, lo que pareció gustarle y así me evitaba que la metiese tan profunda en mi boca. Mi “chico” se entretenía poniendo canciones en el aparato de música, y el extraño comenzaba a jadear como un jabalí. Joder, si hasta me sentía orgullosa de tenerle así. Me dijo “tócate putita, que yo te vea” y me faltó tiempo para llevar una de mis manos a mi perlita y acariciarme en su presencia. Él seguía con sus comentarios, pero el tono de su voz le delataba, estaba a punto de terminar y noté como sujetaba mi cabeza para que no pudiese apartarme y empezó a descargar su semen espasmo tras espasmo. Yo lo tragaba como podía, porque era mucha cantidad, pero no quería decepcionar a ninguno de los dos. Creo que no lo hice.
Había quedado en posición fetal sobre el asiento. Me sentía sucia y usada, pero contenta por haber complacido al amigo de mi dueño. Había hecho de mí lo que había querido y, mientras se abrochaba, decía “quiero follarme a esta zorrita, ¿cuándo la traes?”. Mi “chico” respondió “Ahora no, que me tengo que ir a Valencia. Cuando vuelva por aquí”. Yo sabía que era mentira, pero no abría la boca.
Cuando el desconocido se fue, me indicó que me vistiese y que me llevaría al trabajo. Me sentí decepcionada porque quería con todas mis fuerzas sentirle dentro de mí. Estaba ardiendo por todo lo que había pasado, pero él me dijo riendo “jajaja, por el momento prefiero que sigas deseando mi polla, pero para mañana tengo una sorpresa para ti”. Y continuó, esta vez con tono firme “vamos, vístete que tengo prisa”. Por supuesto obedecí al instante y, después de secarme como pude con una toallita de mi bolso, me puse los vaqueros directamente sobre mi piel. Como la otra vez, él se había quedado con mis braguitas. No sé porque pero me atreví a pedírselas, y él me contestó “acostúmbrate a venir con ellas e irte sin ellas”.
Por el camino me acariciaba ocasionalmente la mejilla, diciéndome cosas cariñosas que me hacían sentir bien. Decía que era guapísima, que le encantaba tenerme con él, y yo sonreía al oírlas. Me comportaba con él como una niña pequeña. Joder. De alguna forma me engañaba pensando que en el fondo era un buen chico. Mi chico para esta faceta de mi vida y, aunque no lo creáis, incluso después del episodio de su amigo, me sentía contenta. Me dio algunas instrucciones para el día siguiente. Dijo que me buscaría por la noche para ir a un club de swinggers, de intercambio de parejas. Ufffff otra vez mezcla de sensaciones… vergüenza, curiosidad, deseo, excitación, miedo a encontrar a alguien conocido… más aún cuando me fue describiendo la ropa que debía llevar.
Mientras, yo pensaba en cómo había llegado hasta allí… lo inverosímil que me parecía. Una parte de mí pensaba que debía escapar, pero mi otra parte ya estaba pensando la excusa que iba a tener que dar en casa a mi novio para poder faltar toda una noche. Uffff toda una noche.
Muchas gracias por las sugerencias, comentarios y correos (que me hacen ilusión), y por leer hasta aquí.
Carlos López.  diablocasional@hotmail.com
 
 
 

Relato erótico: “Historias de Maureen: El Ex” (PUBLICADO POR PRISMA ESCRITOR)

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-En serio te llega al pincho, ¿no?

 

-Pta, sí…

 

-No has cambiado nada, conchatumare.

 

Javier terminó de armar el pucho y se lo pasó a Maureen, que lo encendió con presteza. Pronto, el cuarto se copó con el tufo penetrante de la marihuana. No había ventilador allí, así que Maureen se levantó a abrir la ventana para poder botar un poco del humo y el olor. Javier la observó mientras que ella fumaba: al igual que él, estaba desnuda, pero su larguísimo cabello azabache ocultaba sus nalgas prietas dándole un aire elegante. La conocía bien, por eso no se preocupó por decirle nada aunque sabía que la ventana daba a la calle. Vio la hora: apenas las 8, tenían mucho tiempo por delante.

 

Mientras que aspiraba su pucho de marihuana, Javier alcanzó su celular para revisar sus mensajes. Como esperaba, tenía ya varios mensajes de su enamorada, que le mostraba que seguía enfrascada en los estudios de sus parciales. Él, por su parte, estaba oficialmente haciendo lo mismo. 

 

-¿Es ella?

 

Maureen había dejado de fumar hacia la calle y regresaba a la cama con Javier. Él admiró brevemente los piercings que se había hecho su ex-pareja en su plano ombligo y los pequeños pezones antes de responder que sí. Maureen se echó a su lado en la posición de la Maja Desnuda de Goya y se puso a observar lo que Javier le escribía a su enamorada actual.

 

-¡Jaja! ¡qué cojuda esa pendeja!

 

Maureen conocía a la novia de Javier. Habían juergueado juntas en varias ocasiones y se podían llamar compañeras de fiesta en toda la regla. Aunque habían salido a la playa juntas y hasta fotos en redes sociales tenían, todo esto le importaba poco a Maureen, que tenía tanta paciencia como cola un Boston Terrier. Le había agarrado enojo por un episodio que no venía al caso y ya no le hablaba desde hace un buen tiempo y por eso ahora estaba allí, desnuda junto a su novio en un cuarto de hotel. 

 

-¿Qué te dice la huevona esa?

 

-Que está estudiando… esa nota pues.

 

Maureen había dejado su pucho a un lado para tomar el pene de Javier en la mano. Este, por supuesto, se puso duro rápidamente.

 

-Puta madre no hagas eso que no me concentro…

 

-A mí qué chucha.

 

Javier conocía a la chica y pensaba que igual hubieran acabado en esa situación pelea o no, aunque ella ciertamente hacía que Maureen se esforzara más. En el tiempo que habían estado juntos como pareja el sexo siempre había sido bueno, pero desde que volvieron a hacerlo tras su ruptura era aun mejor. Ni siquiera la había buscado esa vez que la encontró de vuelta yendo de compras, cuando volvieron a hablar como viejos amigos solamente mientras que ella iba a buscar pan. Esa tarde llevaba un short muy apretado y pequeño y un polo corto que exhibía su nuevo piercing, que lo sorprendió. Habían salido del supermercado a caminar un rato sin plan alguno, él le había contado de su nueva enamorada y los casi 6 meses de relación que llevaba con ella, y Maureen pareció genuinamente feliz por él en aquella ocasión. 

 

-Oye, vamos a un telo.

 

-¿Ah?

 

-Ya me oíste, vamos a un telo.

 

-¿Para qué?

 

-No te hagas el cojudo, ¿quieres?

 

-Te acabo de contar de mi novia, Mau.

 

-A mí qué chucha. Hace tiempo que no me meten pinga como debe ser y tengo ganas. Además los exes siempre tienen remembers, no me jodas.

 

-Mau no la hago, además no traigo condones. 

 

-Métemela así nomás, mejor. No me digas que no quieres.

 

-Mau no es acerca de eso…lo sabes.

 

-Ya te dije que a mí qué chucha.

Total, que en resumidas cuentas Javier acabó aceptando la proposición de su ex. Muy aparte de que Maureen tuviera una personalidad avasalladora como la de un tirano fascista del siglo pasado, como todos saben la carne es débil y Javier acabó accediendo cuando su ex pareja le ofreció el permiso de, cito, “reventarle el culo a pingazos”. Ella siempre había tenido un buen culo gracias al ejercicio, pero como Javier pudo comprobar, desde su ruptura lo había tonificado de una gran manera. Él, por supuesto, hizo buen uso del ofrecimiento y reventó el ano de Maureen en la habitación del hotel más cercano hasta quedar peor que un maratonista olímpico. En casi 4 horas apenas tocó su vagina, en cambio sodomizándola sin piedad y viniéndose sin tapujos en el ajustado culo de su ex novia, que bufó como una cerda. Ambos se quedaron dormidos del cansancio hasta el día siguiente, cuando Javier descubrió decenas de mensajes angustiados de su actual novia preguntando por él. A su lado, su pareja pasada seguía dormida de costado, exhibiendo un raudal de semen seco que salía de su ano.

Pero regresando al presente, Javier luchaba por mantener la concentración en el chat con su enamorada.

-Puta madre…

Maureen ya no solamente lo masturbaba, sino que le lamía los testículos y escupía su pene para succionarlo.

 

 

-Concha de su madre, Maureen…

-No jodas, bien que te gusta que te chupe la pinga…

-Sí pero ahora no pues pendeja…

-Calla mierda, disfruta nomás.

Maureen, fiel a su costumbre, al final siempre hacía lo que le daba la gana. Sin importarle las dificultades de Javier por concentrarse en textear, empezó a chuparle el pene con ahínco, sin escatimar saliva y bulla de su garganta. Las manos de Javier no paraban de temblar ante la monumental mamada que su ex le estaba regalando, y pronto sus respuestas se volvieron una misión imposible.

-Ven…

Totalmente sometido a la voluntad de Maureen, Javier obedeció y se paró delante del monumental espejo de la pared. Volteó la mirada hacia la larga superficie pulida y se vio a sí mismo aún sujetando torpemente su celular mientras que su ex novia estaba de rodillas ante él succionando su pene como si quisiera derretirlo con el calor de su boca. En todo el tiempo que estuvieron juntos nunca ella le había hecho una mamada tan salvaje como la de ese momento, tan ardiente húmeda e impetuosa que sentía que se le iba el cerebro en cada embate.

-Oye, si tú no sigues yo tampoco.

-¿Qué?

-Respóndele a tu flaca o no sigo.

-No jodas… no recuerdo ni mi nombre ahora…

-Respóndele o no sigo.

Muy a su pesar, el sometido ex novio tuvo que aunar lo poco (poquísimo) de razón que le quedaba y responderle a su novia actual sin que, de paso, sospechara nada. Por supuesto, la mamada salvaje de Maureen y la imagen reflejada de ella arrodillada ante él succionando su pene como si no hubiera mañana no ayudaba en nada, y muchas veces tuvo que parar para que su subconsciente no lo traicionara.

-Mau… por favor… ya no aguanto…

-Ok, si quieres cáchame la boca.

Javier no necesitó oírla dos veces. Aventó su celular a la cama y tomó a Maureen de la cabeza. Con rabia y una calentura que ya dolía, empezó a penetrarle furiosamente la boca. Ella, increíblemente, aguantó las embestidas del grueso pene de Javier, que estaba hinchado de sangre y parecía a punto de explotar. El celular seguía vibrando, notificando nuevos mensajes mientras que Javier solo podía pensar en la boca de su ex y el placer que le estaba dando.

-Mierda…

El pobre pene necesitó apenas un par de sacudidas para empezar a soltar su caudal blanco y viscoso, que fue directamente disparado hacia su cara y sus pequeñas tetas perforadas.

-Concha tu mare… ¡avisa al menos!

Maureen se dirigió al baño a limpiarse mientras que Javier, ya desahogado y con algo más de cerebro, volvió a tomar su celular y vio los mensajes de su novia que le decía que lo quería, que se cuidara e iba a continuar estudiando. Se sintió como una cucaracha al leer esas líneas.

-¿Quién se murió?

-Nadie Mau… es solo que en serio me siento como una mierda, no deberíamos seguir haciendo esto.

-¿Te vas a ir tan temprano y sin otro round al menos? tu pinga aún tiene para dar.

-No está bien esto, Mau…

-Lo que no está bien es que me estés cachando el culo todo el tiempo y dejes mi concha sin tocar.

Maureen había tomado de nuevo el pene semi flácido de Javier y lo masajeaba con habilidad, devolviéndolo poco a poco a la vida.

-Que no, Mau.

-Tú no te vayas sin cacharme la concha.

La boca y las caricias de su ex novia hicieron maravillas, y pronto el pene de Javier estuvo listo para la acción de nuevo. El remordimiento se iba.

-Ven, vamos.

Maureen se echó sobre el colchón separando las piernas como las aguas del mar rojo. Su raja, pelada y apetitosa, lo tentaba. Se había concentrado tanto en metérsela por el culo que, en efecto, había sido tremendamente negligente con su concha. Los recuerdos de caches pasados le vinieron a la cabeza (la de abajo) y le pedían una sola cosa: revivirlos.

-Ya… pero esta es la última vez.

-Entonces hazla valer.

Otra vez Javier había perdido su capacidad de razonar. Ganado por el deseo, se puso encima de su ex y apuntó su glande a la húmeda entrada. No le daba la cabeza para otra cosa así que empujó hacia dentro de una sola vez. No le sorprendió notar que Maureen estaba mojada como un piso recién trapeado.

Empezó una penetración salvaje alimentada únicamente por sus ridículos niveles de adrenalina. Su pene ansioso se deslizaba una y otra vez en el interior de Maureen, que gemía a todo pulmón.

-¡Ay qué rico! ¡métemela! ¡no pares, mierda!

Los gemidos y las exigencias de su ex pareja se alternaban con el sonido que provocaban sus cuerpos chocando y el chapoteo proveniente de la empapada vagina de Maureen, que parecía agradecer cada embate de Javier. El espejo, confidente fiel y silencioso, observaba callado la imagen del hombre de espaldas que, como un poseso, no paraba sus penetraciones furiosas. Las piernas de ella, largas y blancas, se asían a la espalda sudorosa de él para que no la soltara. Se ponía más y más rojo a medida que se prolongaba la penetración, el hombre sudaba como un caño abierto.

Javier sentía que no iba a durar mucho más en esa condición. Su físico y su cuerpo a punto de explotar de nuevo no paraban de enviar alarmas, pero Maureen lo abrazaba con sus piernas y no lo dejaba ir.

-Me voy a venir…

-Vente dentro. Tomaré pastilla, no pares.

-Ya…

Un hombre arrecho está en condiciones de prometer el mundo y la luna. Javier cogió las piernas de Maureen y las colocó sobre sus hombros. Con lo último de su fuerza física, volvió a acelerar mientras que ella bufaba. Unos minutos después, su pene se infló por última vez y escupió lo último de semen que le quedaba dentro de la vagina de su ex. A medida que jadeaba recuperando sus fuerzas, regresaba también la culpa. “Soy una cucaracha” pensaba él mientra sentía la vagina de Maureen palpitar en su aún erecto pene. Lo sacó un minuto después y su ex se paró sin decir nada para ir al baño. Él, por su parte, se tiró en la cama aplastado por el remordimiento mientras oía la ducha encenderse. Maureen salió poco después con la toalla puesta y empezó a vestirse. 

-¿A dónde vas? 

-Tengo una reu luego.

-¿Y me vas a dejar así?

-Pta eres libre de irte a donde quieras ah, ya no eres mi flaco, aparte. 

Era cierto. Todo esa situación era, como ella misma había dicho, una mera cuestión de diversión. Le entraron ganas de llorar. Maureen no lo notó: después de cambiarse, lanzó una despedida escueta y salió de la habitación. Javier se quedó en la cama desparramado con su culpa y su pene cansado, mientras que su celular seguía vibrando de notificaciones. 

PD: Este es mi primer relato, espero les agrade y no sean tan crueles con él. Críticas constructivas son bienvenidas y por si les interesa tendré más material. ¡Gracias por leer!

 

  • : Un chico con novia que, aunque lo intenta, no puede negarse a su dominante ex. Esto, por supuesto traerá consecuencias graves para él.
 

Relato erótico: “La infiel Diana y sus cornudos (Adrián) parte 5” (PUBLICADO POR BOSTMUTRU)

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Adrián: Yo conocía a Diana cuando tenía 20 años desde que la vi me deslumbro su belleza angelical esa mirada llena sin-titulode pureza su bonitos ojos, sus tiernos labios su cabello lo llevaba lacio con un mechón hacia el lado izquierdo y una coleta eso me cautivo también he de decir que vi ese cuerpo de infarto sus bien torneadas piernas ese trasero redondo de buen tamaño parado que hace voltear miradas y sus buen par de senos grandecitos bien parados que daban a su figura esa silueta perfecta. Yo un tipo normal ni flaco ni gordo provengo de una buena familia pudiente mi padre tiene su propia empresa. Nos conocimos en la universidad por amigos en común ya que estudiamos diferentes carreras, me impresiono por lo inteligente que es paso la universidad becada, a medida que pasaba el tiempo nos fuimos acercando más entre salida y salida, las cosas se fueron dando entre nosotros hasta que nos hicimos novios, la relación se hizo seria y cada uno conoció a sus suegros y familias, en el sexo nos iba bien lo normal aunque con ese trasero deseaba que fuera mío pero nunca lo logre siempre sacaba pretexto de que por ahí no que le iba a doler y sexo oral ni se diga decía que era cochino pero aun así disfrutábamos y nos dábamos nuestras escapadas para tener intimidad.
Para mí todo iba muy normal aun que si notaba que era algo coqueta pero no pasaba de ahí creí que era normal por su forma de ser cariñosa bueno eso creía hasta que un día me di cuenta de que la cosa no era como creía. El día en cuestión fue su cumpleaños número 21 se hizo una reunión con un gran grupo de amigos en su casa temprano en la noche, ella usaba un vestido blanco enterizo manga corta con botones al frente que le llegaba hasta la mitad del muslo dejando ver sus torneadas piernas le quedaba entallado realzando esa espectacular figura, de ahí salimos todos a bailar a una discoteca popular en la ciudad todo de maravilla licor baile, en la mesa de al lado se hicieron unos tipos eran 3 bastante atractivos altos parecían modelos de portada revistas venían con dos mujeres muy bellas dos de los tipos en cuestión quedaban mirando hacia la mesa en la que estábamos notaba que miraban a mi novia le sonreían y ella se daba cuenta y de vez en cuando les regalaba una sonrisita, ella me decía que iba al baño que queda al lado de unas escaleras que suben a un segundo piso de la discoteca donde era más íntimo, más oscuro para las parejas y desde arriba se tiene una vista de la pista, 5 minutos desde que se fue mi novia veo a uno de los tipos ir hacia el baño en esas alcanzo a ver que mi novia salía el tipo la detiene y le dice algo hablaron como por 2 minutos el tipo le da un beso en la mejilla y entra al baño mientras mi novia vuelve a la mesa, cuando llega le pregunte que si conocía al tipo del baño me dice que no, que solo la quería felicitar por el cumpleaños que se dio cuenta por la algarabía que teníamos en la mesa, yo decidí no darle importancia al asunto y continuar con la fiesta, el tiempo trascurrió hasta altas horas de la madrugada los tipos seguían mirando a mi novia y ella regalándole sonrisas, ya más bebidos más ebrios mi novia dice que quiere ir al baño yo le dije que también fuimos ya algo mareados la vi entrar al de mujeres y yo entre al de hombres salí y la espere pasaron como 5 minutos y no salía pensé que ya estaría en la mesa me asome desde lejos y no la vi mire la mesa de al lado y los dos tipos no estaban, me empecé a preocupar vi que una mujer iba a entrar al baño le pregunte que si había una mujer con las características de mi novia ahí adentro se asomó y me dijo que no.
Preocupado salí del baño y vi las escaleras decidí subir estaba muy oscuro solo había unas pequeñas lámparas en las mesas en el sitio logre ver solo 3 parejas muy cariñosas dándose placer al fondo logre distinguir dos hombres y una mujer logre ver que la mujer llevaba un vestido blanco estaba abierto con un buen par de tetas grandes fuera del sostén estaba arrodillada chupándoles el pene a ambos hombres me acerque en medio de la oscuridad y me coloque detrás de una columna que había cerca ahí pude ver mejor era mi novia con su vestido abierto ese delicioso par de tetas al aire disfrutando chupándole las vergas como de 19 cms a un par de desconocidos, mi novia se veía hermosa chupándoles ese par de pollas ellos gemían de placer y mi novia saboreaba a gusto pajeaba a uno mientras chupaba la otra y así iba intercambiando mamada les levantaba las pollas y le chupaba los huevos así estuvieron como 5 minutos hasta que ambos cogieron sus pollas y empezaron a pajearse rápido frente de la carita de mi novia y le empezaron a decir…. abre la boca puta aquí te va tu regalo de cumpleaños…. la ración de leche que tanto quería dijo mi novia. Abrió su boquita y le empezaron a caer los lechazos de ambas vergas en toda la cara dentro de su boca le dejaron la cara perdida de semen parte de él le cayó en esas ricas y jugosas tetas quedo toda untada, lo que le cayó en la boca se lo trago a gusto.
Mi novia les dio las gracias por la lechita y los tipos solo se reían y le decían que de nada que era muy puta que estaba muy rica le dieron su teléfono para ver si se veían después, yo no hice nada la imagen era tan impresionante no podía creer lo que veía mi dulce e inocente novia me había engañado se veía muy bella con esa expresión de puta llena de lujuria comiendo pollas a pesar del engaño no hice nada para detenerlo me sentí celoso traicionado pero con una sensación nueva me sentía excitado y humillado eso hacía que mi excitación estuviera al máximo tenía una erección que no podía controlar, mi novia mientras tanto recogía el semen se su cara y se lo tragaba se chupaba los dedos saboreando la lechita yo salí rápido de ahí y volví a la mesa pasado un rato llego mi novia contenta, los dos hombres también se sentaron en su mesa riéndose, mi novia se puso cariñosa conmigo me daba besitos en la mejilla en los labios podía sentir un sabor extraño del semen que se había comido mientras tenía una erección que sentía que iba a romper el pantalón, en la otra mesa los tipos nos miraban y reían obviamente de mí.
Yo quería ir a tener relaciones con mi novia pero ella me dijo que no que estaba cansada ese día la lleve a casa y tuve que irme a la mía a quitarme la calentura recordando lo que vi.
Pasaron los días en una ocasión Diana vino a mi casa yo vivo en una unidad uno de los vecinos es un señor de unos 65 años de nombre Javier él es blanco, cabello canoso a pesar de su edad se ve bien conservado de joven se notaba que era una persona bien parecida de contextura delgada 1.80mts siempre anda bien vestido muy educado él es viudo y vive solo sus hijos viven en otra ciudad creo que fue profesor universitario, Diana y yo íbamos a salir a dar una vuelta saliendo de la unidad nos encontramos al vecino que muy educadamente nos saludó pasamos junto a él y seguimos me dio por mirar hacia atrás y pude ver como el viejo vecino le miraba ese culo grande redondo bien parado a mi novia como le quedaba ese jean que usaba apretado se le alcanzaba a meter entre las nalgas se le marcaba bien, el viejo solo miraba sin descaro con mucho morbo en esas me mira pudo ver que me daba cuenta de que miraba a mi novia el simplemente me vio y se sobo un bulto enorme que tenía entre el pantalón y me sonrió, yo no supe cómo actuar quede desconcertado, algo nervioso pero me empecé a excitar del saber cómo mi novia iba parando vergas por ahí sin darse cuenta, me di cuenta mientras paseábamos por algún centro comercial o algún sitio que mi novia no pasaba desapercibida su belleza y su cuerpo la hacían muy atractiva yo me sentía orgulloso por poder estar con una mujer así pero también sentía morbo y excitación al saber que iba despertando deseos.
En otra ocasión salimos a celebrar el grado de una amiga nuestra Diana iba hermosa como siempre su cabello castaño liso un poco más abajo de los hombros con un mechón al lado izquierdo de su angelical rostro y los labios pintados de color rojo, una blusa negra manga larga ceñida a su cuerpo con un muy buen escote recto que llega casi hasta la mitad de sus enormes pechos que llamaban la atención y podía verse un hermoso canalillo, tenía puesta una minifalda a cuadros muy pequeños blanco con negro que le llegaba a medio muslo dejando ver esas piernas gruesas bien torneadas y que hacia resaltar ese culo grande carnoso y redondo por ultimo unos tacones altos negros que estilizaban esa deliciosa figura y hacia destacar ese hermoso trasero, salimos de mi casa mi vecino estaba atento nos saludó se quedó mirando a mi novia con cara de pervertido no disimulo mientras lo miraba solo sonreía y me dio un guiño Diana lo alcanzo a ver y me dijo…. Ese señor como me mira. Le respondí…. Jajaja es que le gustas hasta a los viejitos jajaja no te gustaría un novio viejito…. Hay no que asco tener de novio un viejito…. Te podría mantener jajajaj…. Hay no que asco…. Solo te molesto amor jajaja…. Si ya me di cuenta mejor vamos que llegamos tarde. Me dio un piquito.
Fuimos a una discoteca a bailar éramos 3 hombres y 3 mujeres entre los hombres estaba José, para ir al sitio salimos en mi auto al ser yo el conductor no podía beber alcohol, nos divertimos mucho se tomó, bailamos la pasamos muy bien, en a la madrugada decidimos salir a comer algo ya todos estaban en un alto grado de ebriedad y lo único que había abierto a esa hora era una estación de servicio la cual acostumbramos a ir siempre que salimos de fiesta y está abierta las 24 horas, estábamos hablando en esas José fue al baño del establecimiento que es mixto 3 minutos después mi novia dijo que quería ir al baño le pregunte que si la ayudaba me dijo que no que podía ir sola la vi dirigirse al baño algo tambaleante yo me quede con los demás que estaban muy borrachos hablando pasaron como 10 minutos y mi novia nada que volvía ni tampoco José.
Llegue a la puerta del baño intente abrir pero tenía seguro al parecer había alguien pegue mi oreja a la puerta y poniendo mucha atención alcance a escuchar gemidos, sentí en ese momento que se me iba a salir el corazón solo pensaba en mi novia debía buscar la manera de comprobar que ella estaba ahí adentro pensando recordé que el baño tiene una pequeña ventana enrejada en la parte superior de una de las paredes que da a la parte de atrás de la estación de servicio disimuladamente salí pase por un lado de los borrachos que seguían hablando y no se dieron cuenta que pase por ahí llegue a la ventana estaba algo alta así que acomode unos contenedores de basura y con cuidado me asome para no ser descubierto.
Lo que vi era increíble mi novia estaba apoyada con sus manos sobre el lavamanos inclinada sacando ese hermoso culo en pompa con ese enorme par de tetas afuera saliendo por encima del escote de su blusa, su faldita sobre su cintura enrollada, sus piernas algo abiertas y su pequeña tanguita negra en sus tobillos ella se miraba en el espejo tenía una cara de puta salida llena de felicidad simplemente gemía llena de placer, en la parte de atrás se encontraba José solamente con el cierre del pantalón abierto con su polla y sus enormes pelotas afuera, le estaba clavando ese pedazo de carne de 23cm gordo y totalmente duro por ese pequeño coñito apretado que tiene mi novia se lo abria mientras se la metía le daba nalgadas y se aferraba a sus caderas para poder darle duro, solo escuchaba los gemidos de mi novia, entre gemidos la escuchaba decir…. José aaahhh te amooo aaahhh te amooo que rico me coges con tu vergota aaahhh siempre te voy amaaarrr mientras me sigas cogiendo aaaahhh asiiii aaahhhh…. Claro que si amooorrr te voy a seguir cogiendooo estas muy ricaaa y mereces que te coja a pollasos como la buena puta que eres aahh. Yo no aguante me saque mis 15cms en erección del pantalón y me empecé hacer una paja como desesperado disfrutando el espectáculo, José la levanto le dio vuelta su calzoncito quedo en el suelo, se empezaron a besar apasionadamente mientras José la agarraba apretándole una teta y le metía mano en el culo, Diana mientras tanto con una de sus manitas le hacia una paja a esa vergota mi novia se veía entregada se dejaba hacer solo quería complacerlo la escuche decirle…. Amor ven te la chupo ese pipi otra vez. La vi arrodillarse coger ese pedazo de carne abrir esa boquita a todo lo que daba y metérsela en la boca empezar a chupar no podía creer lo que veía lo hacía como una puta profesional se metía hasta la mitad le pasaba la lengua por todo el tronco le chupaba esas enormes pelotas se las metía a la boca José solo gemía parecía en trance le decía…. Me vas hacer venir para ven te la quiero seguir metiendo.
La levanto la sentó en el lavamanos le abrió las pierna mi novia se veía hermosa con una cara llena de lujuria y deseo agitada por la excitación sus enormes tetas perfectas hinchadas con sus pezones rosa en punta brotados por la calentura, sus piernas abiertas permitían ver ese cuquita mojada toda chorreada esperando por pija, José acerco esa enorme verga la empezó a restregar en su chochita babeante y se la empezó a enterrar sin detenerse hasta clavársela hasta las bolas mi pobre novia solo gimió mientras su cara se desfiguraba de dolor y placer… aaahh así amor me encanta sentir toda esa preciosa verga dentro de mi siento como me abre a toda aaaahhh…. prepárate mi putica que me voy a empezar a mover…. Si dale que estoy caliente. José le puso esas deliciosas piernas en los hombros le saco 20 cm de verga y luego se la metió toda la fue cogiendo así hasta acelerar y darle duro a un ritmo demencial mi novia solo gemía y pedía más él le agarraba las tetas y se las chupaba mi novia solo lo jadeaba tenía los ojos en blanco como si se fuera a desmallar José no paraba mi novia solo recibía placer se veía hermosa cuando se la cogían como se movían ese par de tetas y su cuerpo sudado hasta que José empezó a gritar se empezó a venir dentro de mi novia y ella empezó a tener un orgasmo que la hizo estremecer solo convulsionaba mientras recibía los pijasos profundos y los lechazos que le llenaban la conchita, yo me vine ahí a chorros sentí mucho placer ver esa imagen de mi novia siendo poseída por otro hombre me daba mucho placer ella se veía bellísima, José le dejo la verga adentro mientras perdía dureza encima de Diana, aprovecho para besarla y darle una chupadas a ese par de tetas después de un rato le saco la polla la conchita de mi novia se veía hinchadita toda mojada empezó a chorrearle una gran cantidad de semen que cayó al suelo una parte la otra empezó a bajarle por las piernas.
Se empezaron acomodar la ropa Diana cogió su calzoncito se lo puso con su vagina llena de leche y se acomodó sus tetas en la blusa cruzaron unas palabras y salieron yo rápidamente me acomode la ropa y fui con el resto de mis amigos, mi novia llego se veía feliz y relajada dijo que quería ir a casa así que nos montamos todos al vehículo dejamos a todos nuestros amigos en sus casa inclusive a José que también estaba muy feliz por ultimo lleve a Diana a su casa me dio un beso en la boca nos despedimos me dijo que me llamaba más tarde.
Antonio: woo José nunca va a desaprovechar el cogerse a Diana.
Adrián: si estoy seguro que se la siguió cogiendo más de una vez.
Steven: espero que ahora no vaya aprovechar que esta acá en Colombia para volvérsela a coger.
Jajajaja Antonio y Adrián rieron, le dijeron esperemos que no.
Adrián: bueno déjenme seguirles contando.

 

Relato erótico: “La infiel Diana y sus cornudos (Adrián) parte 6” (PUBLICADO POR BOSTMUTRU)

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dueno-inesperado-1Adrián: las cosas con Diana se empezaron a volver más morbosas a medida que el tiempo pasaba.
sin-tituloSteven: por qué dices eso
Adrián: bueno me di cuenta que me gustaba ver cómo me engañaba y como era capaz de mentirme me gustaba sentirme cornudo y que ella se haga la inocente. Las cosas empezaron a subir de tono les contare lo que paso cuando decidimos salir de la ciudad y darnos una escapadita un fin de semana.
Mis familia tiene una casa de campo a las afueras de la ciudad como a 45 minutos de ella es una casa con todos los lujos en un conjunto de casas cada una está dividida por cercas las propiedades tiene un gran terreno cada casa está decorada a gusto de cada propietario la de nosotros tiene piscina árboles frutales zonas verdes, árboles en la parte de atrás donde pasa un rio en el cual uno puede darse un baño tiene aguas cristalinas en la parte de atrás esta una pequeña cabaña donde vive el mayordomo, antes de salir mi padre me dijo que a la casa le estaban haciendo unas reparaciones pero que igual podíamos ir me dio algo de dinero extra para los gastos que pudieran surgir, decidimos salir el sábado en la mañana a eso de las 8 am Diana llego a mi casa la trajo su padrastro al llegar se veía increíble unos tenis blancos sin medias, un shorcito blanco apretado que dejaba ver la increíble silueta de su culo redondo grande se le metía entre los cachetes marcándole bien la apetitosa forma de sus nalgas también traía una blusita de algodón manga corta color azul pegada a si cuero que contornaba su hermosa figura y estaba adornada con un escote redondo que permitía divisar esa grandes y turgentes tetas sin ser muy vulgar, llevaba su cabello recogido con una coleta y su mechón de cabello hacia el lado izquierdo, al llegar a saludarme concidencialmente salió el vecino Javier a saludar el pobre viejo no perdía oportunidad para morbosear a mi novia y deleitarse la vista con el maravilloso cuerpo de mi novia ya lo hacía de forma descarada sin importar que lo estuviéramos viendo yo solo le decía a Diana…. Amor tienes matado al viejito le va a dar un infarto jejejejeje…. Ay no ese viejito verde tan dañado jajajaja. Al final montamos las maletas en el carro y emprendimos el viaje llegamos a eso de las 9am nos recibió el mayordomo de la casa don Carmelo quien cuidaba la propiedad y estaba a cargo de ella.
Don Carmelo es un hombre de unos 50 años 1.70mts de piel blanca pero ennegrecida curtida por el sol de pelo negro con algo de canas, su cuerpo grueso fibroso, sus manos callosas y toscas de trabajar la tierra, es una persona muy servicial y honrada, estuvo casado pero se separo tiene hijos pero viven con su madre, nos dio la bienvenida muy atento yo le presente a mi novia.
Adrián: Don Carmelo le presento a mi novia Diana.
Carmelo: mucho gusto señorita, muy bonita su novia patrón.
Diana: mucho gusto Don Carmelo gracias por el alago.
Adrián: Carmelo como va lo de los arreglos.
Carmelo: si patrón pues contrate tres trabajadores que están arreglando algunos detalles pintando la casa, arreglando el jardín y otros detallitos, la piscina no está funcionando hay un empaque malo se está filtrando el agua toca comprarlo. Deje les llamo a los trabajadores para que los conozca.
Note que le gusto mi novia por que disimuladamente la miraba en eso llegan los trabajadores Alberto como de 40 años 1.70mts fibroso delgado de piel y rasgos indios, Juan de 18 años 1.75mts también de rasgos indios hijo de Alberto y por ultimo Joaquín de 30 años 1.80 de raza negra cuerpo musculado de nariz ancha y rasgos toscos. Al ver a mi novia quedaron sorprendidos y no era para menos estaba para comérsela le miraban esas lindas piernas gruesas bien torneadas y apetecibles luego ese escote con esas preciosas tetas. En esas mi novia dijo que iba a dejar las maletas pidió permiso educadamente y se fue mientras caminaba los hombres no perdieron tiempo y le clavaron la mirada en ese precioso culo redondo se veía como ese shorcito se metía entre sus apetitosas nalgas así estuvieron hasta que se perdió de vista.
Les pregunte como iba el trabajo me dijeron que bien pero que el trabajo iba a demorar todo el fin de semana eso no me convenía porque quería estar solo con Diana pregunte que si ayudábamos podíamos terminar más rápido me dijeron que si, le dije a mi novia que si ayudábamos los trabajadores terminarían rápido me dijo que ayudaría con la comida y a limpiar mientras yo ayudaba con los demás las tareas eran pintar las paredes exteriores de la casa, ayudar en el jardín podándolo el pasto, sembrando plantas, podando árboles. A mí me dieron la podadora y me dijeron que ayudara a podar el pasto, juan iba a pintar, Alberto a sembrar, Joaquín podar los árboles, Carmelo dijo que iba a ver que había en la cocina de suministros para comer en caso de tener que salir a comprar más al pueblo y ayudar a Diana en lo que podía todos empezamos a trabajar pasada como media hora el sol era muy intenso decidí entrar a la casa a buscar una gorra la casa tiene un concepto abierto al fondo está la cocina detrás de una isla que tiene la cocina se encontraba mi novia y Carmelo dándome la espalda por lo que no me vieron entrar Carmelo aprovechaba para tocarla disimuladamente la rosaba con su bulto por las nalgas al ver que mi novia no ponía resistencia se atrevió a más la tomo de la cintura y le empezó a restregar la polla con total impunidad por entre las nalgas mi novia al verse atacada solo gimió y paro el culo para facilitar la rastrillada que le metía, Carmelo se movía en círculos detrás del culo de mi novia como intentando abrirlo le empujaba el bulto con fuerza, yo me escondí detrás de una esquina que da al pasillo donde quedan las habitaciones Carmelo la volteo quedando de frente a mi desde mi escondite veía a Diana que solo gemía en eso Carmelo subió sus manos y se prendió de esas ricas tetas se las apretaba jugaba con ellas hasta que le bajo el escote y le saso ese par de tetas del sostén esas deliciosas ubres quedaron afuera desafiantes Carmelo no perdió tiempo se las agarro las apretó le estiraba esos pezones rosaditos que estaban en punta mi amada solo se dejaba hacer solo gemía con su cabeza hacia atrás sobre el hombre de Carmelo mientras este aprovechaba para besar su cuello. Carmelo empezó a desabrochar el shorcito y a bajarle cierre puso sus manos a cada costado de sus caderas y empezó a bajarle el shorcito dejándolo a medio muslo junto con su tanguita luego con su mano izquierda tomo su teta izquierda y empezó a jugar con ella, llevo sus dedos de la mano derecha a su boca y los empezó a ensalivar para después empezar a tocar el dulce coñito depilado de mi novia tocaba su clítoris rápidamente rozaba con sus dedos todos sus labios hasta que estuvo bien mojada y le empezó a enterrar dos dedos en la concha babeante de mi novia lo hacia lo hacía de forma acelerada mientras le apretaba una teta mi novia jadeaba gemía le decía…. Aaahhh don Carmelo nooooo aaahhh pare aaahhh nooo que me hace aaahhh…. Tranquila se ve que te gusta mamacita…. Noooo aaaahhh Adrián aaahhh nos vaaaa a ver aaahhh me va hacer venir aaahhh. En eso veo como mi novia empieza a convulsionar y a venirse a chorros la mano de Carmelo quedo empapada se la llevo a la boca y la chupo…. Mamita que rico sabes estas deliciosa y no te preocupes por el cornudo del patrón yo me encargo acomódate la ropa ve a mi cabaña. Carmelo le dio una nalgada.
Mi novia obedientemente se subió el shorcito se acomodó las tetas en la blusa salieron por la puerta de atrás que se encuentra en la cocina rápidamente me dirigí a la podadora un instante después llego don Carmelo me pidió el favor de ir a comprar algunas cosas para la comida me dio un listado con lo que necesitaba me dijo que el terminaría de podar mientras yo iba, simplemente me subí al auto y me dirigí al pueblo cercano entre ir y volver me demore como 45 minutos cuando volví la podadora estaba donde la deje el pasto no había sido cortado no vi a los trabajadores entre a la casa Diana no estaba en ella deje los víveres y me fui a la cabaña de don Carmelo vi que los trabajadores salían de la parte de atrás de la cabaña mientras Joaquín le decía a los demás…. Quien ve al Carmelo le jodio la novia al patrón y que buena esta se la lleno de leche jajajaja se la va a entregar preñadita. Todos empezaron a reír a penas me vieron se callaron e intentaron disimular pero me miraban burlándose, ellos siguieron a terminar sus labores yo fui a la parte de atrás de la cabaña ahí hay una ventana la cortina estaba un poco corrida así que se podía mirar adentro, se veía la habitación de Carmelo sobre la cama se encontraba Carmelo y mi novia estaban desnudos, Diana estaba boca arriba se veía sudada respiraba agitada su cabello revuelto en su entrepierna se veía untada de semen le escurría leche por ese cuquita apretadita Carmelo se la gozo a su gusto y al parecer quería más porque le empezó a sobar las tetas y su polla que estaba morcillona se empezaba a endurecer mi novia estiro su manita y se la agarro esta se le puso dura su manita no se alcanzaba a cerrar los 22cm de carne que se gastaba mi mayordomo Diana solo le dijo…. Me vas a matar con ese pedazo. Acto seguido Carmelo se puso encima de ella y la empezó a besar apasionadamente mientras abría sus ricas piernas y le acomoda ese trozo de carne en su tierna vaginita.
Se la empezó a meter yo solo veía como desaparecían esos 22cm y su chochita se empezaba a abrir recibiendo a su invitado mi novia empezaba a gemir de placer Carmelo la empezó a bombear fuerte y rápido mi novia cruzo los pies por su espalda para no dejarlo salir ella solo le decía…. Rico papi aaahh dame así que rico te siento aaahhh…. Todo para ti preciosa me estás haciendo gozar mucho aaahh que buena estas el cornudo de mi patrón tiene mucha suerte de tener una puta asi de ricaaaaa. Carmelo me la bombeaba como a una puta y mi novia encantada, yo no aguante y me desabroche el pantalón y me saque mis 15cm duros y me empecé hacer una paja como loco de ver como se cogían a mi novia, Carmelo le saco la verga cogió a mi novia la volteo la puso en cuatro con ese culo grande y redondo en pompa se colocó detrás de ella y le empezó a restregar la polla por esa chochita mi novia solo se derretía en gemidos así estuvo un rato hasta que mi novia no se aguantó y le dijo…. métemela de una vez quiero sentirla adentro. Carmelo se rio y le dijo…. tranquila puta aquí tienes. Y se la dejo ir toda mi novia dio un grito al sentir todo ese intruso adentro llenándola Diana cae con su rostro en la cama dejando el culo levantado para que Carmelo se la siga clavando en esas Carmelo levanta la cabeza y nuestras miradas se cruzan quedamos paralizados el con su enorme verga en las entrañas de mi novia y yo con mi mano en la mía tanto Carmelo como yo no sabíamos que hacer estuvimos quietos un instante hasta que una vos nos devolvió a la realidad…. Por qué te quedas quieto empiézamela a meter hace me gozar por favor…. Carmelo se la empezó a meter duro como un autómata la cogía de las caderas mi novia con su carita enterrada sobre el colchón empezaba a gemir…. Aaahhh si cógeme así aaaahhh duro amor duro aaahhh. Carmelo mientras la clavaba me mira burlonamente se ríe y dice…. Que puta más rica tiene el patrón aahhh. La seguía clavando y le daba nalgadas se montó sobre ella le apoyo la mano en la cabeza haciéndole presión sobre el colchón y le empezó a dar clavadas profundas y rápidas, mi dulce novia solo gemía así la tuvo un buen rato hasta que se la saco mi novia callo desplomada agitadita sudada, Carmelo se acostó y le dijo…. ven puta sentate aquí y empieza a cabalgar la acomodo dándome la espalda ella quedo mirándolo de frente mi amorcito se empezó a sentar sobre ese trabuco lentamente se lo trago todito y empezó a brincar sobre él, Carmelo le agarraba esas preciosas nalgas se las acariciaba y le daba nalgaditas…. Que rica mami sos una buena putica seguí así que me vas hacer venir…. Bueno amor yo también me voy a venir. Carmelo la trajo hacia el con una mano en su espalda y la otra en una preciosa nalga acariciándola y besándola mi novia le correspondía jugaban con sus leguas mientras me la seguían clavando, en un punto Carmelo le apretó la nalga se aferró a ella dejo de besar a mi novia y me empezó a mirar por un lado mirándome a los ojos mientras empezaba a bombearme a mi novia duro quien empezó a gritar y a jadear fuerte…. Aaaahhh me estas matando aaaahhh me voy a venir aaaahhhh me matas a vergazos aaaahhh. Mi novia empezó a convulsionar y a venirse empezaron a escurrir sus fluidos de su chochita Carmelo empezó a venirse también solo decía…. Que rico puta me estas ordeñando siento como me aprieta la verga esa conchita que te mandas puta me estas sacando toda la leche. Yo al ver como llenaban de leche a mi novia y como las enormes pelotas de Carmelo se contraían con cada lechazo que le metía me vine a chorros sentí un gran placer de ver como se cogían a mi amorcito. Carmelo me miro y me dio una sonrisa burlona sintiéndose triunfador, le saco la polla y acostó a mi novia boca arriba ahí pide ver cómo le dejo la vagina hinchadita chorreando semen toda babocita ella toda sudada despeinada.
Carmelo se levantó se puso el pantalón y le dijo vístete que ya tu novio llego. Rápidamente volví a la podadora en esas veo salir a mi novia acomodándose un poco la ropa e intentando arreglar su cabello detrás de ella salió Carmelo subiéndose el cierre del pantalón y abotonándose la camisa mirándome con una gran sonrisa, mi novia me vio y se puso nerviosa se acercó a mí y me pregunto qué se hace mucho había llegado le dije que no que acababa de llegar deje las compras en la casa y volví para terminar de podar le pregunte que hacía en la cabaña de Carmelo me dijo que le ayudaba a limpiar un poco, después me dijo que iba a terminar de hacer la comida fue a la cocina, Carmelo se acercó a mí y me dijo…. Patrón que rico coge su novia que suerte tiene de tener una hembra así de rica jejejeje. Me dio una palmadita en la espalda y se fue con el resto de los trabajadores, el resto del día se pasó haciendo labores Diana dijo que se daría un baño y descansaría así que durmió casi todo el día los trabajadores se fueron a eso de las 6pm quedaron en volver al día siguiente temprano a terminar algunas cosas que quedaron faltando.
Al día siguiente despertamos temprano a eso de las 7 am desayunamos nos bañamos y vestimos Diana me dijo que le gustaría nadar en la piscina pero como faltaba repararla le dije que si quería fuéramos al rio le pareció buena idea me dijo me puse una pantaloneta una camiseta unos tenis baje mientras Diana se cambiaba y se ponía el traje de baño, los trabajadores llegaron saludaron y empezaron a hacer sus labores, Carmelo me saludo le dije que íbamos a bañar en el rio ya que la piscina no funcionaba en esas aparece mi dulce novia vestida tan solo con un bikini amarillo se veía espectacular sus piernas gruesas bien torneadas suaves una tanguita amarilla que a pesar de no ser un hilo le marcaba muy bien ese hermoso, redondo gran trasero apetecible y al frente su sostén del bikini dos triángulos que sostenían ese hermoso par de tetas perfectas grandes suaves bien puestas con su cabello recogido su rostro de niña buena apenas vio a Carmelo se puso algo nerviosa como apenada lo saludo con una vos algo coqueta mientras los demás trabajadores no perdían de vista de lo deliciosa que estaba mi novia veía como se sobaban el bulto de sus pantalones.
Diana: buenos días don Carmelo.
Carmelo: buen día señorita si pudo descansar.
Diana: si gracias, caí como piedra jijiji.
Carmelo: me dice Adrián que querías nadar en la piscina si gustas podemos ir a la ciudad comprar el repuesto instalarlo y ya para el medio día podría estar funcionando.
Diana: ay sí que rico amor por que no hacen eso y así la piscina queda lista y bañamos en ella, yo mientras tanto me bronceo un poco y si algo voy al rio y me baño un ratico.
Adrián: pero me toca ir hasta la ciudad, además quería pasar tiempo contigo.
Diana: ay por fa amor si, mira entre más rápido vayas más rápido regresas y a así podemos estar juntitos si por fa si si si si.
Carmelo: vamos patrón así volvemos pronto.
Adrián: Esta bien.
Diana: siii gracias amor te amo.
Carmelo y yo nos dirigimos hacia el vehículo mientras mi novia se sentó en una silla de la piscina para empezar aplicarse el bronceador dejando su cuerpo aceitoso todos mirábamos con deseo note que Carmelo le hizo un guiño a Joaquín nos subimos al carro y arrancamos cuando perdimos de vista la casa pasando unos árboles Carmelo me dijo que me detuviera que bajáramos del auto y volviéramos en silencio. Al llegar ocultos vimos a mi novia recostada en la silla bronceándose y los trabajadores a unos 4 o 5 metros mirándola fijamente sobándose sus bultos descaradamente mientras ella los veía algo nerviosa e incómoda se levantó tomo la toalla y se dirigió hacia el rio los trabajadores se miraban y unos instantes después se fueron tras ella. Fuimos tras ellos nos ocultamos detrás de unos arbustos mi novia estaba en el rio bañándose los trabajadores estaban en el borde de él mirándola obscenamente Joaquín le pregunto…. Esta rica el agua…. Si esta rica…. Pero no tanto como tu jejejeje, estábamos pensando en bañarnos también hace mucho calor aunque no tenemos traje de baño pero creo que no te importa. Sin darle tiempo a opinar se empezaron a quitar la ropa quedando desnudos con tremendas erecciones juan debía tener un pene de unos 19cm Alberto su padre con uno de 23 cm gruesa y Joaquín una verga enorme negra como el carbón descomunal muy gruesa como de 25cm llena de venas mi novia con los ojos desorbitado asustada viendo eso mientras estos hombres empezaban a entrar mi novia solo les dijo…. Yo mejor me voy. E intento salir del rio pero Joaquín la detuvo la agarro a la fuerza y le dijo…. no mamita rica no te vas ya verás como la vamos a pasar rico. Mientras le empezó a restregar esa verga por ese enorme trasero se la ponía entre las nalgas se la desliza entre ellas mi novia solo gemía y le decía…. No por favor no me hagan daño mmmnnn…. Jajaja tranquila putica solo queremos lo que le diste a Carmelo no te preocupes vas a ver como lo gozas.
Juan y Alberto se acercaron a mi novia le empezaron a sacar las tetas del bikini chupándoselas y a correrle la tanga a un lado a sobarle el coñito y meterle los dedos en el mi pobre novia solo se retorcía y gemía mientras tanto Carmelo se bajaba los pantalones y sacaba esa enorme verga empezándose a masturbar me dijo…. Sácatela y empieza a masturbarte que sé que te gusta cornudo maricon. Yo simplemente obedecí me la saque y empecé hacerme una paja viendo como manoseaban a mi novia en medio del rio. Pusieron de rodillas a Diana Alberto le dijo…. Empezala a chupar que te va a encantar. Y sin más le metió ese trozo de carne apenas le cabía en la boca la sujeto del cabello y le empezó guiar la mamada empezaron a reír mi dulce novia solo aguantaba así la tuvo un rato hasta que la soltó intento recuperar el aliento pero rápidamente fue sustituido por su hijo que le dio el mismo tratamiento hasta que fue el turno de Joaquín, Diana apenas vio ese enorme miembro le dijo…. No por favor no me va a caber…. Hay que hacer el intento zorrita ahora abre la boca y di aaaa. Mi novia abrió la boca todo lo que pudo Joaquín simplemente le empezó a enterrar la polla su cabeza apenas paso rozando sus dientes y le empezó a meter todo lo que pudo le metió como 10cm ya no le entraba más Joaquín hacia fuerza para meterle más pero no podía mi novia hacia fuerza para sacársela pero la tenía bien agarrada se veía su rostro colorado ahogándose lagrimas empezaban a salir de sus ojos la tuvo un rato así hasta que se la saco y la dejo respirar mi novia tocio recuperando el aliento lo miro y le dijo…. Que bruto eres casi me matas te dije que no me iba a caber…. Jajaja pero si lograste meterte un buen trozo jajajaja mira está bien tómala chúpala como vos sabes. Le puso la verga en la cara pasándosela por las mejillas y los labios mi novia la tomo con su manita la cual no podía cerrarla alrededor de tremendo tronco la puso en sus labios la empezó a lamer le paso la lengua por todo el tronco a ese negro llego a sus pelotas enormes y peludas abrió su boquita y comenzó a chuparle los testículos el negro solo se moría de placer después volvió a lamerle el tronco empezó a abrir su boquita y como pudo se metió esa enorme cabeza y la empezó a chupar se veía que estaba a gusto chupando y metiéndosela hasta donde podía así estuvo un rato hasta que ya Alberto y Juan protestaron y dijeron…. Ya Joaquín vamos a culiarnos a esta puta.
La llevaron a la orilla le arrancaron el bikini la tiraron al suelo Juan le abrió las pierna y sin más se la clavo Diana solo lanzo un alarido mientras Juan se la empezó a dar un mete y saca rápido…. Aaaahhh me haces doler aaahh dios como me la metees…. Que apretada estas zorra se ve que tu novio no te usa bien. Mi novia empezaba a gemir parece que la excitaba que la usaran por que dejo de quejarse para empezar a gemir de placer, Juan la tuvo un rato así hasta que le tocó el turno a su padre que le restregó la verga por esa chochita que estaba mojada, se la empezó a meter lentamente hasta que empezó acelerar el ritmo solo veía como el cuerpo de Diana se sacudía ahí en el suelo recibiendo verga sus grandes y hermosas tetas se movían al ritmo de las sacudidas sus pezones estaban en punta hinchados a mas no poder mi novia empezó a voltear los ojos y a ponerlos en blanco lanzando grandes gemidos se empezó a venir solo veíamos como su vagina chorreaba sus jugos mientras tenía el pene de Alberto dentro el cual no paraba de moverse…. A puta me estas apretando la verga en espasmos esta puta se vino, que rico como se viene aaahhh. Carmelo me miro y me dijo…. Que puta es tu novia mira como estoy como me tiene ayúdame sácame la leche…. No voy a sacarte la leche nunca le he cogido la verga a nadie y no lo pienso hacer ahora…. Cállate cornudo a los cornudos como tú les gusta coger la verga de los machos que se tiran a sus mujeres hasta las chupan y se tragan su leche…. Pero yo no te le voy a chupar…. Perra deja de hablar y pajeame mientras miro como se cogen a tu mujer. Sin darme tiempo cogió mi mano derecha y la apretó alrededor de su enorme tronco no alcanzaba a cerrar mi mano alrededor de ella y empezó a moverle de arriba abajo la sentí muy dura, caliente palpitaba en mi mano hasta que me soltó yo deje mi mano ahí subiendo y bajando haciéndole una paja…. Así es putico cornudo lo haces bien seguí así mientras veo como se terminan de coger a tu novia. Yo seguí viendo como estaba mi novia tirada en el suelo mientras me masturbaba y masturbaba a don Carmelo.
Llego el turno de Joaquín se puso en medio de las piernas de Diana ella lo miro asustada le dijo…. Es muy grande no me va a caber…. Tranquila relájate vas a ver que te entra…. Me va a doler…. No, se ve que te gusta la verga estoy seguro que lo vas a disfrutar. Le empezó a pasar el pene por todo el coñito mojado lleno de sus jugos le puso la vega en la entrada y se lo empezó a empujar podía ver como las paredes de su vagina se abrían al recibir tremenda verga mi novia empezaba a gemir y hacer caras con cada centímetro de carne que le entraba Joaquín no se detenía se la metió toda Diana solo se agitaba aguantando mientras se acostumbraba a tremendo invasor estuvo un rato quieto hasta que Diana se empezó a mover las caderas en círculo para disfrutar la penetración Joaquín al ver esto la empezó a sacar y a meter lentamente para que Diana sintiera placer ya empezaba a gemir…. Mierda que negro tan rico como me abrís siento cada centímetro de tu verga movete papito movete. Joaquín empezó a moverse más rápido mientras todos veíamos la tremenda cogida que le metía la tuvo como 10 minutos así entre gemidos hasta que se empezó a venir mi novia tuvo un orgasmo brutal al sentir eso Joaquín se empezó a venir también…. Puta me estas ordeñando me estás haciendo venir. Veía como los dos tenían espasmos y como rellenaban de semen a mi novia se le empezaba a escurrir alrededor de su vagina con esa verga aun metida Joaquín se quedó encima de Diana ella toda desmadejada este aprovecho para empezarla a besar y a meterle la lengua dentro de la boca un negro feo disfrutando de una bella y deliciosa mujer, la mía. Joaquín se levantó sacándole ese pedazote de carne.
Alberto se acostó en el suelo puso a mi novia encima de él y le dijo…. Vamos puta empieza a cabalgar. Mi novia como zombi se sentó sobre su verga que le entro sin problemas y empezó a cabalgar. Juan la inclino hacia adelante dejando ese gran culo perfecto y gordo en pompa se veía muy delicioso, empezó a pasarle la lengua por su rozado anito a dilatarlo Diana solo gemía se veía que solo sentía placer Juan le empezó a meter un dedo por el culo a moverlo circularmente luego le metía dos dedos hasta que vio que ya estaba dilatado se acomodó detrás de ella y le empezó a empujar la verga por el culo su anito se abrió alrededor del glande y se empezó a tragar esos 19cm se los clavo todo de un empujón mientras su padre le seguía clavando ese dulce chochita Juan se quedó quieto un rato agarrado de las caderas de Diana ya después de un rato le empezó a bombear el culo ambos padre e hijo se cogían a mi novia sincronizados mientras uno la metía el otro la sacaba Diana estaba encantada…. Si así cójanme así me la están metiendo muy bien que placer siento. Alberto le respondía…. Que buena estas pobre tu novio tener una hembra tan puta como novia seguro le metes los cuernos a cada rato. Juan le decía…. Uff es que con ese cuerpo de puta que tiene debe pedir verga a cada rato mira lo rica que esta y con esa carita de niña buena de seguro es una puta busca pijas. Yo solo veía eso estaba muy excitado la verga de Don Carmelo estaba muy dura y caliente tenía toda mi mano babosa untada de su liquido pre seminal que hacía que mi mano se deslizara por todo ese tronco, Carmelo me miraba y se reía…. A putico sí que lo haces bien y tu novia es una completa perra.
En esas Joaquín se acerca con la polla morcillona y se la pone en la cara a Diana esta capto el mensaje y se lo empezó a chupar así estuvieron un rato hasta que el pene de Joaquín cobro vida le dijo a Juan que se quitara que se la iba a meter por el culo, Juan le dio campo se hizo al frente le ofreció la verga a Diana y la empezó a chupar Joaquín detrás de mi novia le empezó a empujar ese pollon por el culo mi pobre novia solo abrió los ojos a todo lo que podía y empezó a gritar lentamente le metió como 20cm y se la dejo ahí sin moverse Diana solo se quejaba mientras Alberto la seguía clavando…. Mierda Joaquín la llenaste toda siento como me aprieta mas la verga con tu pollon metido en ese culazo. Estuvieron un rato para que se acostumbrara a las vergas después de un tiempo Diana les dijo…. ya pueden moverse pero lento. Cogió la verga de juan y empezó a mamar Joaquín y Alberto empezaron a moverse, ver eso era un gran espectáculo solo gemían me insultaban me decían lo cornudo que era a ella la trataban de puta que era muy fácil le empezaron a dar duro Diana pedía más yo sentía que ya me iba a venir como a los 10 minutos Diana decía que ya se iba a venir Juan no aguanto le lleno la boca de leche y la cara Diana empezó a convulsionar y a venirse Alberto Dijo…. Me ordeña esta puta no aguanto más se empezó a venir dentro de ella a llenarla de semen…. Puta ese culo también me ordeña me está apretando la polla te voy a llenar el culo de leche perra. Joaquín le enterró toda la verga y la empezó a surtir de leche Diana solo dio un grito desgarrador mientras caía sobre Alberto casi desmallada Joaquín le cayó encima sus penes todavía dentro de mi novia todos sudados mientras veíamos eso yo me venía a chorros y don Carmelo también solo mire su enorme verga veía como palpitaba en mi mano cómo se movía en espasmos como se contraían sus enormes testículos con cada lechazo que soltaba eran demasiados como 8 chorrasos boto mi mano quedo llena de semen y pre cum de Carmelo…. Cornudo que buena paja me hiciste se ve que lo disfrutaste eres un buen putico y tu novia es una puta de lujo se ve que te encanta que te la cojan y que te encanta deslechar a sus machos jajajaja. Yo solo callaba como un cornudo sumiso y me limpiaba la mano con mi ropa interior.
Joaquín, Alberto y Juan se levantaron se vistieron y fueron a terminar sus labores la dejaron ahí tirada brotando semen por todos sus agujeros sudada la veíamos con esfuerzo se levantó caminaba con dificultad se metió al rio se enjuago con una sonrisa pícara recogió su bikini, la toalla y se fue desnuda para la casa, nosotros nos escabullimos y volvimos al carro y fuimos a la ciudad por los repuestos de la piscina durante el viaje Carmelo se burlaba de mí y no dejaba de hablar de lo puta que era mi novia nos demoramos dos horas en ir y volver los trabajadores estaban ya recogiendo sus cosas pues habían terminado me miraban burlándose de mí se reían yo me sentí humillado y excitado se despidieron y le mandaron saludes a mi novia, yo entre a la casa a buscarla la encontré en la habitación desnuda dormida, me acerque la desperté le pregunte que si estaba bien me dijo que sí que se sentía cansada que estuvo en el rio y que después se vino y que se quedó dormida me pidió disculpas que no hizo nada de comer yo le dije que no se preocupara que yo hacía algo que descansara.
Baje empecé a preparar algo comimos la vi muy agotada se veía incomoda al caminar así que le dije que descansara un rato si quería que en tres horas volveríamos a la ciudad fuimos a la habitación hay un televisor y acurrucados empezamos a ver una película Diana se quedó dormida así que la deje descansando baje me encontré con Carmelo sentado en unas sillas que tiene en el pórtico de su cabaña me acerque me senté junto a él y me pregunto…. Como está la putica… pues se ve adolorida…. Pues no viste la verga que se gasta Joaquín, se la metió por ese precioso culo seguro casi la mata jajaja pobre….si casi me la daña…. Ella todavía no se da cuenta de que ya sabes lo puta que es…. No ella todavía cree que me engaña…. jajaja que puta es pero una hembra como esa necesita que la tengan bien atendida y con esa verguita que tienes no lo vas a lograr jajja seguimela trayendo yo acá te la pongo a gozar e igual te guardo el secreto cornudo maricon. Yo no sabía que decirle solo le respondí con un tímido sí.
Carmelo se rio y me dijo de solo pensar en esa puta que tienes por novia se me pone dura mira, se desabrocho el pantalón y se sacó la verga ya dura me dijo tienes fotos de ella en el celular le dije que si se las mostré y se empezó a pajear con ellas me dijo que me la sacara que me masturbara también viendo las fotos nos hacíamos la paja yo miraba su enorme verga y las fotos de mi novia estaba muy excitado Carmelo se dio cuenta y me dijo…. hacele putico que te morís de ganas por hacerlo. Simplemente estire mi mano y le empecé hacer una paja le sobaba esa verga como desesperado me escupía la mano y lo masturbaba con ella se la lubricaba bien Carmelo solo gemía…. Aaahhh putico maricon que bien lo haces aprendes rápido sos un buen cornudo sumiso vas a ver cada que me traigas a tu novia te la voy a dejar bien cogida aaaahhhh seguí así que buena ordeñada que me das aaahhh putica aaahhh. Así estuvimos como 10 minutos viendo fotos y masturbándolo hasta que empezó a gemir y a botar chorro tras chorro de leche yo también me vine mi mano quedo toda pringada me la restregué por toda mi verga que quedo toda untada de su semen y el mío le cogía esa polla toda morcillona y se la alaba se la acariciaba como embobado con ella como niño con juguete nuevo. Carmelo solo se reía y me decía lo cornudo y puta que era que me iba a seguir cogiendo a mi novia y que a mí me iba a seguir dando la verga para que lo pajeara. Yo me limpie la mano con mi ropa interior después cogí su verga se la guarde en sus calzoncillos le subí el cierre y le abroche el pantalón como buen cornudo sumiso.
Me fui donde Diana la desperté recogimos las maletas nos despedimos de Carmelo y volvimos a la ciudad.
Steven y Antonio solo se miraban sorprendidos por lo que Adrián les decía.
Antonio: uff que fuerte lo que nos dices.
Adrián: si espero que guarden el secreto ustedes me dieron su palabra.
Steven: claro no te preocupes por nuestra parte no saldrá ni una palabra igual aquí todos tenemos que perder.
Antonio: si tranquilo Adrián por nuestra parte no diremos nada.
Adrián: gracias, yo la verdad no sé qué me paso en esos momentos el sentirme engañado y humillado me excitaba era algo nuevo para mí diferente simplemente no me pude controlar.
Steven: y paso algo más?
Adrián: si las cosas se pusieron más decadentes.

 

Relato erótico: Mi ex-cuñada, una caja de sorpresas (POR CARLOS LÓPEZ)

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cuñada portada3 

image003El pasado mes de octubre me pasó algo que no puedo evitar contar aquí. Fue algo morboso y excitante, no esperado y que hasta ahora aún me tiene fascinado.

Antes de nada, voy a hablar un poco de mí. Tengo 38 años y vivo en Madrid, España, donde trabajo de contable en una multinacional. De todas formas, nací y viví hasta los 22 años en una capital de provincia algo alejada de mi residencia actual, que es donde aún viven mis padres. No me gusta demasiado volver por allí, en parte porque aprecio mucho mi ciudad actual, y en parte porque tuve una juventud allí un poco “salvaje”. Con mi grupo de amigos, algo pasados de rosca e influenciados por los grupos musicales de aquel momento, flirteamos con las drogas y con todos los desfases que se nos pusieron cerca.
Aquello acabó fatal. Una de las chicas del grupo se suicidó, y algunos de los amigos aún llevan una vida desastrosa. Otros hemos rehecho nuestras vidas y nos va razonablemente bien, ya curados de esos pecados de juventud. Yo, por aquel entonces salía con Marta, una chica preciosa, morena y alta, con ojos grandes y oscuros que me cautivaron en cuanto los vi en una discoteca de moda de entonces. Marta era una chica de familia bien, de esas que son varios hermanos y van a la iglesia todos los domingos. Pese a ello, al salir conmigo y unirse a nuestro grupo, pasó de ser una chica modosa y estudiosa, a estar tan enganchada a todos los vicios (alcohol, hachís, pastillas… sexo) que a mí mismo me daba miedo. Cuando nuestro grupo estalló y mis padres me trasladaron obligado a Madrid, nuestra relación se rompió y no supe nada de ella en muchos años. Luego me enteré de que se había casado, tenía niños, y que llevaba una vida de lo más convencional. Me alegré de ello, siempre tuve el remordimiento de haberle jodido la vida.
Con todo, aún muchas noches recuerdo nuestras sesiones de risas y sexo salvaje, cuando todo nos importaba nada. Como dice el gran Springsteen en The River “But I remember us riding in my brother´s car. Her body wet and tan down at the reservoir”. Marta, cuando estaba afectada por el hachís le surgía la fijación sexual de ser dominada, usada, sometida… y yo, también afectado, jugaba el papel que ella me asignaba, usando el lenguaje más rudo que se me ocurría, gritándole, atándola a la cama o exigiéndole cosas como si fuese mi criada, siempre impresionado por el grado de excitación que Marta alcanzaba. En fin, eso pasó y nunca pensé que iba a tener influencia en mi vida actual, mucho más tranquila y convencional. De hecho, en los últimos años he tenido alguna pareja estable, aunque en este momento estoy libre y, en el plano sentimental, mi vida vuelve a ser un poco tumultuosa.
Pero bueno, paso a contar el episodio que me tiene fascinado en los últimos tiempos. Ocurrió que en uno de mis viajes de trabajo, comiendo con un proveedor, se me quebró la funda de un diente que me habían puesto en la adolescencia después de que me lo rompiesen en una pelea. Esto me obligaba a ir al dentista, cosa que odio y procuro evitar. La casualidad hizo que tuviese un viaje programado a mi ciudad natal con motivo del cumpleaños de mi madre, así que pedí cita en la clínica dental de siempre.
La clínica había sido ampliada y ahora era mucho más grande y moderna de lo que yo recordaba. Había varias salas separadas por paredes de cristal y muchos profesionales con bata blanca, casi todos chicas jóvenes. Llegué y me pasaron a la sala de espera. Mi cita era urgente, y se atendería cuando quedase un hueco. Mientras leía alguna revista observaba el ir y venir de dentistas y enfermeras, impresionado por lo guapas que me parecían todas. Empezaba a pensar que me excitaban especialmente las batas blancas. A los pocos minutos, la recepcionista me pasó a una de las salas y allí, me recibió una chica morena, de unos 28 años y bastante guapa. Me llamó la atención por algo, su cara me era familiar, pero no sabía por que.
Le conté mi problema y ella se dispuso a trabajar. Me acomodó en el sillón e inspeccionó mi boca. A continuación me pasó a una sala anexa donde me hizo una radiografía de la dentadura completa. Me preguntó el nombre para incluir la radiografía en el archivo informático, y volvimos a lo que ella llamó con una sonrisa preciosa el “sillón de torturas”.

 

Ya sabía como te llamabas, aunque no estaba segura del todo.
¿quée?
Sí, jaja, tú no me reconoces, pero hemos sido cuñados… yo soy Estela, la hermana pequeña de Marta. Lo que pasa es que he cambiado algo ¿no? Jajajjajaja. Tú también has cambiado. Anda abre la boca.

 

 

Empezó a trabajar y no pude contestar, pero en ese momento caí en la cuenta de todo. ¡Por eso me resultaba familiar! Estela era la hermana pequeña de Marta. Aquella mocosa que cuándo yo salía con Marta tenía unos 13 años. Aquella que con su permanente aparato en los dientes y su ropa siempre rosa me parecía insoportablemente cursi y desgarbada. Pero eso era entonces, porque ahora era una proporcionada y resuelta joven que se había hecho dentista, y manejaba a los pacientes con soltura y a su antojo.
Reconozco que ser atendido por la hermana de Marta me dio cierto miedo o reparo. Uno siempre va al dentista con miedo, pero si el dentista es la hermana pequeña de alguien a quien mi mala influencia casi le destroza la vida, se tiene aún más inquietud. De hecho, su familia siempre mostró hostilidad hacia mí, cosa que ahora comprendo perfectamente. En aquellos años de relación con Marta, la antipatía de su familia me traía completamente sin cuidado. Simplemente procuraba no aparecer por allí cuando estaban sus padres y, cuando no estaban y Marta quedaba al cuidado de sus hermanos pequeños, entonces sí aparecía yo, y nos encerrábamos en su habitación a practicar en una cama nuestras sesiones de sexo salvaje y así evitar el asiento trasero del coche. Estela entonces, con resignación, cuidaba de las necesidades de los más pequeños por delegación de Marta, que tenía sus propias necesidades (que era yo quien atendía :-).
A pesar de mis miedos en la camilla, Estela trabajaba con soltura y no me hacía excesivo daño. Cuando tuvo clara la “obra de reparación” que me iba a hacer, se retiró la mascarilla y me la explicó, anunciándome que iba a anestesiarme preventivamente.

 

En realidad no te hace mucha falta, porque el diente ya lo tienes desvitalizado, pero es posible que te haga algo de daño en la encía al tallarlo.
Haz lo que tengas que hacer –dije yo haciéndome el duro para aparentar valentía-

 

 

Mis palabras la produjeron una sonrisa divertida, y para mí preciosa. Preparaba la jeringuilla con el anestésico y los instrumentos que iba a usar a continuación, hablando alegremente.

 

Ya verás qué guapo vas a quedar, jiji, no tanto como eras, pero es que el tiempo pasa.
Venga, no te burles de mí, que mira en qué estado estoy.
¿En qué estado estás? Jajaja no seas quejica. Que sepas que estuve dos años completamente enamorada de ti y que ni me miraste. Jajaja, te veía guapísimo. Anda, abre la boca, que viene un pinchacito.

 

 

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Joder, sus palabras me tenían extrañado. Por un lado, tomaba el papel de médico y me manejaba a su antojo, hablándome como si yo fuera un niño pero con una gran profesionalidad. Pero por otro me sentía halagado de que una belleza así hubiese estado, de niña, “enamorada” de mí, y notaba coqueteo y una cierta nostalgia en sus palabras. Aunque para nostalgia la mía. Era uno de esos momentos en que uno piensa que ojalá se pudiese rebobinar la vida… siempre he tenido la sensación de que en el presente no me doy cuenta de las cosas que pasan a mi alrededor. Y ahora, joder, era yo el que me había “enamorado” repentinamente de la preciosa joven que estaba trasteando en mi boca.

No sé, supongo que todos hemos tenido algún episodio en el que nos hemos sentido muy atraídos por una profesora, doctora, la dependienta de la tienda de muebles, la cajera del supermercado o algo así… entonces ponemos una sonrisa benéfica y actuamos de forma “idiota”. Las mujeres tienen un don especial para captar estos gestos y, cuando los hacemos, se desencadena en ellas un mecanismo por el que perdemos automáticamente la mínima atracción que pudieran sentir hacia nosotros.
Para mi fortuna, en mi situación de aquel momento no pude hacer ningún gesto estúpido y, no obstante, yo me sentía completamente ridículo. Estaba recostado en una camilla de dentista, con un babero de plástico, con un diente roto, la boca abierta, y con un aparato que succionaba mi saliva. Por supuesto, sin poder hablar ni sonreír, y con mis ojos clavados en los preciosos ojos de Estela, en los que nunca antes me había fijado.
Ella se había puesto una mascarilla y me hablaba mientras trabajaba. Había un fresco olor a menta que no sé si pertenecía a la clínica o al cuerpo de Estela, que se adivinaba sólido bajo su bata. Supongo que para ella la situación era completamente rutinaria, pero para mí era una mezcla de sensaciones. La veía alta, cercana al metro setenta, aunque algo menos que su hermana. Su pelo largo pero no exageradamente, oscuro y liso estaba recogido en una coleta informal que dejaba ver todo su rostro no cubierto por la mascarilla. Su piel, más bien morena, y su nariz recta le conferían personalidad, al igual que a Marta tal como la recordaba. Sus ojos denotaban que ponía concentración en su trabajo. Eran oscuros, marrones, como diría Fito “del color de la cocacola”, y también parecidos a los de su hermana que me volvían loco.
No sé el tiempo que estuve allí siendo tratado. Recuerdo que Estela trabajaba y hablaba de cosas informales. Aunque sí hubo dos momentos en los que hizo algo, no sé si a propósito, pero que me sorprendió y excitó bastante. Cuando tuvo mi diente tallado, preparó una masilla para tomar un molde de mi boca, y así encargar una nueva funda. Situada detrás de mí la colocó con sus dedos en mi boca sobre mis dientes superiores, y entonces apoyó la parte trasera de mi cabeza sobre sus pechos de modo que pudiese apretar fuerte con los dedos encajar perfectamente la masilla en mi dentadura. Estuvimos así cerca de un minuto, en ese momento ella no hablaba y yo, yo sólo pensaba en las dos montañas sobre las que apoyaba mi cabeza, redondas y tensas. Ufffff qué sensación. No sé si fue una fantasía, pero tuve la impresión de que simulando colocar mejor el molde, hizo algunos movimientos laterales insistiendo más en el contacto sobre su pecho. Lo que sí puedo asegurar es que notaba su corazón, y su respiración. Era algo excitante.
Un segundo momento de excitación se dio cuando me estaba colocando un cemento para que mi sonrisa no se resintiera estéticamente esas 2-3 semanas en las que aún no iba a tener colocada la funda definitiva. En esos momentos su pecho también rozaba deliciosamente contra mi hombro. Uffffff creo que estaba algo excitado ¿lo notaría Estela?
Por lo demás, todo había transcurrido entre miradas, su charla agradable y mi sentimiento oculto de envidia hacia el novio con el que me comentó que vivía. Aunque hubiese estado libre y, a pesar de la atracción que sentía hacia ella, jamás me habría atrevido a decirle nada. Era como si fuese un tren que ya había pasado por mi vida y no tenía posibilidad alguna de alcanzar. Sentía su posición en el mundo superior a la mía… era joven, guapa, simpática, preparada, mientras que yo ya me acercaba peligrosamente a la madurez de los 40 años, sin haber hecho nada destacado en una vida, la mía, que transcurría sin pena ni gloria. Pero las cosas pasan cuando no se esperan y, para mi sorpresa, antes de despedirse, Estela me propuso salir a tomar algo en plan tranquilo “para recordar viejos tiempos”, ya que “esta noche su novio estaba de guardia en el hospital”.

Por supuesto, tratando de no dejar translucir mi entusiasmo por la propuesta, y con el labio superior aún anestesiado, le dije que sí. Ella, una vez más marcando la pauta de nuestro encuentro, me dijo que iba a salir de la clínica pronto, que se daría una ducha y que sobre las 9 de la noche, podíamos quedar en la esquina de la casa de mis padres.

Con ese sentimiento de niño con zapatos nuevos me dirigí hacia mi coche, pensando en la situación que se había propiciado sin haberlo previsto. Puntual a mi hora, bajé con mis mejores vaqueros, camisa oscura, chaquetón y bufanda. Hacía un frío polar ese día. Al cabo de 10 minutos de espera, ya estaba empezando a impacientarme… la llamé al móvil y me dijo… “ya mismo llego, no tenías que haber bajado hasta que no te hubiese llamado”. Joder, empezaba a sentirme ridículo allí esperando. ¡¡Al final llegó con 27 minutos de retraso nada menos!! Y yo, muerto de frío, pensando en qué cojones hacía yo ahí esperando a esta chica… madurando la idea de lanzarme a su cuello sin perder tiempo.
De todas formas, he de reconocer que cuando apareció mi seguridad ya no era tanta. Venía guapísima y sonriente, con el pelo recogido y un chaquetón rojo que dejaba ver sus piernas enfundadas en unas medias negras. Sobre ellas, una segunda capa de medias de las que se llaman “calzas” hasta por encima de sus rodillas.
Tras los protocolarios saludos dijo

 

Vamos a ir a la zona de la avenida.
No, vamos a un bar que hay en el casco antiguo -contesté con firmeza pero con educación-
No, allí no, que hay que andar un poco y hace mucho frío –decía resistiéndose-
Ya sé el frío que hace, llevo 27 minutos esperándote. Además, si sabías que hacía frío, no haberte puesto falda.
Eso ya no tiene remedio.
Bueno, pues haberlo pensado antes –dije sonriendo-

 

 

 
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Me había hecho esperar tanto tiempo que ahora tenía claro que iba a dejarla manipularme. Me apetecía ir a un bar irlandés que hacía años que no iba y, tomando su brazo, la guié en esa dirección. Aún así, ella protestaba adoptando un tono de niña:

 

Jooo, por qué tenemos que ir donde tú dices. Yo salgo mucho por esa zona, no ves que vivo cerca…
Porque yo quiero ir allí, así que no seas pesada y vamos.
Pero es que hace mucho frío para andar –era verdad, hacía mucho frío, pero no pensaba ceder-
Tú vives aquí y puedes ir cuando quieras al que quieras. Pero hoy vamos al que digo yo.

 

 

No dijo más cosas sobre el asunto, pero se notaba que caminaba a regañadientes, que quería irritarme. Ahora ya, vestida de calle, ya no era la eficiente doctora que domina todo y se había transformado en una chica joven y algo alocada. Habíamos cambiado los papeles, y era yo el que hacía comentarios más adultos. Íbamos por las calles del centro y, cómo las aceras eran estrechas, caminábamos por el asfalto. Pasó un coche y tuve que tirar de ella para apartarla. No fue una situación peligrosa, pero se veía que quería provocarme de alguna manera.

 

Te estás portando fatal –dije divertido- al final tendré que acabar dándote unos azotes en ese precioso culo que tienes.
Jajajajaja ni se te ocurra. No creo que te atrevas.
¿No crees? Pues si tengo que hacerlo lo haré, jajaja
A mí nadie me da azotes. Puedes hacerme lo que quieras menos darme azotes –dijo provocándome-
No me pongas a prueba, Estelita. Ya fui bastante irresponsable con tu hermana, a ti prefiero educarte, para que tus padres me tengan algo que agradecer.
¿Tienes un chicle? –dijo con tono ya serio-
Sí toma –saqué del bolsillo de mi chaquetón un paquete-

 

 

Entonces Estela, se detuvo, lentamente desenvolvió uno de ellos y, tras metérselo en la boca con un gesto divertido, recreándose en el momento, tiró el papel al suelo mirándome retadora. Entonces no pude aguantar más, partiéndome de risa la cogí de los brazos y, aprovechando mi mayor fuerza, la incliné hacia delante y le di varios azotes fuertes sobre la ropa que llevaba, mientras ella gritaba “¡déjame!”.

 

Jajajaja eres un cabrón, te has aprovechado de que eres más fuerte –era verdad-
No haberme provocado, jajaja, a ver si ahora te portas bien, o te tengo que volver a dar…

 

 

Según yo decía esta última frase, noté que había una curiosa excitación en su mirada y entonces me di cuenta de todo. Me pasó por la cabeza cuál era la razón por la que ella me había dicho que quedásemos juntos. Deduje qué era lo que ella buscaba en mí y decidí jugármela.
La tomé de la parte superior del brazo, y la llevé hacia la oscura acera de la calle y, cuando ella se apartaba de mí sonriendo tímidamente le dije con frialdad “Estela, ven aquí”. Insistí “Ven aquí ahora mismo”. Noté que dudaba, pero seguí “¡vamos! ¡aquí!”. Obedeció. Me quedé alucinado. Bajo su cabeza y me obedeció. Tomé su cara con ambas manos y le pegué un beso fuerte en los labios. Un beso duro, dañino, salvaje, mordiendo su carne e introduciendo mi lengua en su boca. Lo prolongué durante un minuto y notaba cómo se aceleraba su respiración. Notaba cómo sus manos sujetaban mi cintura, y cómo su cuerpo se apretaba contra mí sobre nuestros abrigos. Cuando paré dijo.

 

Me gusta tu lengua
¿Sí? ¿es mejor que la de tu novio?

 

 

El gesto de su cara lo dijo todo. Le había hecho daño, pero yo estaba con la soltura de los que se saben ganadores de la batalla, continué besándola y notaba como se entregaba, pero no me conformaba con eso y quería ir mucho más allá:

 

Estela, tengo una fantasía. Quiero que me des permiso para usar tu cuerpo esta noche cómo y cuando quiera. Pero no te asustes, te dejo dos condiciones.
¿Qué condiciones? –dijo susurrando-
Primero, que tengo todo el permiso sobre tu cuerpo, pero que me lo puedes retirar cuando tú quieras sólo con decirlo. Y segundo que no te voy a hacer daño físico. Por lo demás eres mía.
… -se quedó pensativa-
Estela, no te lo voy a repetir… dije aparentando firmeza
Si, sí te doy permiso, pero no lo digas más veces.

 

 

 
Joder, qué curioso me pareció. Estaba dispuesta a hacerlo, pero aún le daba reparo oírlo. Una preciosa mujer, diez años menor que yo y con pareja, se entregaba a mí sólo por cumplir una fantasía que tenía en su cabeza desde niña. Y yo no iba a hacer que se arrepintiese.
Sin ningún gesto más, salvo que la dirigía del brazo, llegamos al bar irlandés que me gustaba. Cuando se despojó de su abrigo, me quedé impresionado. La verdad es que se había puesto guapísima y por eso habría llegado tarde. Llevaba una falda verde con look militar, muy corta, y una camisa ultra femenina blanca y delicada para contrarrestar el efecto. Medias y botas negras. La miraba tratando de no dejar traslucir mi deseo.

 

¿Qué miras? –me dijo partiéndose de risa-
Jajajajaja ¿qué piensas que miro, listilla? –ahora ya miraba descaradamente todo su cuerpo-
Mis botas jajaja son las botas de moda este año…

Sí, ya las he visto. Si luego hace frío me las podrías dejar a mí para meter las manos y que no estén frías
Jaja ¿Y dónde pongo los pies?
Ummm ya te diría yo dónde…
Ah ¿sí? ¿me vas a decir lo que tengo que hacer? –Dijo con el tono más pícaro de que fue capaz-
Claro –dije yo, aparentando seguridad- Acércate a mí y dame un beso… quiero sentir tu cuerpo. Vamos.

 

 

Ufffff aún no me lo podía creer. Contoneándose despacio me obedeció y pude sentir de nuevo sus preciosas tetas, esta vez sobre mi cuerpo. Mientras duraba nuestro beso, rozaba descaradamente su cuerpo contra el mío. Hasta tuve que decirle que tenía que aparentar un buen comportamiento “Estela, quiero una chica bien por fuera y una puta por dentro”… con un gemido a modo de queja se volvió a sentar en su taburete.
Entonces comenzamos a hablar de temas diversos. Le combinaba preguntas de cosas serias de nuestra vida, con otras de aspectos más morbosos de su vida, como la ropa interior que llevaba o cuáles eran sus fantasías. Me confesó que incluso ahora, en algunos momentos de pasión, se excita pensando en los episodios que tenía yo con su hermana. Esos episodios donde trataba a Marta como una auténtica puta. Estela, que entonces era una adolescente, nos espiaba o simplemente nos oía despertando en ella unas sensaciones que hasta entonces desconocía.

 

Que sepas que por tu culpa empecé a masturbarme. Jiji, me corrompiste.
Ah sí? ¿y se masturba mucho esta niña bien? ¿lo sabe tu novio?
No, nadie lo sabe, sólo tú ahora –dijo con alguna timidez-
Estela! ¿cuántas veces a la semana? Vamos, dímelo. –yo siempre firme-
Jooooo
Vamos!
¿Cinco? –ahora sí se había puesto roja-
Cinco son pocos para ti, yo creo que eres mucho más puta que eso. ¿Acaso no acabas de entregar poderes sobre tu cuerpo a un desconocido?
… sí –dijo tras unos segundos-

 

 

Sentados en nuestros taburetes, recoloqué mi abrigo sobre las rodillas y, disimuladamente, deslicé mi mano subiendo entre sus piernas por el tejido de sus medias. Me miró sobresaltada, pero no dijo nada. Yo me llevé una cierta decepción porque no llevaba medias hasta la mitad del muslo, que son las que me gustan a mí. Se lo dije y contestó “hace mucho frío, además, con minifalda no se puede, parecería una puta”…
“Es verdad, me gusta que por fuera parezca que eres buena”. Yo representaba mi propia fantasía, que consistía en hacer gestos aparentando una conversación normal entre amigos. Aparentar ser gente decente y, sin que nadie en el bar lo sepa, hablar de temas muy subidos de tono. A juzgar por cómo me seguía el juego, la fantasía era compartida. Aspecto de personas honestas, un tema de conversación muy guarro, y algunos roces disimulados a su cuerpo o al mío sin que nadie los perciba… uffffffffff Estela estaba en ebullición. Yo también. Por supuesto, nos dábamos algunos besos, pero sin el punto salvaje que ella se merecía.
Le hice admitir que la excitaba muchísimo que la tratasen como a una puta… me contó que cuando me vio en la consulta se mojó sólo de recordarme. Que estaba tremendamente caliente mientras trabajaba en mi boca, hasta el punto de tener miedo de que alguien lo notase. “¿Ah sí? Y ahora no estás húmeda?” acercó su boca a mi oído y, tras deslizar su lengua sobre mí susurró “síiii, no te imaginas cómo…”. Ufffff yo también llevaba toda la noche excitado, pero ahora especialmente mi polla estaba a punto de reventar los vaqueros. Una idea me rondaba la cabeza.
 
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Vi que en la zona de la barra dónde estábamos no había camarero y dije “Estela, ven aquí, ponte de pié”. Yo estaba sentado en un taburete lateralmente a la barra, con el brazo izquierdo apoyado en ella. Mis piernas estaban abiertas y ella vino a abrazarse a mí. “mira a la barra Estela”… quedó de pié entre mis piernas y mientras le besaba el cuello y mi mano derecha acariciaba su espalda. Tapada de la gente de alrededor por su propio cuerpo, mi mano izquierda se metió por la cintura de su falda… dentro del elástico de sus pantys, acariciando la piel de su abdomen fui bajando bajando, por el interior de sus braguitas… su monte de venus depilado total… el comienzo de su rajita… hasta su sexo… ufffffff realmente estaba súper húmeda, y su cara… su cara era un poema en ese momento. Sin sacar mi mano dije:

 

Estela… Estela habla conmigo, cuéntame ¿qué vas a hacer mañana en el trabajo?
Eres un puto cerdo –dijo susurrando nerviosa y divertida-
O te comportas bien o todo el mundo va a sospechar que aquí pasa algo, que esta chica tan fina y tan mona tiene la mano del hombre con el que va dentro de su ropa interior.
Vamos, ¿qué vas a hacer mañana en el trabajo…?
No séee, jooo, atender a los pacientes –se le iba un poco la voz… estaba muy excitada-
Ah sí? Ten cuidado con los pacientes, que algunos te ponen caliente… -dije con una voz maléfica-

 

 

En ese momento vino la camarera hacia nuestro lado y me dio corte tener allí la mano… la saqué disimuladamente, no sin antes mirar a los ojos a la chica que se percató de todo.
Continuamos hablando como si nada hubiera pasado, pero el ambiente entre nosotros estaba tremendamente caldeado. Cada poco se acercaba a mí y me rodeaba con sus brazos besando mi cuello… mientras yo acariciaba su espalda bajo la fina tela de la blusa… siempre erguido y sin perder mi posición. Tan pronto hablaba de cosas serias, como espetaba con total seriedad:

 

Estela, ¿cuántas veces te habían tocado el coño en la barra de un bar lleno de gente?
Ummmmm… hasta hoy ninguna –ya había cogido mi juego y aparentaba también seriedad-
Jajajajaja pues no parece que te haya disgustado…
Ha sido horrible… ufffff –dijo gimiendo mientras me guiñaba el ojo-

 

 

Cada vez me sentía más ansioso por estar con ella. Me bebí mi copa de un trago y dije:

 

¿No decías que vivías por aquí?, pues vamos a tu casa.
¿A mi casa? –eso no parecía gustarle mucho-
Sí, a tu casa. Yo no soy dentista, pero también tengo un tratamiento para ti…
Es que… mi novio… -un poco compungida-
¡Vamos! –sabía que su novio estaba de guardia-

 

 

Una vez más la tomé del brazo y la dirigí hasta salir del bar… a partir de allí nos besamos salvajemente en cada esquina… pero la notaba nerviosa… no le gustaba que fuésemos a su casita. Ya nos estábamos acercando y mi mente seguía maquinando. Joder, a mí mismo me sorprendía qué mente más sucia tengo. En un rincón oscuro la detuve y entre besos metí de nuevo mi mano entre sus piernas bajo su falda… uffffff estaba muy caliente y se notaba que la humedad estaba filtrando la tela de su lencería…

 

¿Qué te pasa? Estelita, ¿no quieres que te folle como te mereces?
Síiii, pero es que en mi casa…
Te follo donde me da la gana. Me has dado permiso para hacer contigo lo que quiera…
Sí, pero si nos ve algún vecino…
Haberlo pensado antes… ya has despertado a la bestia -dije con maldad atrayéndola para que notase mi miembro erecto-
Pero… no podrías dejarme subir a mí primero… por favor… por favor…

 

 

¡Ajá! Ya la tenía donde yo quería… desde luego hay días en los que todo sale bien… justo quería que me propusiese esto y ya había elaborado mi plan:

 

Vale, pero con una condición…
¿Qué condición? –se notaba que ya tenía miedo a mis ideas, pero la excitación la podía-
Llamaré al interfono cuando llegue, abrirás la puerta del portal sin contestar y, en ese momento abrirás la puerta de tu apartamento, apagarás todas las luces salvo una luz de mesita, y te colocarás inclinada hacia delante en la mesa del salón… con los brazos extendidos… Estela… de espaldas a la puerta ¿vale?
…. ¿y si entra alguien? –tardó unos segundos en contestar, como si internamente luchase sobre si hacerlo o no-
Tendrás que correr el riesgo… si no quieres me quitas mis derechos y me voy…
No, no –respondió al instante- he decidido jugar y voy a jugar… -sus ojos brillaban-
Esta es mi niña!!! Ah! Una cosa más… pase lo que pase… no te muevas y no mires hacia atrás… al menos hasta que yo té de permiso ¿lo prometes?
Jooooo… me das miedo… pero sí, lo prometo…
¡Eres una puta Estela! ¡Detrás de esa carita de niña buena, no hay más que una puta caliente! –cambié voluntariamente en tono a brusquedad- dime tu dirección ¡vamos!
Marqués de Vadillo, 2, 3º A…
¡Venga, vete! En 10 minutos estoy allí…

 

 

La vi alejarse caminando rápido y sin mirar atrás. En realidad tenía miedo de que al llegar a su casa le entrara la sensatez y no me abriese… quizá estaba perdiendo un polvo seguro por forzar la situación, pero a veces hay que arriesgarse… ¿no?
Aproveché esos 10 minutos en entrar en una tienda de chinos “todo a 1 €” y compré cinta adhesiva de pintor, unas tijeras y un trozo de tela negra… Sin dejar pasar mucho tiempo, llegué a su portal y llamé al interfono. Todo sucedió según lo planeado y sonó el zumbido que abre el portal.
Al llegar, la puerta estaba cerrada salvo por una pequeña rendija. Empujé y todo estaba como le había pedido… había puesto música suave y se notaba un ligero resplandor que salía de una puerta… era el salón… me acerqué y allí estaba ella… inclinada y dejando su culazo a mi vista… la falda le daba una forma redonda preciosa… se había quitado las medias. Fue obediente y no miró. Yo tampoco emití ninguna palabra, aunque hacía los sonidos propios de mis pasos.
Pausadamente, me quité el abrigo y lo puse en una silla. Tomé la tela negra que acababa de comprar y, haciendo una cinta con ella, me acerqué a Estela… me di cuenta de que estaba temblando… con un movimiento sencillo la tapé los ojos con la tela y lo anudé atrás… “ssssssssssshhhhhhhhhhhhhhh” dije… no quería usar mi voz. A continuación, con la cinta adhesiva de pintor pegué sus muñecas a las patas de la mesa que, por suerte, no era muy grande… “ssssssssssssshhhhhhhhh”… yo seguía sin hablar y ella… ella temblaba ahora ostensiblemente. Dijo “¿eres tú?… ¿eres tú?” y yo una vez más “ssssssssssssshhhhh”.

No podía creerme mi suerte. Tenía a mujer brutal a mi completa disposición… comencé a pasar las yemas de mis dedos por su piel… por su espalda… por sus piernas… la cara interior de sus muslos… ahora ya sólo gemía y aún no había hecho absolutamente nada. Joder… yo estaba empalmadísimo pero no quería follármela simplemente… quería disfrutar el momento y hacerla gozar como nunca. Pasé de mis caricias suaves a presionar con mis manos todo su cuerpo… su culo, su espalda… el lateral de sus pechos aplastados en la mesa… su nuca… y ella sólo gemía con cada uno de mis contactos “ummmmmmm” “por favorrrrr”… “¿eres tú?”… le dí un fuerte azote sobre su culo “ssssssssssshhhhhhhhhhh” seguía sin decirle nada.

Tras contemplarla unos segundos… era una auténtica jaca a mi disposición… metí mi mano bajo su falda… y con ella abierta me dispuse a cubrir su sexo. Reconozco que me decepcionó un poco que se hubiese quitado también las bragas porque quería cortarlas con las tijeras, pero la noté tan húmeda que su flujo comenzaba a resbalar por su muslo… Uffffff nunca había visto a una chica así, pero en ese momento me pareció lo más natural del mundo. Le subí la falda para dejar su culo a mi vista. La luz era ténue, pero lo suficiente para disfrutar el momento.
Me arrodille detrás de ella y, con mi mejor técnica, comencé a pasar mi lengua longitudinalmente a su raja… joder, era preciosa, labios grandes e hinchados, abiertos haciendo una curva mágica… me moría por envolver con ellos mi polla que, en ese momento, estaba a reventar…. pero lo primero era hacerla gozar a ella, quería verle retorcerse y me puse a hacerle cosquillas con roces extremadamente suaves de mis manos. A pesar de sus ligaduras, movía su culo como queriendo clavarse en mis dedos… gemía “por favor… por favor… por favor… fóllame”, y yo le daba un azote en el culo que ahora estaba frente a mi cara –plas- “sssssssssshhhhhhhhhhhhhhh”.
Mientras, mi lengua seguía trabajando. Bebía el elixir que manaba de esa parte de su cuerpo que, cada vez tenía más claro, estaba diseñada sólo para el placer… mi placer y el suyo. Su coño, su sexo, su raja, su gruta… ella sólo gemía y se movía… antes de meter mis dedos para acompañar los movimientos de mi lengua noté como incrementó sus gemidos y se puso a jadear… “se estaba corriendo la muy puta”… joder qué momento… no pude evitar sacar mi teléfono móvil e inmortalizar el momento, su cuerpo y también algún primer plano de su vagina… “para mi consumo interno” pensé, ¿Quién sabe el tiempo que tardaré en vivir otra situación así en mi vida?
Cuando se fue relajando y en lugar de follármela directamente, decidí continuar para que tuviese la mejor comida de coño de su vida, me había sabido a poco lo anterior… Ahora, con más tranquilidad, me fui centrando en diversos lugares… los pliegues de sus labios, su pequeño agujerito… por cómo gemía, creo que descubrió algo que no conocía… y entre lengüetazos longitudinales fui acercándome a su clítoris. Ella mantenía las piernas abiertas y poco a poco notaba cómo volvían a incrementarse los sonidos que emitía… cómo los movimientos de su grupa se aceleraban… pero esta vez mis dedos sí exploraban a fondo su cuerpo… caliente y resbaladizo… hacía los curiosos sonidos propios de la humedad de la zona “chip chip chop chip”… me moría por decirle que era una puta, que cómo se podía poner así porque un desconocido la atase a la mesa de su propia casa… pero me mantenía callado… quería que no tuviese la completa seguridad de que era yo el que estaba ahí.
Puse mi lengua plana sobre su perla más preciada, mientras con mis dedos masajeaba la zona delantera dentro de su coño buscando su punto g. El masaje en esa zona casi nunca fallaba y, con el estado de excitación de Estela, tampoco fallaría ahora. A los pocos segundos, noté de nuevo en los dedos que exploraban su interior como se contraía en espasmos toda su musculatura abdominal… segundo orgasmo… decía “¡me vas a matarrrr!”… y yo –zas- otro azote… “me matassssss!”… –zas- otro… “¿qué me hacesss? ¡por favorrrr! –zas- -zas-… Joder. Era completamente mía en ese momento. Su orgasmo fue larguísmo, pero ahora ya me tocaba a mí…
Sí, me tocaba a mí. Me desvestí rápidamente… mientras ella seguía diciendo “¿eres tú?”, “¿dónde estás?”, “por favor… ¡fóllame!”… me acerqué despacio al otro lado de la mesa, junto a su cabeza… ella seguía con las muñecas atadas a la mesa y los ojos vendados… la cogí por la nuca, del pelo, tratando de simular autoridad pero no hacerle mucho daño y sin contemplaciones introduje mi polla en su preciosa boquita… No tuve que decir nada… comenzó a chuparla con ansiedad, como si no hubiera comido nada en dos semanas… yo dirigía sus movimientos con mi mano en su nuca y cogiéndola de su pelo. Tan pronto le hacía lamerme el mástil lateralmente, como se la introducía todo lo que daba de sí hasta la garganta provocándole arcadas… La sensación de dominio me fascinaba… creo que a ella también.
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Estaba a punto de correrme, pero no quería dejar sin usar ese caliente y acogedor refugio en que se había convertido su coño… así que sin entretenerme mucho más me situé detrás de ella y, después de jugar un poco con la cabeza de mi polla sobre su clítoris, la penetré muy muy despacio y muy profundo… recreándome en cada sensación… entraba sola, todo estaba absolutamente encharcado… agarré sus preciosas caderas con mis manos y comencé a moverme alente y atrás, haciendo movimientos profundos y lentos, para súbitamente coger cada uno de sus glúteos con mis manos y comenzar a darle sacudidas con mucha fuerza… empujones con mi pelvis, como si quisiera sacarla de la habitación… sus gemidos me tenían completamente motivado, me sentía realmente crecido, dispuesto a morir y hacerla morir de placer.

Continué y continué, saboreando cada momento y cada sensación como si fuera la última vez que tendría a esa mujer en esa situación. Cuando no podía aguantar más, bajaba el ritmo y pensaba en el color de la pared para luego, tras unos segundos, seguir y seguir embistiendo a Estela, empalándola. Quería que tuviese el mejor recuerdo sexual de su vida.
Me moría de ganas de hablarle, de gritarle… pero me contenía para que no supiese con certeza quién estaba tras ella, quién se la estaba follando salvajemente… poco a poco fui notando como sus gemidos se hacían más fuertes, hasta que empezó a gritar… joder, lo había vuelto a conseguir. Entonces empecé a hacérselo despacio, para sentir de nuevo sus contracciones, esta vez sobre mi polla… tuvo muchas… más de 20… y yo, yo ya me dejé llevar por las sensaciones y tuve un fuerte orgasmo entre escalofríos de placer, sintiendo como con esos espasmos extraía todo el semen de mi polla. Fue bestial… me derrumbé sobre su espalda…
Ahora sólo sentía amor… aunque mi mente turbulenta ya tenía planeado seguir con el juego… tenía planeado no decir ni una palabra y, soltar casi del todo sus ataduras e irme de la casa… de ese modo, ella sería capaz de soltarse sola, y encontraría un sms en su teléfono móvil en el que la diría “Estela, ¿por qué no me has abierto?”… para que sintiese más dudas de lo que había pasado exactamente… No pude seguir mi plan, no me pude contener… y la besé todo el eje de su espalda, la nuca… mientras la soltaba.

 

Gracias Estela, ha sido el mejor regalo que he tenido en mucho tiempo…
Te lo debía desde hace muchos años, pero creo que te sigo debiendo algo… -intuí su mejor sonrisa-

 

 

Muchas gracias por leer hasta aquí… y gracias por todos los comentarios y sugerencias.
diablocasional@hotmail.comimage011 
 

Relato erótico: “La infiel Diana y sus cornudos (Adrián) parte 7” (PUBLICADO POR BOSTMUTRU)

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dueno-inesperado-1El tiempo paso cada que estaba con Diana recordaba como otros se la cogieron me excitaba mucho y necesitaba verla sin-titulosiéndome infiel me gustaba verle con otros hombres mientras la muy puta se hacia la inocente, el tiempo fue pasando y mi vecino de 65 años Javier aprovecho para acercarse así ganar más confianza y hacernos amigos claro está también para aprovechar y darle miraditas a mi novia, cada vez que venía mi novia aprovechaba para tratarla de forma educada y ganar su confianza yo me daba cuenta como la morboseaba el viejito verde cuando ella no se daba cuenta él también se dio cuenta de que lo veía y al ver que no hacía nada se volvió más atrevido me decía que mi novia estaba muy linda que tenía un lindo cuerpo que era muy afortunado con el tiempo al ver que no le reprochaba cada vez se atrevía a más me empezó a decir que tenía un buen culo y un buen par de tetas que debía ser una diosa en la cama que debe ser muy rico podérsela coger a mí me excitaba el saber que el viejo verde deseaba a mi novia, me preguntaba que como era en la cama yo le contaba y le describía como era ella eso lo excitaba y podía apreciarse como se le hacía un gran bulto en el pantalón.
Por esa época Diana me conto que en la universidad no le iba muy bien…. Amor estoy preocupada en la universidad voy perdiendo una materia…. Como así y cual…. Física y no sé por qué a mí me va bien con las matemáticas y no sé qué hacer… y hablaste con el profesor para ver cómo te puede ayudar…. Si pero me gustaría buscar a alguien que me pueda explicar bien para ver en que estoy fallando… ve Javier fue profesor universitario el enseñaba física si quieres le pregunto a ver si te puede ayudar explicándote lo que necesitas…. Qué pena con don Javier no crees que le causare molestias…. No estoy casi seguro que te va ayudar (claro que la iba ayudar con tal de tenerla cerca)…. A bueno entonces dile…. Ok yo le digo y te aviso a ver qué me dice. Esa noche le pregunte a Javier y claro que acepto ayudarla solo me decía…. Con tal de tener esa cosita rica que tienes como novia cerca, claro que la ayudo es que está muy buena si quieres mañana mismo empezamos con las clases jejeje…. Tendría que preguntarle cuando tenga tiempo yo te aviso.
Al día siguiente llame a Diana diciéndole que Javier la ayudaría le pregunte que cuando tendría tiempo para acordar una hora me dijo que en las tardes después de las 3 le quedaría fácil que al siguiente día podrían empezar, le avise a Javier que le pareció perfecto.
Al día siguiente a las 3 llego Diana a mi casa muy linda como siempre con unos jeans apretados que resaltaban sus piernas y ese hermoso culo redondo grande y bien parado una blusita negra de mangas cortas y con escote que dejaba ver sus preciosas tetas grandecitas con una cola en el cabello y su mechón de pelo hacia la izquierda y en su linda carita de niña buena unos lentes para poder ver bien que le da un toque se sensualidad…. Hola amor y Javier…. Está en su casa esperándonos…. Pensé que venía para acá…. No me dijo que mejor en la casa de él que así sería más cómodo…. Ok entonces vamos.
Llegamos acá casa de Javier que queda justo al lado de la mía en la unidad, apenas vio a Diana casi se le salen los ojos la recorrió con la mirada casi la desnuda la saludo a mi prácticamente me ignoro nos invitó a sentarnos le pregunto a Diana sobre lo que no entendía que temas eran, Diana le dijo que era sobre mecánica de fluidos le pidió que le mostrara los apuntes y libros que tuviera para empezar a explicarle, yo mientras tanto me quede ahí mirando pasado un rato Javier me dijo que por qué mejor no iba a casa para que así no me aburriera Diana dijo si amor mejor ve que cuando acabe voy yo acepte le dije que la esperaba justo antes de salir Javier me dijo tranquilo Adrián yo se la cuido con una sonrisita y haciéndome un guiño con el ojo. Yo fui a la casa me puse a ver televisión mi mamá aprovecho para pedirme que saliera hacer unos favores a eso de las 6 apareció Diana se veía algo colorada me dijo que mejor iba a casa que ya estaba anocheciendo mi mamá la detuvo le dijo que se quedara a comer ella algo apenada acepto pero que después se tenía que ir a casa terminada la cena la fui a llevar a su casa saliendo nos encontramos con Javier con una sonrisa diciéndole a Diana mañana te espero para que continuemos…. Bueno don Javier mañana a la misma hora y se despidió de el con un beso en la mejilla mientras este viejito le daba un abrazo para sentir todo su cuerpo. En el auto le dije a diana que yo no iba a estar a esa hora tenía que hacer un trabajo que llegaría ya en la noche ella me dijo igual Javier iba a estar esperándola que de pronto nos veríamos cuando yo llegara.
La deje en su casa al volver Javier me estaba esperando en la puerta de su casa me hace una señal para que me acerque y me dice sonriendo…. Tu noviecita es muy especial jejejeje…. Por qué lo dice don Javier…. Sabe mucho jejeje…. Si ella es muy inteligente…. Si no lo dudo jajajaja…. Me parece que me quiere decir algo…. Si ven muchacho mejor entra a mi casa para contarte sobre tu noviecita linda.
Intrigado entre, nos sentamos en el sofá Javier empezó a decirme…. Sabes no dudo que Diana sea inteligente y no sé por qué le va mal en la universidad con esta materia si mientras estudiamos lograba resolver los ejercicios correctamente además logre comprobar su gusto por ciertos fluidos…. A que se refiere. Me miro con una sonrisa triunfante diciéndome…. No te enojes pero tu novia tiene una boquita muy complaciente…. Que me está diciendo. Le dije desconcertado como tratando de procesar lo que me estaba diciendo…. Tranquilo Adrián lo que te quiero decir es que Dianita es una mamona no sabes la mamada de verga que me hizo de las más ricas que me han dado en mi vida. A mí se me empezó a parar la verga se me empezó hacer un bulto en el pantalón. Yo solo pensaba no puedo creerlo mi novia de 21 añitos haciéndole una mamada a un viejo de 65 al cual ella llego a referirse como viejito verde, no puede ser le dije…. No te creo ella no haría eso. Pero en mi interior sabía que si podría hacerlo después de que la calentaran no había nada que hacer.
Tranquilo déjame contarte como paso de solo acordarme mira como me pongo. En su pantalón podía verse un gran bulto. Y mira tú como estas también me dijo señalando mi entrepierna para después decirme con tu permiso, se desabrocho el pantalón se bajó su ropa interior solo dejando salir una enorme verga morcillón muy gruesa con pelitos muy cortos blancos y unos huevos grandes y pesados se la empezó acariciar hasta que se puso durísima alcanzando unos 23 cm a lo largo de ella surcaban unas venas gruesas que la hacían lucir imponente…. De solo acordarme de la mamada se me pone dura ponte cómodo sácatela y hace te una paja mientras te cuento. Yo estaba excitado quería saber lo que había hecho mi novia no aguante y me saque la verga y me empecé hacer una paja, Javier al ver mi pene se rio y me dijo con razón Dianita es tan caliente con esa verguita no la podes satisfacer jejeje, me sentí apenado.
Déjame te cuento que ocurrió, al ver a tu novia cuando llego me calentó mucho toda linda con esa carita de niña buena y ese cuerpo sus tetas perfectas grandecitas y ese gran culo redondo tenía que buscar la manera de que te fueras, ya cuando te fuiste empecé a ganarme su confianza pasado un par de horas descansamos nos sentamos en este sofá empezamos a hablar de lo que le gusta le decía lo linda que es además de lo inteligente que era que debía tener muchos pretendientes me dijo que si pero que solo te amaba a ti le dije que eras afortunado porque una mujer así puede tener al hombre que quiera porque era muy atractiva ella empezó a ponerse coqueta y a decirme que gracias que para un hombre de mi edad me veía bien que debía haber sido muy popular con las mujeres cuando era más joven, le dije que sí que aunque no lo creyera era y soy un buen amante que lograba satisfacer a mujeres hermosas, ella rio algo tímida, coqueta me dijo que tal vez antes si pero que ahora lo dudaba mucho, le respondí tengo la herramienta con que hacerlo y le mostré mi gran bulto en mi pantalón ella se sorprendió diciéndole esto es lo que me provocas ella no dejaba de mirarme el bulto diciéndome que mejor se iba yo me desabroche el pantalón sacándome esta verga la cual puedes admirar ahora Adriancito los ojos casi se le salen al ver mi pedazo de carne se pasaba la lengua por los labios saboreándose le dije no me podes dejar así preciosa compadécete de este pobre viejo ella no muy convencida sin dejar de mirármela decía que mejor no que se iba acaríciamela un poquito por lo menos tome su manito derecha y se la coloque alrededor de mi verga la empecé a subir y a bajar ella simplemente la apretó se dejó hacer un rato luego la solté y ella solita empezó hacerme la paja descapuchándome el prepucio haciendo que mi gran cabeza rosada saliera solo la miraba hipnotizada con deseo su mano no podía rodear todo mi venudo tronco, todo esto me lo decía mientras se hacia la paja frente a mi mostrándome todo lo que mi novia vio yo también veía esa enorme verga mientras me masturbaba completamente excitado.
Mientras me hacia la una placentera paja la puta de tu novia me decía que no debíamos hacer eso yo le decía no te preocupes bonita más bien chúpamela que veo que te morís de ganas, la tome de su lindo rostro y la lleve hacia mi polla ella abrió su boquita se metió la cabeza de mi polla y empezó a chuparla degustándola pasando su lengüita en círculos tratando de meter la puntica de su lengua por la entrada de mi uretra luego empezó a meterse más mi verga dentro de su boca haciendo movimientos de mete y saca recordar eso hace que me den ganas de venirme cornudito tu novia es una puta maestra la mama muy bien yo creo que a practicado mucho vieras como la mamaba ya solo era deseo me la chupaba con mucho deseo pasaba su lengua por todo mi tronco por mis pelotas como me chupaba mis enormes testículos ahí arrodillada frente al sofá y yo sentado con mi pantalón en los tobillos poniéndole toda mi enorme verga sobre su carita de niña buena y ella toda emputecida me cogió la verga y se la metió en la boca dándome fuertes mamadas tenía como 10cm dentro de su boca lo que le quedaba afuera le hacía una paja con sus manos aaa de solo acordarme se me pone muy dura mira como la tengo puto cornudo, la verga se le veía hinchada a punto de estallar yo de imaginarme a mi novia haciéndole tremenda mamada a este viejito no aguante y me vine a chorros que cayeron en el piso, Javier solo rio y me dijo si putico así me gusta que te vengas al saber lo puta que es tu novia mírame ya casi voy a terminar como le termine en la cara a tu novia sabes deje a tu putica arrodillada mientras yo me puse de pie y le dije zorra abrí esa boca que me voy a venir y te la voy a llenar de leche, la puta muy obediente abrió su boquita me decía si dame lechita que me la quiero comer todita no aguanto más yo no aguante más y le di su premio hace rato no me venía tanto y con una puta tan rica como tu novia no era para menos me salieron 8 chorros los 4 primeros se los di en la boquita los trago con gusto. El resto los esparcí por esa bella carita para luego restregarle mi verga por toda la cara recoger con ella los restos de semen y dárselos para que se los comiera la muy puta me dejo la polla bien limpiecita aaahhh el viejo dio un quejido y se empezó a venir boto 5 chorros con una gran cantidad de semen que cayeron al suelo luego quedo rendido sentado en el sofá con cara de satisfacción.
Javier se rio y me dijo tienes una gran puta como novia cornudo hace rato no me deslechaban así recuerdo a mis estudiantes universitarias cuando me las cogía…. Tú te cogías a tus estudiantes…. Claro que si putico y para que te prepares creo que el profesor de la universidad de Diana se la va a coger jajajaja…. Por qué dice eso…. Porque era lo que yo hacía con mis alumnas más ricas Las ponía a perder la materia para luego chantajearlas y culiarmelas jajajaja al principio las muy putas se hacían las dignas pero luego quedaban encantadas con mi verga y ellas solitas venían a buscarme a pedirme mas y Dianita se ve que le gusta mucho la verga estoy seguro que va a venir por mas jajajaja.
Yo solo agache mi cabeza resignado porque sabía que era lo más seguro. Javier me dijo que no me preocupara por la universidad de Diana que cuándo el profesor se la empezara a culiar le iba a poner un 5 por que estaba seguro de que mi novia era una tremenda puta y lo iba a dejar encantado, antes de irme también me dijo que mañana iba a terminar lo que había empezado con mi novia y que me la iba a dejar bien cogida que después me contaba como se la cogió mientras nos hacíamos otra paja.
Me fui a casa ansioso por saber que pasaría el día de mañana ya quería saber que le iba hacer don Javier a mi novia. En la mañana hable con ella todo normal a eso de la las 3 en adelante la llamaba pero no me contesto insistí varias veces en el día pero nada ya a eso de las 8pm que llegue Don Javier me estaba esperando me hizo una señal con el dedo para que entrara cerró la puerta nos sentamos en el sofá y me dijo…. Adriancito que rica es tu novia saquémonos las pollas te cuento como me cogí a tu novia lo mas de rico. Simplemente nos bajamos los pantalones nos sentamos yo solo veía la verga de ese viejo verde grande morcillona y se me puso dura al instante nos empezamos a masturbar sentados uno al lado del otro en el sofá el pene de Javier se puso duro rápidamente lo miraba hipnotizado el viejo al verme solo sonreía me dijo…. Sabes tu novia llego puntualmente venía con un jean apretado como se le marcaban esas piernas y ese culote redondo y una blusita negra manga corta con un escote que le dejaba ver ese buen par de tetas que tiene sus lentes y su cola de caballo apenas cerré la puerta la manoseé con que gusto la abrace le agarre ese culote le apreté las tetas mientras la besaba tu novia dócilmente se dejaba ella ya sabía a qué venia pero la muy zorra de forma coqueta me decía no don Javier yo vine a estudiar…. Claro mamita venga le doy un repaso para que le quede bien aprendida la lección. Le di vuelta le clave mi bulto entre sus nalgotas, le apreté las tetas le besaba el cuello ella volteaba su cabeza y buscaba mi boca para besarnos y así la lleve hasta la mesa del comedor donde la deje sentada sobre mi bulto mientras ella solita se empezaba a mover en círculo buscando enterrarse más mi verga entre esas preciosas nalgas.
Estuvimos un rato besándole esa boquita dulce que sabe a frutas, le dije…. Preciosa desabróchame el pantalón sácamela verga y empieza a mamar con esa boquita juguetona. Tu novia no lo pensó dos veces se arrodillo me saco mi verga y la empezó a chupar con glotonería vieras como me la chupaba como toda una experta a espera de hecho si puedes verla, se soltó la mano de la polla que quedo parada totalmente erecta chorreada de líquido pre seminal busco en el bolsillo se su pantalón el celular lo saco busco algo en el para luego mostrarme la pantalla en ella vi a mi dulce novia arrodillada entre las piernas de don Javier con su enorme polla metida en su boquita chupándola disfrutándola mientras el viejo me decía cógeme la verga y haceme la paja mientras te muestro las fotos, la verga se me puso más dura aun sentía que se me iba a reventar yo solo estire la mano que me sobraba le agarre esa verga untada de pre semen estaba muy gorda y dura no alcanzaba a cerrar mi mano alrededor de ella empezó a mover mi mamo arriba y abajo lubricándole toda la verga con sus fluidos aaahhh siiii putito sigue así, el viejo dio un gemino de placer mientras le hacia la paja y me mostraba la imagen de mi novia chupando verga me mostro varias de como ella chupaba, luego el viejo me dijo…. Me la chupo un rato encantada después la dije que se bajara el pantalón y que se la metiera tu noviecita se paró se bajó el jean y la tanga a medio muslo se dio vuelta mostrándome ese culo enorme y redondo, firme, perfecto cogió mi verga con una mano con la otra se abrió una nalga y empezó asentarse enterrándose mi verga en esa cuquita la muy puta estaba toda mojada y como estaba de apretada se la enterró toda dando un grito de placer y diciéndome aahhh don Javier la tiene muy grande me abrió toda aaaahhh. La muy putica empezó a darse sentones se la sacaba casi toda y se sentaba cogiendo un buen ritmo ella solo disfrutaba y gemía, yo solamente gozaba de poder tirarme una hembra tan rica que buena esta tu novia mira esta foto me mostro una selfi donde se veía sentada a mi novia sobre don Javier con la polla toda enterrada se alcanzaba a ver su jean a medio muslo Javier detrás de ella con una sonrisa con una mano apretándole una teta que las tenía afuera del escote y mi novia con una mirada de placer y su boquita en forma de o. como gozaba la hija de puta ya sentía que me iba a venir de mirar eso y de hacerle la paja a la enorme, dura, babeante y caliente verga de don Javier luego él me dijo…. estuvimos un rato así luego la pare la tire sobre la mesa dejándole ese hermoso culo en pompa ella quedo acostada ahí al verme detrás de ella paro ese culo yo aproveché para enterrarle mis 23cm de carne gruesa por ese coñito baboso, la muy zorrita dio un grito aaahhhh me vas a matar a pijazos aaahhhh no pares por favor no pares aaahhh. Así me la cogí le agarraba esas nalgas le di duro le daba nalgadas era espectacular ver como mi pelvis chocaba contra su culo y como mi verga desaparecía por esa vagina como me apretaba la verga yo creo que se vino varias veces por que gritaba como loca sentía espasmos en mi pene de como apretaba y como se chorreaban sus jugos le estuve dando muy duro como la perra que es.
En esas me mostro una foto de mi novia tirada sobre la mesa con el culo en pompa y se podía ver toda la verga de don Javier enterrada y me decía…. Si putita te gusta lo que vez seguime haciendo la paja que ya me vengo. Yo no aguante más y me vine encima. Don Javier se rio y me dijo…. Te viniste antes de te mostrara lo mejor…. Y que es lo mejor…. Arrodíllate y te lo muestro. Me arrodille Javier se paró al frente de mí su enorme verga quedo a la altura de mi cara y me dijo seguime pajiando te muestro el video puso el celular encima de su verga pegado a su pelvis mientras yo agarraba su enorme polla con las dos manos y lo empecé a masturbar en la pantalla empecé a ver a mi novia eran varios videos en uno cuando estaba arrodillada chupándole la polla a don Javier ella le decía…. No me grabe don Javier…. Cállate y sigue chupando como te gusta…. Es que usted se lo puede mostrar a alguien…. No te preocupes putica esto es para uso personal jajajaja. Mi novia siguió con la mamada como si nada por varios minutos. Después se ve otro video donde mi novia estaba sentada sobre don Javier cabalgándolo con las tetas fuera del escote mientras este desde atrás le apretaba las tetas con una mano mientras ella gemía y volteaba su rostro para besarse a lo que el viejo verde aprovechaba para meterle su lengua a la boquita de mi novia ella entre clavada y clavada le pedía más y más, después siguió otro video donde se ve a mi novia tirada boca abajo sobre la mesa parando el culo en pompa y Javier clavándole ese trozo de carne desde atrás por toda su vagina que se veía muy mojada y se habría de manera impresionante recibiendo polla a toda velocidad y duro en esas le Dianita ábrete el culo para ver mejor como te la meto mi dulce novia toda sudada mirando hacia atrás mira a la cámara del celular con una mirada entregada y perdida en la toma se ve como toma sus manitas y las pone en cada nalga abriéndola se puede ver ese anito estrecho y rosado y como la enorme verga de don Javier le rompe la conchita a mi novia que gime aaaahhh si Don Javier métamela así que ya casi me voy a venir otra vez…. Puta te voy a llenar toda yo también me voy a venir. Le empezó a dar con fuerza y rápido le metía la verga profundamente mi novia solo gemía en esas se escucha el grito de Don Javier que le empieza a llenar de leche el coño a mi novia y ella empieza a tener un orgasmo…. Aaahhh puta me estas ordeñando siento como me exprimes la verga aaahhh puta…. Aaaahh siento tu leche caliente como me llenas aaahh si lléname toda. Se quedan un rato así luego se ve como le empieza asacar la polla morcillona a mi novia enfocando en primer plano su coñito que quedo totalmente abierto y se empieza a ver cómo le escurre el semen y le empieza a chorrear por las piernas y le dice…. te llene de leche jajajaja.
Ahí se corta el video en esas me dice…. Te gusto como me cogí a tu novia es una puta completa se ve que le encanta la verga y por lo que veo a ti también te gusta la verga jajajaja. Yo seguía pajendolo tenía las manos llenas de pre semen le había lubricado bien la polla con el mis manos resbalaban por ese enorme tronco duro y caliente, Javier me dice…. Hacele duro que ya casi voy a terminar mientras veo los videos de cómo me cogí a tu puta. Puso a reproducir los video y a verlos mientras yo sumisamente le hacía una paja arrodillado con esa verga babeante en frente de mi cara con Don Javier gimiendo y diciéndome así puta así jálamela rápido que ya me vengo aaahhh si maricon aaaah me vengo en tu puta cara aaaahhh. De su verga empezaron a salir chorros y chorros de leche caliente y blanca que empezaron a llenarme la cara en las mejillas la nariz la frente sobre los labios me alcanzo a caer algunas gotas en el pelo fue impresionante para un viejo de 65 años la cantidad de leche que me tiro encima…. Toda esa leche se la metí a tu novia jajajaja que buen cornudo eres voy a seguir tirándome a tu novia que te parece…. Está bien Don Javier pero que no se entere nadie y por favor mándeme las fotos y los videos de mi novia quiero tenerlos…. Jajaja no lo sé tengo que pensarlo cornudito ya veremos pero no te preocupes cada vez que me coja a tu novia te llamo para que te pajees y me hagas la paja a mi jajajaja…. Está bien…. Por cierto ahí no termino la cosa después de eso descansamos un rato luego fuimos a mi habitación ahí la desnude toda y me la cogí no me dejo que le diera por ese precioso culote porque dice que la tengo muy grande pero me dijo que me lo iba a dar y de hecho mañana que venga se lo voy abrir todo se ve que le gusta que le den por ese culo, ahora vete mañana nos vemos para pasar un buen rato juntos…. Pero no puedo salir así lleno de semen me puedo limpiar…. si ahí está el baño pero hace le rápido que me quiero ir a descansar.
Fui al baño me limpie rápido y me fui ya en casa salude a mis padres rápidamente mi mamá me miro y me dijo que olía raro le dije que era que había sudado y fui rápido a bañarme y hacerme una paja al rato me llamo Diana me preguntó como estuvo mi día igual que yo me dijo que estuvo en la u que luego fue donde don Javier a estudiar que por eso no me contesto porque estaba muy concentrada estudiando y que como yo no llegaba se había ido a su casa, solo pensaba tremenda puta que es estaba era concentrada culiando de solo recordar se me puso dura y mientras hablaba con ella me masturbaba, me pregunto qué iba a hacer mañana que caía un sábado le dije que tenía que ir a la universidad en la mañana y le pregunte si nos podíamos ver en la tarde me dijo que no porque se iba de paseo con la familia desde temprano que de pronto nos viéramos el domingo yo sospeche que iba a estar con mi viejo vecino y me estaba mintiendo le seguí la corriente hasta que se despidió diciéndome que me amaba y mandándome un beso, me seguí masturbándome esas sonó mi celular y me llego una imagen era la de mi novia chupándole la verga a mi vecino con una sonrisa y mucha calentura me pajee viendo la imagen hasta venirme.
Steven: wow es impresionante no tengo palabras.
Adrian: si, no está bien esa época las cosas se salieron de control.
Steven: pero y que paso después.
Todos estaban expectantes Steven, Antonio y hasta el oculto de Leandro.
Adrian: pues Don Javier la volvió una puta en todo el sentido de la palabra.

 
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